Shin no nakama janai to Yuusha

Volumen 1

Capitulo 2: La Princesa Que No Se Unió Al Grupo De La Heroína

Parte 2

“¡¿Qué demonios?!”

Después de que terminé, Rit se quebró por alguna razón. “¡¿Después de pelear juntos durante tanto tiempo?! ¡Eso es una locura!”

“Aun así, no es como si no hubiera algo de lógica en lo que dijo Ares. Ciertamente era cierto que yo era un estorbo”.

“¡No hay forma de que eso sea cierto! ¡Tú eras el que siempre prestaba atención a cómo hacer que el grupo avanzara sin problemas!”

Eso era cierto. Desde que reconocí mi falta de fuerza de batalla, presté atención a varias otras cosas para ser útil en áreas fuera del combate. La cocina era parte de eso, al igual que monitorear el estado del resto de la fiesta, recopilar información sobre nuevos pueblos, adquirir los consumibles que necesitáramos, administrar las finanzas, negociar con varias personas influyentes que querían reunirse con la Heroína …

“¿Ves? ¡Estabas trabajando muy duro! ”

“Cuando lo enumeras todo, sí, supongo que sí”.

Rit todavía no parecía dispuesta a aceptar la realidad. De hecho, parecía a punto de explotar.

“No es necesario que te enojes tanto. Probablemente habría terminado siendo derrotado en algún momento porque no podía seguir el ritmo de la batalla. De hecho, probablemente sea mejor que me retirara a Zoltan y comenzara mi botica antes de que eso sucediera”.

“Espera, con tú haciendo todo eso por ellos, ¿realmente van a estar bien sin ti ahora?”

“Estoy seguro de que están bien. Aparentemente, incluso derrotaron al rey celestial del viento no hace mucho”.

O al menos, esa fue la noticia que llegó hasta aquí. Pero tan lejos de las líneas del frente, los informes pasaron por mucha gente y eran básicamente rumores al llegar. Es casi seguro que derrotar a Gandor era cierto, pero todos los detalles probablemente habían sido exagerados.

Estaría mintiendo si dijera que no estaba un poco preocupado, pero…

“Incluso si me preocupo, no hay mucho que pueda hacer ahora que me fui. Ruti siempre viajaba conmigo, así que estoy seguro de que puede hacer que funcione de alguna manera”.

No podía negar que parte de la razón por la que estaba diciendo eso era para tratar de convencerme a mí mismo. Pero ya no estaba en la fiesta de Ruti. Como su hermano mayor, no había nada más que pudiera hacer por mi preciosa hermanita.

“Eso es suficiente de este tema. Independientemente de los puntos que hagamos, no es como si Ares estuviera aquí para escucharlos”—dije, tratando de aplacar a Rit.

“Ugh… supongo que sí”, respondió ella, todavía claramente no lista para aceptar lo que ya tenía. Por casualidad miré hacia abajo y noté las tazas que había colocado sobre la mesa.

“El té se enfrió. Haré un poco más”.

“Está bien. No tienes que hacer eso por mí”.

“No todos los días nos volvemos a encontrar. Quiero que puedas tomar un té adecuado, no como antes, cuando tenía que juntar todo lo que estaba disponible”.

En el pasado, cuando estaba haciendo algo, era porque estábamos acampando en la naturaleza o estacionados en las líneas del frente. Todo lo que logré en ese entonces fue lo que se pudiera juntar con los suministros que llevábamos o lo que se pudiera recolectar en el camino. Nunca se hizo nada en óptimas condiciones.

Sin embargo, ahora las cosas eran diferentes. Tenía mi elección de las plantas que crecían en la montaña. Podía encontrar hojas de té tan buenas como cualquier cosa  que se vendiera en los  mercados y usar agua naturalmente limpia en lugar de agua que había sido purificada con magia. Las cosas purificadas siempre tenían una especie de sabor inorgánico.

Rápidamente tomé las tazas, deje a Rit y me dirigí a la cocina para hacer más té.

Subí la temperatura en la olla de agua que estaba sobre las llamas hasta que finalmente comenzó a humear. Mi teoría personal era que la temperatura justo antes de que comenzara a hervir era la más adecuada para las hojas de té que tenía. Observé la olla de cerca, con cuidado de no perderla, esperando mientras el agua se arremolinaba en silencio.

De repente, recordé haberle hecho leche caliente a Ruti cuando todavía éramos niños. No teníamos azúcar, pero le agregué un poco de miel que había recolectado del bosque y se la hice beber. Ruti siempre odió beber leche, pero pareció sorprendida cuando la probó con miel, luego me miró antes de beber la mitad de un trago. Una vez que se dio cuenta de que solo quedaba la mitad, comenzó a sorberlo poco a poco. Suspiró feliz cuando todo se acabó.

Habiendo nacido con la bendición del Héroe, Ruti siempre parecía tener un punto de vista con visión de futuro, pero aún recordaba lo linda que era bebiendo leche como un niño normal.

“Aquí vamos.”

Retiré la olla de las llamas y agregué las hojas de té. Una agradable fragancia comenzó a llenar el aire y asentí un poco para mí.

