Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Huey

Parte 1

El Sexto Comandante del ejército de los demonios.

Este es el rol que se me ha asignado.

Sé mejor que nadie que no es un papel adecuado para alguien de mi estatura.

Para los estándares demonio, soy muy joven.

Y encima tengo una apariencia aún más joven, por lo que la gente siempre me infravalora.

Los demonios viven más que los humanos, y algunos crecen más rápido que otros.

Yo parezco ser de los que envejecen despacio, dado que todavía parezco un niño.

Supuestamente, nuestra línea familiar tiene algo de sangre de elfo de unas pocas generaciones atrás, así que tal vez eso también tuviera algún efecto en mi crecimiento.

Digo “supuestamente” porque es difícil creer que un elfo realmente haya tenido un hijo con un demonios, teniendo en cuenta el típico desprecio de los elfos por otras razas.

Pero nuestra línea familiar ha sido bendecida durante mucho tiempo con una gran afinidad con la magia, como a los elfos, así que tal vez haya algo de verdad en eso después de todo.

Y la lentitud de mi crecimiento es bastante inusual para los demonios, lo cual solo hace que esa teoría sobre los elfos sea aún más fuerte.

Mi hermano menor es muy parecido, por lo que este rasgo probablemente se transmite a toda la familia, no solo a mí.

Mis compañeros de clase y estudiantes de último año a menudo se burlaban de mí en la escuela por mi apariencia, y ni siquiera los de primer año me tomaban en serio.

Y un desarrollo lento del cuerpo significa que mis estadísticas físicas también crecen lentamente.

Invariablemente pierdo en cualquier combate cuerpo a cuerpo, lo que ha sido una gran fuente de vergüenza.

Sin embargo, eso es válido solo para batallas que son puramente físicas. Con la magia es otra historia.

En un duelo de pura magia, estoy seguro de que soy más fuerte que ningún otro demonio.

Tal orgullo es algo natural para el conde de una prominente familia mágica.

Para mantener ese orgullo, siempre he usado esa magia para girarle las tornas a cualquiera que se burlara de mí.

Y una vez que se corrió la voz de mi poder, no pasó mucho tiempo antes de que me nombraran uno de los comandantes del ejército de los demonios, el rango más alto que se puede otorgar a un demonio.

Ahora la misma gente que alguna vez me despreció tiene que servirme.

Eso definitivamente sienta bien.

Pero al mismo tiempo, sé que no soy realmente digno de ser comandante.

La única razón por la que me convertí en uno es porque no había nadie más cualificado.

Francamente, no fui seleccionado por mis méritos personales—simplemente fui la opción más aceptable en el proceso de eliminación.

La verdad es que la raza demonios está desesperadamente corta de mano de obra, ya que perdimos a muchos de nuestros más brillantes y mejores compatriotas en la guerra contra los humanos.

Hay pocos líderes veteranos supervivientes aparte del Comandante Agner del Primer Ejército, y la mayoría de los otros comandantes actuales fueron una vez jóvenes novatos que destacaron por su servicio durante los largos años de la guerra anterior.

Pero incluso entonces, no fueron suficientes, por lo que tuvieron que escoger a alguien de una generación más joven que parecía prometedor y lo nombraron comandante.

Ese soy yo.

En otras palabras, soy solo una medida provisional.

Por supuesto, fui elegido por mis aptitudes—eso no puede negarse.

Pero en comparación con los otros comandantes, tengo mucha menos fuerza y experiencia.

Creo que mis habilidades mágicas están a la par con los otros comandantes, pero en una lucha real, estoy seguro de que sería el más débil de todos.

Y como no tengo mucha experiencia, sigo siendo un inepto para dirigir a un ejército.

Sé que la gente me llama cosas como el Niño Comandante por las espaldas.

Durante mi tiempo en la escuela, podía silenciar cada burla con mi destreza mágica, pero ahora que tengo el rol de comandante, eso solo no es suficiente para convencer a todos.

