Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 6: Aprendiz De Doncella En El Templo III

Extra 2: El Título de “Gutenberg”

“¿Todo listo, Gutenberg?”

“¡¿Dejarías de llamarme así?!”

“La tercera campana sonará pronto si no nos movemos. ¡Vamos! Vamos, Gutenberg”.

El capataz metió la mercancía en una bolsa y abrió la puerta, sacudiendo mis protestas con una sonrisa. Lo seguí, la pesada caja de letras de metal en mis brazos y un ceño fruncido en mi cara. Hoy estaría presentando los frutos de mi tarea leherl al Gremio de Herreros. Todos los demás en el taller nos vieron con una sonrisa.

“Oye, Gutenberg, asegúrate de vender realmente esos tipos tuyos a ellos ‘em”.

“¡Mi nombre es Johann! ¡Deja de llamarme ‘Gutenberg’!”

“¡Jejeje! No todos obtienen un título especial de su patrón, ya sabes. Eso es algo de lo que deberías presumir ante el gremio”.

… ¡Ngh! ¿Por qué todos tienen que burlarse de mí?

Gracias al capataz, incluso mis compañeros de gremio me llamaban “Gutenberg” ahora. O realmente, debería decir que todo fue gracias a Myne, mi única patrocinadora. Mientras cargaba la pesada caja, recordé el día en que me había dado mi título.

Todo sucedió cuando fui a la Compañía Gilberta para presentarles mi tarea leherl. Siempre hice tantas preguntas sobre los pedidos que recibí que ningún cliente, excepto Myne, estaba dispuesto a ser mi patrona.

Era pequeña y ni siquiera parecía tener la edad suficiente para haber sido bautizada, pero supongo que las apariencias pueden ser engañosas. Además, era fácil olvidar que era una niña pequeña cuando respondía preguntas sobre sus pedidos, le proporcionaba planos y pagaba lo que necesitaba.

Al final, su tarea para mí era hacer letras metálicas. Tenía que hacer cada letra de acuerdo con sus especificaciones exactas, lo cual fue tan gratificante como inmensamente difícil.

… Me pregunto si a Lady Myne le gustarán, pensé mientras quitaba la tela que cubría la caja y revelaba las letras tipográficas a mi única mecenas, esperando con temor la valoración que decidiría mi futuro.

“Wow…”

Myne miró las letras tipográficas, sus ojos dorados temblando. Tenía la piel blanca pálida de alguien que nunca salía al sol, lo que hacía que el hecho de que sus mejillas se hubieran enrojecido de color era aún más evidente. La forma en que se llevó una mano al pecho mientras suspiraba la hacía parecer completamente una niña enamorada, y había una cierta intensidad en su mirada que parecía poco natural para una niña pequeña.

Tímidamente tomó uno de las letras tipográficas y lo hizo girar en su pequeña palma, mirándolo como si fuera el mayor tesoro del mundo.

… Supongo que es seguro decir que le gustan, entonces.

En el momento en que dejé escapar un suspiro de alivio, los ojos vacilantes de alegría de Myne se endurecieron cuando adoptó una expresión más tranquila y crítica. Sacó una segunda letra tipográfica y los alineó a ambos en la mesa antes de bajar la cabeza para mirarlos directamente. Luego entrecerró los ojos y comenzó a medir su grosor y altura, buscando cualquier diferencia.

¿V-Van a estar bien?

Volví a tener miedo, hasta que ella me dio su valoración.

“¡Son maravillosos! ¡Realmente te has convertido en Gutenberg!”

“¿Qué?”

“¡Johann, te otorgo el título de ‘Gutenberg’!”

… Guten— ¿qué pasa ahora?

Dejé caer la mandíbula como un tonto mientras miraba a Myne. Su presencia como una princesa delicada y frágil — una hermosa flor pálida protegida del mundo — se había hecho añicos violentamente ante mis propios ojos.

Lutz trató de calmarla, pero la emoción de Myne era imparable. Ella lo sacudió y salió de su silla, hablando tan rápido como pudo, sus mejillas ahora aún más sonrojadas.

