Outbreak Company: Moeru Shinryakusha (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Tu Nombre Es Invasor

Parte 4

El subordinado de Alessio deslizó algo en mi dedo. Espera, sabía lo que era eso.

“Así que tú eres la mente maestra aquí”.

Fue un anillo mágico. Podía entender lo que Alessio estaba diciendo. Pero en realidad, podría haber sido más feliz sin saberlo.

“¡¿Mente?!”

¡Eso sonó incluso peor que “toda la culpa”! Era como si estuviera detrás de un plan realmente malvado…

“¿Mente? ¿Yo? ¿Qué he…?”

“Es un poco tarde para jugar al tonto”. Alessio levantó una ceja molesto.

“Tenemos ojos para ver. ¡Este detestable edificio es en sí mismo un testimonio de tus crímenes!”

“¿Eh…?” Fruncí el ceño. No tenía sentido.

Por alguna razón, Alessio sonrió.

“Enseñas la palabra escrita sin importar raza o especie. ¡Como si eso no fuera suficiente para usted, usted lava el cerebro de nuestros niños pequeños impresionables para adorar la cultura de un país extranjero! ¡Y sobre todo, te atreves a alentar a los semihumanos a estudiar junto a nobles humanos en la misma habitación!

¡Esto no podemos perdonarlo, esto es una violación al alma de nuestra nación!”

“… ¿Eh?” Le tomó un segundo a su significado registrarse conmigo.

“Considere: ¿Por qué existen razas y tribus? Cada raza tiene su propio deber asignado, que los dioses han ordenado. Los elfos poseen una fuerte magia; así se hicieron menos fértiles, para que no pudieran proliferar e invadir la tierra. Los enanos tienen una fuerza física inmensa, capaces de levantar sus poderosas hachas de batalla a pesar de no ser más grandes que los niños. Los dioses les dieron esta pequeña estatura para que estuvieran en desventaja en la batalla y no pudieran cometer violencia indebida. A los humanos, carentes de magia y fuerza, se les dio el derecho de gobernar. ¡La nuestra es la jefatura de las razas semihumanas!” Alessio apretó el puño.

Ay…

Ni siquiera estaba tan asustado como frustrada. Nunca pensé que escucharía a alguien predicar un sistema de discriminación tan obvio y estereotipado entre razas con mis propios oídos.

En realidad… espera. Supongo que escuchas ese tipo de cosas todo el tiempo en Internet. Pero eso es justo lo que la gente dice en un espacio anónimo donde no tienen que hacerse responsables de sus palabras. También podría ser graffiti en el baño. La red te mantuvo oculto; por eso podrían decir cosas como esas. La mayoría de la gente no se atrevería a salir y proclamarlo en público.

Parecía que me había devuelto el anillo porque quería acusarme a mi cara de ser el destructor de la cultura correcta. Debería haber sabido que no era porque él quería tener una discusión. Tener a alguien mirándote tontamente mientras pronuncias tu discurso de victoria probablemente te quite toda la diversión.

Quizás Alessio podría decir lo que estaba pensando, porque entrecerró los ojos y preguntó: “¿Por qué me miras así?”

¿Eh? Uh, no hay razón. No hay razón en absoluto.

Eso es probablemente lo que debería haber dicho por mi propia seguridad. En cambio, mis recuerdos de ser atormentado como otaku decidieron criar su fea cabeza, y comencé a usar la boca.

“Ese es un complejo clásico de personas elegidas que tienes allí”, dije. Espera, ¿qué estoy diciendo?

“¡¿Qué?!”

“Incluso un niño sabe racionalizar. Todo lo que realmente estás diciendo es: “Soy yo, por lo tanto soy genial”, ¿verdad? No podrías convertirte en un elfo o un enano incluso si quisieras, así que en lugar de eso, te burlas de ellos. Nunca has pensado en cuánto le debes a esas personas, ¿verdad?”