Dudo que la gente deje de burlarse de mí hasta que alcance a los otros comandantes.

Pero para alguien tan joven como yo, eso es más fácil de decir que de hacer.

No importa lo vergonzoso que sea, no tengo más remedio que soportarlo.

Y entonces el actual Señor Demonio apareció.

Parece que los señores demonios, por naturaleza, tienen el impulso de librar una guerra contra la humanidad.

Las generaciones más antiguas de señores demonios ciertamente que lo hicieron, hasta el punto de que el Señor Demonio más reciente que desapareció debe ser una de las pocas excepciones.

Pero cuando ese Señor Demonio desapareció, en realidad fue un gran golpe de suerte para la raza demoníaca.

Habíamos sufrido grandes pérdidas durante la larga batalla con los humanos, hasta el punto donde ya no teníamos más recursos o personal para una guerra.

Esta falta de personas es la razón por la que me volví comandante a una edad tan temprana, así que tengo sentimientos encontrados al respecto.

Desde que el Señor Demonio desapareció, los demonios pudieron establecer una tregua temporal con los humanos y se centraron en la reconstrucción.

Sin embargo, el Señor Demonio actual está deshaciendo todo ese esfuerzo.

De hecho ella, claramente no está pensando para nada en el futuro de la raza demoníaca.

Los Señores Demonio anteriores continuaron la guerra con los humanos, también, pero este Señor Demonio en particular no parece tener ningún concepto de moderación.

Los Señores Demonio anteriores siempre tomaron en consideración el estado general de la raza demonio y ordenaron fuerzas en consecuencia, pero el actual no se preocupa por nada de eso. Parece que tiene la intención de reunir hasta el último demonio y enviarlo a la batalla con los humanos.

La mayoría de los comandantes desaprobaron esto.

Incluso yo sabía lo que sucedería si tomábamos esa ruta, así que por supuesto, yo estaba de acuerdo con los demás.

Y por supuesto, los comandantes no se iban a quedar sentados esperando nuestra destrucción.

Efectivamente, un complot secreto para derrocar al Señor Demonio comenzó a gestarse.

Pensé que esa sería la oportunidad perfecta, así que me uní al golpe de estado sin vacilar.

¿Qué mejor manera de construirme una reputación que derrocar al Señor Demonio que está conduciendo a nuestra raza por el camino de la destrucción?

Pensé que teníamos muchas posibilidades de ganar.

El Señor Demonio parecía joven.

Sin duda, se estaba dejando llevar por la emoción de ser reconocida como Señor Demonio y estaba intentando hacer lo imposible.

Qué idiota.

Me uní discretamente a los revolucionarios y con cuidado comencé a enviar a soldados para que se unieran al Séptimo Ejército de Sir Warkis.

El plan era que Warkis reuniera al ejército rebelde y atacara, momento en el que movería al Séptimo Ejército en apoyo.

El Segundo Ejército de la Señorita Sanatoria también estaba cooperando, así que estábamos preparados para derrotar la fortaleza del Señor Demonio desde dentro y desde fuera a la vez.

Se suponía que el Cuarto ejército de Balto iba a defenderla, pero él tampoco parecía querer servir al Señor Demonio, por lo que dudábamos que sus soldados permanecieran leales a ella.

Si nos comunicábamos con ellos, sin duda habría muchos que querrían cambiarse de bando.

Dado que Nereo, el Noveno Comandante, que estaba a cargo de la gestión del personal también estaba en el bando de la rebelión, era fácil mover a la gente.

Reunimos nuestras fuerzas discretamente para que el Señor Demonio no notara nada inusual, y pronto, nuestro ejército rebelde estaba completo.

Para entonces, era demasiado tarde para detener el golpe de estado.

… O eso pensábamos.

Lo siguiente que supimos, es que la rebelión había sido completamente aplastada.

Fui testigo del momento exacto en que el cerebro, Sir Warkis, murió por su propia espada.

