Ore ga Heroine o Tasukegite

Volumen 11

Capitulo 2: Sirvienta X Monja

Parte 2

Después de eso, nos despedimos por la tarde. Rosalind empacó sus cosas y salió del aula.

“Rekka, vamos a casa juntos”.

“¡Rekka! ¡Es hora de volver a casa! ”

“Claro.”

Satsuki e Iris me estaban esperando, así que agarré mi bolso y me fui también. Los tres charlamos mientras salíamos de la puerta de la escuela, caminando por la calle con otros estudiantes que se dirigían a casa.

“Hey, Rekka. Vamos a comer algo en la calle comercial”.

“No otra vez, Iris. Te lo he dicho antes, no puedes estar llenándote la cara todo el tiempo”.

“¡No te lo estoy preguntando, Satsuki! Entonces, ¿qué te parece, Rekka? ¡Vamos!”

“¡No, Rekka, no lo hagas!”

Siendo presionado por ambos lados, miré alrededor buscando una ruta de escape.

“Ummm… ¡Ah, lo sé! ¿Les dije chicas que conocí a una monja llamada Yulia el otro día?”

Desesperado, comencé a hablar de lo primero que me vino a la mente. Y cuando dejé que mi boca se liberara, terminé soltando lo que había estado hablando con Rosalind un poco antes. Pero… De alguna manera me las arreglé para empeorar las cosas. El fuego en los ojos de Satsuki e Iris se duplicó.

“¿De verdad?”

“¿De nuevo?”

“¿Qué quieres decir con ‘otra vez’? Nunca antes había conocido a una monja llamada Yulia”.

“Eso no es lo que queremos decir…”

“¡Dios! ¿Por qué eres así, Rekka?”

“Espera, ¿cómo qué?”

Sentí que me estaban acusando falsamente de algo aquí… Pero al menos había logrado cambiar de tema, así que decidí seguir adelante.

“Suzuran y yo nos encontramos con ella en la bifurcación de la calle, justo después de la calle comercial, así que le mostramos el camino a la iglesia. Y entonces…”

“Oh, señor Rekka”.

“¿Huh?”

Alguien me llamó de repente desde atrás. Me volví para ver quién era, ¡y hablando del diablo! Era Suzuran llevando su cesta en una mano.

“Oh, hola, Suzuran. ¿De compras de nuevo?”

“No, pero lo estaré más tarde”.

“¿Mas tarde? ¿Quieres decir que estás haciendo otra cosa ahora mismo?”

“Si.”

Ahora que lo mencionó, era un poco temprano para salir de compras para cenar. ¿Qué estaba tramando entonces? Era inusual que Suzuran tomara desvíos.

“¿A dónde vas ahora?”

Incapaz de contener mi curiosidad, terminé preguntándole. “La Iglesia.”

“¿La Iglesia?”

Vaya, súper hablando del dia— uh, ¿Dios? Les había estado contando a Satsuki e Iris sobre la iglesia.

“¿Les gustaría a todos venir conmigo?” Preguntó Suzuran.

***

Como no teníamos nada mejor que hacer, todos seguimos a Suzuran a la iglesia. Estaba un poco fuera de lo común, a un par de cuadras de las carreteras principales que conducían a la estación y de la calle comercial, por lo que no era un destino particularmente popular.

El edificio en sí también se estaba volviendo bonito allí en edad. Desde que tengo memoria, siempre había parecido anticuado.

“Eh, el interior es bastante agradable”.

Lo había pasado muchas veces, pero esta era la primera vez que veía el interior.

“Oh, hola, Suzuran. Y tú también, Rekka”.

Yulia, que estaba barriendo el suelo, se fijó en nosotros tan pronto como entramos por la puerta. Dejó la escoba a un lado y se acercó a nosotros de una manera cálida y amigable. Luego, al darse cuenta de que estábamos acompañados por algunas caras desconocidas, inclinó la cabeza y sonrió agradablemente.

“¿Y a quién has traído contigo?”

“Soy Satsuki Otomo. Encantada de conocerte.”

“Hola, soy Iris”.

“Nos encontramos con Suzuran por casualidad en su camino hacia aquí, y decidimos acompañarnos”.

Después de las presentaciones  de Satsuki  e Iris,  les expliqué cómo habíamos terminado todos juntos aquí en la iglesia.

