Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 3: La Hija De Un Soldado III

Capítulo 2: Haciendo un Pastel con Freida

A la mañana siguiente, salí de la cama por primera vez y miré la habitación que estaba usando. Wooow… Es como un hotel.

 La cama con dosel estaba en la esquina de una habitación sencilla y de tamaño decente con solo una mesa, tres sillas y una chimenea. Pero el piso tenía una gruesa alfombra que lo cubría, y había cortinas sobre la ventana de vidrio ondulado para mayor privacidad. La habitación puede haber parecido simple, pero estaba claro que se había gastado mucho dinero en ella.

Además, había una criada parada junto a las sillas cerca de la puerta.

«Buenos días. Puedes lavarte la cara aquí. Te guiaré al comedor cuando estés lista”.

«E-Está bien».

Me entregó un paño limpio y me mostró dónde había preparado agua tibia para que me lavara la cara. La hospitalidad perfecta sinceramente me puso un poco nervioso.

«Perdona mi grosería, pero como tu ropa normal se vería inadecuada en esta casa, hemos preparado un atuendo diferente para que te pongas.»

Ella sacó un atuendo que parecía ser uno de los atuendos de Freida. Mi corazón se aceleró ante la oportunidad de usar ropa limpia no hecha de retazos por primera vez en mucho tiempo. Luego me cepilló el pelo, pero me puse la varilla. La sirvienta miró el palo con curiosidad, pero no dijo nada y rápidamente terminó de prepararme.

Cuando llegamos al comedor, Freida y el maestro del gremio ya me estaban esperando. Primero tuve que agradecerle al maestro del gremio por todo lo que había hecho por mí.

“Muchas gracias, maestro del gremio. Le agradezco su amabilidad y hospitalidad”.

Él respondió a mi gratitud con un movimiento de cabeza. Freida se acercó rápidamente a mí y me palmeó la frente y luego el cuello. Sus manos frías enviaron un escalofrío a través de mi cuerpo, pero lo ignoré.

“Buenos días, Myne. Veo que tu fiebre ha bajado”.

“Buenos días, Freida. Me siento genial. Como, mucho mejor que antes”. Ella había estado revisando mi temperatura. Le agradecí con una sonrisa y ella me devolvió una feliz.

Caminamos juntos hacia la mesa y el maestro del gremio soltó un hmph.

«Es bueno que estés bien de nuevo, pero no esperes que vendamos otra herramienta mágica. Los estamos guardando para Freida en caso de que algo le pase a ella».

«¡Abuelo!»

«No está equivocado, Freida. Los compró todos por tu bien. Estoy agradecida de que me haya dejado usar incluso uno solo de ellos». El maestro del gremio había obtenido las herramientas usando todas sus conexiones y su riqueza. Había pagado por ellos, claro, pero el hecho de que incluso me dieron la oportunidad de hacerlo fue un milagro.

«Myne, harías bien en pensar mucho en tu futuro». Me dio una mirada aguda que parecía atravesarme y asentí con un pequeño trago.

“En cualquier caso, necesito informar esto a tu familia. ¿Hay algo que quieras decirle al mensajero antes de que lo envíe?”

La palabra «mensajero» me dejó sin aliento, pero luego me di cuenta de que, por supuesto, el maestro del gremio y Freida no irían a mi casa ellos mismos. Enviar un mensajero era normal para ellos. Me volví para mirar a dicho mensajero.

«Quiero agradecer a Freida por toda su ayuda, ¿podría decirles que traigan un poco de (champú todo en uno) con ellos?» Todavía llamamos al rinsham por su nombre completo en mi casa, pero no fue así. Una frase fácil de memorizar. La cara del mensajero se arrugó un poco mientras luchaba por recordar.

“Todo pecaminoso, ¿qué…? Erm, perdóname, pero ¿podrías decir eso una vez más?”

«Ummm, es un líquido para limpiar el cabello. Deberían entenderte si solo dices rinsham. Gracias por hacer esto.»

