Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 11: En Este Momento, Cada Uno de Nosotros Soñamos en Nuestros Propios Caminos

Capítulo 3: Jesús de Nuevo

Parte 2

Pero aún así, Haruhiro trató de pensar. Si puedo tener sueños con ella en ellos, no es tan extraño que tenga sueños donde ella se fue. Entonces, dado que la sensación de que se ha ido es tan vaga y borrosa, esto podría ser en realidad un sueño. Quiero decir, no hay manera de que ella realmente pueda haberse ido.

Es una mentira que Mary haya muerto.

Él había sido usado por Jessie, y Mary había muerto como resultado.

Aunque, para empezar, si no hubieran traído a los guorellas aquí, esto no estaría sucediendo en absoluto.

Haruhiro había cometido muchos errores.

Por eso, Mary estaba muerta.

Ella había muerto justo frente a los ojos de Haruhiro.

Ella fue asesinada.

No.

Prácticamente la maté yo mismo, ¿verdad?

Por lo menos, deje que Mary muriera.

Fui yo.

Es mi culpa.

Lo siento, Mary.

Al final me sonreíste. ¿Por qué sonrreiste? No tengo idea.

Quiero decir, fue mi culpa, ¿no es así? Te dejé morir.

Aunque eras mi preciada camarada.

Aunque me gustabas, Mary.

Te amaba.

No pude proteger a Mary. Peor aún, si Mary no hubiera interceptado al guorella que entró en la celda en ese momento, pude haber sido yo quien hubiera muerto. Habría sido totalmente yo. Mary me salvó.

Es gracias a Mary que todavía estoy vivo.

Dejé que Mary muriera, y aquí tengo el descaro de seguir viviendo.

“¡Hyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh!” Hubo un grito increíble que hizo eco.

Fue inmediatamente evidente que era de ese.

El sonriente espalda roja.

Estaba a menos de diez metros de Haruhiro, gritando hacia el cielo. No estaba sonriendo. Probablemente estaba enfurecido.

Podía entender sus sentimientos. Haruhiro estaba igual después de todo. Esto iba más allá de la mera irritación o la ira.

Si bien había muchos objetivos para su ira, la mayor parte de la ira del espalda roja estaba dirigida a sí mismo. Y a Haruhiro también, que había sido el señuelo. Más que la persona que les puso la trampa, se encontraron incapaces de perdonarse por caer en la trampa.

“¡Weruu, ruu, ruuuu, ruu, ruu, weruuuuuuu!”

Pero ese no era un guorella ordinario. El sonriente espalda roja había estado gritando al cielo vacío hacía un momento antes, luego, de repente, saltó y comenzó a hacer una llamada extraña. Esa llamada, si Haruhiro recordaba, era la señal para retirarse.

¡Como si te fuera a dejar ir!

Haruhiro corrió. Él no podía correr rápido. Lo mejor que podía hacer era un poco más que una caminata rápida, pero no podía detenerse.

Lo sé. Te conozco. Incluso si retrocedes ahora, estoy seguro de que volverás.

Mientras viviera, perseguiría tenazmente a Haruhiro y sus camaradas. Solo estaba haciendo lo que podría llamarse una retirada estratégica para poder continuar con eso.

¿Qué puedo hacer para terminar con esto?

“¡Weruu, ruu, ruuuu, ruu, ruu, weruuuuuuu!”

Mientras llamaba a sus camadas, el espalda roja intentaba huir.

Miró en dirección a Haruhiro.

Se había dado cuenta.

Todavía le faltaban otros cinco metros antes de llegar.

“¡Atrapen a ese!” Gritó Haruhiro mientras corría.

Kuzaku, Jessie, los guardas, no importaba quién. Esa cosa. Tenían que hacer algo al respecto. Tenía que morir aquí. No podían dejarlo ir. O sería en vano.

Tu muerte, Mary, sería en vano.

Tener significado o no, no lo cambiaría. Este era el resultado, y los hechos no cambiarían. ¿Pero no era eso demasiado triste? ¿Al menos no debería haber sido por algo?

Mary había muerto, y debido a eso Haruhiro había sobrevivido, y él sería capaz de derribar a ese.

Nunca, en toda la eternidad, una historia como esa iba a traerle consuelo, y esta herida probablemente nunca se curaría. Porque Mary, la que curó sus heridas, estaba muerta. Nada podría llenar ese vacío. Por eso, al final, no tenía sentido. Sin importar lo que Haruhiro hiciera aquí, era imposible darle sentido a la muerte de Mary.

