Maou-sama Retry! (NL)

Volumen 1

Capitulo 2: La Santa Doncella En Oro

Parte 9

Satanistas

Holylight, a pesar de su clasismo y sus conflictos internos, había permanecido intacto a través del culto al histórico Ángel Sabio. Dicho esto, había un grupo lejos de la ideología nacional. No bandidos ni ladrones hedonistas, sino adoradores de seres opuestos a los ángeles. Eran satanistas, adoradores de los demonios.

Al principio, los satanistas solo tenían la modesta demanda de redistribución de la riqueza. Sin embargo, con el tiempo, recurrieron a la abolición de los nobles e incluso acusaron al Ángel Sabio por crear el clasismo de la nación en primer lugar.

La verdad era que el Ángel Sabio no tenía nada que ver con los nobles o el clasismo.

El Ángel Sabio se había desvanecido después de luchar contra el Rey de los Demonios. Muchos de los que lucharon junto al Ángel Sabio en ese momento habían obtenido posiciones de poder, y luego se convirtieron en nobles.

Los satanistas, sin embargo, no se preocuparon en absoluto por los hechos históricos o sus precisiones. El ahora, y su fin, era todo para lo que vivían.

En algún momento, alguien llamado Utopía apareció ante ellos. Desde entonces, los satanistas se volvieron más y más agresivos. Finalmente, habían comenzado a adorar a los demonios en oposición a los ángeles y a realizar ataques terroristas aleatorios en todo el país, antes de finalmente intentar convocar al Señor Demonio.

“¡Sal, Luna!”

El rugido de Queen reverberó por los callejones. Al escuchar esto, los satanistas se llenaron de alegría. Por lo que sabían, habían fallado en convocar al Señor Demonio, pero habían atraído a una Doncella Santa. No fue en vano, después de todo. Pusieron en marcha su plan para asesinar a las Doncellas Santas.

“Malditos sean las doncellas santas…” “Maldito sea”.

Warlkin, el líder de los asesinos, llamó, y voces misteriosas respondieron desde los callejones sombríos. Fue increíblemente afortunado para ellos que dos de las Doncellas Santas estuvieran en la ciudad, cuando se hubieran considerado afortunados de derribar a una.

(Con nuestra arma secreta, nuestro plan es infalible…)

Warlkin no pudo evitar hacer una mueca de anticipación. Si hubiera sabido que el Señor Demonio que habían esperado tanto estaba a la vuelta de la esquina, podría haberse desmayado.

***

(Ay, esta chica… ¿Nació bajo la Estrella del Norte?)

Recogiendo la conmoción del callejón, el Señor Demonio se había escondido entre la multitud en la calle principal. Estaba mirando a una mujer encima de una silla ridículamente grande, rodeada por una banda de skinheads y Mohawks.

Al principio, los identificó como bandidos o una compañía de circo, pero seguía escuchando murmullos de la multitud mencionando las palabras “Doncella Santa”.

(¿Esa es… una de las hermanas de Luna…? ¡¿De verdad?!)

Ella lo miró como si estuviera a punto de gritar “¡No necesito amor!” Evocando sentimientos aún más extraños en el Señor Demonio sobre las Doncellas Santas.

“Oh, sí… Si hay un Señor Demonio por aquí, muestra tu cara”.

Como reacción, los Mohawks a su alrededor comenzaron a gritar la misma demanda, agitando sus palos. ¿Cómo podrían ser el ejército de una Doncella Santa? “¡Saca toda la comida y el agua que tienes!” Parecía más una demanda que estaban a punto de hacer.

“Creo que el Señor Demonio es un gatito… Demasiado asustado para enfrentarme, ¿eh?”

(¡Cállate, monstruo! ¡Vuelve a tu post-apocalipsis!)

El Señor Demonio gritó internamente con todas sus fuerzas. Quien en su sano juicio se pararía frente a un grupo como ellos solo para ser como “Sí, ese soy yo”. ¿Señor demonio aquí? Los Mohawks lo golpearían para hacer pulpa en dos segundos.

“H-Hermana… ¿Por qué estás aquí?”

Luna saliendo a la calle principal solo hizo que la conmoción fuera más fuerte, para consternación del Señor Demonio. Las cosas seguramente se volverían más complicadas.

“Pequeña cabrona… ¿Quién te crees que eres, jugando con fuego a mis espaldas?”