“¡Oh vaya! ¿Están ustedes dos chicas también interesadas en las enseñanzas de Dios? Oh, perdónenme. ¿Dónde están mis modales? Mi nombre es Yulia. Yo soy la que está a cargo de esta iglesia”.

Yulia, encantada, nos llevó a un banco y nos instó a tomar asiento. Sin embargo, la iglesia era tan pequeña que en los bancos solo se sentaban tres personas. Satsuki, Iris y yo nos sentamos en uno, y Suzuran y Yulia se sentaron en el banco frente a nosotros.

“Oh, iré a buscar unos refrescos”, dijo Yulia mientras se retiraba a la trastienda de la capilla.

Los tres que habíamos venido aquí por capricho nos movíamos inquietos y miramos alrededor por falta de algo más que hacer. El silencio de la iglesia hizo que la atmósfera fuera extrañamente tensa.

“Entonces… ¿has venido aquí desde que conocimos a Yulia, Suzuran?”

“Sí, vengo aquí todos los días”.

“¡¿Todos los días?!”

Eso fue más de lo que esperaba. Aunque ahora parecía terriblemente amigable con Yulia… Debieron haberse acercado.

“Si no te importa que te pregunte, ¿qué es exactamente lo que hace aquí todos los días?”

“Hablamos sobre todo del mundo, de verdad. Le hablo a Yulia sobre el pueblo y ella me cuenta historias sobre su condición de monja… Pero cuando empecé a venir, fue para aprender cosas que no entiendo”.

“¿Cosas que no entiendes? ¿Cómo qué?”

“Amor,” respondió Suzuran con decisión. “Acabas de decir…”

“¡¿Amor?!”

“¿Si?”

Suzuran les dio a Satsuki e Iris una mirada divertida por sus reacciones exageradas. Pero, honestamente, tampoco esperaba que ella dijera eso. No me había dado cuenta de que ella estaba tan interesada en el amor antes. ¿Tenía sus ojos puestos en alguien, tal vez?

“¡Perdón por la espera!”

Yulia regresó al santuario con bocadillos y té para todos. “Ahh… El té verde de hoy está delicioso, Yulia”.

“Sí, esto es bueno… Pero deberías considerar comprar algunas tazas de té japonesas tradicionales”.

“¿Oh?”

Porque, sinceramente, beber té japonés en uno occidental era un poco surrealista.

“Bueno, entonces, ¿tendremos una pequeña charla hoy?” Preguntó Yulia, volviéndose hacia Suzuran.

“Sí por favor.”

Cuando Suzuran mencionó que estaba aprendiendo cosas de Yulia en la iglesia, había imaginado algo como misa… Pero esto era más como una charla amistosa discreta.

“… ¿Entonces todos son iguales ante Dios?”

“En efecto. Dios nos mira a todos desde el cielo, cuidándonos y amándonos. Y ante el amor de Dios, todos somos iguales”.

Con los bocadillos y el té entre dos bancos, Suzuran y Yulia comenzaron a hablar. Debido a que estuvimos aquí hoy, estaban hablando intencionalmente lo suficientemente alto como para que pudiéramos escucharlos, pero era básicamente como si estuvieran teniendo su propia conversación. Solo estábamos escuchando.

“Entonces…”

Suzuran parecía ser una aprendiz bastante ansiosa. Cada vez que Yulia terminaba una explicación, Suzuran le lanzaba otra pregunta.

Yulia se lo tomó con calma y algo más, respondiendo apasionadamente a todas y cada una de las preguntas de Suzuran. Satsuki siempre ha hablado en serio, así que los escuchaba atentamente a los dos, pero Iris y yo empezamos a tener sueño a mitad de camino.

Mantuve los ojos abiertos, pero Iris estaba totalmente desconcertada. Y así pasó la tarde hasta que llegó la hora de que Suzuran se fuera de compras. El resto de nosotros decidimos usar eso como excusa para hacernos escasos también.

“Gracias por hoy”, dijo Suzuran.

“Fue un placer. Vuelve mañana por favor. Y Rekka… Comenzaremos misas este domingo, así que si tú y tus amigos no tienen otros planes, no dudes en pasar por aquí”.

“Bien, seguro. Gracias.”

“Oh, y hay una cosa más que me gustaría preguntarte”. Justo cuando estábamos a punto de partir, Yulia nos detuvo. “¿Has oído de algo extraño que haya ocurrido en esta ciudad?”

“¿Extraño? ¿Qué quieres decir?” Yo pregunté.

