Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: El Señor Demonio En Movimiento

Parte 12

El Pueblo Cambiante

—— El Baño Público en el Pueblo de Rabbi, unos días después. “Ahh… ¡Hippity de mi corazón hippity…!”

“¡Hoppity hoppity de mi piel…!”

Los conejos estaban en el baño público después de terminar su trabajo de campo por la mañana. Este fue un cambio increíble de escenario, considerando que todo el pueblo estaba luchando por encontrar suficiente agua para sus campos el otro día.

Ahora, presionar un botón producía tanta agua, caliente o fría, como quisieran. Frente a la larga fila de pequeños taburetes, había un espejo increíblemente bien pulido para cada persona.

Del extraño grifo sobre la estación (una ducha), salía agua caliente con gran presión. Los conejos no podían creer la sensación de mojarse la cabeza con eso.

Para empezar, había una montaña de jabón, que los conejos pensaban que solo estaba reservada para los nobles y los más ricos. Si bien habían comenzado a calentarse con  jabón, aún  no lo entendían completamente y se mantuvieron alejados del uso de champú o acondicionador, pero seguramente no pasaría mucho tiempo antes de que los probaran.

“¡Hoppity hop! ¡Limpia en el baño frío!”

Varios niños jugaban en el baño frío, algo común en los baños públicos. El baño público se abrió a los Bunnies de forma gratuita y abierto las 24 horas del día. Como resultado, la mayoría de ellos usaban las instalaciones en la mañana o en la noche. Mientras que el piso y las sillas necesitaban ser lavados, el agua del baño circulaba automáticamente para mantenerla constantemente limpia.

Si bien el baño público tenía relativamente pocas cosas que limpiar, el complejo de aguas termales era una historia diferente. Incluso ahora, Tahara estaba entrenando a los Bunnies sobre cómo limpiar el lugar con gran detalle.

“Escuchen. Limpien el área de baño con un cepillo de cubierta o un cepillo para fregar, como este. No escatime en productos de limpieza tampoco”.

Liderando la manada con un ejemplo, Tahara comenzó a fregar el piso y las paredes. Algunas superficies eran de azulejos y otras de piedra.

Cada superficie tenía un método diferente de limpieza y un cepillo diferente para usar. Como todos caminaban descalzos por las aguas termales, la mugre se acumulaba rápidamente.

Mientras Tahara les instruía sobre cómo limpiar cada área, los conejos estudiaron atentamente sus instrucciones.Después de tener estas increíbles instalaciones construidas en su aldea, y ahora que se les entregaba pan y verduras todos los días, los conejitos naturalmente honestos lo estaban dando todo para pagar de alguna manera los favores que les hacían.

***

Después de una serie de demostraciones de limpieza, Tahara se dirigió al área común sin siquiera un descanso. Esperando allí estaban Kyon y Momo, vestidas con sus trajes de conejito.

“Bunny Suits en un resort de aguas termales, ¿eh? Al principio tenía mis dudas, pero se ve bastante bien. Verdaderos conejos, después de todo.”

“¡E-Este atuendo es… vergonzoso! … Hoppity”.

“Todos ustedes están pervertidos, hippity”.

Cubriendo sus senos, le dieron a Tahara una mirada a regañadientes, pero no se vio afectado. Para él, la única mujer real que existía era su hermana.

“Ya te tienes que acostumbrar. Sacude el trasero mientras lo haces. Dales un espectáculo.”

“¡De ninguna! ¡Manera! ¡Hoppity!”

“¡Hurl! … quiero decir, hippity”.

“Lo importante es cómo saludar a los clientes. Vamos a repasarlo de nuevo. Realiza bonitas reverencias y mantén la cabeza baja durante al menos tres segundos completos. No te olvides de sonreír y enunciar”.

Mientras Tahara esclavizaba, el Señor Demonio estaba de alguna manera en topless en una sala de examen en el hospital que Yu estaba examinando. Torpemente sentado en la silla, el Señor Demonio volvió su espalda forjada a Yu, donde ella colocó su estetoscopio  y puso una expresión de euforia.