“Líquido para limpiar el cabello, rinsham. Entendido.»

Vi al mensajero después de asegurarme de que sabía dónde vivía, luego noté que el maestro del gremio me miraba mientras se acariciaba la barba. Tuve la sensación de haber visto una sonrisa premonitoria similar en el pasado.

“Freida. Myne ciertamente posee muchas cosas interesantes, ¿no es así?»

«Ella lo hace. Estoy bastante decepcionada porque perdimos la oportunidad de obtener su conocimiento a cambio de la herramienta mágica».

Daba miedo estar rodeado por los dos en una situación en la que no tenía aliados. Me sentí como un conejo en un pozo de leones.

«¡Ya sabes! ¡Creo que seguiré adelante y pagaré por la herramienta mágica! ¡Con dinero!” Temiendo que inventaran alguna excusa para aumentar el precio, inmediatamente toqué mi tarjeta del gremio contra el maestro del gremio y terminé de pagarle.

«En realidad te pagó tanto… Maldito seas, Benno», murmuró el maestro del gremio con frustración. Parecía que Benno había logrado atravesar la red de trampas del maestro del gremio con una astucia sobresaliente. ¡Buen trabajo, Benno! Me salvaste.

«Come todo lo que quieras, Myne».

«Absolutamente».

No podría dejar de sonreír si lo intentara. ¡Porque quiero decir, estábamos comiendo pan blanco para el desayuno! ¡Pan blanco, hecho de harina! También podía ponerle toda la miel que quisiera, lo cual era una locura.

Después de llenarme del pan dulce y sabroso, fui a por la sopa. Tenía un agradable sabor salado, pero parecía que el caldo carecía de sabor vegetal. Definitivamente los estaban hirviendo y luego tirando el agua. Esa práctica destructiva estaba profundamente arraigada en la cultura aquí. Pero los huevos y el tocino sabían muy bien, e incluso tenían fruta para el postre. Fue un desayuno abundante apto para Japón y me encantó. El desayuno en el lugar del maestro del gremio fue genial.

Elegantemente recogí mi comida mientras el maestro del gremio me miraba con el ceño fruncido. “¿Quién te enseñó esos modales, Myne?”

«¿Nadie? Así es como como». Había leído varios libros sobre modales y experimentado en restaurantes en mis días como Urano, pero en realidad no los había estudiado en ningún lado, así que no mentía.

Las cejas del maestro del gremio se fruncieron aún más y estaba claro en su rostro que dudaba de mí, pero intenté no preocuparme por eso y simplemente terminé de comer. Preocuparse por eso solo me haría daño.

El maestro del gremio se fue a trabajar después del desayuno y pronto Freida y yo fuimos informados de los visitantes. Aparentemente, mi familia se había detenido solo para verme antes de ir a trabajar.

«¡Myne! ¡¿Nguuh?!” Papá comenzó a correr hacia mí, pero mamá se interpuso entre nosotros y lo empujó a un lado.

«Estoy tan contenta de que hayas despertado, Myne. Pensé que mi corazón se iba a detener cuando Lutz nos dijera que colapsaste en la tienda de Benno y fuiste llevado a la casa de Freida».

“Perdón por preocuparte. Freida solía tener la misma enfermedad que yo y necesitábamos su ayuda para mejorarme”. Sabía con certeza que mi madre se desmayaría si le dijera que usaban una herramienta mágica que valía dos oros pequeños y ocho platas grandes, sobre mí.

«Freida, muchas gracias».

«Mamá, ¿trajiste el (champú todo en uno) para agradecerte?» Eso fue lo único que se me ocurrió que podríamos usar para devolverle el dinero que no sea dinero, y dado que su bautismo era mañana, ahora Fue el momento perfecto para limpiarla.

«Mhm. Aunque no estoy segura de cuánto apreciará esto. ¿Tuuli?”

«Gracias por salvar a Myne, Freida», dijo Tuuli mientras le entregaba a Freida un pequeño frasco.