“Veamos… me refiero a algo tan fuera de lo común que nunca lo pensarías posible”.

“Uh…”

Los cuatro nos miramos. Probablemente todos estábamos pensando en lo mismo: las historias en las que seguía envuelto. Eso y todos los demás problemas en los que nos habíamos metido con fantasmas y yokai y todo eso. Pero no era como si pudiéramos mencionar esas cosas casualmente, así que… Al final, todos acordamos en silencio solo para decir que no sabíamos nada.

“¿Es eso así? Gracias de todos modos.”

“No hay problema. Sin embargo, ¿por qué preguntas?”

“Oh… es solo que soy mala con historias de miedo y cosas así. Esperaba saber que no había nada parecido en esta ciudad. Eso es todo.”

“Ya veo…”

Ahora que lo pensaba, esta ciudad tenía muchas cosas extrañas a su favor… Pero nada en lo que pudiera pensar que molestaría a los humanos, así que no pensé que ella tuviera nada de qué preocuparse.

Después de eso, nos despedimos de Yulia y dejamos la iglesia.

***

“Amor, ¿huh…?”

Más tarde esa noche, estaba en mi habitación trabajando en mi tarea en una proporción de 1:4 de descansos a progreso lento mientras reconsideraba los eventos de la tarde. Al escucharme murmurar para mí misma, R negó con la cabeza con leve exasperación.

“Dios mío, si tienes tiempo para estar diciendo cosas así…”

“Espera, ¿qué está pasando? ¿Dijiste amor? ¡No me cuentes una historia dramática de amor apasionado y el odio ha comenzado a desarrollarse a tu alrededor de nuevo!”

La chica del futuro me escupió sus duras palabras cuando el ángel idiota que recientemente se había instalado en mi habitación interrumpió. Aunque, como yo era la única que podía ver y oír a R, Rachelle no tenía idea de que estaba interrumpiendo.

“…”

Vaya, sus cejas estaban terriblemente arrugadas. Era bastante raro ver a R tan disgustado. Pero dejándola a un lado, empujé a Rachelle lejos de mí mientras ella comenzaba a respirar por mi cuello.

“No, no hay carnicería”.

“¿Qué?”

La decepción en su voz era palpable.

“Vamos… ¿No se supone que los ángeles son al menos un poco angelicales?”

“¿De qué estás hablando? Soy totalmente angelical”.

“Cállate. Te estoy diciendo que dejes de intentar llevar la carnicería a todo lo que puedas”.

“¡Pero no puedo evitarlo! Soy el ángel del amor y la pasión, después de todo”, dijo, inflando su pecho con orgullo por alguna razón.

Como ella dijo, ella era un ángel de amor y pasión… Pero uno retorcido. Anhelaba el amor y la pasión tan intensamente que lo que realmente deseaba era violencia. Y desde que la ayudé a sacarla de su alboroto de borrachera de amor el otro día, había estado aprovechando mi casa…

“Bueno, te perdonaré por los engaños en los que estés, pero no provoques a todas y empieces otra guerra de celos como lo hiciste la última vez. Eso está estrictamente prohibido y no bromeo. ¿Entendido?”

“Hmm… ¿Qué debo hacer?”

“Te sellaré como un espíritu maligno, ángel tonto”.

Estaba bastante seguro de que tenía el frasco de Sakuya en algún lugar del almacén.

“¡S-Solo estaba bromeando!” Rachelle agitó las manos nerviosamente y trató de fingir que era inocente.

Decidí dejarlo pasar esta vez.

“Dios, no puedo creer que una monja sea más pura e inspiradora que un maldito ángel”.

“No es broma, ¿huh? Definitivamente es devota. Con mucho respeto”.

“Tú… ¿Estás segura de que un ángel caído debería estar diciendo algo así?”

“¡Te dije que no soy un ángel caído! Soy tan puro como puedo”. Como el infierno que lo eres.

“¿No son los ángeles también siervos de Dios? ¿Cómo diablos terminaron ustedes dos tan diferentes…? ”

“Manzanas y naranjas, de verdad. Los ángeles servimos a Dios directamente, pero ese no es el caso de los humanos. Los humanos no pueden encontrarse con Dios, después de todo. Entonces, realmente, lo que operan es su propia fe”.

“¿Fe? huh… ”

Parecían bastante similares a primera vista, pero supongo que eran algo diferentes. Continuamos charlando un rato mientras ignoraba mi tarea, cuando de repente alguien golpeó mi ventana. Y mi habitación está en el segundo piso, eso sí. Solo había unas pocas posibilidades en cuanto a quién podría ser.