***

“Es delicioso…”

Rit dejó escapar un suspiro satisfecho. Era completamente diferente a los que hacía Ruti cuando era niña, pero aun así me dio una pequeña cantidad de secreta satisfacción.

“En ese entonces, me sorprendió que el grupo de la Heroína comiera comida tan deliciosa mientras estaba de campamento, pero con los ingredientes adecuados, esto podría ser incluso mejor que el té en la corte real”.

“Eso es demasiado, incluso para los halagos. Mi habilidad de cocinar es solo el nivel uno. Tengo una compensación de habilidad de mi nivel, estoy seguro, pero no puedo vencer a un chef de verdad”.

“Aun así…” Rit se llevó la taza a los labios y tomó otro sorbo.

“… Tal vez sea tan delicioso porque lo hiciste solo para mí”. La chica susurró la última parte suavemente, sus mejillas enrojecieron un poco mientras sonreía.

Rit nunca había sido tan honesta cuando nos conocimos.

***

La primera vez que conocí a Rit fue en su tierra natal, el Ducado de Loggervia, en un pueblo llamado Alomar, cerca de la frontera sur. Habíamos venido al ducado porque habíamos recibido informes de que estaban luchando para lidiar con la ofensiva del ejército del señor demonio allí. Loggervia se encontraba en una ubicación importante estratégicamente, lo que significaba que si caían, varios países vecinos también serían derrocados. Necesitaba ser protegido pase lo que pase.

En ese momento, el grupo estaba formado por Ruti la Heroína, Ares el Sabio, Danan el Artista Marcial, Theodora la Cruzada y yo, el Guía. Los cinco estábamos comiendo en una taberna mientras reflexionábamos sobre la información que habíamos logrado reunir en la ciudad. Fue por ahí cuando Ares estaba hablando de un avistamiento de un espía orco del ejército del señor de los demonios.

“Oye, señorita, compartamos un trago”.

Oímos el silbido de una voz ronca. Echando un vistazo al mostrador, vi a una mujer vestida con una bata negra con capucha y un hombre jorobado con una peligrosa mirada maliciosa en sus ojos llamándola. Sus mejillas estaban extremadamente ahuecadas y su piel lucía mortalmente pálida.

Un garrote de plomo envuelto en varias capas de cuero colgaba de su cintura. Era un arma llamada savia, diseñada para noquear a un oponente sin matarlo. A menudo lo usaban los cazadores de esclavos, un comercio que había reprimido más de unas pocas veces cuando todavía era un caballero. Nunca me había llevado una buena impresión de quienes usaban tales armas, y mi mandato como caballero no hizo nada para cambiar esa opinión.

“Oye, no me ignores. Mi nombre es Dir. De hecho, soy un mercenario bastante conocido en Sunland, ¿sabes? Has oído hablar de Dir antes, ¿verdad? ¿No lo has hecho? Lo que sea. Solo tomemos una copa. Venga.” Echó un vistazo a su rostro debajo de la capucha.

“Vaya, no eres una lindura”, Dijo con un silbido.

Podrías encontrar tipos como él en cualquier ciudad a la que fueras. Ruti y yo nos pusimos de pie, a punto de movernos para detenerlo, pero…

“¡¿Owwwwwwww?!”

La mujer de la túnica agarró la mano que él le había puesto en el hombro y la torció hacia arriba, golpeando al rufián mientras se levantaba.

“¡¿Q-Qué estás haciendo?!”

Ella bajó su capucha. Su cabello rubio ondeaba suavemente y sus ojos azul claro brillaban con una fuerte voluntad. Una pequeña e indomable sonrisa cruzó sus labios mientras miraba al hombre que había sido golpeado en su trasero.

“¡T-Tú!”

Comenzó a levantarse, su mano derecha formando un signo para activar un hechizo.

“¿Una Bola de Fuego?”

Un hechizo de magia de fuego que provocó un incendio explosivo. No era algo para usar dentro de un edificio, ni siquiera en un ataque de ira. Me apresuré a intentar detenerlo, pero antes de que pudiera activar su hechizo, la chica de la capa negra sacó una espada con una hoja arqueada, un shotel, decorada con plumas de grifo y se la acercó al cuello.

“Elegiste a la persona equivocada para coquetear”.

“¡L-Lo siento! ¡Perdóname!”

Aparentemente recuperado, el rostro del hombre adquirió un tono de alabastro mientras temblaba y huía.

Supongo que no tuvimos que preocuparnos por eso.

Revividos, Ruti y yo comenzamos a regresar a nuestros asientos, pero la mujer de la túnica volvió su mirada decidida hacia nosotros.

“¿Pensaste que necesitaba tu ayuda?”

“Parece que estábamos preocupados por nada”, dije con una sonrisa forzada. Sin embargo, metió el dedo para señalar a Ruti en lugar de a mí.

“¡Así es! No necesitamos a la Heroína aquí. ¡Podemos encargarnos del ejército del señor demonio nosotros mismos en Loggervia!” proclamó la niña con una sonrisa de satisfacción. Esa fue la primera vez que conocí a Rit—Rizlet.