“¡N-No! ¡Acabo de escuchar que el Señor Demonio había aparecido, así que…!”

“¡Estúpido pedazo de mierda! Eres un saco inútil por tu cuenta, así que ve a llorar en tu habitación, pequeña desgraciada miserable”.

Desde lo alto de su silla, Queen levantó su dedo medio en el aire hacia Luna. Una exhibición perfecta de desdén. Fue en este momento que todas las reglas parecían haberse salido por la ventana.

“¡N-No tienes que ser tan malo! Y he tenido la intención de preguntarte, ¿qué pasa con la estúpida silla grande?”

“¿Huh? ¿Tienes un problema con mi trono portátil…?”

Al escuchar la discusión, el Señor Demonio encendió un cigarrillo sin decir una palabra. Necesitaba algo que lo ayudara a superarlo. De hecho, dudaba que la criatura sobre la silla gigante fuera realmente una mujer.

¿Era posible que fuera un monstruo llamado Thouzer, o algo así?

“¡Yo-yo soy quien derribará al Señor Demonio! ¡Vete a casa, hermana!”

“¿Eliminar algo que no existe? Buena suerte con eso.”

“¡Él también existe! ¡Siempre está detrás de mi trasero! ”

“… ¿Eh? ¿Qué es esto de tu trasero? ”

(¡Maldición…! ¡Pensé que estaba listo, pero no estaba listo para esto!)

El Señor Demonio se retorció de vergüenza, apenas evitando acurrucarse en el suelo. Antes de darse cuenta, ahora era el pervertido que deseaba el trasero de Luna.

(Espera un momento… puedo llevar a Aku y abandonar la ciudad mientras están distraídas).

Apretó los puños ante su brillantez. Luna sola era demasiado para manejar, y mucho menos para su loca hermana. Cuando el Señor Demonio se volvió hacia la posada para evitar esa pesadilla, un grito atravesó la calle… seguido de un chorro de sangre.

***

“¡Muerte al falso ángel…! ¡Pájaro de fuego!”

“¡Dolor a las doncellas santas…! ¡Martillo de hielo!” Luces rojas y azules.

(Que…)

La vista irreal frente a él provocó una reacción infantil del Señor Demonio. En el momento siguiente, oleadas de calor y frío lo empujaron en tándem, casi volando. Los hechizos de fuego rápido atravesaron trozos de la multitud, causando una lluvia de sangre en esta manzana.

(¡Maldición…! ¡Magia otra vez!)

En medio de los gritos y los gritos, incluso podía escuchar vítores. De la nada, apareció un grupo vestido de negro, atacando a la Doncella Santa posapocalíptica y su pandilla.

(Reconozco ese atuendo…)

Un rápido recuerdo llevó al Señor Demonio a la respuesta. Estaban vestidos igual que el grupo de cadáveres en el Santuario de los Deseos. No tenía idea de quiénes eran, pero parecían estar en contra de las doncellas santas.

“… ¿Qué pasa, satanistas?”

Cuando se levantó una nube de polvo, sacó un palo de metal ridículamente grande y lo estrelló contra la figura de la túnica negra que tenía delante.

Eso aparentemente destrozó su cráneo en pedazos, cuando el cuerpo cayó sobre su espalda, arrojando un chorro de sangre. Giró alrededor del trozo de metal tan grande como ella, masacrando otra figura en negro, luego otra. Luego, dejó escapar una risa maníaca y cargó contra el grupo de ellos.

(Santa doncella, mi trasero… ¡Esa es una bestia sedienta de sangre!)

Un golpe de ese trozo de metal enviaría incluso a un león o un oso corriendo con la cola entre las piernas. La loca Santa Doncella seguía balanceando el trozo de metal de lado a lado, soplando cabezas de sus enemigos. Ni siquiera se podía ver una pizca de culpa en su rostro, ya que continuaba como si estuviera jugando un deporte amistoso.

“¡Caigan muertos, idiotas…! ¡Géiser de oro!”

Con un movimiento de su bastón, Luna disparó numerosas lanzas doradas. En un abrir y cerrar de ojos, diez o más de las figuras en negro estaban ensangrentadas. Su sangre fluyó por toda la calle principal, hacia los callejones. Inmediatamente, los Mohawks gritaron.

“¡Acaben a los satanistas!”

“¡Sangre para la reina!”

“¡Si logramos salir de esto con vida, voy a hacer que la reina me insulte…!”

