Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 3

Capitulo 5: El Laberinto Del Amor

Parte 1

El Imperio y el Mundo de Fantasía

—Inmersión en el juego Infinity—

En el mundo del Imperio, un número selecto de humanos se ha despertado con un tipo especial de poder, destreza o habilidad.

En el mundo del Imperio, todo está cuantificado. El mundo del Imperio es diferente al nuestro…

Un futuro que se suponía que nunca llegaría.

El Imperio invadió las naciones del mundo con gran éxito, conquistando el 60% del mundo gracias a sus tecnologías abrumadoramente avanzadas, así como a la gran cantidad de portadores nacidos con nuevos poderes dentro de sus fronteras. Su tecnología y sus Wielders se convirtieron en las piernas del Imperio, guiándolos en una dirección de locura. Como resultado, nació la nación más cruel, más despreciable y más extravagante en la historia de su mundo, simplemente conocida como “el Imperio”.

Sin embargo, la expansión del Imperio se detuvo una vez que habían conquistado alrededor del 60% del mundo. Simplemente habían crecido demasiado.

Naturalmente, no muchas de las naciones colonizadas permitirían una adquisición sin resistencia. El terrorismo y los golpes de Estado asaltaron el mundo.

Además, los conflictos civiles sobre los diversos beneficios que se obtendrían dentro del Imperio habían dejado a la nación dominante tan inmóvil como una ballena varada. Por encima de la tormenta interminable de revueltas y tumultos, funcionarios de alto rango se reunieron día tras día sin signos de progreso.

Entonces, un día, un hombre propuso algo a los superiores del Imperio… Un juego muy entretenido que traería felicidad al Imperio.

Pondría sonrisas en los rostros del pueblo de Dios, los residentes del Imperio, e incluso ofrecería salvación a los ciudadanos de las naciones conquistadas.

El Imperio, con su preferencia por la extravagancia en todo, decidió usar el Juego, en lugar de la opresión o las masacres bárbaras, para derrotar a las naciones conquistadas insubordinadas y solidificar la estructura interna. Los concursantes del Juego no solo serían seleccionados de ciudadanos de naciones conquistadas, sino también de figuras centrales y funcionarios de alto rango que habían caído en desgracia de alguna manera.

Un movimiento en falso, y el vencedor de ayer podría dirigirse a la guillotina. No había lugar para la misericordia en ninguna parte de la escalera. Un infierno en camuflaje. El hombre que redactó esta propuesta fue Hakuto Kunai, más tarde conocido como el Señor Demonio del Imperio.

——Cerca de un punto a lo largo del borde de Holylight. (Estaba durmiendo… no he soñado con esos tiempos en años). “Oye, ¿por qué está durmiendo en mi regazo…?”

“¿Cómo debería saberlo?”

Yukikaze estaba profundamente dormida en el regazo del Señor Demonio, y su respiración tranquila se podía escuchar en el carruaje.

La cara de Yukikaze era como nieve desvanecida, el retrato de una hermosa joven. Para el Señor Demonio, ella parecía más hermosa que una actriz en la televisión. Si descubriera lo que había entre las piernas de Yukikaze, incluso él seguramente se sorprendería.

(Dang. Todavía tengo la cabeza nublada…)

Todavía sin dormir, el Señor Demonio se volvió hacia la ventana del carruaje con una mirada soñolienta. Afuera, podía ver la misma tierra seca y aire seco.

A menudo había mirado los números para despertarse antes, pero desafortunadamente había dejado su reloj de pulsera en la aldea por temor a dañarlo durante su rastreo de mazmorras.

“Mikan, ¿verdad? ¿Cuál es el año y mes actual…? ”

“… ¿Eh?”

“Simplemente contéstame.”

“¿Qué pasa contigo…? Es el 10 de julio del año 2000 en el Calendario Santo. ¡¿Y qué?!”

“… El año 2000. ¡Ja!”

El Señor Demonio se rio entre dientes de nostalgia. Mikan seguramente no tenía idea de lo que era gracioso o nostálgico al respecto. Su expresión ya molesta se volvió más severa.

(Es extraño que los dos mundos compartan el mismo calendario, hora e incluso idioma…)

Incluso la extraña mezcla de hiragana, katakana, kanji y alfabeto latino en este mundo parecía ser una copia al carbón del Japón moderno. Para el Señor Demonio, fue terriblemente conveniente. Por otro lado, una impresión completamente diferente le vino a la mente.

(Supongo que es… mano de obra descuidada).

