Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 12

Huey

Parte 2

“¡Sir Huey! ¡No podemos aguantar más! ¡Tenemos que retirarnos!”

Mi ayudante insiste en que nos retiremos.

Estamos atacando Fuerte Dazarro, uno de los pilares en las líneas defensivas de los humanos.

Se ordenó al Sexto Ejército que lo derribara.

Francamente, el equilibrio de poder no está a nuestro favor.

De hecho, va incluso peor de lo que me imaginaba.

Mis tropas, el Sexto Ejército, son principalmente usuarios de magia.

Esto se deben en parte a que yo mismo me especializo en magia, pero los magos también son más eficaces en grupos grandes, razón por la cual organicé a propósito mis tropas con un gran énfasis en la magia.

El papel de un mago en la guerra es diezmar el ejército enemigo con un as bajo la manga llamado gran magia, un tipo especial de hechizo lanzado en grupo que causa daños a muy amplia escala.

No es exagerado decir que la cantidad de gran magia que un ejército puede lanzar podría ser el factor decisivo entre la victoria y la derrota.

Y para poder lanzarlo, múltiples usuarios de magia necesitan usar la habilidad Cooperación para trabajar juntos sin problemas.

De ahí la importancia de tener una gran cantidad de magos, suficientes como para usar gran magia.

Desde que fui nombrado comandante, he estado aumentando el número de magos bajo mi mando enseñando cualquier soldado prometedor que me encontrara e incluso negociando el reclutar soldados con aptitudes mágicas de otros ejércitos.

Por lo tanto, creo que el Sexto Ejército ahora cuenta con un poder destructivo igual a cualquier otro operativo.

Desafortunadamente, eso significa que nuestros soldados de primera línea son notablemente más débiles que la mayoría, por lo que existe un peligro claro de que el enemigo atraviese sus filas y alcance a nuestros magos más importantes en una batalla de campo.

Pero cuando se trata de un asedio, realmente podemos poner a trabajar nuestro poder destructivo.

Siempre y cuando no salieran de su fuerte para atacar, podríamos seguir machacándolos con gran magia desde una distancia segura hasta que aniquiláramos a todo el fuerte y nos aseguráramos la victoria.

Estaba seguro de ello.

Entonces, ¡¿por qué todo va tan horriblemente mal?!

“¡Maldición!”

“¡Lord Huey, debemos retirarnos!”

Mientras maldigo, mi ayudante repite su súplica.

El Sexto Ejército se encuentra en una situación tan desesperada que no tenemos otra opción.

El pánico de mi ayudante hace que sea aún más claro cuán desesperada se ha vuelto nuestra situación.

Deberíamos haber podido ganar con esto.

¡Era un concurso por la supremacía mágica después de todo!

Sí, nuestro oponente también estaba usando magia de larga distancia.

Nos desafiaron a una batalla de magia, la mayor fuerza del Sexto Ejército.

En ese momento, me reí entre dientes.

Estaba seguro de que podríamos ganar.

¡Y aun así!

¡¿Cómo podemos estar perdiendo?!

Todavía no hemos sido golpeados con ningún hechizo de gran magia.

Aunque no hemos podido lanzar ningún ataque tampoco, ya que siguen anulando nuestros intentos de alguna manera.

Atacar al enemigo con gran magia es en realidad la clave para ganar una batalla.

Naturalmente, se necesita mucho tiempo para prepararla, y la gran cantidad de poder mágico involucrado hace inmediatamente obvio que está a punto de utilizarse gran magia.

El objetivo, entonces, es proteger la propia gran magia mientras se previene que el enemigo la use.

En ocasiones, la gran magia se usa incluso para distraer al enemigo.

Así de fundamental es su uso en batallas como estas.

En ese sentido, estamos igualados.

Interfieren cada vez que intentamos usar gran magia, pero también hemos estado haciendo fracasar sus intentos.

Eso significa que ninguno de los bandos ha podido utilizar sus ataques más poderosos.

En otras palabras, simplemente hemos estado disparando magia normal de un lado a otro.

Entonces, ¡¿por qué nuestro bando es el único que sufre pérdidas?!

¡Los demonios tienen estadísticas más altas que los humanos!

En un tiroteo mágico, seguramente el bando con estadísticas más altas debería ganar—en este caso, el nuestro.

Pero en cambio está sucediendo lo contrario.

No tiene sentido.

¡¿Qué está pasando aquí?!

Me han dicho que el general enemigo es un mago humano llamado Ronandt.

Es una leyenda entre los humanos que supuestamente ha vivido desde los días del anterior Señor Demonio.

No creí haberlo subestimado.

Pero aun así, confiaba en que no perderíamos en una competición de pura fuerza mágica.

Y aun así—¡aun así!

Rechino los dientes.

A este paso, el Señor Demonio me matará.

“No podemos… retirarnos.”

“¡¿Pero por qué?! ¡Si esto continua, solo seguiremos perdiendo tropas!”

“¡Simplemente no podemos!”

Si nos retiramos sin haber conseguido ningún tipo de resultado, el Señor Demonio estará furioso.

Me matarán.

Comido.

¡No! ¡No quiero morir así!

Debo conseguir algún tipo de resultado, cueste lo que cueste.

Lo que nos deja solo una opción…

“Vamos a utilizar gran magia. Cubridme.”

“¡No tiene sentido intentar usar gran magia ahora! ¡Debemos retirarnos!”

“Solo hazlo.”

Lanzaré gran magia con mis propias manos para aplastar al enemigo.

De lo contrario, no hay modo de cambiar el rumbo de la batalla.

Pero mientras intento prepararme, nadie más mueve un músculo.

¡Estos imbéciles!

“¡Daos prisa y ayudadme!

Doy un pisotón con un pie de frustración.

Justo entonces, algo en mi cabeza cruje.

“¿Eh?”

Luego, antes de que pueda averiguar qué está pasando, mi conciencia se vuelve negra.

HUEY GUIDEK: Sexto Comandante del ejército demonio. El actual conde de una familia que presume de poderoso poder mágico por generaciones. Es el más joven de todos los comandantes demonio y también aparenta ser muy joven. Debido a esta apariencia y a la pérdida de sus padres a una edad muy temprana, ha pasado por muchas dificultades en toda su vida. Es muy trabajador, ha encontrado el modo de enfrentar esos obstáculos con su propia fuerza. Sin embargo, es consciente de la falta de experiencia que tiene en comparación con los otros comandantes y esta dispuesto a tomar medidas extremas para compensarlo. Como resultado, se mete en la boca del lobo conocido como Señor Demonio y experimenta el miedo de chocar contra un muro que posiblemente no pueda superar.