Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: Quagmire Rudeus

Parte 5

Cuando volvimos al Gremio de Aventureros unos días después, encontramos una enorme pila de garras, escamas y colmillos de Snow Drake ya sentados fuera del edificio. Los miembros de Stepped Leader seguían dentro, presumiendo de sus recientes hazañas.

“…Como ven, la Cueva de Ilbron y las Ruinas de Galgau se habían conectado realmente! ¡Si no fuera por nosotros, esta ciudad podría haber sido invadida por los devastadores Snow Drakes!”

Soldat, en particular, parecía estar realmente metiéndose en su historia. Los otros aventureros en la sala escuchaban con sonrisas dudosas en sus rostros.

Verlo me recordó a Paul, por alguna razón. No se parecían en nada, pero tenía la sensación de que mi padre podría haber sido así en algún momento de su juventud.

“Acabemos con esto”, murmuró Suzanne, un poco descontenta.

Los otros miembros de Counter Arrow tampoco parecían inclinados a quedarse. Atravesamos el Gremio directamente hacia el mostrador, entregamos los materiales solicitados a la recepcionista, y luego nos dirigimos directamente hacia afuera.

“Bien, Rudeus. Aquí está tu parte del trabajo. Asegúrate de que luzca bien”.

“Claro. Muchas gracias”.

Timothy me había dado una pequeña bolsa llena de escamas de Snow Drake. El trabajo nos había dejado un mal sabor de boca, pero al final del día, saldríamos con una paga muy decente. A pesar de todo lo que salió mal, nos las arreglamos para traer a casa más escamas de las esperadas.

Dado el número de Snow Drakes que acababan de ser sacrificados, parecía probable que el precio de mercado de sus escamas subiera más tarde. Planeaba quedarme con ellas por ahora en lugar de cobrarlas inmediatamente. Con suerte, saldría adelante en seis meses más o menos. No estaba usando tanto dinero en ese momento, pero nunca me dolió guardar un poco más de dinero para un día de lluvia.

“Muy bien, entonces, todos. Nos vemos más tarde.”

“…¡Rudeus!”

Justo cuando me estaba dando la vuelta para alejarme, alguien me llamó por detrás. Era Sara, por extraño que parezca. Había extendido su mano un poco en mi dirección; por la expresión de su cara, parecía que tenía algo que decir.

Para ser honesto, esperaba que fuera una especie de tiro de despedida sarcástico, pero…

“¿Por qué no vienes a la post-fiesta por una vez?”

“¿Eh…?”

“Ya sabes, la post-fiesta. Sólo vamos al bar”.

No es que no haya entendido el significado literal de sus palabras, por supuesto. Sólo me sorprendió que me lo pidiera. Cuando un grupo de aventureros terminaba un trabajo que duraba varios días o más, normalmente se dirigían directamente a un bar a beber tontamente y a alabarse mutuamente por su heroísmo. Era una forma de celebrar el hecho de que habían vuelto con vida.

Siempre me saltaba esos eventos. Cuando volvía de un trabajo, mi procedimiento habitual era volver a mi posada, ofrecer unas cuantas oraciones y luego ir directamente a la cama.

Los miembros de Counter Arrow lo sabían, por supuesto. Sabían que siempre me negaba. Necesitaba regresar y decirle a Roxy que me había esforzado al máximo allí. Esa era la forma en que había hecho las cosas hasta ahora, y no planeaba cambiar mi rutina ahora.

Pero por alguna razón, me encontré asintiendo con la cabeza.

“De acuerdo. Supongo que iré con ustedes”.

“…¿En serio?” Sara parecía desconcertada, a pesar de que había sido ella la que había extendido la invitación. Tal vez había estado planeando golpearme con algún insulto rápido cuando la derribé.

“No seas estúpido. Venga, vamos.”

En lugar de fruncirme el ceño, sacudió la cabeza con una leve excusa y pasó junto a mí por la calle. Mimir y Patrice la siguieron, dándome una ligera palmada en los hombros al pasar, y Suzanne y Timothy me empujaron por detrás, pareciendo extrañamente felices por todo esto.

***

En un bar a buena distancia del Gremio de Aventureros, los seis nos dimos una paliza.

“¡Salud a todos!”

“¡Salud!”

Aparentemente, este no era el bar habitual de Counter Arrow. Asumí que habían hecho todo lo posible para reducir las probabilidades de toparse con Stepped Leader. Esos tipos presumiblemente tendrían su propia celebración muy pronto.

“¿Qué? ¿No estás bebiendo, Rudeus?” dijo Sara, mirando mi taza.

“…Bueno, soy menor de edad.”

