Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 1

Capitulo 4: Un Día Libre en Parnam

Parte 4

Sin embargo, una vez en un determinado país de la isla que se puso serio, se encontraron nuevas rutas de importación de otros países ricos en recursos, y desarrollaron tecnologías alternativas, lo que provocó que los recursos escasos del otro país cayeran en picada.

—Si podemos ser austeros con nuestros recursos, eso limitará los daños si otro país detiene sus exportaciones hacia nosotros, y si almacenamos el exceso que tenemos en tiempos de paz, podemos estar preparados para eso, si eso llegara a pasar —le expliqué.

—Entiendo —dijo Liscia.

—Así que, incluso si nos pone en rojo, todavía hay sentido en nacionalizarlo.

Liscia era una estudiante rápida cuando se trataba de asuntos militares y diplomáticos. Ella era probablemente del tipo cuya habilidad o incapacidad de aprender un tema fue un fiel reflejo de sus preferencias personales.

Por cierto, mientras estábamos hablando de esto, Aisha anunció:

—Olvídate de eso, ¡quiero comer!

Parecía lista para llorar, como un perro que se vio obligado a esperar durante mucho tiempo.

El café de canto Lorelei estaba edificado en una esquina soleada de la calle. Este era el lugar donde Juna trabajaba.

Cuando había oído las palabras “café de canto”, lo que había imaginado era un lugar con una máquina de karaoke, donde los clientes podían cantar libremente, pero los cafés de canto de este país fueron un lugar para disfrutar del té de la tarde mientras escuchas cantar a las loreleis.

Por las noches, se mantuvo abierto y se convirtió en un bar de jazz. ¿Hubo lugares como este en Japón también?

—Vas a mostrar tu cara allí, ¿verdad? —preguntó Liscia.

—Démonos prisa y entremos.

—Tengo hambre… —Aisha gimió.

Con las dos instándome a continuar, atravesamos la puerta y entramos en Lorelei.

Desde el momento en que entramos al café, pude escuchar a Juna cantando. Cuando escuché esa voz, se me debilitaron las rodillas.

Es verdad. Le enseñé esa canción, ¿no? Me di cuenta.

Esa era Juna para ti, que había aprendido a cantar las letras en inglés en las que ni siquiera yo era tan bueno.

—Oh, qué maravillosa voz para cantar. Realmente debo felicitar a madam Juna —dijo Liscia.

—No sé lo que significan esas palabras, pero es una melodía agradable —agregó Aisha.

Aisha y Liscia parecían profundamente impresionadas. Bueno, por supuesto que sí. Fue una buena canción.

Le había prometido a Juna enseñarle las canciones de mi mundo, pero una vez que pensaba en ello, lo único que sabía eran viejas canciones que había aprendido gracias a la influencia de mi abuelo, y canciones que había aparecido en el anime y tokusatsu, porque yo estaba enganchado en ellos. Estaba indeciso de enseñarle esas canciones de anime, así que había elegido esta canción, que era como una canción de anime, pero no: “Mejores días están llegando / Better Days are Coming”, de Neil Sedaka.

Podría conocerlo mejor como la canción que Mami Ayukawa como cover de Z – Toki wo Koete, del opening del anime de mecha Mobile Suit Zeta Gundam. Ahora, esto es sólo mi opinión personal, pero pensé que para la música normal, de Hiroko Yakushimaru, y para las canciones de anime, las canciones de Hiroko Moriguchi, se adaptarían bien a la voz de Juna. Quería escuchar “Tantei Monogatari“ y “Mizu no Hoshi ni Ai wo Komete“ con su voz.

El café tenía un estilo relajante y retro moderno. Sentados en una de las mesas, escuchamos a Juna cantar por un rato. Unos minutos más tarde, Juna terminó su canción y vino a nosotros.

—¿Por qué, Su Majes–? —comenzó ella.

—Hola, Juna. —dije rápidamente.

—¡Podrías no acordarte de mí, pero soy Kazuya, el sucesor de un comerciante de telas de crepe de Echigo!