Ugh, gane o pierda, ya no me importa. Por ahora, o te mataré, o me matarás. Uno o el otro.

Él iba a terminar esto.

Era hora de arreglar las cosas.

Pero era rápido.

¿O Haruhiro solo era lento?

De cualquier manera, la distancia entre ellos se duplicó en un instante.

“¡Oorahhhhh!” Uno de los guardas le lanzó una botella en la cara.

Piel color crema. Ojos rojos. Era esa guarda. Yanni, o como se llamara.

La botella se rompió, el aceite salpicó por todas partes, y el sonriente espalda roja se empapó. Sin prestarle atención, continuó corriendo con sus nudillos.

Un guarda diferente soltó dos o tres flechas de fuego, pero ninguna dio en el objetivo.

“¡Delm, hel, en…”

Sabía que era la voz de Jessie, pero ¿dónde estaba ese hombre? Él no podía verlo. Sin embargo, Jessie estaba cantando, y estaba a punto de usar magia. Eso era Magia Arve.

“…saras, trem, rig, arve!”

Hacia donde se dirigía el sonriente espalda roja, se levantó una gran columna de fuego que parecía que podría quemar el cielo. La columna de fuego no se debilitó, y se mantuvo en el camino del sonriente espalda roja.

Firewall. O su equivalente de nivel superior.

¿Qué iba a hacer el sonriente espalda roja?

Significaba sumergirse directamente en las llamas, aunque estaba empapado con aceite. Significaba romper esa columna de fuego sin evitarla y escapar.

La columna de fuego ardía ruidosamente con varios edificios cercanos atrapados en ella. Si iba directo a través de ese fuego, ¿dónde saldría el espalda roja?

Haruhiro calculó hacia dónde se dirigía y tomó una ruta alrededor de la columna de fuego y edificios en llamas.

Lo encontró.

Dejando un rastro de llamas, estaba muy por delante de él y corriendo lejos. Estaba casi fuera de la aldea.

Ahora estaba fuera.

“¡Espera…!”

Incluso si gritaba eso, nunca iba a esperar. Haruhiro corrió. Casi tropezó y cayó varias veces, pero se empujó hacia adelante y hacia adelante.

Soplaba un viento frío y húmedo.

Estaba terriblemente oscuro.

¿Dónde estaban los otros guorellas? ¿Cuántos de ellos habían escapado?

Como si le importara.

No era de su interés.

No, ¿cómo no era su interés? Además, ¿por qué lo perseguía? Todavía estaba corriendo, pero era una bola de fuego. Eso no era normal. Incluso si fuera un guorella, no saldría ileso de eso. Si lo pensara normalmente, dejaría de moverse con el tiempo. Probablemente, Jessie y su gente lo rastrearían y lo terminarían. No había necesidad de que Haruhiro lo persiguiera.

Antes de eso, ¿no había otras cosas que debería estar haciendo? ¿Qué pasaba con sus camaradas, por ejemplo? ¿Estaban bien? ¿No debería volver y verificar eso primero? ¿Por qué estaba haciendo esto?

Él lo sabía. Estaba haciendo algo sin sentido. Incluso si sabía eso en su cabeza, no podía detenerse. No quería detenerse.

Haruhiro también salió de la aldea. El cielo estaba retumbando. Rayos.

El sonriente espalda roja corría por los campos. Los campos estaban llenos de una planta como trigo que tenían granos. Cuando el espalda roja avanzó, encendió fuego a esas plantas, o las quemó. Había un sendero más claro que las huellas que conducían a donde estaba. Haruhiro solo tenía que seguir eso. En el campo, estaba bien si se caía, porque simplemente podía levantarse de nuevo.

Cuando salió de la aldea, el sonriente espalda roja había estado a más de diez metros, tal vez veinte, por delante de Haruhiro. ¿Qué tal ahora? ¿Eran diez metros? No, más cerca. Cinco, tal vez seis metros. A veces, incluso sentía que si extendía la mano, podría tocarlo. Definitivamente, su velocidad se estaba reduciendo.

Haruhiro no se había dado la vuelta ni una vez. Persiguió al sonriente espalda roja sin apartar la mirada.

¿Jessie y sus camaradas estaban detrás de él? ¿No había otros guorellas alrededor?