“¡Quiero decir, este es el comienzo de la era de la imprenta! ¡Literalmente eres testigo del momento exacto en que la historia cambió para siempre! ¡Esta es la segunda venida de Gutenberg! ¡Su primer nombre era Johannes, y ahora está cambiando la historia como Johann! ¡Qué espléndida coincidencia! ¡Una fatídica reunión de leyenda! ¡Alabado sea Dios!”

… Sí, no tengo ni idea de lo que está hablando.

Me obligaron a hacer la misma pose extraña en mi ceremonia de llegada a la mayoría de edad en el templo, pero esta era la primera vez que veía a alguien golpearla y rezar a los dioses en la vida normal. Todos quedaron atónitos, pero Myne no se detuvo allí.

“Gutenberg es un artesano legendario en el nivel de un dios cuyo trabajo cambió la historia y los libros para siempre. ¡Johann es, de hecho, el Gutenberg de esta ciudad!”

Antes de que pudiera procesar completamente el peso extremo del título que me había dado, Myne comenzó a darle a Benno y Lutz el mismo. Mis camaradas estaban aumentando ante mis ojos. Y, sin embargo, mi principal preocupación era que alguien la detuviera y acabara con esta atmósfera incómoda.

Eché un vistazo al sirviente que estaba detrás de Myne, que tenía una expresión de importancia en su rostro, ¡justo cuando Myne volvió a posar y alabó a Metisonora, la Diosa de la Sabiduría! Fue entonces cuando cayó hacia adelante, aun golpeando la pose con una sonrisa feliz en su rostro. Ella golpeó el suelo y se quedó quieta; Por un segundo, un silencio incómodo llenó la habitación.

“… ¡¿Qué?! ¿Lady Myne?”

“Chica, ¿estás bien?”

“¡¿Q-Qué está pasando?!”

De todos los presentes, solo el sirviente que la vigilaba, el capataz y yo nos pusimos de pie en estado de shock. El sirviente se arrodilló apresuradamente a su lado, observándola mientras el capataz y yo observamos nerviosamente. Pero todos los demás solo dieron fuertes suspiros.

“La tomó lo suficiente. Ahora finalmente puedo tener algo de paz y tranquilidad de nuevo”, dijo Benno, sin siquiera moverse de su silla. Él, Lutz e incluso sus otros sirvientes parecían completamente imperturbables.

“Fran, solo recuéstala en ese banco de allí. Ella va a volver al carruaje de todos modos”.

“Como desees. Disculpe, señor Damuel”. El sirviente llamado Fran recogió a Myne inconsciente y la llevó al banco junto a la estufa por alguna razón, luego la tumbó y apoyó un abrigo grueso y cálido sobre ella. El proceso fue tan rápido y tranquilo que fue como si todos hubieran predicho que esto sucedería.

Mientras aún me faltaban las palabras, Benno tamborileó con los dedos contra la mesa. “Comencemos la evaluación, entonces. Me encargaré de esto como el patrocinador de Myne ya que ella está fuera de combate. ¿Bien?”

“¿Eh…? ¿Solo la vas a dejar así?”

Miré a Myne que yacía inconsciente en el banco, preguntándome si estaba bien no hacer nada con respecto a una niña que acababa de caer inconsciente de la nada. Seguro que no parecía correcto.

“¿Qué piensas, Lutz?”

“Probablemente se despertará al atardecer. Supongo que tendrá una gran fiebre cuando se despierte, pero solo ella tiene la culpa de eso”, dijo Lutz rotundamente, encogiéndose de hombros. Parecía bastante acostumbrado a tratar con Myne.

“¿Cuántos días durará este?” Preguntó Fran.

“… Depende de cuánto tiempo se mantenga así de emocionada. No tengo idea, ya que nunca la he visto volverse tan loca”.

A juzgar por su conversación, me di cuenta de que no era raro que Myne se derrumbara. Sin embargo, desearía haberlo sabido antes; Estaba seguro de que iba a tener un ataque al corazón por un segundo allí.

“De todos modos, esta debería ser una evaluación fácil. Cualquier cosa que haga que un cliente se desmaye con alegría debería pasar con gran éxito, yo diría”.

“Sí, no fue difícil ver cuán emocionada estaba”, dijo el capataz, “Su evaluación servirá, Benno. Aunque tengo que decir que me hubiera gustado saber para qué se utilizaron”.

