Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 2

Capitulo 4: El Señor Demonio En Movimiento

Parte 13

Bajo la Misma Luna 

“Mejor cambiamos la cerca. Y expandir esa área por allí… ”

Noche. Tahara caminaba por el pueblo con una libreta en la mano. Si bien no había ninguna fuente de luz real, tenía una increíble visión nocturna como subproducto de ser un súper francotirador. Continuó tomando notas como si fuera de día.

“¿Deberíamos simplemente rasurar esa montaña?”

Mencionó algunas ideas locas de vez en cuando, pero podía hacerlo. Los ataques de Tahara generalmente se dirigen en todas las direcciones a su alrededor, pero si todos apuntaran a un solo objetivo, seguramente podría destruir un tanque blindado, entonces, ¿por qué una montaña estaría fuera de discusión?

“Estás trabajando duro…”

Tahara se dio vuelta para encontrar a Yu con una sonrisa encantadora. Si bien su belleza se acentuaba con la luz de la luna, cualquier jugador del Juego habría saltado de su piel al verla en esa oscuridad… y rogado que la mataran a la luz, al menos.

“El Secretario cuenta con nosotros, después de todo…”

Tahara respondió con una expresión que no puede ser molestada, como si algo le molestara. Era un hombre que amaba la pereza y no hacer nada, después de todo. Definitivamente no era del tipo que toma la iniciativa en nada.

“Te estás portando bien tú mismo. Estaba esperando que la población disminuya por aquí, gracias a ti.”

“Que malo. Siempre he actuado como el señor secretario quiere que lo haga.”

(Esa es la cosa.)

Tahara pensó, hasta este punto, que Yu era quien tenía la mejor oportunidad de entender lo que su líder quería. A diferencia de Shizuka, Yu era extremadamente inteligente, aunque loco.

Ella no hacía cosas miopes como pelear sin razón, actuar o mentir cuando podía ser descubierta fácilmente, o matar a tanta gente como pudiera indiscriminadamente. Ella era del tipo que se infiltraba profundamente… para cuando todos en la superficie se dieran cuenta, su mundo sería un infierno irreversible. El peor tipo de asesino en serie.

“Entonces, ¿qué quiere el Secretario? Apuesto a que tienes algunas buenas conjeturas, al menos”.

Nunca escatimaron en trabajo de preparación o dinero cuando era necesario. Planearon muchos pasos por delante hasta lograr el resultado inevitable que querían, sin importar cuánta sangre, lamentación e infamia cosecharían en el camino. En ese sentido, Tahara consideraba que Hakuto Kunai y Yu eran muy similares.

Aun así, Tahara no tenía malicia  ni desagrado por ellos.

Si no operaran de esa manera, no habrían sobrevivido en ese mundo. Debe haber habido momentos en que atrapar e incluso matar a alguien era la única opción para sobrevivir. Tahara también tuvo una vida similar.

“Para ser sincero, todavía no entiendo la imagen completa…”

“Huh… No esperaba eso”.

Encendiendo un cigarrillo, Tahara midió sutilmente la expresión de Yu. Ella no estaba mintiendo, determinó. No tenía ninguna razón para creer más que su propia intuición, en la que confiaba de todo corazón.

“Dijo que quería ir en una dirección diferente a la del Imperio…”

“Lo hizo. También que seguir el mismo camino dos veces sería aburrido”.

“¿Y estás de acuerdo con eso, Yu?”

Tahara sospechaba que un camino como este sería aburrido para ella. El Yu que conocía hubiera preferido pisotear todo un mundo lleno de posibles ratas de laboratorio, haciéndolos entregar todo en el camino.

“Tahara. Yo… toqué el fin del mundo”.

“Aquí vamos de nuevo con tus tonterías…”

Tahara dejó escapar algo de voz mientras le revolvía el cabello en la cabeza. Yu solía decir algunas cosas crípticas de la nada. Ella habló de conceptos filosóficos en una frase extraña que cabría esperar de los científicos al borde de la locura.

“Además, siento la presencia de Dios dentro del Secretario…”

“¡D-hah, ja, ja, ja! ¿Qué demonios… esto de nuevo? ¿El misterio del cuerpo humano? ¿Evolución? ¿Algo así otra vez?”

“No, es muy diferente. Lo siento cada vez más fuerte con el tiempo. ¿No lo sientes un poco también? ”

Con eso, Yu se alejó hacia el hospital sin otro sonido. Se podía ver su bata de laboratorio bailando en el alquitrán de la noche que oscurecía la visión incluso a unos pocos pasos de distancia. Tahara la observó irse en silencio antes de apagar el cigarrillo que fumaba en su cenicero portátil. Comenzó a caminar por el pueblo nuevamente.

