Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Tu Nombre Es Invasor

Parte 5

Totalmente asustado. Perfecto.

“No te muevas”, dije, poniendo mi expresión más amenazante. Esto fue. No era mucho actor, pero era ahora o nunca. “Ya terminé de cantar mi hechizo”, dije.

“Puedo despedazarlos en cualquier momento que lo desee”.

Piensa en la letra de esa canción: estas personas nunca habían oído hablar del rock o el pop y no podían distinguir el japonés del inglés; si dijera que este era el conjuro de un hechizo, ¿quiénes eran ellos para negarlo? Y yo era un forastero, sabían que tenía algunos artículos especiales que no se podían encontrar en este mundo.

“¡No! ¡Está faroleando!” Alessio estaba mirando el cristal de su cinturón.

“¡No hay poder mágico aquí!”

“No olvides que no soy de este mundo”, dije, tratando de sonar lo más burlón posible.

“¿De verdad crees que tus pequeños juguetes pueden detectar mi magia? ¿Alguna vez detectó magia cuando usé alguna de las cosas que traje aquí?”

Los terroristas estaban claramente conmocionados. Hasta ahora, todo iba según lo planeado.

Hasta que Alessio gritó: “¡Mátenlo! ¡Tenemos la emperatriz aquí! ¡No puede estar usando un ataque de área de efecto! ”

Buena, jugada. Era más agudo de lo que pensaba.

Al ver a los hombres desenvainar sus espadas, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

¡Ay! ¡Mierda, mierda, mierda! ¡No mires de esta manera!

En ese instante exacto, hubo una suave exhalación de aliento, y Minori- san se estaba moviendo. Ya había aflojado sus ataduras, o más bien, había cortado la cuerda lo suficiente para poder romperlas fácilmente en cualquier momento. Se puso de pie y extendió la mano para agarrar al guardia más cercano por el brazo. Estaba asombrado. Y un segundo después, lo golpearon en la cara con la fuerza suficiente para acostarlo.

Las artes de lucha que utilizó el JSDF eran fundamentalmente diferentes de las artes marciales japonesas tradicionales, o eso había leído en alguna parte.

No se trataba de disciplina espiritual, solo de lo que realmente funcionaría en una pelea. No hubo fases discretas: toma una postura, muévete, ataca. Fue solo un movimiento, y luego todo terminó.

Al mismo tiempo que arrastraba al guardia hacia ella, Minori-san le enterró el codo en la cara. Él ya estaba desequilibrado, y ella golpeó fuerte. El movimiento no tomó tiempo en absoluto, la defensa fue casi imposible y fue mucho más poderosa que un simple golpe de codo, y recordé haber escuchado que el punto justo debajo de la nariz es un punto de presión vital.

Lo que sea. El guardia quedó instantáneamente inconsciente. Los patriotas, incapaces de comprender lo que había sucedido, se quedaron mirando estúpidamente. Minori-san aprovechó la oportunidad para agarrar la espada del guardia caído; Al mismo tiempo, ella hizo girar el cuerpo del hombre con su brazo izquierdo, usándolo como escudo.

“¡Grr, mata a esa mujer!” Alessio recuperó la inteligencia sobre él primero y puso a sus hombres sobre nosotros. Pero todavía dudaron. Sí: fue porque estaba allí. Pensaron que si me daban la espalda, podría golpearlos con magia.

Qué malentendido ridículo de su parte. Por supuesto que no podría usar magia.

Había alguien más en esta sala por el que deberían haber estado mucho más preocupados.

“¡Alessio!”, Gritó uno de los hombres, señalando la cadera del líder. Finalmente se habían dado cuenta de que el cristal de detección mágica estaba brillando.

“¡Alguien está usando magia!”

No sabían cuándo podría lanzar un hechizo sobre ellos, y Minori-san estaba parada allí con una espada en la mano, claramente lista para usarla. Por eso les había llevado tanto tiempo darse cuenta de lo que estaba haciendo el cristal.

“¡Es esa mujer!” Uno de ellos señaló a Myusel.