Cuando el capataz examinó las letras tipográficas, el sirviente más joven de Myne levantó la cabeza repentinamente y sacó lo que llevaba.

“Lo demostraré. La hermana Myne me dijo que me preparara para esto”.

“¿Qué vas a hacer, Gil?”

“Voy a ponerles tinta e imprimir algo. Duh. Jejeje”.

Gil, luciendo emocionado, sacó ágilmente las herramientas que necesitaba. Alineó el rodillo, el papel, la tinta y algo circular que nunca había visto en la mesa. El rodillo que había hecho anteriormente para Myne ahora estaba completamente negro, y a juzgar por el hecho de que Gil ahora lo estaba cubriendo con tinta, podía adivinar por qué.

“Según la Hermana Myne, comienzas alineando las letras tipográficas y haciendo una fila de texto con ellos. Luego pones tinta en ellos de esta manera”, explicó Gil mientras pasaba el rodillo sobre los tipos de letras, convirtiéndolos de plata reluciente a un negro pegajoso.

“¡Woah, woah, woah!” Lloré por reflejo al ver a Gil ensuciar las letras tipográficas de Myne sin su permiso, pero él simplemente ignoró mis gritos, colocando una hoja de papel sobre los tipos.

“Para la impresión real, usaríamos algún tipo de elemento de prensa para presionar la tinta, pero dado que esto es solo una demostración de las letras tipográficas, en su lugar usaré el elemento desnudo”, explicó Gil con orgullo mientras presionaba una plancha, una cosa redonda contra la parte superior del papel, frotándola en círculos. Parecía que era el único que se sentía enfermo de horror; todos los demás observaron el trabajo de Gil con gran interés.

“Una vez que la tinta está en el papel, le quitas de los tipos y la dejas secar”.

Gil retiró el papel, mostrando que tenía una fila de letras distintas impresas en tinta negra. Repitió el proceso usando otra hoja, haciendo una copia idéntica. Con una amplia sonrisa en su rostro, Gil sostuvo los dos trozos de papel uno al lado del otro y nos los mostró.

… ¿Y qué? No entiendo lo que es tan impresionante. Eso me parece un desperdicio de papel, pensé.

Pero, mirando alrededor de la habitación, estaba bastante claro que yo era el único que tenía esa opinión. Benno, el capataz y la guardia de Myne desarrollaron expresiones duras en el momento en que vieron las páginas.

El guardaespaldas de Myne, Damuel, parecía particularmente desconcertado; Estaba examinando detenidamente las dos sábanas con una mirada seria y mortal en los ojos.

“¿Terminaste dos páginas tan rápido?” él dijo: “No puedo creerlo”.

Mientras tanto, el capataz había recogido algunos de las letras tipográficas no utilizados, alineándolos en su palma antes de gruñir.

“Cada tipo es solo una letra, por lo que es fácil mezclarlos y crear el texto que necesite”.

“Ella dijo que sería mucho, mucho más rápido que cortar plantillas cada vez”, dijo Lutz, haciendo que todos fruncieran aún más el ceño.

“Myne tenía razón. Esto cambiará la historia. Sabía sobre la impresión, pero no me di cuenta de que sería tan fácil cambiar las letras”. Benno suspiró y sacudió la cabeza. “¿Qué ha hecho esa idiota esta vez…?”

Las palabras de Benno hablaron por todos, mientras todos miraban colectivamente a Myne durmiendo en el banco. Parecían saber lo que estaba pasando, pero seguro que no. Todo lo que sabía era que, al tomar a Myne como mi patrocinadora, me había envuelto en algo de lo que no habría retorno.

“Myne había dicho que comenzaría a hacer la imprenta ahora, pero supongo que pasará un tiempo antes de que comience la impresión real”, dijo Benno en un tono más brillante, pero el capataz sacudió la cabeza con un conflicto. expresión.

“Dijo que lo iba a pedir en un taller de carpintería. Eso significa que ella ya tiene una buena idea de cómo hacer uno. Si puede hacer un plano detallado como los que le da a Johann, no pasará mucho tiempo antes de que termine la imprenta”.