“Creo que estoy tan sano como un toro…”

“No señor. Debe ser examinado regularmente. No puedes ser demasiado cuidadoso. Si le ocurriera algo, señor secretario…”

“Usted tiene un punto…”

El Señor Demonio no podía ver la expresión de Yu a sus espaldas. No ayudó que lo que ella decía sonara completamente normal. Alejando el estetoscopio, Yu le tocó  la espalda con los dedos de alabastro.  Su respiración se aceleró y su rostro se puso rojo, a diferencia del Señor Demonio, que comenzó a perder su color. Un bello contraste.

“E-Eso es suficiente, ¿no crees que…? Iré a ti si alguna vez no me siento bien”.

“No, señor secretario. Todavía no he terminado tu examen”.

Las manos de Yu llegaron al frente de su cuerpo. Mientras presionaba su seno contra su espalda, ella agarró sus pectorales con sus dedos. Esto se desviaba más y más de cualquier forma de examen médico.

“Es tan grueso… y duro, y varonil…”

“Tengo que atender algunos asuntos… Te veo la próxima vez”.

“¡Ooh señor secretario…!”

Yu tenía una mirada insatisfecha, pero el Señor Demonio salió corriendo de la sala de examen, agarrando su camisa y su abrigo. Incluso con las gotas de sudor frío en la frente, ¿debería uno sentir envidia o simpatía por este hombre?

——La Mansión de Dona Dona en la región minera al oeste.

¡”Buttersauce, esa bribona intrigante! ¿Cómo se atreve a insultarme de esa manera?”

Mientras continuaba comiendo su lujoso desayuno, doña Dona golpeó con fuerza el puño sobre la mesa. En la subasta del otro día, Madame Buttersauce le había robado la Music Box, un misterioso objeto mágico, debajo de la nariz. Cuanto más recordaba sobre ese día, más enojado estaba.

“¡Ese tipo de pieza solo se hará justicia al cuidado de un verdadero noble como yo! Entonces esa gota de grasa… ¡La mejor coleccionista del país, mi trasero!”

Gritó Dona, sacudiendo sus feos pegotes de carne. Tener un objeto raro era una necesidad para alguien como Dona Dona, que gobernaba sobre una gran cantidad de nobles. A veces, tales artículos podrían generar adoración de manera mucho más efectiva que el dinero. Por lo tanto, cualquier noble con una influencia que valga la pena buscaría arte para presumir. Naturalmente, las armas o armaduras raras podrían servir para el mismo propósito.

“42 medallones de oro… ¡E-E-Esa pequeña…!” Incapaz de contener su ira, Dona golpeó sus manos sobre la mesa. Varios platos chapados volaron al suelo, pero él no les dio ni una mirada.

En las subastas de los últimos años, el formato de exclamar ofertas en voz alta en competencia entre ellos se había eliminado.

Este método dio como resultado que el postor final pagara a menudo mucho más de lo que esperaban, por lo que las reglas se cambiaron con el entendimiento no escrito para tener en cuenta las cosas razonables.

La solución era que todos escribieran sus ofertas en una hoja de papel después de ver la subasta y las colocaran en una caja. De esta manera, nadie pagó por encima de su máximo.

Anteriormente, la gente había ganado subastas en el último momento, solo para darse cuenta después de que su oferta final era una cantidad aterradora, y canceló la transacción.

Esa era una situación que podrían evitar adoptando el nuevo sistema. Eso es lo que todos pensaron al principio, de todos modos.

Sin embargo, este método vino con su propio conjunto de juegos mentales brutales. Todos tenían una sola oportunidad, después de todo. Si querían mucho la pieza, tenían que pagar el dinero. Al mismo tiempo, nadie sabía cuánto ofrecían todos los demás. Definitivamente hubo momentos en que un solo postor se fue por la borda y pagó mucho más de lo que debería haber pagado.