Para cortar a Juna, comencé a hablar a una milla por minuto. Siendo la mujer inteligente y talentosa que era, Juna reconoció lo que estaba pasando sólo con eso. ayer

—Oh, sí, Kazuya. Es verdad. Ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo está tu padre estos días?

—Está bien, él es demasiado enérgico para su propio bien. Recientemente, mi madre descubrió que estaba teniendo una aventura. Ahora ya no es un problema.

—Ya veo. Kazuya, ten cuidado con la forma de cómo manejas a las mujeres por ti mismo —dijo ella, coincidiendo con mi historia.

No podía hacer que ella se inclinara y me llamara “Su Majestad” en un lugar como este con tantas personas que están mirando, después de todo. Se suponía que debía estar encubierto.

Aun así, tenía que estar impresionado con su habilidad para improvisar al instante una respuesta a mis tonterías al azar. Sin duda, la quería en el castillo.

—Te pagaré cinco veces más de lo que te pagan aquí, así que ¿quieres venir y ser mi secretaria personal? —le pregunté.

—Agradezco la oferta, pero creo que este trabajo en el que puedo dejar que los clientes disfruten de mis canciones es mi vocación, por lo que voy a tener que declinar. —Ella me ha defraudado ligeramente.

Sí. Incluso la forma en que ella me rechaza tiene clase.

—Es una pena. Sin embargo, dicen que, en lugar de poner flores silvestres en exhibición en su habitación, las flores son más bellas si florecen en los campos.

—Oh, pero si las amas y las adoras, no sólo las pones en exhibición; las flores brillarán incluso en un jarrón —replicó ella.

—Ya veo. Debo esforzarme por ser digno de amarlas y adorarlas, entonces.

—Sí, lo suficientemente digno para convencer a las flores de que quieran que las tomes.

—Ja, ja, ja, ja.

—Hee, hee, hee, hee, hee.

Juna y yo nos reímos juntos.

Mientras nos miraba, Liscia pareció un poco sorprendida. “De alguna manera, cuando ustedes dos hablan, es como si cada uno investigara las intenciones del otro”.

… O eso pensó ella. Estás equivocada, Liscia, dije en silencio. Lo más probable es que se tratara de la Fig. 1: Un hermano menor que quiere actuar de manera más madura mientras está siendo regañado suavemente por su hermana mayor.

… Apuesto a que es lo que era. A pesar de que éramos prácticamente de la misma edad.

—Slurrrrrp… El udon de gelin es verdaderamente delicioso, ¿no? —dijo Aisha alegremente.

Habíamos decidido quedarnos en Lorelei y almorzar allí.

Sorbiendo su udon de gelin tan rápido como lo haría con un tazón de soba de wanko, Aisha gritó:

—¡Un segundo, por favor! —Empujando el tazón hacia nuestro camarero.

Un café no es un lugar para comer así, ¿sabes?…, pensé.

—Aun así, ¿el udon de gelin en un café?… —pregunté

—¿No te gustó?

Juna parecía preocupada, así que negué con la cabeza y dije:

—Oh, no. Sólo pensé que era extraño sorber udon en un lugar con clase como este.

—Desde esa emisión, ha habido una gran cantidad de personas que quieren probarlo —explicó.

—Además, todavía no hemos superado la crisis alimentaria, por lo que estamos agradecidos de tener este tipo de ingredientes baratos que podemos usar.

—Estoy trabajando en eso, pero… lo siento, siento que no lo estoy haciendo lo suficientemente bien —dije.

—No, Su… Kazuya, creo que lo estás haciendo bien.

Cuando Juna me dio esa sonrisa amable, me hizo sentir todo cálido y confuso por dentro.

¡Patada! ¡Patada!

—Está bien, Liscia, deja de patearme las espinillas debajo de la mesa, por favor.

—¿No crees que Souma trata a Juna de forma diferente a como trata a todos los demás? —preguntó Liscia.

—Ahh, sorber… También… sorber… me di cuenta de eso. —Aisha estuvo de acuerdo.

—… Hey, no puedo evitarlo —protesté.