Freida lo tomó con una sonrisa e hizo una reverencia bajando un poco las caderas.

«Eres muy bienvenido. Me alegra haber ayudado».

«Estamos muy agradecidos», dijo papá. “Lutz dijo que estaba en un mal lugar. No sé cómo agradecerte por salvar a mi hija. Myne, como ya te sientes mejor, ¿volverás a casa esta noche?».

Los ojos de papá me suplicaban que regresara temprano. Hubiera dicho que sí para que mi familia no tuviera que seguir preocupándose por mí, pero Freida se interpuso entre nosotros con una sonrisa.

“No, Myne se quedará aquí hasta mi bautismo, como se acordó ayer. No me gustaría que nuestros planes cambiaran tan repentinamente».

«… Bien.»

«Gracias por toda su ayuda, y disculpen las molestias».

Mamá hizo un gesto similar al bajar las caderas. Preguntándome si ese era el equivalente de este mundo a inclinarse, di un paso más para ver mejor cuando, de repente, Tuuli abrazó mi cabeza con ambos brazos.

«Tenemos que ir a trabajar ahora, pero no molestes a estas buenas personas y hagas todo tipo de cosas raras como las que haces en casa, ¿de acuerdo?»

“Lo sé, Tuuli. Volveré a casa después del bautismo. Buena suerte en el trabajo.»

Mi familia se fue rápidamente, ocupados como estaban, y Lutz vino inmediatamente después como si hubiera estado esperando que se fueran.

“Escuché que finalmente despertaste. ¿Cómo está tu fiebre? ¿Realmente bajó?” Me tocó la cabeza y el cuello como lo había hecho Freida, comprobando qué tan caliente me sentía. Sus manos eran— casi increíblemente— más frías que las de Freida.

«¡Aw, Lutz! ¡Tus manos están demasiado frías!”

«Ah. Lo siento.»

«Bueno, no te preocupes. Estoy mejor ahora».

«… durante un año en el mejor de los casos, ¿verdad?»

Lutz, sabiendo las circunstancias de las herramientas mágicas y mi devorador, frunció el ceño para mostrar que todavía no estaba celebrando. Pero aun así, había estado en una situación tan apretada que incluso un año se sintió como un gran alivio.

“Puedo usar ese tiempo para pensar un montón de cosas y buscar una solución. Voy a hacer un libro Seguro.»

«Eso es todo lo que dices, Myne. Pero está bien. Voy a contarle a Benno sobre esto. Ayer decía que podría venir a verte esta tarde”.

En el momento en que Benno fue mencionado, la expresión de Freida se transformó en un sólido puchero. Ella había estado escuchando mi conversación con Lutz desde atrás, pero esa fue la gota que colmó el vaso.

«Me temo que no será un buen momento para nosotras. Estaremos ocupados haciendo dulces aproximadamente a esa hora. ¿No es así, Myne?»

Tengo la sensación de que dejar que Freida y Benno se encuentren en este momento no sería una buena idea. Era más probable que sufriera y ya podía imaginarme sentado indefensa entre ellos mientras las chispas volaban por el aire. No sería bueno.

«Lo siento, Lutz, pero ¿podrías decirle a Benno que pasaré por la tienda más tarde?»

«Claro, pero… ¿qué estás haciendo? ¿Algo nuevo?” Parecía que Lutz estaba más interesado en nuestra cocina que en Benno.

Reí y agité mi cabeza.

«No sé, primero tendremos que hablar con el chef».

«Oh, ¿no decidirás, Myne?», Dijo Freida, confundida. Pero no podría planificar una receta sin saber qué ingredientes y herramientas estaban disponibles. Sin mencionar que si el chef fuera amable, podríamos contar con su ayuda para hacer cosas más difíciles, pero si no fueran tan amables, tendríamos que conformarnos con algo simple.

«No puedo decidir sobre nada sin saber qué ingredientes y herramientas tienen aquí».