Él no lo sabia. No era que no le preocupara eso. No quería saberlo. No era bueno que estuviera actuando así. No era bueno en absoluto.

Pero él quería acabar con esto.

Atraparía esa cosa que todavía estaba ardiendo aquí y allá, esparciendo humo mientras corría, y lo terminaría personalmente. Con eso, quería acabar con todo.

Mary. Mary definitivamente estaría enojada.

Si fuera Mary, ella lo regañaría. No digas eso, ella le diría. Olvídate de mi. Estuviste conmigo hasta ahora, y eras mi camarada, y eso fue suficiente. Haru, sigue avanzando como antes.

Eso parecía el tipo de cosas que Mary habría dicho.

No lo entiendes, Mary, replicó. Nada. No lo entiendes en absoluto.

Quiero decir, eres súper considerada con tus camaradas, eres muy buena persona y la mejor sanadora que podríamos tener y, en realidad, eres ridículamente hermosa, y también tienes un lado lindo. Pero, de alguna manera, aveces actuas como si no fueras lo suficientemente buena… aunque eso no es cierto en absoluto. Nunca podría ser cierto.

Quería tomar fuerte tu mano.

Es presuntuoso de mi parte decir esto, pero quería darte más confianza en ti misma.

Estabas sonriendo más que en el pasado, pero quería hacerte sonreír más.

A decir verdad, quería abrazarte con todas mis fuerzas.

Para tomar tu mano, y seguir caminando juntos para siempre.

Mary.

Mary.

Mary.

No puedo imaginar un futuro sin ti.

Incluso en Darunggar, había una luz que se levantaba. Pero sin ti, Grimgar estará en total oscuridad. No podré ver nada. Tampoco escuchar nada, estoy seguro.

No puedo avanzar.

Si ese es el futuro que me está esperando, no lo quiero.

En serio.

He tenido suficiente.

Que esto sea lo último.

“¡Una vez que te mate…!” Haruhiro se esforzó al máximo para ir más rápido. Fue entonces cuando sucedió.

El sonriente espalda roja cayó hacia adelante.

Gracias a eso, Haruhiro finalmente lo alcanzó.

Se levantaría pronto, y se recuperaría, estaba seguro. Correría, o contraatacaría. ¿Pero a quién le importaba? A él no. No le importaba.

Se había caído boca abajo, con solo su cabeza girada hacia un lado. Haruhiro saltó sobre su espalda. Las llamas en su cuerpo se habían extinguido casi por completo. Solo estaba humeando. Ni siquiera estaba muy caliente. Pero había algo extraño.

Ni siquiera se contrajo.

“Oye…” Haruhiro murmuró.

¿Cuál era el significado de esto? Haruhiro se montó en la espalda y estaba en posición de apuñalar su estilete en sus ojos descaradamente indefensos en cualquier momento. A pesar de eso, no sintió nada.

¿Oye? ¿Oye? ¿Oye? ¿Oye? ¿Qué está mal, eh? ¿Estás esperando tu momento, esperando la oportunidad de contraatacar? Eso es todo, ¿verdad? Di que es eso, ¿quieres?

Pero aún así, era extraño. Era demasiado diferente de antes. Como si fuera algo completamente diferente ahora.

Una cosa diferente.

Sí, era, de hecho, un tipo de cosa completamente diferente. No había ninguna señal de que fuera algo vivo. Era solo una cosa ahora.

Haruhiro ajustó su agarre en su estilete.

No había fuerza en su mano. No solo en su mano. En todo su cuerpo. Como si hubiera un agujero en alguna parte, y su vitalidad fluyera a través de el. Tenía que encontrar ese agujero rápidamente, y taparlo.

Sabía lo que tenía que hacer. Eso estaba decidido, así que todo lo que quedaba era hacerlo. Era una cosa simple. No había nada difícil en ello. Él podría hacerlo. No había manera de que no pudiera.

Ahora, hazlo, se dijo. Hazlo. Date prisa.

La lluvia dispersa comenzó a caer.

Eran grandes gotas.

Rápidamente aumentando en intensidad.

Había una cantidad loca de truenos. La lluvia caía como una cascada.

Por eso, no escuchó los pasos. Un hombre con un abrigo verde se acercó a su lado y le dijo algo a Haruhiro. Lo que sea que le dijo, Haruhiro no lo entendió. Por eso no asintió ni negó con la cabeza.