“Creo que su oferta fue adecuada, señor…”

Detrás de Dona, un hombre de pie con gran postura finalmente habló. Se llamaba Azul, un hombre que Dona había contratado en las Naciones del Norte. Era famoso como asesino en esas partes. Su apariencia era casi demasiado perfecta para un hombre, y su piel tan blanca como la porcelana. Inicialmente, Dona lo había contratado para su oficio, pero como resultó tener un cerebro y una apariencia decentes, se desempeñó como mayordomo cotidiano.

“Pensar que su oferta de 40 medallones de oro sería superada, señor…”

Inicialmente, Dona iba a ofertar unos extravagantes 38 medallones de oro para Music Box.

Esto parecía más que suficiente para aplastar a la competencia. Sin embargo, recordando que Buttersauce estaba allí, Dona había agregado los dos adicionales para que fuera una apuesta segura de 40 medallones de oro.

Sin tomar en cuenta la diferencia en valores y cultura, eso fue el equivalente a 80 millones de dólares. Aun así, Buttersauce fue la llamada como la vencedora…

Los nobles atestados en la casa de subastas quedaron asombrados ante la declaración de su oferta: 42 medallones de oro. Finalmente, habían estallado en aplausos en la gran jugada de Buttersauce.

“42 medallones de oro… La señora siempre nos mantiene alerta, ¿verdad?”

“Para que esa dama pague tanto… Debe ser un objeto mágico afortunado”.

“He oído que Sir Dona hizo una oferta de 40 medallones de oro…”

“¡Oh! Con una diferencia de solo dos medallones de oro… ¡Qué victoria tan dramática!”

“¡La señora es la noble entre los nobles!”

“¡Brindemos por la victoriosa Madame Buttersauce!”

La tormenta de aplausos y respeto que inundó la habitación en un instante… Esa fue la semilla del poder de un noble. Desde la perspectiva de Dona Dona, su orgullo había sido destrozado para que todos lo vieran. Perder ese juego mental… fue devastador para su vida como noble.

“Maldición… ¡Maldición! ¡Azul! ¿No puedes robarlo de alguna manera? ”

“Todos los nobles del país saben que la pieza pertenece a Lady Buttersauce. Robar es posible, pero imprudente.”

“¿¡Entonces, qué debería hacer!? ¿Quieres que me acueste y muera?”

“¿Por qué no me comunico con la persona que trajo esta caja de música?”

Azul solo había tratado de alejar suavemente a su maestro de la locura. Si bien no tenía ningún sentido de lealtad hacia este maestro, Azul estaría sin trabajo si Dona caía de las filas.

“Hm. Es fácil para usted decir… El hombre parece haber ganado una posición como el ‘tercer asesor’, de alguna manera”.

“Eso es…”

Naturalmente, incluso Azul había escuchado rumores sobre este hombre, pero no esperaba que él fuera el que trajo la caja de música. Por lo que podía ver por los rumores en la ciudad, el hombre era un ser aterrador conocido como el Señor Demonio. Alguien muy alejado de la amabilidad que vio en la caja de música.

“Frustrantemente, mi esposa, White, me dijo que me está estrictamente prohibido hacer contacto con él. Harts solo estaba asintiendo, por supuesto. Ese idiota.”

“… ¿Es así, señor?”

Azul frunció el ceño por un momento cuando doña descaradamente llamó a White su esposa. Aunque Azul no era de este país, ni siquiera quería imaginar a una mujer tan pura y elegante casada con este hombre.

“No importa… Un día, le robaremos todo. No puedo esperar para ver la expresión en el rostro de Butterscotch”.

“Sí señor…”

Aliviado de que al menos impidió que su maestro hiciera algo imprudente hoy, Azul elevó el nivel de peligro del Señor Demonio en su mente.

Quizás su personaje cambió por completo dependiendo de quién contó la historia. Algunos lo llamaron magnate, algunos lo llamaron el Señor Demonio, y otros lo llamaron noble desde el otro lado del mar.

(Con mi maestro actuando de esta manera, estamos seguros de convertirnos en enemigos en algún momento…)

Mientras esto sucedía en la mansión de Dona, la aldea de Rabbi estaba preocupada por un asunto mucho más importante. Se acercaba la llegada de Madame Butterscotch.