Hai to Gensou no Grimgar

Volumen 2

Capitulo 14: Un chico

​”…¿No es un poco ruidoso por ahí?” Haruhiro preguntó, señalando.

Todos se volvieron para mirar en esa dirección.

“¿Hmm?” Yume se llevó las manos a los ojos como un par de binoculares. “…Hmm. Es difícil de ver con todas las vallas, pero algo que parece una cabeza se está moviendo de arriba a abajo.”

“También escucho ladridos de kobolds.” Mary escuchaba atentamente. “Parece que hay una gran cantidad de kobolds ahí.”

“¿Creen que…?” Dijo Shihoru, agarrando su báculo.

Moguzo asintió. “P-Podría ser Ranta-kun… ¿tal vez?”

Haruhiro y los demás estaban en el cuarto nivel, la granja. Habían bajado del tercer nivel al cuarto y solo tenían un poco más que recorrer antes de llegar a un pozo hasta el quinto nivel cuando Haruhiro notó algo extraño.

“¿Lo hizo desde el quinto nivel hasta el cuarto por su cuenta…?” Haruhiro se preguntó.

Siempre supe que era un tipo terco. Puede que no sea la hazaña más increíble de la historia, pero aún así es bastante impresionante si lo logró.

Como mínimo, Ranta tenía una capacidad de supervivencia mayor que la de una persona promedio. Esa actitud de nunca decir morir era algo que ninguno de los otros tenía.

“¡Vamos!” Dijo Haruhiro.

Todos se miraron y luego se dirigieron hacia el alboroto. Fueron rápido, pero con cuidado. Si terminaran siendo perseguidos, también derrotaría el propósito.

Aún así, ¿no es imposible acercarse a un lugar donde una gran cantidad de kobolds están corriendo sin ser descubiertos…? Haruhiro hizo que todos los demás se quedaran atrás, asomando la cabeza por detrás de uno de los corrales.

“…Oh.”

Ahí estaban. Un montón de ellos. Los kobolds corrían por ahí y, a veces, saltaban por encima de las cercas dentro o fuera de los corrales, ladrando locamente como perros todo el tiempo.

Haruhiro los observó por un rato. Los kobolds ni siquiera miraron en su dirección. No es que le importara.

Haruhiro sacó su cabeza de nuevo. “…No pasará.”

Esa era la única conclusión posible.

Si fueran más lejos, de seguro los kobolds los encontrarían. Si estuvieran dispuestos a ser encontrados, podrían tratar de atraer a los kobolds para ayudar a Ranta, que probablemente estaba huyendo o escondiéndose, pero incluso si lo hicieran, no podrían estar seguros de poder jalar a todos los kobolds con ellos.

Además, comparado con los cinco de ellos, Haruhiro pensó que a Ranta le podría ser más fácil correr y esconderse.

Si Haruhiro y el resto del grupo se encontraran nuevamente perseguidos por los kobolds, no había ninguna garantía de que todos pudieran escapar. De hecho, era mejor asumir que no lo harían. Necesitaban deshacerse de cualquier idea optimista como esa.

Realmente no quería que los kobolds los encontraran. Sin embargo, cómo podían ayudar a Ranta sin ser encontrados, era algo que Haruhiro estaba teniendo dificultades para encontrar. Era una cuestión de prioridades.

¿Cuál debería ser el orden de prioridades aquí?

En este momento, ¿qué es lo más importante? ¿Y qué viene después de eso?

La prioridad más importante era…

…mantener a los cinco a salvo.

Salvar a Ranta venía después de eso.

Ese orden no podia ser cambiado. Tenía que ser así.

Incluso si no fuera Ranta quien necesitara salvar, si hubiera sido Yume o Shihoru, o incluso Moguzo o Mary, Haruhiro habría tenido que tomar la misma decisión. Creía que ese era su papel como líder.