Ese hombre de cabello rubio y ojos azules, Jessie, se arrodilló, no tanto al lado de Haruhiro como al lado del sonriente espalda roja. Miró su rostro, mirándolo seriamente. Particularmente en sus ojos abiertos y su nariz. Entonces Jessie agarró su mandíbula y la sacudió.

“Sí… Esta cosa está muerta.”

En ese punto, la lluvia había disminuido un poco. Los truenos también había dejado de sonar. El cielo estaba empezando a iluminarse.

“El interior de su boca está quemado e inflamado,” dijo Jessie. “A juzgar por esto, las quemaduras probablemente alcanzaron su garganta. No podía respirar adecuadamente. Estoy impresionado de que haya llegado tan lejos. Debe haberse quedado sin fuerza.”

“…¿Qué demonios?” Murmuró Haruhiro.

Haruhiro se acostó hacia atrás y su espalda cayó al barro. La lluvia ahora más ligera, azotó sus mejillas.
¿Qué demonios era esto?

Siguiendo a Jessie, varios guardas se reunieron alrededor.

“¡Haru-kun!” Gritó Yume.

“¡Haru!” Gritó Setora.

“…¡Haruhiro-kun!” Gritó Shihoru.

“¡Haruhiro!” Llamó Kuzaku.

Al escuchar las voces que gritaban su nombre, Haruhiro cerró los ojos. Puso su mano izquierda sobre sus párpados cerrados.

Haru-kun. Haru. Haruhiro-kun. Haruhiro.

Hubo voces de cuatro personas.

Cuatro personas.

“¿Qué le pasó a tu sacerdotisa?” Preguntó Jessie.

Haruhiro no pudo responder de inmediato.

Movió su mano sobre sus ojos.

Cuando los abrió, Jessie lo estaba mirando.

¿Cómo se reflejada Haruhiro en los ilegibles ojos azules de ese hombre, que no daban ninguna indicación de lo que pensaba o sentía?

Es tu culpa, casi dijo Haruhiro, pero entonces, eso está mal, pensó y apretó los dientes. Puede que en realidad no estaba mal, pero realmente sintió que lo estaba.

“Ya veo.” Jessie parpadeó, luego tomó una respiración corta. “Así que ella murió.”

“…No lo digas.”

“¿Hm?”

“No lo digas. No… digas eso.”

“Solo preguntaba porque pareces bastante herido, y que podrías necesitar algo de curación.”

Eso no importa. Ya no me importa. Tu consigue eso. ¿No? Sí, probablemente no.

Eres extraño de todos modos. Recibiste un golpe solido de mi Backstab, pero pareces estar bien. No pareces un mago, y al parecer eras un cazador, pero puedes usar magia. Increíble magia, de hecho. Pareces humano, pero claramente no lo eres.

Haruhiro se giró para recostarse sobre su frente, luego trató de levantarse. Sus camaradas venían. Él no podía estar en el suelo.

Pero su cuerpo se sentía pesado. Muy pesado. Sus brazos y piernas no lo empujarían hacia arriba.

“¡Haru-kun!” Llamó Yume.

Al final, Yume lo ayudó a levantarse. Aunque ahora estaba parado, no podía estar de pie sin apoyo. No solo estaba débil por el agotamiento. Como Jessie había dicho, notó que estaba gravemente herido. No sentía mucho dolor, pero estaba sangrando por todas partes, y se veía bastante mal. Si no recibía tratamiento, eventualmente se desmayaría y su corazón se detendría.

“¡Haru, argh, estás en el camino! ¡Muévete, cazadora!” Setora empujó a Yume a un lado y sostuvo a Haruhiro en sus brazos. “¿Estás bien? Oye, Haru, mantén tus sentidos. La tropa de guorellas se dispersó. Si este que está muerto aquí es su líder, entonces deberíamos estar seguros por el momento, al menos. Escucha, Haru, pasará lo que pasará, ganamos.”

“…¿Ganamos?” Preguntó entumecido.

“Sí. Incluso si no puedes creerlo, piensa que ganamos. Por ahora—”

“Ganamos…”

Haruhiro quería alejar a Setora. Pero incluso si buscaba la fuerza de voluntad para realizar una tarea trascendental, probablemente no le quedaba nada.

Por eso Haruhiro solo negó con la cabeza. Una y otra vez.

Shihoru caminó hasta el cadáver del sonriente espalda roja. No solo estaba sin aliento, estaba casi completamente sin aliento. Shihoru se sentó donde estaba.

