Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 4

Capítulo 1: Puerto Del Viento

Parte 1

Mi nombre es Rudeus Greyrat, y soy un chico guapo que acaba de celebrar mi undécimo cumpleaños hace unos días. Como mago experto, he ganado notoriedad por mi habilidad para usar la magia sin cantar hechizos y mi manera única de mezclar los diferentes elementos.

Hace un año, fui atrapado en un desastre mágico y teletransportado al continente demoníaco. Mi ciudad natal estaba exactamente en el lado opuesto del mapa, en la región de Fittoa, en el Reino de Asura, lo que significó que tuve que viajar al otro lado del mundo para regresar.

Me convertí en un aventurero para ganar dinero mientras comenzaba el largo viaje de regreso a casa. En el último año, me he abierto camino con éxito a través del Continente Demoníaco.

***

Puerto Del Viento, la única ciudad portuaria del Continente Demoníaco, era un paisaje con colinas onduladas. Desde la entrada, tenías una vista panorámica de toda la ciudad. La mayoría de las casas estaban hechas con barro y piedra en el estilo típico del continente, pero había alguna que otra casa de madera aquí y allá. A las afueras de la ciudad estaba el puerto. Allí, en vez de la entrada principal, era donde se desarrollaba la mayor parte del alboroto y donde se instalaban los vendedores ambulantes.

Era una ciudad con un sabor único, diferente de las otras que había visto antes. Más allá del puerto, frente a la ciudad, el mar se extendía inmenso y ancho. ¿Cuándo fue la última vez que vi el océano? Probablemente cuando asistí a una escuela secundaria en la costa.

Este mundo era diferente al nuestro, pero el mar no lo era. Era el mismo azul, tenía el mismo sonido de olas que chocaban, y pájaros que parecían gaviotas. Incluso había veleros. Era la primera vez que ponía mis ojos en uno. Los veía de vez en cuando en las películas, pero al ver la cosa real hecha de madera con sus velas de tela desplegadas, deslizándose a través del agua, mi corazón palpitaba como si todavía fuera un niño.

Debe haber algún mecanismo en este mundo que permita a un barco navegar con viento en contra. En realidad, considerando el mundo en el que estaba, tal vez se impulsaban a sí mismos usando magia de viento.

“¡Mira!”

En el momento en que llegamos a la ciudad, la chica pelirroja que montaba el lagarto conmigo saltó de repente. Su nombre era Eris Boreas Greyrat. Era la nieta de Sauros, el Señor Feudal de la Región de Fittoa del Reino de Asura, y también mi alumna cuando trabajaba como tutora en su casa. Cuando nos conocimos era feroz y malcriada, pero últimamente se había vuelto más flexible, lo suficiente como para escuchar lo que la gente tenía que decir. La habían teletransportado conmigo, y yo tenía que llevarla a casa a salvo.

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“¡Mira, Rudeus! ¡El océano!” Las palabras que salieron de sus labios estaban en lengua fluida de Dios Demonio. Había enfatizado la importancia de hablarlo todo el tiempo; Ruijerd y yo también hablábamos en la lengua de Dios Demonio tanto como fuera posible. Como resultado, las habilidades lingüísticas de Eris habían aumentado dramáticamente últimamente. Fue como sospechaba: La forma más rápida de mejorar en un idioma extranjero es utilizarlo lo más a menudo posible. Es cierto que Eris no sabía leer ni escribir en el idioma. No era un idioma tan difícil, pero tampoco era algo que se pudiera dominar en un año.

Por otro lado, no le había enseñado magia desde que llegó al continente demoníaco. Así que no sólo no podía lanzar hechizos sin cantar, sino que probablemente también había olvidado los cantos en sí mismos.

“¡Eris, espera! ¿Adónde vas a ir? ¡Ni siquiera hemos averiguado dónde vamos a pasar la noche!”

Eris se detuvo cuando la llamé. Esta fue la tercera vez que tuvimos este intercambio desde que llegamos al continente demoníaco. La primera vez, se perdió; la segunda, se peleó en una esquina. No iba a tener un tercer incidente.

“¡Oh, sí! ¡Me perderé de nuevo si no nos decidimos por una posada primero!” Se dirigió hacia nosotros, mirando constantemente por encima de su hombro hacia el mar.