“Vamos a salir de aquí,” dijo Haruhiro, sacudiendo la cabeza. “No dudo que Ranta esté en esta área, pero si los kobolds también nos encuentran y hacemos que esto sea un alboroto aún más grande de lo que ya es, la situación solo empeorará. Los kobolds no parecen exactamente muy pacientes. Se rinden bastante rápido. Estoy seguro de que también tienen trabajo que necesitan hacer. Entonces… las cosas se calmarán eventualmente. Busquemos a Ranta una vez que eso suceda.”

“Pero, y si…” Dijo Shihoru vacilante. “¿Qué pasa si Ranta es atrapado antes de eso y… Oh, lo siento, yo solo…”

“Si lo hacen…” Yume se mordió el labio e hizo una mueca. “…Si eso sucede, no veremos a Ranta vivo de nuevo, por decir lo menos.”

“Tienes razón,” dijo Mary, con el rostro un poco pálido.

Moguzo dejó escapar un largo y profundo suspiro.

“El que tomó la decisión…” Haruhiro apretó sus muslos con fuerza. “…fui yo. Pase lo que pase, la responsabilidad es solo mía.”

“No, eso no está bien,” Yume negó con la cabeza vigorosamente. “No es solo tu responsabilidad, Haru-kun. Esto es algo que todos tenemos que—”

“No lo es.”

Se alegró de que su voz no temblara. No quería mostrar su patética debilidad más de lo necesario. No importaba mucho cuando no pasaba nada importante, pero no ahora. Ahora no era el momento para eso.

“Si todos hacen lo que yo decido, la responsabilidad es mía,” explicó Haruhiro. “No lo sé, realmente no puedo explicarlo bien, pero así es como tiene que ser. No puedo manejar esto sin que todos ustedes me apoyen, pero aún así, creo que si nos apoyamos unos a otros, todavía seremos débiles. Un núcleo… un pilar central… Creo que el grupo necesita a alguien así. El problema es que no estoy seguro de poder serlo… Bueno, al menos pienso intentarlo. Lo haré lo mejor que pueda. Así que quiero que me dejen llevar esa carga.”

Yume de repente golpeó a Haruhiro en la espalda. “Haru-kun, ahora estás actuando como un chico.”

“…S-Soy un chico, ¿sabes? Siempre lo he sido.”

“No, Yume no quiso decir eso. Umm, veamos… Uhh, Yume no sabe realmente a qué se refería, pero seguro que pensó que estabas actuando como un chico. Yume te seguirá, Haru-kun.”

“¿Eh? Uh, claro. Gracias. Extraño como suena decirlo…”

Cuando Yume había dicho que lo seguiría, hizo que el corazón de Haruhiro se saltara un latido. Cuando una chica decía algo así, le era difícil no leer más sobre eso. No era bueno para su corazón.

Por supuesto, probablemente solo significaba que Yume lo estaba aceptando como el líder por ahora.

“Um…” Shihoru bajó la cabeza por alguna razón. “Haruhiro, déjame darte las gracias por adelantado, por todo…”

“Gracias….¿Pero por qué?”

“…Simplemente parecía lo que debía decir,” murmuró ella.

“Está bien…”

Moguzo gruñó y le dio un pulgar hacia arriba.

Sin saber qué hacer por un momento, Haruhiro le devolvió el pulgar hacia arriba. A continuación, Mary le tendió una mano. Después de secarse apresuradamente la palma de su propia mano en su capa, Haruhiro tomó la mano de Mary.

Su piel es ridículamente suave, pensó. La mano de Mary es muy suave.

Haruhiro comprobó una vez más el área donde creían que estaba Ranta.

Sí, nada ha cambiado. Cargar hacia ahí habría sido suicidio.

“Retrocedamos lo suficiente para que podamos simplemente decir lo que está pasando,” dijo Haruhiro a los demás, y agregó: “Ranta está bien. Si esto pudiera matarlo, ya habría muerto hace mucho.”

Por supuesto, eso solo era para calmar sus preocupaciones. Sus camaradas también deben haberlo sabido. Aun así, todos asintieron. Él estaba agradecido por eso.

—No necesito que vuelvas para perseguirme. Eso sería absolutamente lo peor. Cuando salieron del área, Haruhiro susurró en su mente: Así que no te mueras, Ranta.