Kuzaku tropezó alrededor de seis a siete metros detrás de Shihoru, y no se levantó. Haruhiro podía escuchar su respiración sibilante y dificultosa hasta aquí. Ese guarda que caminó hacia Kuzaku probablemente era Yanni.

“¡Yanni!” Jessie la llamó.

Se apresuró a correr en esa dirección, así que parecía que era, de hecho, Yanni.

Jessie le dio a Yanni algún tipo de orden. Estaba en un idioma que Haruhiro no podía entender, pero las palabras “vooloo yakah” se quedaron atrapadas en los oídos de Haruhiro. Tal vez fue porque cuando Yanni escuchó esas palabras, una expresión de tensión y miedo se reflejó en su rostro.

Cuando Yanni reunió a los guardas y dio órdenes, él la escuchó usar las palabras “vooloo yakah” también. Los guardas liderados por Yanni se dividieron en varios grupos y se dispersaron.

La lluvia había cesado por completo, e incluso el sol se asomaba a través de las nubes en algunos lugares. Al parecer, fue una tormenta pasajera.

“Bueno, afortunadamente…” Jessie se encogió de hombros.

¿Qué era afortunado? En ese punto, Haruhiro se quebró.

Jessie dijo: “Nuestro chamán sobrevivió, por lo que si asumimos que curamos a los heridos de inmediato, el único problema es su sacerdotisa. Por ahora, no podemos decir nada hasta que vea el estado en el que está, pero…”

“¡Mary…!” Haruhiro empujó a Setora a un lado y se acercó a Jessie. “¡Ella esta muerta! ¡Mary murio. Yo… ¡Yo la dejé morir! ¡Nada de esta mierda sobre el estado en el que está! ¡¿De qué estás hablando…?!”

“No, escucha…”

Incluso con Haruhiro sujetándolo por el cuello, Jessie no se inmutó. Él no fue intimidado, pero no tenía el menor indicio de una sonrisa. Tampoco era una mirada en blanco. ¿Este hombre tenía emociones? Tal vez él no tenía emociones humanas. El comportamiento de este hombre era lo suficientemente antinatural como para hacer que una persona sospechara eso. Haruhiro lo pensó, y cualquiera que viera a Jessie ahora, tendría que estar de acuerdo.

“No podemos decir nada hasta que vea el estado en el que está,” dijo Jessie. “¿No te dije eso?”

“¡Ella murió! ¡No hay estado para mirar! Tenemos que darnos prisa… Darnos prisa, antes de que la maldición del Rey No-Vivo afecte a Mary… Antes de que termine como sus antiguos camaradas… Por supuesto, no podemos dejar que eso le suceda a Mary…”

“La maldición de Enad George, el Rey No-Vivo, eh.” Jessie resopló, y frunció el ceño.

Eso era antinatural de alguna manera, también. Tal vez era mejor decir que parecía inconexo.

“¿Enad… George?” Repitió Haruhiro.

“Olvídalo.” Jessie golpeó a Haruhiro en la barbilla. No, Jessie solo presionó su palma con fuerza contra la barbilla de Haruhiro.

A pesar de eso, Haruhiro se cayó.

Haruhiro golpeó su cadera, y golpeó la parte posterior de su cabeza. Toda la fuerza abandonó su cuerpo.

Yume y Setora estaban protestando a Jessie. Sin importar lo que dijeran, Jessie no las tomó en serio.
Haruhiro solo movió sus ojos para mirar al hombre. Jessie estaba increíblemente silencioso, y estaba mirando a Haruhiro de una manera que no tenía implicaciones aparentes.

“Su estado…”

Su voz era tan débil como la de un mosquito, y el propio Haruhiro no tenía idea de lo que estaba tratando de decir.

No, la verdad era que él lo sabía. Haruhiro estaba tratando de interrogar a Jessie. Pero era ridículo. Después de todo, Mary había muerto. ¿Por qué se estaba haciendo ilusiones?

No te aferres a eso, se dijo a sí mismo. No pienses en cosas estúpidas.

Sería una tontería tener esperanza. En efecto. Debió haber sido un tonto increíble. Si él fuera inteligente, esto nunca hubiera sucedido.

“Dependiendo de su estado, ¿estás diciendo que hay algo que se puede hacer…?”

“Hay una manera,” respondió Jessie de inmediato. Luego, con un resoplido, agregó: “Solo una.”