«¿No se aplica lo mismo a Lutz?» Freida frunció los labios, no satisfecha con mi explicación. Pero Lutz y yo vivíamos en condiciones similares, comiendo cosas similares y usando herramientas similares. Era una situación completamente diferente del lugar de Freida.

«No hice nada para Lutz. Le acabo de decir las recetas. En el lugar de Lutz, su familia usó sus propios ingredientes y prepararon la comida ellos mismos. ¿Verdad, Lutz?»

«Sí. Myne es demasiado pequeña y débil para cocinar sola».

«Deberíamos terminar más tarde, te guardaré un poco si quieres probarlo».

«¡¿De Verdad?! ¡Diablos, sí, cuenta conmigo!”

Freida, con su espíritu competitivo ardiendo ferozmente hacia Lutz, miró un momento a la puerta después de que él se fue y luego me miró con tristeza, sus mejillas resoplando.

«Mimas demasiado a Lutz».

«No lo creo. Realmente, es todo lo contrario. Me cuida mucho más de lo que tiene que hacerlo”, dije, haciendo que Freida hiciera un puchero aún más difícil. Para ser honesta, no sabía por qué Freida estaba tan descontenta con todo esto.

Vacilé un poco, sintiéndome incómoda, y Freida disparó un dedo puntiagudo hacia mí.

«Muy bien, yo me ocuparé de ti».

«¿Qué? ¿Por qué?»

“Eres mi mejor amiga, pero no soy tu mejor amiga. Es irritante».

Wow… que linda. Quiero meter con sus mejillas hinchadas. Ahora que sabía que la infelicidad de Freida nació de los celos, no pude evitar reírme un poco.

“Está bien, piénsalo así. Podemos hacer cosas de chicas juntas que yo nunca podría hacer con Lutz. ¿Eso te animaría?”

«¿Cosas de chicas?» Freida inclinó la cabeza confundida. Su principal pasatiempo era contar y ganar dinero. Tratar de jugar con muñecas juntos probablemente conduciría a una discusión sobre los márgenes de ganancia en juguetes o similares. Eso sería divertido a su manera, pero no tuvimos tanto tiempo para jugar juntos.

«Podríamos bañarnos juntos, lavarnos el pelo, rodar en la cama y hablar, todo tipo de cosas de chicas. No podría hacer nada de eso con Lutz, ¿verdad?»

“Dios mío, qué maravilloso. Entonces, ¿vamos al chef para que podamos discutir qué dulces haremos?” Freida me tomó de la mano y me guió a la cocina. De pie había una mujer de aspecto regordete, que aparentemente acababa de terminar de limpiar después de preparar el desayuno. Parecía ser tan vieja como mi madre y se parecía a la madre de Lutz, Karla.

“Liese, Liese. Sobre los dulces de hoy…”

«Sí, Sí. Vas a hacer algunos con tu amigA, ¿verdad? Ya lo has mencionado más veces de las que puedo contar».

«¿Puedo preguntar con qué ingredientes tenemos que trabajar aquí?», Pregunté, haciendo que Liese levantara una ceja.

“¿Ingredientes? ¿Qué planeas usar?»

“Ummm, harina, mantequilla, azúcar y huevos. No tenemos azúcar en mi casa, por lo que usualmente usamos mermelada o miel como sustituto, pero ¿tal vez tienes algo aquí?». Los tipos de dulces pueden variar mucho según los ingredientes y herramientas disponibles. Había una buena razón por la que principalmente hacía panqueques y variantes de tostadas francesas en casa de Lutz.

«Tenemos azúcar».

«¡¿De Verdad?! ¡Guauu! U-Um, también, ¿tienes horno?”

«Sip. ¿No puedes verlo?” Liese se movió un poco y apareció un gran horno de leña. Mi corazón floreció con creciente anticipación.

Miré a Liese, apretando mis manos con fuerza frente a mi pecho.

“Eso significa que también tienes sartenes para cocinar en el horno, ¿verdad? ¿Tienes balanzas?”