Gritando esto y aquello a la vez, los Mohawks y los skinheads chocaron con las figuras en negro. Ya no se sabía de qué lado era el agresor. Las dos locas Doncellas Santas también estaban en la cima de su juego.

“¡Ja, ja, ja, ja! ¡El rojo es el nuevo negro, satanistas!”

“¡Deberías sentirte honrado de perecer por mis hechizos! ¡Demonios!” (Eres el verdadero demonio aquí…)

La determinación del Señor Demonio de escapar de la ciudad con Aku se había solidificado. ¿Quién podría culparlo por tratar de evitar a las Doncellas Santas, sin embargo, cuando cada vez que aparecía, había gente asesinada?

Justo cuando el Señor Demonio estaba a punto de darse la vuelta, un hombre que parecía estar en una posición de liderazgo, con un atuendo diferente al resto, sacó una caja grande y la abrió.

Un líquido negro como la neblina emergió y emitió sonidos peculiares que se extendió por la calle principal. El hombre hizo una mueca como si ya hubiera ganado la batalla.

“Nuestra preciosa oscuridad… Pero debería ser perdonada si pudiéramos tomar dos Doncellas Santas”.

En un instante, una energía extraña impregnó el área. El líquido negro se había extendido por el suelo, y los Mohawks habían caído de rodillas uno tras otro al llegar a ellos. Después de ver esta extraña vista, la mujer con el trozo de metal gritó con agitación:

“¡Luna, retrocede! ¡Es el Tártaro! ”

“Qué… ¿Huh…?”

Para cuando pronunció las palabras, el líquido había llegado a sus pies. Cayeron de rodillas, impotentes.

“¡Ahora…! ¡Atrápenlas!”

El líder gritó. El líquido negro se arrastraba por los callejones. La gente en la multitud cayó uno tras otro mientras se acercaba al Señor Demonio.

(¿Veneno?)

Si era así, tenía un neutralizador del juego. Mientras se preparaba para enfrentarlo, el líquido siguió extendiéndose, evitando al Señor Demonio. Sintió cautela por ello. Como si solo lo estuviera mirando, observando. Tal vez fue una especie de criatura.

“¡Todos, la bendición del ángel se fue! ¡Derribar a las doncellas santas!”

Con esa llamada, las figuras de negro atacaron de inmediato. La mujer con el trozo de metal había perdido el golpe, jadeando con una rodilla en el suelo. El hombre del tamaño de una roca se colocó entre ella y los atacantes, pero incluso él se veía pálido, sin una pizca de fuerza en su postura.

(¡Esto no se ve bien…!)

Mientras entraba en pánico por lo que estaba sucediendo, el Señor Demonio sabía que habría más problemas por delante si saltaba a la acción en este momento.

La mujer con el trozo de metal recordando su rostro, especialmente, podría significar el final para él. Podía ir a la batalla en Stealth Stance, pero eso le quitaría aproximadamente el 70% de sus poderes de combate.

Como no sabía de lo que eran capaces estas figuras en negro, no estaba dispuesto a arriesgarse.

(¿Tal vez debería crear una granada o algo y arrojarla a la refriega?)

Mientras el Señor Demonio estaba considerando soluciones de fuerza bruta como esa, el anillo en su dedo emanaba una luz desconcertante, enviándolo a un dolor y mareos insoportables.

Así es… explótalos a todos, y a esa mujer, en pedazos… Problema resuelto.

(¡No tú otra vez! ¡Mata a esa mujer y me convertiré en el hombre más buscado del país!)

A pesar de su rebelión contra los susurros de Kunai en su cabeza, no se detuvieron.

Pero ella, y todo este país, está tratando de matar al Señor Demonio. Será defensa propia, de nuevo.

¿No es reconfortante? Con la justificación de protegerse, puede seguir saboreando el asesinato.

Con cada segundo su dolor de cabeza empeoraba, hasta que ya no podía soportarlo. Incluso parecía que el líquido negro a su alrededor resonaba con el llamado de Hakuto Kunai. Ondulaciones aparecieron en su superficie, tomando formas peculiares aquí y allá. El Señor Demonio esperaba que se lo tragara entero si bajaba la guardia.

(¿¿No hay… algo que pueda sacarme de esto…??)

Con su mano temblorosa, abrió las Funciones de administrador. Para su sorpresa, fue recibido con una nueva orden.

Cambiar personaje: no controlable

(… ¿Eh?)