Siento la presencia de Dios dentro del Secretario.

Todo el tiempo considerando el significado de esas palabras que se repetían en su cabeza.

Mientras tanto, el Señor Demonio que acababa de ser llamado Dios… “Bueno, sabía que la televisión en vivo era demasiado pedir…”… se instaló en la habitación más cara del complejo, jugueteando con el control remoto del televisor mientras estaba acostado en el edredón de su futón.

En este momento, se parecía a un japonés que trabajaba en un viaje de negocios. No es un dios por ningún tramo de la imaginación.

“Tampoco hay albóndigas dulces en la habitación… Supongo que la comida también está prohibida”.

Según su configuración original, se suponía que había todo tipo de postres japoneses colocados en cada habitación y, por supuesto, en el comedor. El Señor Demonio no pudo encontrarlos en ningún  lado. Llegó a  la conclusión de que las galletas en la Base deben haber sido una excepción.

“Pero algunas cosas se reponen por sí solas. No está mal.”

El Señor Demonio había realizado varios experimentos para ver si los artículos como el jabón y el champú se reponían y renovaban, al igual que el agua.

Ahora, no tenía que preocuparse por esos recursos al administrar el negocio. Si hubiera tenido que elaborarlos uno por uno, en serio nunca podría haber tenido suficiente SP.

“¡Maestro Señor Demonio! ¡Estas aguas termales son realmente increíbles! ¡El agua! ¡El vapor!”

“Cálmate, Aku”.

La puerta corrediza de papel de estilo japonés se abrió cuando Aku, que llevaba una yukata amarilla, entró deslizándose con fuerza en el futón. Aparentemente esperaba dormir en el mismo futón que él, como si fuera natural.

“¡Hoy tomé lo que se llama un baño de hierbas!”

“Hm… Sí, puedo oler las hierbas en ti, es agradable”.

“¿De verdad? Ji ji ji…”

“¿Estás durmiendo a mi lado otra vez…?”

Aun así, el Señor Demonio no la persiguió fuera de la habitación. Al final del día, fue fácil con Aku. Cuando fue a apagar las luces con el control remoto para irse a la cama, se escuchó pisadas fuertes desde el pasillo.

“¡Aku! ¡Te dije que fueras mi almohada de abrazos hoy!”

Luna llevaba una yukata en su color característico, rosa. Yu debe haberlo puesto sobre ella.

“Aku está en mi cama ahora mismo”.

“¡P-P-Pervertido! ¿Qué le vas a hacer a Aku?”

“No sé lo que estás imaginando, pero no tiraría esa piedra si fuera tú”.

Aku siempre dormía rápido, pero tal vez ayudada por las aguas termales, se había quedado dormida en poco tiempo. Incluso Luna se quedó callada al verla dormida.

“B-Bien… Entonces dormiré aquí también”.

“No, deberías volver a tu habitación”.

“Cállate… ¡Soy la dama del pueblo!”

Con eso, Luna se acurrucó en el futón al otro lado del Señor Demonio como Aku. Ahora estaba atrapado entre un niño y una niña de pecho plano. Lo único que sentía el Señor Demonio ahora era molestia.

“Esto es realmente un dolor…”

No pudo evitar decirlo en voz alta esta vez. Luna recortó con su actitud descarada.

“Soy la dama del pueblo… Soy el mejor perro aquí…”

Los ojos de Luna se cerraron lentamente ante la comodidad de un edredón de primer nivel. Incluso una Doncella Santa nunca debe haber experimentado una cama tan suave (si se pudiera llamar así) antes. Otra maravilla de la tecnología del Imperio, maximizada en comodidad y suavidad.

“Por qué es… tan suave… no puedo creer…”

Luna se sacudió y giró varias veces como para experimentar completamente la suavidad, y su trasero rozó la mano izquierda del Señor Demonio. Inmediatamente, Luna gritó.

“¡T-Tú…! ¡Acabas de tocar mi trasero!”

“¿Cuántas acusaciones falsas vas a difundir?”

“¡N-No intentes poner excusas…! ¡Esta mala mano está bajo arresto!”

Luna agarró el brazo del Señor Demonio y lo convirtió en su almohada.

¿Era eso todo lo que quería desde el principio? “Es b-bastante difícil… Y las venas tiemblan…”

“¡Deja de decirlo así!”