—Me pongo nervioso cuando estoy hablando con una hermosa chica mayor. Además, Aisha, come o habla. Elige uno.

—Sorber.

¿Qué, estás eligiendo comer? Pude haberme burlado de ella, pero esa rutina de comedia es demasiado exagerada, por lo que simplemente la dejé acabar.

—… Esto después de que él me dijo que yo también era hermosa —dijo Liscia.

—En realidad, Liscia, creo que eres hermosa de una manera diferente a la que es Juna, ¿sabes? —dije.

—¡¿P-por qué fuiste capaz de oírme?! —exclamó.

Uh, si no quieres ser escuchada, disminuye un poco el volumen de tu voz, ¿verdad?

… Parte de eso fue que estaba extrañamente consciente de ella porque me había dejado usar su regazo como una almohada.

—T-tú podrías haber fingido no escuchar —balbuceó.

—Como si pudiera dejarlo pasar —repliqué.

—Soy un joven sano, así que no digas cosas que me hagan tan consciente de ti tan a menudo.

—Oh, mi Dios, sus rostros están todos rojos. Ustedes dos son tan inocentes. —Juna nos miró discutiendo con una sonrisa.

Junto a nosotros, Aisha sorbía su udon como si estuviera haciendo un mohín.

—Sorber… ¿Por qué sólo notas el afecto de la princesa… Sorber… pero él mío es ignorado?… Sorber. Ah, por favor, otro plato.

—Puede que no sea mi lugar decirlo… pero ¿quizás no te tome en serio porque actúas así? —sugirió Juna.

—¡¿Madam Juna?! ¡¿Qué he hecho mal?! —exclamó Aisha.

—Ese apetito tuyo. Cuando te vi por primera vez en el castillo, parecías una mujer valiente y digna que estaba dispuesta dirigirse al rey directamente, pero recientemente eres sólo una decepción que está comiendo todo el tiempo. Te amo juna

—¡¿Qu-quééééééééé?! —Aisha comenzó a mirarnos con ojos que parecían suplicar: “Dime que está mintiendo, Su Majestad, Princesa“.

Liscia y yo sonreímos. Luego, ambos levantamos nuestros brazos en frente de nosotros en una X.

Después de todo, estuve de acuerdo con Juna al 100%.

—Poncho claramente ha estado robando la atención de todos —dijo Liscia.

—¿A dónde se fue la digna Aisha, me pregunto? — preguntó Juna.

—¡Wahhh! ¡Es culpa del bosque por no tener tantos tipos de comida! —Aisha gimió.

—Además, ¿qué crees que estás haciendo tratando de seducir a un tipo que ya está comprometido?… —agregué.

—¿Huh? —Las tres me miraron sin comprender.

¿He dicho algo extraño?

—Um… ¿Souma? En este país, la poligamia es tolerada, siempre y cuando tengas la riqueza para mantener varias esposas, ¿te das cuenta? —dijo Liscia. Y

Juna asintió.

—Funciona al revés también. Los arreglos para la poliandria son posibles también para mujeres poderosas. Sin embargo, es poco común.

—Si los hombres se limitan a una sola mujer, la casa podría extinguirse si algo saliera mal, después de todo —aceptó Aisha.

Liscia, Juna y Aisha me dijeron esto con caras serias.

¿Están hablando en serio?… Ah, no, supongo que probablemente son serias.

La sociedad de este mundo aún no había salido de la Edad Media. No tenían una tasa de natalidad estable, y su higiene y conocimientos médicos estaban poco desarrollados.

Además de eso, estaban viviendo en estos tiempos difíciles, por lo que probablemente había pocas personas que vivan con la esperanza de vida media. Además, en una sociedad del tipo de la Edad Media, donde la “casa” es un concepto importante, siempre que tenga la riqueza para apoyarlos, cuantos más herederos potenciales, mejor. Esa fue probablemente la razón por la cual permitieron la poligamia. Incluso yo podía entender ese punto.

—Pero la madre de Liscia era la única reina que he conocido… —objetaba.