Soy un hombre, así que… Soy una mujer, así que… Soy japonés, así que… Soy extranjero, así que… Soy de donde sea, así que… Fui a tal o cual universidad, así que…

Estaban en todas partes: personas que querían verse mejor despreciando a aquellos que eran diferentes de ellos. Y otaku era un objetivo especialmente maduro. Esa fue una gran razón por la que odiaba a las personas así.

“Lo suficientemente simple como para que un extranjero diga”, gruñó Alessio.

“No sé de dónde vienes, pero… reconozco que nuestra prosperidad actual se debe en parte a las otras razas”. Pero los humanos han pasado infinitos años construyendo las instituciones del estado. Ninguna otra raza ha logrado esto. Puede que seamos agradecidos con ellos, pero es natural que nos veneren”.

Pensé en algo que Myusel había dicho hace mucho tiempo. Los semihumanos no se reproducían tan rápido como los humanos, por lo que carecían de la capacidad de supervisar o mantener grupos grandes y eran vulnerables a hambrunas repentinas o desastres naturales. En contraste, los humanos eran numerosos, lo que les permitía almacenar suministros a través de la agricultura y formar grupos para protegerlos de enemigos externos. Les dio mucha resistencia ante la posible extinción.

Por esa razón, los semihumanos podrían vivir vidas más fáciles aliándose con los estados humanos. Por eso obedecían y servían a los humanos, en otras palabras, exactamente el Imperio Eldant como lo encontré.

“La historia que nuestros antepasados nos han dejado nos ha llevado naturalmente a nuestra prosperidad actual”, dijo Alessio.

“¡Y la cultura que usted y los suyos están introduciendo lo socavará! ¡Ustedes forasteros buscan destruir nuestros valores tradicionales! ¡Malditos invasores!”

Por un instante, ni siquiera yo sabía cómo responderle. Minori-san me había advertido sobre esto. Estábamos en una sociedad feudalista; ¿Qué había pensado que sucedería cuando de repente tratara de presentarles la “libertad” y la “igualdad”?

Sin duda, esos eran los valores que estaban en la raíz de la cultura otaku que estaba tratando de presentar. Otra forma de verlo era que la discriminación y los sistemas de clase casi siempre se veían negativamente en el entretenimiento que estaba trayendo. ¿Te imaginas a un personaje principal que diga: “Mientras las masas tontas nos obedezcan a la clase dominante y trabajen como nosotros” demanda, todo está bien”? Tal vez como una mordaza, pero nunca en serio.

Todo lo que esto significaba era que aumentar el interés en la cultura otaku era prácticamente lo mismo que oponerse, de hecho, rebelarse contra, la estructura básica de la sociedad aquí. Si hubiera un brote de otaku-ismo, si se volviera realmente popular, la gente naturalmente comenzaría a absorber ideas como la libertad y la igualdad.

Y algunas personas lo verían como un asalto a valores particulares. Un riesgo moral. De hecho, si se hiciera deliberadamente, incluso podría considerarse un desastre.

“¡Protegeremos a nuestra nación, y la cultura de nuestros padres, de la influencia maligna de los invasores!” Alessio sacó la espada de su cadera. Me congelé ante el frío acero de mi cuello.

“¡Antes de que sea demasiado tarde, nosotros, la asamblea de patriotas, advertiremos al Imperio Eldant de su necedad!”

No pude decir nada.

“Para empezar, ¡te haremos un ejemplo y te mataremos!”

“¡Maestro! ¡Shinichi-sama! ”Myusel gritó desde la pared.

Justo cuando pensaba que mi garganta estaba a punto de partirse…

“¿No cesarás?” La voz que me salvó la vida, sonando exasperada y triste, fue la de Petralka.

“Esto es ridículo. ¿Has hecho todo esto simplemente para matar a Shinichi? Si es así, has desperdiciado tu esfuerzo. Es un simple mascarón de proa”.

Esto pareció sacudir a los hombres mucho más de lo que hubiera hecho cualquier mendicidad o gritos.