Independientemente de si fue correcto o no en esta evaluación, este fue el descriptor más adecuado que pudo encontrar en este momento. En todos los aspectos, era como si alguien hubiera copiado y pegado el lenguaje y los guiones del Japón moderno en este mundo.

“Dijiste que era ‘temporada de guerra’ ahora, ¿verdad?”

“…”

“¿Escuchaste lo que dije?”

“Estás lleno de preguntas, ¿verdad?”

Arrugando sus mechones rojos, Mikan le grito al Señor Demonio. Sus ojos rojos y su cuerpo delgado le dieron un aire salvaje, como un Doberman, cuando gruñó. Su piel bronceada, junto con su atuendo atlético que revelaba gran parte de sus hombros y piernas, agregaban una sensualidad saludable a su apariencia.

“Estoy cansada de responder tus preguntas, así que aquí están las respuestas a sus próximas. ¡Las naciones del norte están en temporada de guerra de abril a septiembre, y en el alto el fuego de octubre a marzo! ¡¿Entendido?!”

“Lo siento, ibas demasiado rápido y no entendí nada de lo que dijiste. ¿Podrías repetirlo?”

“Gah… ¡Me estás matando…! Las naciones del norte son…… ”

“Lo siento, no pude escucharlo por los ronquidos de Yukikaze. Una vez más.”

“¡Está tan callada como un ratón!”

Frente al rugido de las cerraduras rojas de Mikan, el Señor Demonio se rio, sus hombros rebotando. Le gustaba burlarse de mujeres como Mikan. Para ella, sin embargo, él no era más que una molestia, por supuesto.

“¿Eres realmente un humano en primer lugar? Por la forma en  que derribaste el Carnival… es muy difícil de creer”.

“Qué insultante. Definitivamente soy humano”.

“Humanos, para que lo sepas, no… ¡Woah!”

Enojada, Mikan fue a ponerse de pie, cuando el carruaje se balanceó al pasar por encima de algo en el camino. Mikan perdió el equilibrio y su lencería roja se reveló al Señor Demonio. Por unos momentos, el silencio cayó sobre el interior del carruaje.

“… ¿no será?”

“¿Hm?”

“Viste mi ropa interior justo ahora… ¿no?”

“Lo único que veo, y he visto, es el cielo azul de arriba”, dijo el Señor Demonio, lleno de confianza. Al escuchar esto, Mikan comenzó a temblar.

“¡¿Que se supone que significa eso?! ¡No te metas en esa mierda de ‘héroe trágico latente’!”

“Bueno, supongo que la puesta de sol también aparece en el cielo”.

“¡¿M-Miraste lo suficiente como para decir el color?!”

“Solo estoy hablando del cielo… ¿De qué estás hablando?”

El Señor Demonio se encogió de hombros. Era un experto en contraataques. Había mantenido una expresión  no afectada mientras guardaba ese color particular de rojo en su banco de memoria. Verdaderamente un mal inolvidable.

“¿Por qué siempre estoy rodeado de gente como esta?” Gritó Mikan, juntando su cabeza en sus manos, despertando a Yukikaze. Parecía un hada de la nieve despertando de su sueño de pleno verano.

“… Señor Fox, su regazo… ¿es tan duro?”

“Mantén esto en tu boca, para que no vaya a decir cosas raras”.

El Señor Demonio había aprendido su lección. Antes de que Yukikaze pudiera decir nada más, arrojó una barra de helado que había creado en su boca. Si bien era un objeto inútil que solo curaba 7 de resistencia en la arena, seguramente era un manjar invaluable.

“… Fard, Miffer Fof”.

“Aprendes algunos trucos con la edad”.

El Señor Demonio se rio con orgullo, lanzándole un caramelo a Mikan. Si bien esto solo curó 5 Resistencia, ya que se podía encontrar en paquetes de diez, fue muy útil en caso de apuro. A la par del curso, vino con una variedad excesiva de sabores, como fresa y cola. No es que lo haya hecho a propósito, pero el sabor del paquete que le arrojó fue mandarina o “mikan” en japonés.

“… Como si fuera a confiar en algo que sacaste de tu bolsillo”.

“Es muy dulce. Popular entre las damas.”

“¿Tratando de sobornarme con dulces? Te diré que no soy tan barata”.

Mikan rebuscó en su bolso y sacó un objeto mágico: una muñeca extraña con una bandera roja y una bandera blanca. Al ver a la muñeca, con lástima, el Señor Demonio preguntó: “¿Tú… todavía juegas con muñecas?”

“¡Tú…! Lo llamaste ¡‘Sr. Solo úsame! ¿Cómo no sabría qué es esto?”

“¿Cómo podría alguien encontrar un nombre tan ridículo…?”