“Uh, de acuerdo. ¿Qué tiene que ver eso con todo esto?”

Todos a mi alrededor estaban bebiendo alcohol, pero yo había optado por el jugo de fruta diluido. Era básicamente la única bebida no alcohólica que podías pedir en los bares de por aquí… a menos que fueras un gran fan de la leche de cabra.

“¿Qué importa si estamos bebiendo o no?” dijo Timothy, la otra persona que había tomado la misma bebida que yo.

“Lo importante es que nos estamos divirtiendo”.

“Psh. Lo que sea. Simplemente no puedes beber, ¿verdad?”

“No, no bebo. Hay una diferencia significativa allí, ya sabes.”

“¡Hahaha!” Mimir estalló en risa mientras Timothy le arañaba torpemente el cuello.

“Oh, Dios mío…” Parecía que el estimado líder de Counter Arrow era algo así como un peso ligero, y sus amigos evidentemente nunca le permitieron olvidarlo.

Aún  así,  era  bastante  raro  encontrar  a  alguien  en  este  mundo  que  no  bebiera.

Probablemente fue el primer aventurero sobrio que conocí, ahora que lo pienso.

“Bueno, de todos modos. Celebremos el hecho de que salimos de ese lío sin perder a nadie, ¿sí? Normalmente, al menos uno de nosotros habría muerto allí.”

“Cierto”, dijo Sara, sonando un poco gruñona.

“Tuviste mucha suerte, Rudeus”.

“No estoy seguro de que “suerte” sea la palabra. Quiero decir, siento que ustedes me protegieron…”

“Sí, y tienes suerte de que lo hayamos hecho. La mayoría de los grupos te habrían dejado morir.”

Hmm. ¿Fue esta sutil manera de decirme que mostrara algo de gratitud? Me parece justo.

Les debía por eso, ¿no? Sí, seguro.

“Bueno, te estoy muy agradecido”, dije, inclinando ligeramente la cabeza.

“No me agradezcas”, dijo Sara, haciendo un poco de pucheros y tomando un trago de su bebida.

“Agradece a Timothy y a Suzanne.”

Suzanne sonrió con esto y le dio a Sara un pequeño empujón con el codo.

“Oh, no lo sé. Tú fuiste la primera en ir corriendo, ¿no es así? Mimir dijo que era una causa perdida, pero tú insististe en que podíamos regresar por él…”

“¡Oye! ¡Cállate, Suzanne!” Sara extendió la mano e intentó apartar a Suzanne; entre risas, Suzanne se retorció para evitar su mano.

“Mira, nos ayudaste la última vez, ¿verdad? No me gusta deberle nada a la gente, eso es todo.”

Asentí con la cabeza y, sin duda, evité la mirada de Sara. Por pura coincidencia, terminé encontrándome con la mirada de Mimir en su lugar.

“Eh, oye, yo también estoy agradecido, para que conste”, dijo un poco torpe.

“No es que quisiera dejarte atrás ni nada, pero… ya sabes cómo es, ¿verdad?”

“Sí. Por supuesto”.

La evaluación de Mimir de la situación había sido razonable. Y al final del día, saltó delante de mí para enfrentarse a los Snow Drakes, como todos los demás. Eso era más de lo que podía esperar.

“Bueno, en cualquier caso, todos regresamos de una pieza, y tenemos mucho dinero en nuestras billeteras. ¡Eso es lo que importa, si me preguntas!” Las palabras de Suzanne devolvieron la sonrisa a todos, al menos por un momento.

“Sí… es una pena que nos hayamos encontrado con esos idiotas al final.”

“¿Cuál es su problema, de todos modos? Sé que son el grupo más fuerte de este gremio, pero son tan egocéntricos.”

“Pasan todo el tiempo arrastrándose por los laberintos. Tienen el descaro de actuar como un grupo de héroes ahora. ¡Si un grupo de Snow Drakes viniera corriendo a Rosenburg, el ejército habría enviado una fuerza para luchar contra ellos!”

“Personalmente, todavía estoy enojado porque golpeó a Timothy de la nada de esa manera. ¿Qué clase de líder del grupo golpea a un mago antes de que haya aclarado los hechos?”

Una vez terminados los preliminares, todos pasaron a quejarse amargamente del Stepped Leader. Probablemente era importante que se desahogaran así. Timothy se las había arreglado para mantener la paz de alguna manera; lo último que necesitaba Counter Arrow era dejar que sus resentimientos se enconasen y explotar en otra pelea con Soldat y compañía.