Mientras la extraña discusión continuaba en la habitación por un tiempo, el Señor Demonio decidió abandonar el complejo una vez que todos estaban dormidos y fumaban. Parecía que había mucho en qué pensar, pero no podía entenderlo todo.

(Tahara está aquí, y Madame llegará en unos días… Esto acelerará las mejoras en el pueblo, seguro).

Las cosas fueron tranquilas. Teniendo en cuenta el hecho de que fue arrojado a un mundo de fantasía solo, lo estaba haciendo increíblemente bien. La cuestión era que no podía sacudirse la sensación de que estaba olvidando algo importante. El Señor Demonio trató desesperadamente de recordar qué era eso.

“¡Oye! ¿Qué tipo de almohada se levanta sola?”

“Nunca me resigné a la vida de una almohada”.

Se dio la vuelta para ver a Luna, que parecía irritada.

“¿Qué haces solo tan tarde? N-No te vas a meter en la cama de un Conejito, y… ”

“Hablar contigo hace que pensar parezca estúpido”.

“¿Pensando? ¿Qué pasa? ¿Sobre este pueblo?”

“Eso es parte de eso”.

Ahora que había arrastrado a tanta gente a este plan, tenía que seguirlo. El Señor Demonio no tenía intención de dar marcha atrás contra cualquier oposición, desde una posición de poder o de otra manera. Mirando hacia el cielo nocturno, exhaló una larga hilera de humo.

“¿Hey, puedo preguntarte algo?”

“¿Hm?”

“¿Por qué elegiste este pueblo? Hay muchos otros lugares con mejores condiciones”.

Un pueblo pobre y desolado de semihumanos. Luna sintió que nadie en su sano juicio habría elegido este lugar como su cuartel general. Si bien el Señor Demonio podría haber presentado muchas razones, como la aldea que pertenece a una Doncella Santa, y que estaba en la ruina, decidió dar una respuesta más vaga que no parecía tan hastiada.

“Hubo algunos factores… Pero parece que tú y Aku se llevan bien. Todo cayo junto”.

Tal vez hubo algún tipo de significado en conocer a Aku temprano en su tiempo en este mundo, y algún significado en conocer a Luna también. El Señor de los Demonios esquivó la pregunta al afirmar este concepto que prevalecía en Japón.

“Cayeron juntos… Oye, ¿solo una pregunta más?”

“¿Ahora qué?”

“¿Tienes amigos…?”

“¿Eh?”

El Señor Demonio dejó escapar un grito estupefacto ante esta pregunta de la nada. “Vamos, solitario”, casi respondió, pero la expresión de Luna era muy seria, por una vez.

(¿Qué está pasando, de repente…?)

Confundido por la pregunta fuera del campo izquierdo, el Señor Demonio buscó una respuesta.

(Todos hacen algunos amigos en su vida…)

Pensó, pero no podía imaginar a ningún amigo suyo. Recordó a muchos compañeros de clase, compañeros de trabajo, jefes y conocidos, pero la esquiva persona importante permaneció escondida detrás de una gruesa capa de niebla.

“¡Oh… así que me has estado llamando solitario todo este tiempo cuando no tienes un amigo tú misma!”

“¡No soy como tú, solitaria!”

El Señor Demonio sopló su cigarrillo después de la declaración triunfante de Luna. A este ritmo, podría ganar el apodo deshonroso del Demonio Solitario.

“¿Cómo pudiste hablar de la aldea con tus amigos, de todos modos?”

Ante esta pregunta, Luna mostró alguna señal de vacilación, extraña para ella. Después de un rato, parecía haberse decidido y respondió vacilante:

“Si este lugar se vuelve famoso… pensé, alguien que conozco lejos podría escucharlo”.

Sus palabras parecían una oración devota, casi haciendo que el Señor Demonio se pusiera de pie. Al ver el perfil de Luna ahora, podía sentir el aura de una Doncella Sagrada.

“… Será famoso. Más que cualquier aldea, pueblo o ciudad en este mundo entero.” El Señor Demonio lo garantizó con confianza. Creía sinceramente que el mundo que había creado y mejorado nunca perdería ante nada más.

“H-Hmph… ¡Sigue trabajando duro para mi pueblo!”

Sacudiendo su cabeza ante la misma actitud de Luna, el Señor Demonio miró hacia el cielo nocturno.

Pocos días después, Madame Buttersauce, una figura importante de la escena de la fiesta de los nobles, llegó a la aldea.