Los planos de Myne siempre fueron muy minuciosos y precisos, especialmente los que hizo para mí, ya que sabía que me gustaba tener todos los detalles relevantes. Si el taller de carpintería recibiera un plano así, tendrían la prensa lista en poco tiempo.

Benno se rascó la cabeza. “Es cierto, pero pasará tiempo antes de que la influencia de la imprenta realmente comience a sentirse. Esta sigue siendo la única ciudad con talleres de papel vegetal, y acabamos de firmar un contrato para que el gremio de tinta comience a fabricar la tinta para ese papel. Hay una falta masiva de recursos aquí; no podemos seguir el ritmo de las prensas. Pero, bueno… Dado que los talleres en otras ciudades comenzarán a abrirse nuevamente en la primavera, solo será cuestión de tiempo antes de que todo cambie”.

Luego, me lanzó una mirada aguda. La intensidad repentina fue tan ochenta por su actitud relajada anterior que realmente jadeé.

“Johann, a partir de ahora serás conocido como ‘Gutenberg’. Myne te dio el título ella misma, y no creas que tienes ninguna posibilidad de alejarte de ella ahora”, dijo Benno, todavía mirándome como si fueran dagas.

Incapaz de pensar en nada que decir en respuesta, solo moví mi cabeza hacia arriba y hacia abajo.

Estoy aterrorizado. Haré lo que ella quiera, así que, por favor, déjame vivir.

Benno asintió con satisfacción, la voz de mi corazón aparentemente había sido escuchada fuerte y clara.

“Bueno”.

… No es como si tuviera otros clientes para escapar también, de todos modos.

Apreté los labios al recordar lo que había sucedido en la Compañía Gilberta, momento en el cual el capataz me dijo que regresaríamos allí para informar lo que el gremio dijera sobre las letras imprentas. Me sobresalté sorprendido, pensando por un segundo que había leído mis pensamientos, pero eso fue una tontería.

Juntos, entramos en el Gremio de Herrería. Estaba ubicado en el corazón de la ciudad, que describía la plaza que rodeaba la plaza central. Había muchos gremios en esa plaza, y el Gremio de Comerciantes era el gran padre de todos ellos.

La sección suroeste de la plaza era donde estaban los gremios de artesanos, como el Gremio de Herrería, el Gremio de Carpintería y el Gremio de la Construcción.

El Gremio del Sastre y el Gremio de Teñido estaban en el noroeste, mientras que el Gremio de la Tinta y el Gremio de Restaurantes estaban al sureste. En el noreste estaba el Gremio de Comerciantes y un edificio de reunión para soldados. Y ahora que era primavera nuevamente, el corazón de la ciudad estaba lleno de gente entrando y saliendo de todos estos diferentes gremios.

Entramos en el Gremio de Herrería, que estaba tan ocupado como se esperaba. Algunas personas estaban aquí para vender, ya que habían traído cosas que habían hecho como trabajos de invierno, mientras que otras como yo habían venido con sus tareas de leherl. Todo tipo de cosas estaban sucediendo.

“Hola, Johann. Escuché que encontraste un patrocinador, ¿eh? Felicidades”, dijo la recepcionista, que había estado preocupada por mí en el pasado. Mi búsqueda desesperada de un patrocinador fue bien conocida en el Gremio de Herrería.

Levanté un poco la caja de letras para que él pudiera verla. “Si. También me dieron una buena valoración de mi tarea. Las cosas finalmente me están mejorando”.

Al encontrar un cliente y recibir una buena evaluación de su tarea completa, había evitado que mi contrato con Leherl fuera anulado. Todavía necesitaba mostrar mi tarea al Gremio de Herrería para que pudieran evaluarla ellos mismos, pero estaría bien sin importar lo que dijeran; mantener mi contrato de leherl seguro era todo lo que me importaba en este momento.

“Eso es todo lo que te importa, ¿eh? Seguro que no tienes mucha ambición por un hombre de tu talento”, dijo la recepcionista.

La gente me decía mucho eso, pero realmente no estaba de acuerdo. De hecho, mi evaluación del Gremio de Herrería no afectaría la probabilidad de obtener más clientes, sin importar cuán bueno o malo fuera. Después de todo, no importaba qué tan alto el taller o el gremio valoraran mi trabajo si nuestros clientes no compartían esa opinión.