Y poco después, todos los comandantes que participaron en la rebelión recibieron una advertencia de Sir Agner.

Fue entonces cuando me di cuenta de que habíamos fracasado.

Sir Agner, el más experimentado de los comandantes, considerado universalmente el más fuerte de los demonios, estaba del lado del Señor Demonio.

No entendía por qué haría tal cosa.

Pero eso solo fue suficiente para convencerme de que la rebelión era una causa perdida.

La influencia de Sir Agner era simplemente así de inmensa. Con él como enemigo, nuestras posibilidades de éxito eran escasas.

Había apostado por un caballo perdedor.

Ahora la única cosa que importaba era encontrar una forma de recuperarse de algún modo.

Justo cuando estaba empezando a entrar en pánico, fui convocado por el Señor Demonio.

Fue entonces cuando supe exactamente por qué Sir Agner había elegido obedecerla.

Yo no fui el único convocado.

Sir Nereo, la Srta. Sanatoria y yo—los comandantes que estaban trabajando con la rebelión en secreto.

A comparación de la actitud impávida de Nereo y la habitual sonrisa relajada de Sanatoria, estoy seguro de que yo parecía patéticamente conmocionado.

Estaba temblando de miedo de que nos sentenciaran a la ejecución, pero en su lugar, el Señor Demonio simplemente nos dijo que el Comandante del Noveno Ejército había cambiado.

Parecía decepcionante.

El Noveno Ejército había sido durante mucho tiempo poco más que un nombre.

Su comandante, Nereo, estaba a cargo de todos los asuntos relacionados con el personal, por lo que la mayoría de sus esfuerzos se dedicaban a eso y no a su casi inexistente ejército.

El Señor Demonio anunció que iba a nombrar un nuevo comandante y a convertir al Noveno en un ejército decente.

Eso fue todo.

Llegué a la reunión preocupado por ser ejecutado, así que me sentí aliviado al escuchar esto.

Pero un momento después, me di cuenta de lo equivocado que estaba al pensar que el peligro ya había pasado.

Terriblemente, horriblemente, inolvidablemente equivocado.

El Señor Demonio habló.

“Lo que significa que ya no necesitaremos al actual Comandante del Noveno Ejército más.”

Y con eso, se deshizo de Sir Nereo como de una herramienta que le había dejado de ser útil.

Una mera ejecución habría sido más amable.

¡Nadie debería ser sometido a lo que presencié aquel día!

Ser devorado sin dejar rastro…

Nadie debería tener que morir así, y nadie debería poder hacer tal cosa.

Puede que el Señor Demonio parezca una niña pequeña, pero en su interior, es una bestia repugnante.

Teniendo en cuenta cuánto tiempo he sufrido por mi propia apariencia juvenil, es impensable que juzgara mal al Señor Demonio por la misma razón.

A partir de ese día, nos sumergimos en un infierno.

¿En qué momento nos equivocamos?

Eso es obvio. Nunca debimos intentar desafiar al Señor Demonio.

Fuimos engañados por su apariencia, nos burlamos de sus planes aparentemente estúpidos, y asumimos tontamente que no era nada más que una joven idiota que había dejado que la ambición se le subiera a la cabeza e iba a estropearlo todo.

Pero nos equivocamos.

Ahora me queda muy claro.

El Señor Demonio sabe exactamente lo que está haciendo y está intentando deliberadamente enviarnos a todos al infierno.

Verdaderamente es una bestia sin corazón.

¡Un horror que disfruta nada más que con vernos luchar, sufrir y morir!

Podría matarme por capricho en cualquier momento.

Tengo que hacer lo que ella diga, servirla con devoción y hacer cualquier cosa que pueda para mejorar su opinión sobre mí como pueda…

“Entonces mata y muere mucho.”

Esas fueron sus órdenes.

Así que tenemos que matar a tantos enemigos como podamos.

De lo contrario, ¡todos moriremos en su lugar!