“¿Qué quieres decir?” Dijo Alessio, volviéndose hacia Petralka.

Ella sonrió con tristeza y dijo: “Él no es más que un mensajero, retenido por el país de Japón. Como es esta mujer. ”Indicó a Minori-san.

“No son ni aristócratas ni nobles en su país. Matarlos no le haría daño a Japón. Apenas se notaría. Simplemente enviarían a alguien más. De hecho, si tal cosa sucediera en mi país, trataría a los asesinados como héroes trágicos y los usaría para agitar a mis sirvientes.

“Estos monstruos inhumanos han matado a aquellos que solo buscaban traernos paz y diversión agradable”, diría. ‘¡Los asesinaron! ¡No se debe permitir que esta banda sin escrúpulos de autoproclamados patriotas exista! ”

Los hombres se miraron sorprendidos. Luego, con un ruido de disgusto, Alessio retiró su espada de mi cuello. Me dejaron ir con fuerza violenta; Caí al suelo y me arrastré de regreso a Myusel y los demás.

“¿Estás bien, Maestro? ¡¿Estás herido?!” Myusel parecía  que podría estallar en lágrimas. Sentí que la fuerza se me escapaba, agradecido de haber escapado con mi vida. Eché un vistazo a los terroristas y los encontré acurrucados, susurrando algo. Presumiblemente estaban hablando sobre qué hacer a continuación.

Estaba a salvo, por el momento. Ese pensamiento era lo más importante en mi mente, pero…

“¿Estás bien, Shinichi-kun?”, Preguntó Minori-san.

No pude obligarme a mirarla a los ojos. Lo que habían dicho Alessio y Petralka me había hecho darme cuenta de algo.

¿Era posible que fuéramos…? “¿Shinichi-kun? ¿Estás bien?”

“…Estoy bien.”

Este no era el momento para esa pregunta. Dejé a un lado mis dudas por el momento y dije: “Um… ¿Hay alguna posibilidad de que puedas llamar a las fuerzas especiales o algo así?”

No estaba seguro acerca de Eldant, pero en Japón teníamos profesionales para hacer frente a situaciones como esta. Minori-san sacudió la cabeza con frustración y dijo: “Hay problemas de jurisdicción”.

Según lo que dijo a continuación, el JSDF estaba bien equipado y bien entrenado, pero debido a las leyes o algo, sus manos estaban básicamente atadas; hubo restricciones que les impidieron responder a nuestra situación. No ayudó que todas estas cosas relacionadas con otro mundo no fueran públicas. De todos modos, incluso si hubieran enviado a las fuerzas especiales, no habrían llegado a tiempo.

“Tendremos que hacer algo por nuestra cuenta”, dijo Minori-san.

“Shinichi- kun. ¿Podrías meter tu cara en mi pecho?

“¡¿Eh?!”

Me encontré dudando de su cordura. ¿Se dio cuenta de la posición en la que estábamos? No es que no estuviera extremadamente contento con su solicitud.

“Q-¿Quieres decir así?”

“¡Si claro! H-Hey… ¡Podrías permitirte protestar un poco, lo sabes!”

“Lo siento”, dije. En el mismo momento, me di cuenta de que podía sentir algo duro contra mi mejilla. Era…

“Hrn…”

“No llores tan enterrado (no suenes tan preocupado)”, dije. Había encontrado lo que estábamos buscando.

“¡¿Shinichi?!”, Dijo Petralka.

“¿Qué crees que estás haciendo? ¿En un momento como este?”

“¡¿Maestro?!

Ella y Myusel parecen tener una idea equivocada, pero ahora apenas era el momento de explicar. Con lo que había encontrado todavía en mi boca, bajé la cabeza, mierda, ¡ahora iba a parecer que intentaba ir por su trasero y sus pechos! Y cuando sentí sus dedos rozar mi mejilla, Abrí la boca

“Gracias”, sonrió.