El capataz y yo pasamos al segundo piso, donde vimos una multitud de leherls. Presumiblemente también habían alcanzado la mayoría de edad, ya que cada uno estaba cumpliendo su tarea completa mientras esperaban junto a su capataz.

“Bien, bien, bien. Veo que, a pesar de todo su alboroto por no tener un patrocinador, aún así terminó siendo una tarea”, dijo un joven con el pelo corto de color escarlata, una mirada desafiante en sus ojos grises.

A juzgar por el hecho de que estaba aquí, teníamos la misma edad o solo un año de diferencia. Sin embargo, no podría decirlo con certeza, ya que la cantidad de tiempo que tomó encontrar un cliente y luego completar su tarea varió de persona a persona.

… ¿Quién es este chico?

A veces salía a comprar materiales o entregar pedidos a pedido del capataz o de mis compañeros de trabajo, pero generalmente pasaba todo el tiempo escondido en el taller. Para ser sincero, apenas conocía a nadie. El capataz siempre me gritaba por eso, diciendo que era una de las principales razones por las que me había resultado tan difícil encontrar un patrocinador.

“No sé cuál fue tu tarea, pero no será mejor de lo que hice”, continuó el chico de pelo escarlata.

Realmente no sabía qué decir a eso, especialmente cuando venía de alguien que no conocía. Todo lo que pude hacer fue tartamudear un “S-Seguro”.

El chico resopló, luego volvió a su capataz.

“¿A qué se debió todo eso?”

“Ese es Zack del Taller de Verde”, dijo el capataz, “Te ve como un rival. Ya sabes que todos están tensos para ver quién obtiene las mejores evaluaciones y todo eso, ¿verdad? No seas idiota. ¡Si alguien viene en busca de una pelea, dale una!”

Las palabras del capataz me llamaron la atención. El Taller de Verde era la herrería más popular y ocupada de toda la ciudad; Si este Zack era un leherl allí, era seguro decir que era un herrero bastante hábil.

… Oh sí, creo recordar que el capataz me dijo hace mucho tiempo que había un herrero de mi edad que también es bastante bueno.

Sonó la tercera campana y varios empleados del Gremio de Herrería entraron a la sala para evaluar nuestras tareas. Trajimos el nuestro cuando nos llamaron, explicamos qué trabajo habíamos estado haciendo para el patrocinador, qué habían ordenado y cómo habían evaluado nuestra tarea. Les mostré nuestras órdenes de compra y la evaluación escrita para confirmar que todo era legítimo.

“Esos son muchos pedidos de suministros”.

Myne ciertamente había ordenado muchas cosas en el poco tiempo que nos conocíamos. La mayoría de los clientes no ordenaron tantos artículos seguidos, y ciertamente no ordenaron cosas tan extrañas como Myne.

“Myne valora mucho la capacidad técnica de Johann. Sus órdenes siempre son increíblemente precisas”, dijo el capataz mientras extendía uno de los planos que Myne me había dado. Cada empleado en el gremio era un herrero, por lo que podían ver cuán precisas eran las órdenes mirando los planos.

“Pero, ¿quién es esta ‘Capataz Myne’? Nunca he oído hablar de ella antes. ¿Qué taller dirige ella?” preguntó uno de los empleados del gremio con el ceño fruncido al ver la firma de Myne en los tableros. Desafortunadamente, solo entonces me di cuenta de que ni siquiera sabía cuál era el taller de mi patrocinadora.

“U-Uhh…” Empecé a vacilar, pero el capataz me puso una mano en el hombro y señaló el panel de evaluación.

“La capataz es Myne una menor de edad, y Benno, de la Compañía Gilberta, es su guardiana. Hágale esa pregunta a él o al Gremio de Comerciantes”.

“¿La compañía Gilberta la respalda?” murmuraron los empleados, con una clara sensación de asombro en sus voces mientras miraban el nombre de Benno en la pizarra.

La Compañía Gilberta era una de las tiendas más grandes de Ehrenfest. No era una empresa antigua con una historia histórica, pero cada día crecía y pasaba mucho dinero por allí. El hecho de que Myne estuviera respaldada por ellos significaba que era un gran problema cuando se trataba de clientes.