“¿Ai?”

“¡Rekka!”

El que saltó por la ventana fue Ai bastante asustada, la nekomata que conocí de mi infancia que vivía en las montañas. A veces pasaba de visita mientras estaba en la ciudad, pero me di cuenta por el tono de su voz que algo no estaba bien.

“¿Qué pasó?”

“¡E-Es terrible, meow!” Ai prácticamente gritó mientras agarraba la manga de mi camisa. “¡Mis amigos están siendo atacados por una chica con ropa extraña, meow!”

***

Desde mi casa, Ai me arrastró del brazo hasta la montaña detrás de la escuela.

“¿Qué pasó esta vez? ¿Por qué te atacan de nuevo? ¿No resolviste las cosas con el yokai local, como… el otro día?” Yo pregunté.

“¡Ellos también están siendo atacados! ¡Una chica extraña con ropa extraña apareció de repente y comenzó a atacarnos de la nada, meow!”

“¿Una chica con ropa extraña…?”

Ahora, ¿qué consideraría un yokai como Ai como ropa extraña? Reflexioné sobre eso en el fondo de mi mente mientras nos apresurábamos por el sendero de la montaña. Y entonces…

“?!”

Cuando llegamos a la escena, lo primero que me llamó la atención fue la visión de un yokai arrojado de un lado a otro por el aire.

“¡Eeeeek!”

“¡Ayuda!”

Una cabeza flotante giraba en círculos mientras un paraguas con una pierna gritaba por su vida. Los amigos nekomata de Ai también estaban corriendo, tratando de escapar de la causa de todo el alboroto. En medio de todo estaba…

“… ¿Yulia?” Murmuré su nombre aturdido.

La chica vestida con una túnica de monja, que probablemente Ai había llamado extrañas porque eran extremadamente poco comunes por aquí, reaccionó a mi voz y se volvió lentamente hacia mí.

“Oh, vaya… ¿Rekka? ¿Por qué estás fuera tan tarde? ¿Y en un lugar como este, nada menos?”

Yulia me saludó con la misma sonrisa amable que tenía cuando pasamos por la iglesia antes. Pero el hacha de batalla gigante que sostenía también parecía sonreír.

“¿Qué estás haciendo?”

Quiero decir, probablemente era exactamente lo que parecía… Pero aún tenía que preguntar.

“Dios… ¿Qué debo hacer?” Murmuró Yulia, colocando una mano pensativa contra su mejilla.

Mi repentina aparición aquí probablemente fue una gran sorpresa para ella. Actuaba bastante tranquila, pero a juzgar por la forma en que golpeaba el suelo con el mango del hacha, debía de estar algo nerviosa y nerviosa. Pero, honestamente, yo también lo estaba. ¿Por qué diablos estaba una monja atacando a los yokai de esta manera? Reflexionando sobre eso, me vino a la mente la conversación que había tenido con Rosalind antes.

“Hey, uh, Yulia… ¿Podrías ser una exorcista?”

“¡¿Bwuh?! ¿Era tan obvio?” Yulia farfulló, balanceando su hacha en pánico. Asustó a los yokai a su alrededor, y retrocedieron aún más. “Um, Rekka… lamento preguntar, pero ¿podrías guardártelo para ti? Está… destinado a ser un secreto”.

“¿De verdad? ‘Porque…””

“¿Por favor?”

Me suplicaba, prácticamente al borde de las lágrimas.

“Sí, quiero decir, seguro. Si eso es lo que quieres, no se lo diré a nadie más, pero… ”

“¡Ah, muchas gracias!” Yulia casi gritó de profundo alivio.

Para ella, el terrible espectáculo que estaba sucediendo actualmente, más bien, el terrible espectáculo que estaba causando en ese momento, no era tan importante como el secreto de su identidad. Pero en lo que a mí respecta, había algo mucho más urgente que abordar en este momento. Y la clara diferencia en nuestras prioridades en este momento me hizo sentir un poco incómodo. No, haz eso realmente incómodo.

“Entonces… todo el asunto de la transferencia aquí como monja fue solo una artimaña, ¿y realmente estás aquí como un exorcista para exterminar a los yokai?”

“Eso es lo esencial, sí”, asintió fácilmente con un movimiento de cabeza. “Aunque realmente me transferí aquí como monja”.