“¿Huh? Simple y directo, ¿por qué no?”

Mikan presentó el dulce en su mano a la muñeca. Pronto, la muñeca levantó solemnemente la bandera blanca y pronunció:

“Es genial.”

El Señor Demonio casi se cae de su asiento. “¡Qué es esa cosa ridícula!”

“Hmph, eres la encarnación de lo ridículo. Este es un elemento importante que me dice si hay algo dañino en una comida o bebida”.

De hecho, era un objeto mágico muy famoso. Tuvo el mismo efecto que una Cuchara de ángel. Los aventureros sin clérigo en su grupo soñaban con este artículo.

“¿También lo encontraste en un calabozo?”

“No. Fui a los Estados de la Ciudad y lo compré. Valió la pena el buen dinero que pagué, pero… ¡esto! ¡Es eso! ¡Dulce!” Mikan soltó después de desenvolver el dulce y arrojárselo a la boca.

La comida dulce más común en este mundo era la azúcar cruda. Si bien también tenían gustos de frutas y miel, no había nada comparable a los dulces duros, por supuesto. Mikan no pudo evitar sonreír ante este dulce sabor que nunca antes había encontrado.

“Sabe a mandarinas… Es mi sabor…”

“…” ¿Mi sabor? Eres una pervertida, Mikan”.

“¡Cállate!”

Mientras los dos discutían, el Señor Demonio comenzó a pensar en otro asunto: los Estados de la Ciudad. Como no había un ejemplo comparable en la Tierra moderna, le estaba costando imaginar su naturaleza.

“¿Puedes decirme algunas cosas sobre los Estados de la ciudad?”

“¡Nunca te volveré a decir nada!”

“… Se lo diré, señor Fox. Quiero volver a chupar-chupar una vez que lo haga”.

Mientras Mikan levantaba la nariz, Yukikaze regresó con otro comentario controversial. El Señor Demonio continuó haciendo preguntas sin reconocerlo. Debió haberse dado cuenta de que se estaba quedando sin tiempo para permanecer ignorante. Tenía que aprender tantas cosas sobre este mundo como fuera posible, avanzando.

Mientras Yukikaze explicaba la naturaleza simplificada de los Estados de la Ciudad, el Señor Demonio estaba teniendo dificultades para procesarlo.

Aparentemente, cada ciudad era su propia nación, colectivamente formando una unión. Cada ciudad era un estado soberano y tenía su propio conjunto de leyes, pero se consideraban una gran nación combinada.

Si bien probablemente se estableció como un método de defensa contra las guerras que se libraban en las Naciones del Norte, este era un sistema completamente diferente del concepto de ciudades estado en la Tierra.

(Supongo que es como si cada prefectura en una región de Japón fuera un estado soberano, pero formara una nación colectiva. Supongo que los problemas que no pueden tratarse a nivel estatal podrían manejarse cuando se unen).

En este punto, el Señor Demonio estaba imaginando las islas de Japón. Lo mantuvo en la esquina posterior de su cerebro como punto de referencia, pero solo como referencia.

Como regla general, este hombre confiaba en las cosas que veía con sus propios ojos, oía con sus propios oídos y olía con su propia nariz. Además, esos se convirtieron en el centro de su toma de decisiones. Si bien esto podría representar a una persona tranquila y calculada, su verdadera naturaleza era algo un poco diferente.

Era alguien que siempre se ponía en el centro de su mundo.

Él juzgó todo por sí mismo y valoró su juicio por encima de los demás. Bajo ciertas circunstancias, sucumbiría fácilmente al atractivo de la justicia propia, pero para bien o para mal, él era el Señor Demonio.

Como dictador gobernante, su naturaleza, es decir, su inclinación a mantener siempre su propia voluntad bajo su propio juicio, era uno de los requisitos previos que no se podían enseñar. A lo largo de la historia, cada vez que una persona de esta naturaleza había tomado el poder, había producido tanto un gran progreso como una gran destrucción.

“Tal vez debería ir a los Estados de la Ciudad uno de estos días”.

“… Llévame contigo cuando lo hagas, señor Fox”.

“¡Pero yo no! ¡Nunca!”

El ruidoso carruaje continuó hasta que el Señor Demonio y su grupo abandonaron el área que rodea a Yahooo, pasaron la fortaleza en la frontera de la nación y entraron en las Naciones del Norte. Pasar la frontera durante esta época del año no habría sido una hazaña fácil si no fuera por la carta de Madame, que el Señor Demonio presentó en el puesto de control. Una encarnación del  poder de las conexiones que se había ganado.