“Muy bien, veamos su tarea”, dijo un empleado después de confirmar que no había problemas con mi patrocinadora. Saqué la tela de la caja y les mostré las letras tipográficas dentro.

“¿Qué diablos son estos?”

… Sí, esa fue mi primera reacción también.

Incluso después de que Gil nos había enseñado cómo se usaban las letras tipográficas metálicas, todavía no veía realmente qué los hacía tan valiosos. Apostaría a que no había un solo artesano que pudiera decir lo que valían de un vistazo.

“Se llaman letras tipográficas. Son piezas de metal con letras que sobresalen de ellos”. Johann, explica la orden.

“Sí señor. Lo importante de este orden es que cada tipo tenía que ser exactamente idéntico en tamaño. Todos tenían que tener la misma altura para que se alinearan perfectamente planos cuando se colocaran uno al lado del otro, así”. Saqué algunas letras tipográficas y los alineé uno al lado del otro”, luego bajé la cabeza para verlos a la altura de los ojos como lo había hecho Myne. Los empleados hicieron lo mismo mientras revisaban los tipos.

“Ese es un trabajo bastante preciso”.

“Me dijeron que se romperían fácilmente si no se alineaban perfectamente”.

No podían decir para qué se suponía que se usarían las letras tipográficas, pero podían apreciar lo difícil que habían sido hacer. Los empleados asintieron, impresionados y me felicitaron por poder hacer un trabajo tan preciso.

“Según la Compañía Gilberta, este es un invento que cambiará la historia”, dijo el capataz. Simplemente estaba repitiendo lo que Benno había dicho, y las reacciones a su reclamo estaban bastante divididas; algunos se rieron, claramente habiéndolo tomado como una broma, mientras que otros palidecieron al considerar la posibilidad de que esas palabras fueran ciertas.

“Johann incluso recibió el título de ‘Gutenberg’ por hacer esto. Aparentemente ese es un título otorgado a grandes hombres y mujeres cuyos logros han cambiado la historia. Johann y los jefes de la Compañía Gilberta son los Gutenbergs de Ehrenfest ahora”, dijo el capataz con una voz lo suficientemente fuerte como para que todos lo oyeran. Una agitación recorrió la multitud, y luché contra el impulso de hacerme una bola y morir de vergüenza.

“Entonces, ¿cómo te fue?” preguntó Benno.

Después de evaluar mi tarea en el Gremio de Herrería, el capataz y yo habíamos regresado a la Compañía Gilberta. Necesitábamos entregar las letras tipográficas a Myne e informar lo que el Gremio de Herrería había dicho sobre ellos. Una vez allí, nos llevaron a la misma oficina que antes, donde Benno nos hizo su pregunta.

“Johann obtuvo las mejores calificaciones. No es que esperara algo diferente; ningún otro aprendiz habría tenido la tarea de hacer algo que requiriera tanta precisión”.

Solo tenía una única patrocinadora, pero había completado varios pedidos para ella, cada uno de los cuales me hizo hacer algo inusual que requería un alto nivel de experiencia técnica para completar.

Y luego estaba el alto precio que corrían. El hecho de que ella me hubiera dado un título también significó mucho. El capataz y todos los demás en el taller se burlaron de mí por ello, pero en el mundo exterior, tener un título fue un gran honor.

… ¡No es que quiera ningún honor!

Debido a que todos se exageraron porque me dieron el título de “Gutenberg”, Zack había quedado en segundo lugar detrás de mí — basta decir que eso no me hizo ningún favor, y su enemistad por mí solo se había hecho más fuerte. Les ladró a los empleados del gremio, diciendo que no estaba bien que me elogiaran tanto después de haber tenido una mala reputación y ningún patrocinador durante tanto tiempo.

… Créeme, Zack, te daría este título de “Gutenberg” en un segundo si pudiera. Quiero hacer cosas que satisfagan a mis clientes, y quiero desarrollar todas las habilidades que necesitaré para lograr eso, pero no me importan los títulos.

 “No hay necesidad de hacer una mueca así, Johann. Una buena evaluación es realmente importante”, dijo el capataz mientras me palmeaba el hombro.

Mark asintió de acuerdo. “Tu capataz está en lo correcto. Una reputación positiva es importante para mantener un taller en funcionamiento. Como leherl, debe considerar qué es lo mejor para el futuro de su taller”.