¿Qué habíamos transferido de mi boca a su mano? Una pluma fuente.

Pero estaba seguro de que no escondería ninguna pluma estilográfica vieja en la hendidura de sus senos. La posición de mi cuerpo evitó que Alessio y sus hombres vieran lo que estaba sucediendo mientras Minori-san trabajaba el bolígrafo con sus dedos, sacando el barril, donde normalmente encontraría el depósito de tinta, para revelar un pequeño cuchillo, no exactamente diez centímetros de largo. ¡Un verdadero cuchillo de pluma!

No supuse que se trataba de un equipo estándar en el JSDF. Debe haber sido un poco de propiedad privada.

“¿Dónde diablos…?”

“Je. Pensé que algo así podría pasar, así que me pregunté: “¿Qué haría Fujiko?”

“Que pregunta…”

Realmente no esperaría que un otaku más joven obtuviera ese.

Aquí estaba ella, llevando un cuchillo diseñado para no parecer un cuchillo: alguien tenía algunos pasatiempos extraños.

“Eres tan denso”, dijo, trabajando el cuchillo entre los lazos de cuerda alrededor de mis manos. Ella no estaba tratando de cortarlos, solo metía el cuchillo allí, así que Alessio aún no nos había notado.

“¿Que se supone que significa eso?”

Petralka y Myusel estaban mirando con los ojos muy abiertos, pero, por supuesto, sabían mejor que no decir nada que pudiera atraer la atención de Alessio.

“¿Qué estás planeando?” Susurró Petralka.

“Cortar la cuerda no logrará nada”.

“Sí, ya lo sé”.

Estábamos desarmados. Tenían espadas, sin mencionar una bomba.

¿Y yo? Yo era un niño de clase media, y que se encerró en su casa. No es para presumir, pero carecía totalmente de algo parecido a las habilidades de lucha, y no tenía ningún poder especial conveniente que pudiera activar durante una situación como esta. Claro, Minori-san era JSDF, pero pensé que incluso ella no podría enfrentarse a nueve chicos sola. Si tan solo tuviéramos algo, cualquier cosa, eso podría servir como arma.

“Espera, lo tengo”, le dije. “Hay una manera de luchar”. Petralka me miró perpleja.

“¿Qué es eso?”

Miré por la ventana. A lo lejos, la oscuridad de la noche se vio interrumpida por luces, fuegos de señal. Los fuegos, construidos a intervalos establecidos, se reflejaban en soldados vestidos con chalecos antibalas. Ni siquiera tuve que mirar el emblema en las banderas que sostenían, sabía que era el ejército Eldant.

Ya tenían el edificio de la escuela rodeado. Pero mantenían su distancia, observando la situación, sin signos de hacer más. Realmente no podría culparlos: con la emperatriz aquí, no podían permitirse hacer nada demasiado enérgico.

En cuanto a nuestra situación, las cosas estaban un poco más tranquilas por el momento. Los terroristas habían saltado a cada pequeño sonido al principio, pero cuanto más tiempo pasaba y cuanto más se calmaban, más parecían relajarse. Pasaron menos tiempo mirándonos ahora, y algunos incluso habían envainado sus espadas. Había leído en algún lugar que los humanos no pueden permanecer en estado de alerta durante mucho tiempo. Nuestros cuerpos están construidos de esa manera, incluso neuroquímicamente.

“Me pregunto cuánto tiempo planean mantener esto”.

Fue un comentario simple, y realmente no había estado buscando una respuesta, pero Petralka me susurró. “Tradicionalmente, los secuestradores envían un mensajero al amanecer”, dijo. “Pero también con frecuencia matan a uno de los rehenes para mostrar cuán serios son”.

“Y-Yikes…”

En otras palabras, tuvimos que hacer algo antes de que saliera el sol. Probablemente todavía no era medianoche, así que tuvimos algo de tiempo, pero no pudimos darnos el lujo de perder el tiempo.

“¡U-Um…!” Myusel habló de mala gana.

