Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 5

Capítulo 3: Guerra entre hermanas

Parte 6

Mirando desde el piso superior, podían ver las calles de la Soberanía brillantemente iluminadas.

—Ejem. Entonces, Iska.

—…¿Qué planeas hacer?

—Comprobar lo que hiciste con Sisbell esta tarde. Como tu única rival, tengo derecho a saber.

Después de enfatizar que ella era su única rival, Alice se acercó, poniéndose a su lado, aunque podría haber estado en cualquier otro lugar de esta gigantesca sala de estar. Ella no dijo nada mientras sostenía la mano de Iska.

—…Estaban sosteniendo sus manos de esta manera —Ella apretó.

Él podía sentir el calor de Alice irradiando la palma de la mano que se cerraba sobre la suya casi apasionadamente.

—Uh, um… ¿Alice?

—¡No te muevas!

Trató de liberar su mano por reflejo, pero el apretón de Alice no se lo permitió. Iska la miró a la cara. Alice parecía estar sólo preocupada por su mano, como si observara cómo se sentía.

—Ya veo. Así que esto es lo que mi hermana hacía.

—… Creo que se puede decir con sólo mirar.

—Eso no es cierto. No puedo saberlo a menos que lo pruebe yo misma. Um, así que… tus palmas son ásperas. Me pregunto si  es porque usas la espada.

—¡Eres tan astuta!

—¡Estoy haciendo una verdadera investigación! —Alice se opuso, su cara se enrojeció.

Finalmente le soltó la mano. Continuó agarrando su codo esta vez, envolviéndolo entre sus dos brazos… como Sisbell hizo más temprano ese día.

Como enamorados estrechando sus brazos.

—Y entonces hiciste esto… Esto es tan desvergonzado. ¡La princesa de un país, caminando por ahí uniendo sus brazos con un soldado enemigo!

—… Lo dice la que está haciendo lo mismo, Alice.

—¡Esto es para la investigación! Esto podría suponer una verdadera amenaza para la Soberanía. Por eso debo hacer mi debida diligencia investigando esto.

—¿Tu  debida  diligencia?  —Añadió  combustible  al  fuego.  Iska  se  dio cuenta de eso exactamente un segundo después.

—¡Estaba  incluso  más  cerca  de  ti  que  esto!  —Alice  se  aferró  a  él, cruzando sus brazos sobre el de él.

Eso no fue todo. Entrecruzó ambos brazos alrededor de su bíceps derecho, colocando su peso sobre él. El pecho de Alice empujó contra el brazo de Iska.

—¡Fue así…!

No fue un toque ligero.

Los picos gemelos de Alice invadieron su espacio. Aunque eran suaves, también tenían un peso en ellos. No se sentían como nada que Iska hubiera experimentado antes.

…¿Y es ese perfume? Huele bien.

…No, no, no. ¡Esto no es bueno desde ningún punto de vista!

Su hermana ya había hecho suficiente daño, pero Alice estaba en otro nivel. Mientras se apretaba contra él, su brazo se hundió entre su escote, como si sus pechos trataran de consumirlo por completo.

—A-Alice… um, uhh… ¿qué estás haciendo…?

—¡Estoy copiando el comportamiento de mi hermana! ¡No más preguntas!

Por supuesto, Alice sabía lo que estaba haciendo.

A pesar de ser temida como la Bruja de la Calamidad Helada, Alice se sonrojó hasta las puntas de sus oídos. No había duda de que estaba sacudida por la timidez y la vacilación.

Sin embargo, Alice no intentó detenerse.

—Esto   es   enfermizo.   ¡Es    pecaminoso…! Es injusto…quiero decir, descarado…

—Entonces suelta mi brazo, Alice.

—¡No! —Un rechazo rotundo.

Como un gatito aferrado a su madre, se agarró al brazo de Iska desesperadamente, rehusando soltarse.

Él notó su respiración. ¿Tal vez porque ella está tan cerca? Parecía extrañamente dulce y más áspera por momentos. ¿Su imaginación le estaba jugando una mala pasada?

—…Ah… haah……… ngh…

—¿Qué estás haciendo?