«Por supuesto que sí». Liese se encogió de hombros como diciéndome que no hiciera preguntas con respuestas obvias y sinceramente quería saltar de alegría.

«¡Sí! ¡Eso significa que probablemente podamos hornear un (pastel)!” Receta tras receta de dulces me vino a la mente. Había más de unas pocas recetas que había memorizado hasta las medidas exactas.

… Espera. Conozco las recetas, pero no creo que las personas de por aquí midan el peso en gramos. ¿Qué tengo que hacer? Había olvidado este hecho crucial en mi entusiasmo, pero los ingredientes y las herramientas no eran suficientes para hacer dulces. Necesitabas medir los ingredientes hasta el alambre.

Hice los pasteles de parue en la casa de Lutz como panqueques normales, siguiendo por instinto y obteniendo panqueques de diferentes tamaños y grosores cada vez.

Eso estaba bien ya que los niños solo querían cantidad, no calidad, pero la cocina real necesitaba medidas precisas y precisas. Freida me dejaba usar un horno de leña completo aquí, no podía dejarme fallar. Prueba y error estaban fuera de la cuestión.

Mmm… ¿Hay algo que pueda hacer que no necesite mediciones precisas? Traté de pensar en dulces que pudiera hacer sin conocer ninguna unidad de medida, y pronto recordé algo de lo que había leído en un libro sobre dulces franceses.

«Ummm, voy a hacer (poundcake)». Poundcake en francés era cuatro cuartos, lo que significaba cuatro cuartos. Era un pastel hecho con cuatro ingredientes de la misma cantidad: harina, huevos, mantequilla y azúcar. Podría hacer poundcake sin ninguna medida precisa, siempre que tuviera una balanza para pesar cada ingrediente.

«Nunca he oído hablar de eso. ¿Qué clase de comida es?”

«Es un dulce hecho de mezclar la misma cantidad de harina, huevos, mantequilla y azúcar».

«¿Realmente vas a hacer algo así?» Los ojos de Liese se abrieron tan sorprendidos que dudé y retrocedí de inmediato.

«… Bueno, no tengo que hacerlo si no está bien».

«Está bien, pero ¿estás segura de que sabes de lo que estás hablando aquí?»

«Sí.»

Establecimos un tiempo para nuestra elaboración de dulces y Liese comenzó a preparar el horno, así que dejamos la cocina y comenzamos a buscar delantales para usar mientras cocinamos. Freida nunca había ayudado con los quehaceres antes y, por lo tanto, nunca había usado un delantal. Finalmente, una criada encontró dos para nosotras y nos los pusimos, usando grandes pañuelos doblados en nuestras cabezas. Estábamos listos para hacerlo.

Cuando llegó el momento de cocinar, volvimos a la cocina. Al vernos, Liese se echó a reír sorprendido.

«Dios mío, madam. Parece que estás muy entusiasmada con esto».

«En efecto. Esta vez cocinaré yo misma”.

Naturalmente, no tenían un molde para pasteles, así que decidí usar una olla pequeña de metal circular.

“Bien, ¿qué tal si compartes esta receta tuya conmigo ahora? No sabré cómo hacerlo a menos que sigas los pasos».

«Bueno. Primero medimos los ingredientes y calentamos los huevos y el azúcar hasta que estén tan calientes como la temperatura de nuestro cuerpo».

«¿Y cómo vamos a hacer eso?»

«Um, estaba planeando llenar un tazón más grande con agua caliente y poner la sartén en él».

“Ah, agua caliente. Bien, entonces debemos calentar el agua antes de medir los ingredientes, entonces».

En un mundo sin estufas de gas y tal, el agua caliente no se puede hacer tan rápido. Eso era obvio, pero como nunca antes había hecho dulces en este mundo, me resultaba difícil notarlo con anticipación.

“Lo más importante es que el azúcar y los huevos se mezclan completamente hasta el punto de formar un poco de espuma. Una vez que eso suceda, pon la harina y mezcle todo junto con un movimiento de corte. Luego, pon mantequilla derretida y revuelva suavemente para no romper la espuma”.