“¿Qué pasa?” Gruñó el guardia.

La criada era de color rojo brillante y miraba al suelo.

“P-Por favor… déjame ir a usar las… las instalaciones…”

De hecho, ninguno de nosotros había usado el baño desde que comenzó toda esta terrible experiencia. Era comprensible que algunas personas pudieran estar llegando a su límite. Varios de los otros estudiantes también miraron esperanzados a nuestros captores.

“No”, dijo el hombre.

“Puedes hacerlo aquí mismo. Es tanto como un vil medio elfo merece”.

“Por favor…” dijo ella.

“¡Por el amor de Dios!”

“¡Cierra la boca!”, Respondió el hombre.

“No es asunto mío”. Luego le dio la espalda a Myusel, ignorándola intencionadamente.

“Bueno… ¿Qué hay de mí?”

Todos los ojos en la habitación se volvieron hacia mí. El hombre se volvió de nuevo y escupió: “¿No estabas escuchando? ¡Hazlo aquí mismo!”

“Bien, dijiste:” Es tanto como un vil medio elfo merece “, le recordé.

“Pero soy humano”.

“Púdrete. No me importa si lo eres… ”

“Dejando a un lado las mestizas repugnantes”, agregó Petralka, “¿realmente vas a tratar incluso a Shinichi, un humano, así? Parece que está “sociedad de clases tradicional” suya es un lugar terriblemente selectivo”.

El hombre se puso rojo pero no pudo ofrecer una respuesta.

“Independientemente de la condición”, continuó Petralka, “según su propia lógica, cualquier humano es más respetable que cualquier elfo, ¿no es así? Si afirmas que simplemente debería sentarse aquí y mojarse como el ganado en un campo, justo en frente de todas estas personas, bueno, solo puede sugerir que ustedes no tienen miedo de doblegar sus propias autoproclamadas reglas “.

No había nadie que pudiera vencer a la emperatriz loli cuando se trataba de darle a la gente un comentario sarcástico. Su aspecto infantil sin duda hizo que sus palabras picaran aún más. Supongo que hay algunos tipos de “M” en el mundo que disfrutan de ese tipo de cosas, pero estos terroristas no estaban entre ellos. Probablemente.

“Hrgh…” La cara del hombre se torció de frustración.

“Solo dejalo”. Una voz llegó desde la entrada. Fue Alessio. Me estaba mirando a mí y a mis amigos.

“De todos modos, es obvio que no se callarán, y es deprimente que alguien se moje en presencia de todos modos”. Hizo un gesto con la barbilla y el guardia se levantó abatido. Se me acercó y me tomó bruscamente del brazo.

“Venga. Si intentas algo gracioso, te mataré”.

Yo estaba mareado; me manejó tan gentilmente como una maleta.

Me arrastró lejos de la pared. Justo cuando llegamos a la puerta del aula, me detuve en seco.

“¿Qué estás haciendo?”, Preguntó el hombre.

“Date prisa y-” Este fue mi momento.

~~~~~~~~~~~~~!!

El silencio en la habitación se hizo añicos por la música y el canto que de repente retumbó en mi bolsillo. Mi teléfono inteligente, que había subido al máximo volumen, estaba sonando: la canción del tema de Rental ☆ Madoka.

Alessio parecía tan atónito como el resto de su tripulación.

Mientras Myusel había estado distrayendo al guardia, había configurado el temporizador en mi teléfono. Incluso la gente de mi mundo, acostumbrada a la tecnología moderna, se sorprendería con un teléfono celular que de repente se apaga en una biblioteca silenciosa. Así que puedes adivinar cuánto sorprendió a estos patriotas, que no sabían nada de esas cosas.

“¡¿Qué demonios es eso?!”

“¡El cuerpo de este tipo está haciendo algún tipo de música extraña!”

El guardia me soltó tan rápido como si se hubiera dado cuenta de que estaba agarrando una serpiente venenosa.