Dicho esto, no me apetecía unirme al coro de quejas. No me gustaba mucho hablar mal de la gente a sus espaldas, sobre todo porque yo mismo había sido una persona de mierda en mi vida anterior. Soldat tenía sus propios problemas, presumiblemente. Era un poco idiota, pero al menos trabajaba duro y hacía las cosas. Probablemente por eso los otros miembros de su grupo sacudieron sus cabezas y siguieron sus tonterías. Definitivamente había estropeado esa situación específica, pero no estaba listo para descartarlo como una basura irredimible sólo porque empezamos con el pie izquierdo.

Por supuesto, no sería prudente decir nada de eso ahora mismo. No era el momento de jugar al abogado del diablo. Tenía mi opinión, pero me la guardaba para mí.

En lugar de unirme a la conversación, me concentré en mi comida en silencio. El plato principal era un extraño guiso de frijoles de algún tipo que no pude identificar. Su sabor ligeramente picante estimuló mi apetito, y en poco tiempo, mi estómago estaba cómodamente lleno.

“…Bueno, de todos modos. Espero que podamos volver a trabajar juntos pronto, Rudeus.”

“Sí. Supongo que eres útil”.

“Oh. Claro. Me alegro de volver a venir, si me aceptas.”

Los otros habían estado bebiendo mucho desde hace un tiempo. Sus caras estaban sonrojadas, y parecían estar disfrutando mucho. Me alegré de haber venido. Este tipo de cosas eran muy divertidas. Y necesitaba algo de diversión en mi vida para ayudarme a seguir adelante.

Para ser honesto, me sentía como si estuviera atrapado en una rutina ahora mismo… pero estaba vivo, al menos. Eso era algo.

“Ah…” En ese momento, la puerta del bar se abrió y tres hombres entraron. Los reconocí inmediatamente. Uno de ellos era particularmente familiar.

“Oh”. También me vieron al instante.

El líder del grupo se dirigió hacia mí con una mirada irritada en su cara. Sus mejillas estaban sonrojadas, y no caminaba con demasiada firmeza. Parecía como si ya hubiera bebido un poco.

“¡Hola!” El borracho se detuvo frente a nuestra mesa y golpeó con su mano. Era nuestro buen amigo Soldat Heckler.

“…¿Quieres algo?” dijo Suzanne, con su voz repentinamente fría.

Parecía que los demás no se habían dado cuenta de que Soldat había entrado. Es comprensible que ninguno de ellos pareciera muy feliz de ver al hombre del que acababan de pasar treinta minutos quejándose.

“Mira, yo estaba… muy nervioso en la cueva, ¿verdad? Así que pensé… en venir a arreglar las cosas con ustedes.” Los ojos de Soldat no estaban del todo enfocados, y su voz era un poco áspera.

“Supongo… que la he fastidiado ahí atrás. Lo siento por eso. No me di cuenta… de lo que estaba pasando, ¿sabes?”

Para mi sorpresa, sin embargo, sus palabras fueron en realidad una disculpa. Los miembros de Counter Arrow se miraron unos a otros con confusión.

En ese momento, Soldat frunció el ceño y le clavó un dedo a Timothy.

“Eso dijo… No me gusta tu cara. ¡Sonríes demasiado, maldita sea! ¡Es patético! ¿Dejas que un tipo te golpee en vez de defenderte y ni siquiera te quejas? Odio ese tipo de mierda. ¡Quizás estabas tratando de calmar las cosas! ¡Bien! ¡Pero a veces, un hombre tiene que pelear!”

“Eh… sí, supongo que probablemente tengas razón. Suzanne siempre me dice lo mismo, en realidad. Tendré que tenerlo en cuenta.”

“¡Sí! ¡Hazlo! ¡Tenlo en cuenta!” Soldat golpeó a Timoteo en el hombro un poco más fuerte de lo necesario; Timoteo sonrió torpemente y se rascó la cabeza. Suzanne y los demás miraron, totalmente desconcertados. No creo que nadie esperara que él calmara la situación de esta manera. Ciertamente no lo había hecho.

Asintiendo con la cabeza, Soldat se giró bruscamente en mi dirección.

“¡Quagmire!”

Levanté la cabeza, un poco sorprendido de ser mencionado. ¿Había hecho algo para enfadar a este tipo?

“Eh, ¿sí?”

“Timothy es una cosa… pero no te soporto, chico”. El hombre procedió a darme una lluvia de insultos.

“¿Qué demonios te pasa, eh? ¿Por qué estás tan obsesionado con lo que los demás piensan de ti?”

Y así sucesivamente.

“¡Dios, y tu sonrisa es tan espeluznante! Como, ¿se supone que eso es en serio una sonrisa? ¡Inténtalo un poco más fuerte, chico! ¡Podemos ver el desprecio en tus ojos!” Y así sucesivamente.