“Derretir la mantequilla, está bien. ¿Comenzamos a hornear una vez que está todo mezclado?»

«Está bien.»

Liese, habiendo captado la receta, sacó una balanza y la puso encima del mostrador. El siguiente paso fue medir los ingredientes alineados. Ella me enseñó a usar la balanza mientras Freida y yo tratamos de equilibrar los ingredientes en ellos, mientras tanto comenzó a calentar el agua.

Primero medimos los huevos y el azúcar primero, luego Liese los mezcló con fervor mientras el agua debajo lo calentaba todo. La espuma de la mezcla cambiaría el tamaño y el sabor del pastel para mejor. Mientras tanto, Freida y yo medimos la mantequilla.

«Una vez que todo está medido, ponemos mantequilla a los lados de la sartén para que el pastel sea más fácil de sacar». Untamos la mantequilla en la olla y decidí espolvorear un poco de harina también. Sin papel de cocina, esta fue nuestra siguiente mejor opción.

«Vamos a rociarle la flor y nata a continuación. Será más esponjoso si dejamos entrar mucho aire». Asegurándome de no dejarlo en el mostrador, rocié harina. Al final le di tres pases para rociar.

«Mi, mi dios. Los huevos solían ser amarillos, pero ahora se están volviendo blancos y más grandes también”. Freida observó a Liese mezclar los ingredientes juntos con envidia.

Estaba claro que quería intentar revolverlos ella misma, así que Liese hizo un gesto hacia el tazón y la batidora con una sonrisa.

«¿Quiero probar?»

«¡¿Oooh?!» Freida inmediatamente comenzó a agitarse con feliz entusiasmo, pero se cansó y se rindió en poco tiempo. Se necesitaron muchas fuerzas para mezclar a mano los ingredientes del pastel. Era una carga demasiado pesada para las chicas devoradoras.

«Myne, ¿esto es correcto?»

«¡Es! Ahora podemos agregar la harina”. Preparé el tazón espolvoreando una capa de harina, luego vertí el resto mientras usaba una espátula de madera para separar los trozos y mezclar todo. “Sigues mezclándolo así. Luego pondremos la mantequilla. ¿Ya se ha derretido?”

«Sí, lo puse al lado de la chimenea mientras el agua se calentaba».

“Liese, por favor toma el control aquí. Mis brazos están en su límite”.

“Que dolor. Ninguna de las dos tiene fuerzas”. Liese tomó mi lugar con una sonrisa. Ella puso mantequilla y volvió a mezclar.

Freida trajo la olla que estábamos usando como molde para pasteles y nos observó terminar la mezcla, con los ojos brillantes.

“Una vez que vertimos la mezcla en la olla, necesitamos recogerla y dejarla caer para sacar el aire extra. No queremos demasiado».

La olla era lo suficientemente pesada como para dejarle todo eso a Liese. Ella lo recogió sin dudarlo, claramente nunca había esperado por un momento que pudiéramos hacerlo nosotras mismas.

«Ahora solo tenemos que hornearlo en el horno y listo».

No sabía cómo usar hornos de leña, por lo que sería mejor dejar este paso a Liese. Puso la olla en el horno caliente y crujiente y la cerró con fuerza.

«Debería terminar de hornearse mientras estamos limpiando», dijo Liese.

Mientras ayudaba a Liese a limpiar de una manera tan torpe e ineficaz que difícilmente podría considerarse ayuda, un agradable aroma dulce comenzó a flotar en el aire. Fue tan lindo cómo Freida se movía ansiosamente frente al horno, preguntándose si estaba listo o no.

«Todavía no», respondí, sintiéndome nerviosa sobre si habíamos tenido éxito o no. Habíamos usado muchos ingredientes valiosos para hacer este poundcake, y además, era la primera vez que Freida y yo habíamos hecho dulces juntas. El fracaso no era una opción para mí.