Un escalofrío recorrió mi espalda. Por la expresión de su rostro y el tono de voz me di cuenta de que no estaba bromeando.

“Ahora, ¿por qué estás aquí, Rekka? No parece muy sorprendido de ver a todas estas criaturas no humanas rodeándonos. ¿Por qué es eso?”

“… Se podría decir que son conocidos”, respondí brevemente, tratando de encontrar las palabras adecuadas para que ella detuviera todo esto. “Yulia. Por favor, ¿podrías dejar de atacar a estos yokai?”

“¿Oh? ¿Por qué?” Yulia bajó su hacha e inclinó la cabeza con una mirada de pura confusión que me dijo que realmente no entendía lo que le estaba pidiendo que hiciera.

“Bueno, estos tipos no son realmente malos yokai. Honestamente, ¿qué han hecho? ¿Qué podrían hacer ellos? Simplemente se están quitando la vida un día a la vez. Están demasiado preocupados por sí mismos como para molestar a nadie más”.

“Rekka… Eso es, meow.”

Las orejas de Ai se inclinaron con tristeza, pero podría disculparme con ella más tarde. Mi mayor prioridad en este momento era hacer que Yulia se echara atrás.

“Hmm… lo siento, Rekka, pero no puedo hacer la vista gorda ante ellos”.

“¿Por-por qué no? ¿Los exorcistas no cazan demonios, fantasmas y esas cosas porque aterrorizan a los humanos? Entonces, si no han hecho nada malo, entonces no debería ser necesario exorcizarlos, ¿verdad? ”

“Eso es incorrecto. La razón por la que los exorcistas cazan lo sobrenatural es porque sus propias existencias rehúyen el amor de Dios”, respondió Yulia sin dudarlo.

Luego balanceó su hacha en demostración, la hoja cortando el aire del crepúsculo. Todos los yokai que habían estado viendo cómo se desarrollaban las cosas se tensaron ante la vista.

“Como tal, es mi deber como exorcista matar lo sobrenatural. Todos ellos. No hay excepciones”.

“¡¿Meow?!”

Yulia luego apuntó con su hacha a su próximo objetivo, Ai, quien se puso de pie al ser señalada.

“…!”

Salté entre los dos sin siquiera pensar. Y eso fue casi el final de mí. Pensé que el hacha de Yulia me iba a partir en dos… pero se detuvo justo antes de llegar a mi cara.

“¿Rekka? ¿Por qué te interpones en mi camino?” Preguntó Yulia con curiosidad, con el hacha todavía preparada.

“Te lo ruego, por favor detente. No puedes matarlos a todos solo porque no son humanos. Esa no es una razón suficientemente buena”.

“… ¿Te estás poniendo de su lado, Rekka?” Preguntó Yulia, entrecerrando los ojos y balanceando su hacha hacia arriba.

“¡Alto, gwah!”

Mis ojos siguieron instintivamente la cabeza del hacha, lo que me distrajo del siguiente movimiento de Yulia. Ella desató una patada circular dirigida directamente a mi punto ciego. Salí volando.

“Y aquí pensé que eras una buena persona… Qué pena. Pero como dije antes, no puedo pasar por alto lo sobrenatural. Así que, por favor, mantente fuera de mi camino”.

“¡No, Yulia! ¡Detente!”

Me levanté de un salto y corrí hacia ella. Me lanzaría sobre ella si eso fuera lo que hiciera falta… ¡pero no iba a llegar a tiempo!

“…!”

Ante el hacha que se acercaba inminentemente, Ai cerró los ojos con fuerza y agachó la cabeza. Pero entonces…

¡Qué-chink!

El estridente sonido del metal golpeando algo duro resonó en el aire: la gran hacha de Yulia había sido detenida por una espada de madera.

“¡¿Presidenta Momone?!”

“Hey, niño problemático. Realmente te debe encantar meter la nariz en problemas como este, ¿huh?”

La espada de madera débilmente resplandeciente apenas retenía el hacha grande, pero la presidenta del Consejo Estudiantil me saludó con bastante naturalidad.

No estaba seguro de dónde había aparecido, pero estaba vestida con un traje de doncella del santuario. Su espada de madera habitual estaba encendida, probablemente con la misma técnica que había usado para golpear al yokai durante las vacaciones de verano. ¡Pero para que ella pudiera defenderse de un hacha gigante y pesada con eso…!

“¡Hmph!”