“¿Crees que eres el niño más triste del mundo o algo así? ¿¡Eh!?”

Su voz sólo creció en volumen a medida que continuaba, y en poco tiempo, era abrumadora para cualquier otra conversación en el bar.

“¿Qué pasa? ¿Van a pelear?”

“¡Ha ha! ¡Atrápalos, chico!”

“¡Cállense, idiotas!” rugió Soldat, acobardando a la multitud para que volviera al silencio.

“Ahora escucha, Quagmire. No eres más que un…”

“Vamos, Sol. Dale un descanso ya.” Mientras Soldat se inclinaba hacia adelante para continuar su despotricamiento, uno de sus amigos que había estado observando desde atrás lo agarró por los hombros y lo tiró hacia atrás.

“¡Que te den! ¡Este chico cree que nadie en el mundo entero lo tiene peor que él! ¡No sé qué demonios te pasó, Quagmire, pero eres jodidamente deprimente! ¡No tienes las agallas para enfrentar tus propios problemas! ¿De dónde sacas el actuar como un lobo solitario de primera clase? ¿Crees que las reglas no se aplican a ti o algo así? ¡Bueno, estoy harto de tu mierda! ¡Me pones enfermo!”

Sus palabras se sintieron como verdaderas dagas clavadas en mi pecho. En algún momento, mis piernas empezaron a temblar; apretaba las manos con fuerza en mi regazo. Mi cuerpo temblaba. Mi garganta temblaba. Pero cuando hablé, mi voz salió extrañamente tranquila.

“Lo siento. No sabía que te estaba molestando con mi presencia. Haré todo lo posible para no volver a estar en la misma habitación que tú”.

Por alguna razón, eso hizo que Soldat golpeara nuestra mesa tan fuerte que se partió por la mitad. La madera destrozada y la comida a medio comer volaron por todas partes, y mi tazón de sopa de frijoles rojos salpicó en mi regazo.

“¿Qué demonios se supone que significa eso? ¿Estás tratando de hacerme enojar, chico? ¡Siempre eres así! ¡Todo lo que haces es anunciarte, y luego actúas como si fueras demasiado bueno para el dinero! Te diviertes actuando como un mártir, ¿eh? Todos necesitamos dinero para sobrevivir, ¡maldita sea!”

No respondí. El silencio se sentía como mi única opción. No tenía sentido tratar de tener una conversación con alguien así.

“Mierda. Lo siento, ha bebido demasiado… ¡Vamos, Sol!”

“Cállate. ¡Déjame ir! ¡Vamos, Quagmire! Lanza un maldito puñetazo, ¿por qué no lo haces? Estás enojado, ¿verdad? ¡Dame un golpe, entonces! ¡Deja de sentarte en tu pedazo de barro y de quejarte de lo triste que estás! ¡Actúa como un hombre por una vez!”

Miré hacia abajo y esperé a que pasara la tormenta. No tenía sentido pelear aquí. Dejar que Soldat me provocara no conseguiría nada. La única forma de tratar con un borracho es ignorarlo completamente. Sólo tenía que dejar pasar esto. Era así de simple, en realidad.

“¡Sol, retrocede! ¡Estás llevando esto demasiado lejos!”

“¡Suéltame, maldita sea! ¡Oye, Quagmire! Te estás divirtiendo por ahí, ¿eh? Si odias tanto tu vida, ¡entonces ve a morir en una zanja en algún lugar! ¡Al menos así no tendré que volver a ver tu cara!”

Los amigos de Soldat le arrastraron hasta la puerta, pero no levanté la vista. Sólo miré la sopa en mi regazo, agarré mi santo ídolo en el bolsillo, y mantuve mi mente totalmente en blanco. Me quedé así hasta que se fue y Sara me limpió la sopa.

“Ese tipo es el peor”, murmuró.

Todo lo que pude hacer fue asentir lentamente.

 Estaba ardiendo de rabia mientras me dirigía a mi habitación. En cuanto entré, tiré mi arco y flechas sobre la mesa, me quité la ropa y me tiré a la cama.

“¡Ese tipo es el peor!”

Podía sentir mi cara enrojecida al pensar en Soldat. A veces un hombre tiene que luchar…

¡Qué montón de mierda! ¡No tenía ni idea de lo duro que Timothy luchaba por todos nosotros cada día! Esa sonrisa era su arma. Suzanne me dijo eso hace mucho tiempo. Ese hombre no podía empezar a entender. ¿Qué derecho tenía a insultar a alguien?