«… Creo que lo comprobaré». Liese abrió el horno y miró dentro. El pastel había subido bien. Sin embargo, la parte trasera parecía más oscura que la delantera.

“Liese, parece que la mitad posterior del pastel se está cocinando más. ¿Podrías moverlo por mí?”

Liese giró el pastel y empujó la olla nuevamente. Personalmente, no metería mi mano en ese horno caliente incluso con los gruesos guantes de mitón que tenía. Me conmovió la habilidad y el coraje necesarios para ser un chef profesional.

Después de cerrar el horno con fuerza nuevamente, Liese me miró.

«¿Cómo saber cuándo está terminado?»

“Puedes pegar un palo delgado y puntiagudo hecho de algo como bambú para verificar. ¿Tienes algo así?”

«Mmm, sí, pero son para ensartar carne». Hurgó en un estante y sacó dos largos pinchos de hierro, como el que usarías para unir carne y verduras en una barbacoa.

Nunca había usado un pincho para verificar si se había hecho un pastel antes, así que honestamente no sabía qué tan bien funcionaría. Eso abrirá un gran agujero en el pastel, pero supongo que no tenemos muchas opciones aquí. Utilicé palillos para verificar una vez en mis días como Urano, por lo que debería estar bien.

Liese metió un pincho y luego lo sacó, revelando algo de masa húmeda pegada a él.

«Parece que todavía no se ha cocinado por dentro”.

«¿Cómo puedes saberlo?»

«Hay un poco de masa pegada, ¿verdad? Se terminará de cocinar una vez que el pincho salga limpio».

La parte superior del pastel se estaba volviendo marrón oscuro cuando se cocinó el interior, lo que significaba que el horno probablemente estaba demasiado caliente. Pero a diferencia de los hornos a los que estaba acostumbrada, no era tan fácil controlar el calor. Tendría que confiar completamente en la experiencia y el instinto de aquellos capacitados en estos asuntos.

«Creo que tendré más cuidado con el horno la próxima vez», murmuró Liese mientras sacaba el poundcake. Una vez que la olla estuvo afuera, pude ver un pastel esponjoso y bien cocido en el interior que parecía una castella.

«¡Simplemente asombroso!»

«Sí, seguro que se ve bien».

Las dos miraron el pastel terminado con ojos brillantes, y sentí una indescriptible sensación de satisfacción en mi pecho.

«Por lo general, saben mejor si los envuelves en un paño húmedo y bien escurrido y los dejas afuera por dos o tres días, pero deberíamos probar bien este primero».

Liese cortó el pastel en rebanadas finas. Agarré un pedazo y lo tiré a mi boca. Lo bueno de las pruebas de sabor como chef es que tienes que comer un poco antes de que todo el mundo se sienta atraído por el olor.

«Mhm, esto es exactamente lo que estaba buscando».

Una vez que terminé, Liese, que estaba muy acostumbrada a probar cosas, hizo lo mismo. Freida había estado dudando en ponerse un poco del pastel en la boca, pero después de ver a Liese comer algo, lo arrojó apresuradamente.

«¡Dios mío!»

Dos pares de ojos se abrieron sorprendids y Freida y Liese se giraron para mirarme simultáneamente. Tenían una mirada depredadora que me recordó al maestro del gremio esta mañana, y tuve la sensación de que podría haberme puesto en peligro real. Probablemente sería inteligente huir antes de que me hicieran preguntas extrañas.

Agarré la mano de Freida.

«Freida, comamos esto en una fiesta de té o después de una comida. Ahora es un buen momento para tomar un baño».

Realmente no habíamos hecho mucho para ayudar a cocinar, pero debido a la aspersión de harina por todas partes, nuestras mangas estaban bastante polvorientas. Teníamos mucho tiempo, y cuanto antes la limpiara con rinsham, mejor. Entonces con todo lo dicho, salimos de la cocina.

Pero me detuve en la puerta y me di la vuelta, sin querer olvidar agradecerle al chef.

«Gracias por su ayuda, Liese».