Bingo. Había estado mirando al suelo, como si pudiera desmayarse, pero en realidad había estado cantando un hechizo. De hecho, teníamos un plan de dos pasos: distraería a los guardias con mi truco telefónico, que Minori- san usaría como trampolín para su ataque. Pero incluso ella solo los estaba distrayendo de lo que Myusel estaba haciendo.

Los hombres se volvieron hacia la criada, pero ya era demasiado tarde.

“¡Tifu Murottsu!”, Exclamó ella.

“¡Puño de tormenta!”

Tan pronto como ella había completado su encantamiento, un intenso poder golpeó a los hombres. Una bola de fuerza invisible se estrelló contra los terroristas. No sabía exactamente qué hechizo había usado Myusel, pero obviamente fue algo que golpeó a tus oponentes con una onda de choque. Dos de los hombres simplemente volaron hacia atrás, golpeando la pared. Por un instante colgaron allí, como rollos de pared, antes de deslizarse hacia el suelo. El blanco de sus ojos se mostraba, pero se retorcían, sugiriendo que no estaban muertos.

“¡Maldita sea!”, Exclamó uno de los terroristas.

“No te muevas”, gruñó otro de los hombres sobresaltados, agarrando al niño noble más cercano.

“O yo…”

Pero su mano nunca llegó al niño, porque Minori-san se la cortó.

“¡¿Hrrgh?!”

Una gran cantidad de sangre comenzó a brotar del muñón. El hombre tropezó hacia atrás, y Minori-san aprovechó para aterrizar otro codo, otro enemigo caído. Esto significaba que cuatro de los hombres, en otras palabras, un tercio de la fuerza de los terroristas, habían sido incapacitados. Pero entonces-

“¡Se quema, se agrieta, a través del calor destruye…!”

Uno de los muchachos que estaba parado junto a la pared había colocado sus manos cerca de su estómago como si estuviera sosteniendo una pelota, y estaba cantando algo. Una esfera comenzó a flotar fuera de sus manos, ignorando totalmente las leyes de la física: era un globo de luz roja. Puede que no conociera a Jack sobre la magia, pero incluso yo podría decir una bola de fuego cuando la vi.

Esto estuvo mal. Parecía que su encantamiento había terminado. Pero justo cuando estaba empezando a preocuparme realmente…

“El más tonto”.

Las palabras vinieron de Petralka. Sorprendentemente, ella se paró tranquilamente y se enfrentó al tipo que parecía que estaba a punto de lanzar un ataque mágico en cualquier momento. El hombre obviamente estaba sorprendido, pero ahora apenas podía interrumpir su hechizo, y con la pared detrás de él no podía retroceder más.

“¡Imalfu Muurubu! ¡Floración de llamas! ”, Gritó. Voló directamente hacia Petralka, y sin embargo…

“¡Haagh!”

Un instante después, estaba disparando hacia él, como si alguien hubiera atrapado una granada de mano y la hubiera arrojado. Debo haber estado en lo cierto sobre la bola de fuego, porque tanto el lanzador de hechizos como el terrorista junto a él estallaron en llamas. Gritando, rodaron por el suelo, tratando desesperadamente de apagar el fuego. Unos segundos después, desapareció, pero ya estaban fuera de la pelea.

“Entonces tiene protección mágica, ¡un amuleto!” Gruñó Alessio.

“Una emperatriz tiene muchos enemigos”, dijo Petralka, casi en un susurro.

“Amenazas domésticas y externas. El asesinato es casi un riesgo laboral. Es lógico que tomemos medidas para protegernos a nosotros mismos”.

“Pero estaba seguro de que no tenías objetos mágicos…”

“Obviamente, si llevamos nuestro equipo mágico abiertamente, sería confiscado. Así que siempre mantenemos nuestra protección cerca de nuestro cuerpo, de hecho, nuestro propio cuerpo es en sí mismo un objeto mágico”.

Alessio estaba sorprendido. Pero, de nuevo, yo también. Petralka haciendo lo que acababa de hacer no era algo que habíamos discutido como parte de nuestro plan. ¿Y qué era esto de que su cuerpo fuera un objeto mágico?