Tal vez hubo momentos en los que tuvo que levantarse y luchar. Está bien. ¿Pero no era el trabajo del líder del grupo evitar las peleas inútiles y mantener a su gente a salvo? Soldat seguro que no estaba haciendo un muy buen trabajo de eso. ¿Qué había planeado hacer si nos hubiéramos metido en una pelea allá en las ruinas, de todos modos? ¿Pensaba que podría matarnos a todos fácilmente y salirse con la suya? El hombre era muy arrogante, si es así. Ese lugar era una fortaleza laberíntica, y no había bloqueado ninguna de las salidas.

Por todo lo que había visto, ese imbécil era el que necesitaba trabajar en sus habilidades de liderazgo, no Timothy.

Y para colmo… ¿por qué demonios se había metido con Rudeus, entre toda la gente? Rudeus luchó valientemente cuando lo necesitaba. Se enfrentó solo a todos esos enemigos para ganar tiempo para que escapáramos. Soldat no sabía nada de eso. No había visto a Rudeus en acción. ¿Qué le daba derecho a insultar al chico de esa manera?

Claro, Rudeus podía ponerte nervioso a veces. A diferencia de Timothy, nunca se defendió en absoluto, y esa falsa sonrisa que siempre le ponía en la cara me hacía hacer una mueca cada vez que lo veía. Pero aún así…

En ese momento, se me ocurrió que me ponía de parte de Rudeus por alguna razón. ¿Por qué estaba haciendo eso? ¿No odiaba a ese chico?

Tal vez no.

No, eso no tenía ningún sentido. Tal vez era sólo que odiaba a Soldat aún más. Sí. Eso fue definitivamente. Rudeus no era tan malo como Soldat, así que tuve que ponerme de su lado en esto. Es bastante simple.

Por lo menos, Rudeus nunca nos menospreció así. Siempre trató a Timothy y a los demás con verdadero respeto. Y era un mago increíblemente talentoso, pero nunca actuó como si fuera demasiado bueno para nosotros. Siempre nos acompañaba en nuestros trabajos, y ganaba tiempo para que pudiéramos huir cuando las cosas se ponían peligrosas…

“… De acuerdo, espera. Eso no está bien.”

Rudeus era un noble de nacimiento. No actuaba como tal, pero eso no importaba. Nació con una cuchara de plata en la boca, y eso ya era bastante malo en sí mismo. Odiaba a los niños ricos que querían fingir que eran aventureros. Pero también odiaba a la nobleza en general. Mi ciudad natal fue destruida por su arrogancia. No levantaron un dedo para ayudar cuando los monstruos salieron corriendo de ese bosque de regreso a casa. Nunca enviaron a los caballeros a salvarnos.

Fue su culpa que mi madre y mi padre estuvieran muertos. Los hombres que tenían el deber de proteger nuestra aldea sólo… nos dejaron morir.

No había olvidado la desesperación que sentí en ese entonces. Nunca lo haría.

Sí. Es cierto. 

Tenía una buena razón para odiar a la nobleza. Y Rudeus era un noble, así que eso significaba que yo también lo odiaba.

“…pero Rudeus luchó por nosotros, ¿no es así?”

Luchó contra los Osos Brillantes. También luchó contra los Snow Drakes. Nunca huyó para salvarse, ni siquiera cuando pudo hacerlo. No tenía el deber de protegernos. Ni siquiera era miembro de Counter Arrow. Aún así, trató de salvarnos. Trató de ganar tiempo.

Y cuando lo vi peleando por nosotros… regresé corriendo para salvarlo. Porque no quería verlo morir.

No es que quisiera que muriera o algo así. Por supuesto que no. Pero… aún así me sorprendí un poco cuando regresé a salvarlo.

Si lo odiara, ¿no lo habría dejado atrás en una situación como esa?

“…Ugh. Esto apesta.”

Últimamente, cuando miré a Rudeus, sentí que el suelo se tambaleaba bajo mis pies. Detestaba a la nobleza, pero no podía odiarlo demasiado. No sabía cómo lidiar con eso. Ni siquiera estaba segura de lo que realmente odiaba. Nada tenía sentido.

Pero al final del día…

Sí, está bien. Bien. Supongo que tengo que admitirlo. No odio a Rudeus. 

Era el hijo de un imbécil rico, pero era más que eso. No lo odiaba. Pero eso era todo. Hasta ahí llegaba yo. Definitivamente no me gustaba ni nada.

No odiar a alguien es algo muy diferente a que me guste. Obviamente.

“No me gusta Rudeus ni un poco”.

Con ese hecho establecido con seguridad, me dejé llevar por el sueño