—T-tienes una idea equivocada. ¡Son los nervios! De estar tan cerca de un poderoso enemigo. ¡Por supuesto que mi respiración se volvería más difícil!

—Entonces suelta mi brazo.

—¡No! ¡Todavía hay más que tengo que investigar!

Ella lo rechazó de nuevo. Empujó su pecho con más fuerza contra él, así que el brazo de Iska estaba prácticamente enterrado en su escote. De repente, Iska escuchó un tranquilo susurro rozando su oído.

—…… No quiero soltarme.

—¿Qué?

—¡Nada! T-tienes razón. ¡Yo… estaba tratando de entrar en la mente de mi hermana! —Alice levantó su cara en un momento de tensión.

Sus grandes ojos estaban húmedos y llorosos. Era una enemiga. Iska lo sabía, pero tragó su aliento ante su abrumadora belleza.

—……

—……

Él se quedó sin palabras.

Sus brazos entrelazados. Podía sentir el calor de su cuerpo mientras ella se inclinaba hacia él. No podía apartar sus ojos de los de ella. Ni siquiera él sabía por qué.

Por otro lado, los febriles ojos de Alice parecían tener un toque de incertidumbre.

—Um, así que Iska. Esto es muy importante. Aunque seamos rivales, me gustaría que nos acerquemos…

—¿Está a salvo, Lady Alice?

—¡¿Eek?!

Cuando la puerta se abrió de golpe, Alice saltó. Rin entró apresuradamente.

—¿Qué-qué  estás  haciendo,  Rin?!  ¡Estaba  justo  en  el  medio  de  algo trascendental!

—¿Y qué sería eso?

—Um…

Palabra equivocada. Alice finalmente volvió a sus sentidos y miró a su alrededor.

—No-no es nada. ¿No se suponía que debías estar abajo…?

—Pensé que sería demasiado peligroso dejarla a solas con un espadachín imperial y vine corriendo a toda velocidad… ¿Lady Alice? —La asistente inspeccionó la cara de Alice—. Por alguna razón, parece que está resplandeciente. Estaba tan mortalmente pálida justo antes.”

—¿S-sí…?

Su piel era clara, como una perla brillando con gotas de agua.

Rin tenía la edad suficiente para saber lo que estaba pasando. Inmediatamente percibió el cambio en Alice. En el corto período de tiempo desde que dejó a Alice, su piel pareció brillar como si la vida le hubiera sido devuelta.

—Lady Alice, ¿pasó algo?

—…¡Nada! ¡Nada en absoluto! —Alice desvió su mirada.

Rin la miró fijamente.

— Su cara se ve roja.

—¡Es sólo tu imaginación!

—…Hm, Lady Alice, si me perdona —Puso su mano en la frente de Alice.

Después de mantenerla allí por unos segundos, los ojos de Rin se abrieron de par en par.

—Oh no. Está ardiendo, ¡Lady Alice! Debe haberse resfriado por nuestros largos viajes. Debe descansar en este momento.

—¡Eso no es cierto! No tengo fiebre. Rin, me siento mejor porque…

—¡Espadachín imperial! …La ira de Rin fue dirigida a Iska—. ¡Tu crimen por pasar por alto su fiebre es grave!

—¡Estás malinterpretando la situación! —exclamó Iska.

—¡Silencio!  Los  agentes  de  la  reina  se  reunirán  ahora.  ¡Tienes  dos segundos para desaparecer!

—¡Ustedes son las que me llamaron aquí!

Rin había sacado una vez más un cuchillo contra él. Iska salió de la habitación a toda velocidad.

… Todavía puedo sentir el calor de Alice en mi brazo derecho… ¡Espera! ¿Qué estoy pensando? Eso fue sólo un pensamiento aislado, tengo que olvidarlo…

Todavía podía sentir la sensación de su pecho.

Pesado, pero suave. No fue desagradable, aunque él no tenía prácticamente nada que decir al respecto. De hecho, se sentía casi como si le hubiera traído algo de paz y…

…Ese jadeo sensual.

—¡Ugh! ¡No fue así!

Tratando de sacudir sus pensamientos, Iska bajó corriendo las escaleras de emergencia.