“Los dispositivos de detección mágica solo recogen objetos mágicos funcionales separados de los cuerpos humanos, ¿no es cierto?”, Dijo Petralka.

“De lo contrario, reaccionarían al maná inherente de las personas y serían inútiles como detectores”.

Lo más probable es que haya algún tipo de hechizo o encantamiento grabado en el cuerpo de Petralka, como en forma de tatuaje. Sus caballeros podrían defenderla contra alguien que la atacó con una espada o algo así, pero si el ataque fuera mágico, especialmente si era una emboscada de medio o largo alcance, no podrían hacer nada al respecto eso. Así que la emperatriz se aseguró de que tuviera contra-magia que le permitiera desviar tales ataques.

“Ahora, entonces.” Petralka primero miró a Minori-san, quien había derrotado a dos terroristas más mientras tanto. Luego miró directamente a Alessio.

“Parece que eres el último”.

“¡Detente ahí!” Por alguna razón, Alessio parecía triunfante.

Incluso mientras hablaba, podíamos escuchar un sonido sordo como el de los objetos metálicos raspando juntos.

“¡La llama consumidora…!”

Alessio estaba parado al lado del arma mágica de fuego. Estaba sosteniendo algo que parecía una tarjeta de metal, que insertó en una pequeña ranura. Evidentemente, era algún tipo de llave para armar la bomba.

“Ahora solo necesito un encantamiento simple para hacer que mi pequeño amigo explote. Créeme, no tendrás tiempo para ningún hechizo. Da un paso más cerca de mí y lo activaré. Si no quieres ser aniquilado, entonces haz lo que te digo”.

Me di cuenta de que Alessio no estaba atacando como sus lacayos. Debe haber sido para que él pudiera hacer esta estratagema. Y estaba funcionando para él; Ninguno de nosotros se movía. Sospeché que incluso la magia defensiva de Petralka no podría resistir un ataque de esa magnitud.

“¡Ja! … ¡Jaja!” Mirando alrededor de la habitación, Alessio comenzó a reír de esa manera loca que solo las  personas acorraladas pueden. Sin embargo, un instante después, su expresión se endureció.

“Oye, ¿a dónde fue ese cachorro forastero?”

Supongo que finalmente se dio cuenta. Específicamente, noté que no estaba allí.

Bueno, no estaba muy lejos. Solo una pared separaba su habitación de donde yo estaba en el pasillo.

“Ahh, ¿a quién le importa? Mientras tenga la emperatriz, puedo obligarlos a negociar”.

“No, realmente no lo  creo”, dije mientras caminaba de regreso a la habitación, habiendo encontrado lo que estaba buscando.

“¡¿Tú?!” Alessio me miró con los ojos muy abiertos. Es natural que puedas dudar de la cordura de un ex rehén caminando de regreso a su captor. Obviamente, no era un joven valiente ni un héroe al estilo manga. No tenía poderes para sacudir la tierra. Diablos, apenas podía pasar la clase de gimnasia. Pero tuve…

“Oye, ¿qué es…?” Alessio me miraba fijamente.

“¿Oh, esto?” Sostuve el artículo en mi mano hasta el nivel de la cintura.

Era un cilindro de metal rojo rematado con una palanca de plástico negro. Un tubo se alejó de la parte superior, terminando en una boquilla que parecía una trompeta.

“Lo llamamos extintor de incendios”, dije.

Mencioné que hice que el JSDF pusiera extintores aquí y allá alrededor de la escuela, ¿verdad? Pero a este le faltaba algo, a saber, el pasador de seguridad.

“¿Eh…?”, Dijo Alessio tontamente. Apunté la boquilla a su cara y tiré de la palanca lo más fuerte que pude. Al instante siguiente, un cilindro presurizado con un alcance superior de siete metros expulsó humo blanco rojizo directamente hacia él.

Como cualquiera que haya usado uno lo sabrá, estos extintores portátiles son tan poderosos que es como si estuvieran intentando apagar cada llama individual, en lugar de detener el fuego con sus productos químicos. Sería bastante malo estar en cualquier lugar del rociado; tengo que imaginar que estar de pie directamente frente a la explosión duele.