Si fuera un sistema polígamo, ¿no lo habría practicado el padre de Liscia, el rey? Quiero decir, Hakuya me ha estado molestando para apresurarme y tener un heredero, también.

—Oh, en realidad, mi madre era la que tenía la autoridad real. —explicó Liscia.

—Ella es la hija del hombre que fue el rey anterior a mi padre, ya sabes.

—Espera, ¡¿ese rey se casó con la familia?! —estallé.  Aun te odio

—Sí. Sin embargo, después de casarse, le dejó gobernar el país a él. Es por eso que mi padre nunca podría haber menospreciado a mi madre al tomar a otra mujer como su reina. Sin embargo, no puedo decir con certeza que no tenga bastardos.

—¿Huh? ¿Estaba bien para mí tomar el trono cuando él abdicó? —pregunté.

—No hay problema. Mi padre fue quien se destacó, pero no pudo haber abdicado sin el consentimiento de mi madre.

En otras palabras, esa abdicación no había sido una decisión arbitraria del rey, sino algo que también había entendido la reina, ¿eh?

—Además, yo era la única con derecho a la sucesión, y de todos modos tendría que tener un marido, así que no es una diferencia tan grande, ¿verdad? —agregó Liscia.

—Es sólo una cuestión de si tengo la autoridad real o si mi pareja lo hace.

—… Bueno, ¿no pudiste haber sido la gobernante entonces, en cambio, Liscia? —pregunté.

—Habrías necesitado buscar mi aprobación para todas y cada una de tus reformas, ¿sabes? ¿No sería eso un dolor?

—Bueno…, sí.

Ahora, Liscia no tenía prejuicios, pero si hubiera necesitado su aprobación para cada pequeña cosa, mis reformas habrían ido mucho más lento.

Además, si la persona con poder decisorio final y la persona que conduce la reforma eran personas separadas, no habría ninguna garantía de que los miembros de una facción contrarreforma no tratarían de meterse entre los dos y provocar problemas innecesarios.

—Tu padre tomó una valiente decisión transfiriéndome todo a la vez, eh… —dije.

—Tienes razón… sinceramente puedo ver lo impresionante que fue ahora.

Sin embargo, significaba que la carga se había trasladado a nosotros. Ambos suspiramos al unísono.

—Entonces, si lo quisieras, Souma, una relación de poligamia es… posible —dijo Liscia.

—¿Estarás bien con eso, Liscia? —le pregunté.

—No me gustaría, pero si te mantienes en el trono…

—Eso es demasiado comprensivo… —murmuré.

—Toleraré hasta ocho, incluyéndome a mí misma.

—¡Eso es mucho! ¡No podría asumir la responsabilidad de tantas!

Ahora, cuando ella me dijo que podría tener un harén, no es que la idea no fuera atractiva, pero… no sé, sólo podía imaginar que era mucho trabajo. No era del tipo que podía soportar estar muy en desacuerdo con las mujeres, y podría decir que mientras más de ellas existieran, más restringido me sentiría.

—Por cierto, ¿por qué elegiste ese número? —pregunté.

—Te puedo tener para mí sola todo un día a la semana —dijo.

Las semanas en este mundo eran de ocho días. Por cierto, hubo cuatro semanas en un mes, lo que hace que cada una de ellas tenga 32 días. Hubo doce meses en un año, por lo que este mundo tuvo un año de 384 días.

Espera, ¿por qué? Me di cuenta, registrando lo que ella me había dicho.

Cuando ella dijo eso, Juna y Aisha comenzaron a susurrar algo.

—Si hubiera ocho de nosotras, ¿crees que sólo lo tendremos una vez a la semana?

—No tiene por qué ser así, ¿creo? Si tú y otra esposa lo invitaran en tus días…

—Ya veo. ¡No es necesariamente sólo una vez a la semana! Eres brillante, madam Juna.

—… ¿Pero no querrías tenerlo para ti?

—Ooh, hay un enigma.

No, no, Aisha, Juna, ¡¿por qué se empeñan tanto en hablar de esto?!