Siempre estuve tan enfocado en mejorar mis propias habilidades que nunca pensé realmente en el futuro de mi taller o su lugar dentro del Gremio de Herrería. Parecía que tendría que cambiar eso si quería ser un leherl adecuado.

“Pero ya sabes, los comerciantes y artesanos son diferentes. Solo concéntrate en hacer algunas cosas buenas, Johann. Eso solo ayudará a la reputación de nuestro taller. No te preocupes, me aseguraré de que el taller sea dirigido por personas que sean buenas en él. Perfeccione sus habilidades y simplemente encuentra otro cliente que aprecie su conjunto de habilidades como lo hace Myne”.

“… Jefe”.

El capataz siempre hacía todo lo posible cuando se burlaba de mí, pero también tenía un lado confiable. Al ponerme algo emocional, decidí mejorar mis habilidades aún más.

Mark dio una sonrisa pacífica. “En ese caso, Johann, disfruta estas oportunidades para perfeccionar tus habilidades. Son de Myne” dijo, extendiéndome varias hojas de papel doblado.

Los abrí con cautela. Eran órdenes de trabajo que contenían planos detallados.

“¡¿Eh?!”

Los planos describieron aún más letras tipográficas. Algunos tenían superficies en blanco, y otros tenían símbolos en ellos. Apreté los papeles con manos temblorosas, sin haber esperado en absoluto que mi infierno de letras tipográficas aún no hubiera terminado.

“Qué… ¿Qué son estos?”

“La hermana Myne proporcionó estos como una orden de seguimiento para cuando terminara la inicial con resultados satisfactorios. Parece que una vez que termine estos símbolos, ella ordenará letras tipográficas de diferentes tamaños. Buena suerte”, dijo Mark con una sonrisa alentadora.

Pero no estaba feliz en absoluto. Su sonrisa se parecía completamente a la sonrisa de una persona que empuja el trabajo tedioso sobre otra persona.

“Seguro que tienes una gran patrocinadora, ¿eh?” El capataz puso una mano sobre mi hombro, que en este momento parecía que pesaba más que el mundo. Me di la vuelta y vi que sus ojos brillaban con diversión. “Seguramente tu nombre quedará grabado en la historia si terminas todos estos pedidos, Gutenberg”.

“¡Jefe, por favor no me llames así!” Gruñí, acunando mi cabeza en mis manos. “Y también sentí un poco de respeto por ti también. ¡Devuélvelo todo!”

“Lutz se encogió de hombros. Se te acabó la suerte el día que Myne te encontró. Ríndete, Gutenberg”.

“Eres el primero al que le dio el título, Johann. Eres el verdadero Gutenberg”, dijo Benno con una expresión seria.

Esa fue una idea aterradora. Todos escaparían del título a menos que yo me pusiera de pie aquí. Necesitaba arrastrarlos conmigo… O, mejor dicho, no quería que mis aliados huyeran de su deber. Entendí lo que necesitaba hacer.

“Lutz, Benno, todos somos Gutenbergs aquí. ¡Lady Myne lo dijo ella misma!”

Benno chasqueó la lengua y me fulminó con la mirada, pero no tenía intención alguna de soportar la carga del título solo.

“En realidad, creo que deberías ser el jefe Gutenberg, Benno. Eres el más viejo y el más rico de todos nosotros”.

“Nop. Buen intento, Johann. Es hora de que aprendas que quien primero pierde”.

“¡¿Qué tipo de lógica es esa?!”

Al final, no logramos determinar quién era el jefe Gutenberg. Cuando más tarde le sugerí a Myne que Benno debería ser el jefe Gutenberg, ella respondió así:

“No te preocupes. Todos ustedes son Gutenbergs juntos. Nadie por encima o por debajo de nadie más”.

… ¡No! Esa no es la respuesta que quería.

Los historiadores del futuro afirmarían que este momento fue cuando el Grupo Gutenberg, los discípulos de Metisonora, la Diosa de la Sabiduría, que dedicarían sus vidas a desarrollar el proceso de impresión y llenar el mundo con libros — nació en Ehrenfest.

-FIN DEL VOLUMEN 06-