Alessio dio un pequeño grito, como si tuviera miedo, y se llevó las manos a la cara como si lo estuvieran rociando con veneno. Saltó hacia atrás, lejos del arma mágica de fuego.

“Expl… hrgghff!”

Naturalmente, no estaba en condiciones de cantar un hechizo mágico. El contenido del extintor de incendios había llegado a todas partes, la fina niebla blanca hacía que pareciera que alguien había derramado leche por toda la habitación. No podías respirar sin un montón de químicos extintores; todos en la sala, incluido Alessio, comenzaron a toser.

Los extintores de incendios pueden ser bastante peligrosos: si los usa en un espacio cerrado donde los productos químicos no tienen a dónde ir, es posible que se asfixien. Pero, bueno, esto fue una emergencia.

Alessio, que se había puesto el spray en la cara, parecía horrible; estaba arañando su garganta y jadeando. Al menos eso podría evitar que entonara cualquier hechizo por un minuto.

Tiré a un lado el extintor de fuego vacío y corrí hacia el arma mágica. Tanteé la superficie del arma hasta que encontré la llave y la saqué tan rápido como pude, luego solté un suspiro de alivio, o intenté hacerlo, pero en cambio terminé tosiendo violentamente.

¡Ugh! ¡Totalmente no genial!

Para el registro, la razón por la que usé un extintor fue porque estábamos tratando con Imarufe Bisurupeguze, la Llama Consumidora. No tenía idea de si un extintor funcionaría contra los espíritus de fuego, pero si la idea era que se encendieran para liberar su poder máximo, bueno, entonces, pensé que había una buena posibilidad de que el retardante de llama pudiera mitigar el efecto. Afortunadamente, al final la bomba no explotó de todos modos.

“¡Por aquí, todos!” Minori-san corrió hacia la ventana y la abrió. La habitación en la que estábamos estaba en el primer piso, por lo que podíamos escapar fácilmente por la ventana.

Minori-san aún no había recuperado su anillo mágico, por lo que, en teoría, sus palabras deberían haber sido incomprensibles para las personas Eldant en la habitación, pero en estas circunstancias, nadie tenía que entender su idioma para saber lo que estaba diciendo. Uno por uno, los rehenes llegaron afuera.

Se podría argumentar que, dado que habíamos eliminado a todos los terroristas, estábamos a salvo… Pero, de nuevo, no los habíamos matado, por lo que podían despertar en cualquier momento. Era en interés de la seguridad sacar a los rehenes de allí lo más rápido posible.

A medida que la ventana abierta dejaba entrar aire fresco en la habitación, gradualmente se hizo más fácil de ver. Y lo que vimos fue a Alessio parado no muy lejos de nosotros. Él solo estaba mirando al espacio.

Pude ver dónde. Él y sus compatriotas habían preparado todo su equipo y se habían preparado mentalmente. Estoy seguro de que nunca esperaron que se les explotara todo en la cara (en sentido figurado). Y no fue el ejército imperial sino un rehén quien lo hizo.

Alessio se limpió los químicos del extintor de la cara con la manga. Su expresión era de pura desesperación. La mayoría de sus rehenes se habían ido, solo algunos de nosotros quedamos en la habitación con él. Su captura más importante, Petralka, fue justo ese momento al salir por la ventana, ayudado por Minori-san, que había salido delante de ella. Parecía que finalmente todo estaba bien. Solté un suspiro de alivio.

Pero la realidad no es como el anime o el manga. Resulta que los terroristas reales son mucho peores que los ficticios.

“¡Hrgh!” Alessio agarró su espada del suelo y gritó con voz ronca, “¡¿Creíste, pensaste que iba a dejar que terminara así?!”

Lanzó la espada tan fuerte como pudo. La desesperación y la locura deben haberle dado una fuerza sobrehumana, porque la hoja de cincuenta centímetros voló en forma de flecha. Directamente a la espalda de Petralka.

El hechizo que protegía su cuerpo era solo una contramedida contra la magia. Un arma de filo podría lastimarla como cualquier otra persona. Se suponía que era su guardia real la que la protegía de las amenazas físicas.