Ahora que lo pienso, esta es probablemente la primera vez que veía algo así. Había algunos ríos cerca de Fittoa, y aparentemente Sauros la llevó allí en sus días libres y la dejó jugar en el agua. Tristemente, nunca fui con ellos, así que no tenía idea de cuánto sabía ella sobre los cuerpos de agua.

“¿Podemos nadar?”

Incliné mi cabeza ante sus palabras.

“¿Quieres nadar en el puerto?”

“¡Yo quiero!”

Podría haber  querido esto por razones egoístas, pero era un deseo destinado a no cumplirse. Es decir, porque en esta ecuación faltaba un componente importante.

“No tienes traje de baño, ¿verdad?” Le pregunté.

“¿Qué diablos es un traje de baño? ¡No necesito uno!”

Su respuesta fue tan chocante que no pude ocultar mi confusión. Qué diablos es un traje de baño, no lo necesito, dijo ella. ¿Así que quería nadar totalmente desnuda…? No, de ninguna manera, no puede ser. Lo más probable es que quisiera nadar en ropa interior. Me la imaginé vestida con nada más que su ropa interior, con el agua derramándose sobre ella. La tela húmeda se aferraba a su cuerpo, y a través del puro material podía ver el color de su piel, así como las pequeñas protuberancias en su pecho.

¿Por qué nunca me uní a ellos cuando ella fue a jugar en el agua en Fittoa? Sí, porque estaba ocupado. Incluso en mis días libres estaba preocupado por algo. Aún así, debería haber ido con ella al menos una vez.

No, no era el momento de pensar en eso. Necesitaba concentrarme en la ciudad justo antes de mí. Vive el ahora. Así es, ¡vive en el ahora! ¡Woo-hoo, el océano!

“No, no deberías nadar en este océano.” Una voz irrumpió por detrás como un cubo de agua helada.

Cuando miré hacia atrás, Ruijerd estaba sentado allí con su cabeza calva y una cicatriz extendida sobre su cara, como un yakuza. Su nombre completo era Ruijerd Superdia. Era un demonio que amaba a los niños y se había encargado de escoltarnos desde el principio, cuando estábamos tan perdidos que no lo sabíamos de arriba a abajo. Ahora que era calvo, era imposible decir que tenía el infame cabello verde esmeralda de la raza Superd. En este mundo, los demonios de cabello verde esmeralda eran considerados como un símbolo de miedo. Ruijerd se había cortado el cabello por nosotros. Restaurar el honor al nombre de su pueblo era sólo una forma de devolverle la deuda que tenía con él.

“Hay muchos monstruos ahí dentro.”

Una joya roja incrustada en la frente de Ruijerd le proporcionó un sexto sentido. Actuaba como un radar que podía detectar la presencia de cada criatura viva a varios cientos de metros de su portador. Con una habilidad tan conveniente, era fácil pensar que podíamos enviar rápidamente a todas esas criaturas en el océano, pero tal vez no era tan todopoderoso como yo pensaba. Tal vez esas oscuras profundidades eran impenetrables.

Nah. Aún así, deberíamos poder nadar un rato, ¿no? Nadar en el puerto puede ser demasiado peligroso, pero al menos podría usar magia de tierra en una playa cercana para hacer nuestra propia piscina.

No…. todavía había una posibilidad de que pudiera ser peligroso. Había bestias con poderes propios. Algunos de ellos podrían saltar mi barrera. Podría ser un encuentro sexy si fuera un pulpo, pero si fuera un tiburón, estaríamos en una representación real de Tiburón.

Había pocas opciones. Probablemente lo mejor es renunciar a la idea de nadar en el océano. No había nada más que pudiéramos hacer. “Esta vez no habrá baño de mar. Vamos a buscar nuestra posada y luego al Gremio de Aventureros”.

“Bien…” Eris parecía abatida.

Hmm. Todavía me interesaba mucho ver cuán tonificado estaba su cuerpo. No tuvimos mucha oportunidad de ver el crecimiento del otro en el último año. Era difícil medir algo a través de su ropa, pero tal vez si estuviéramos en la playa abierta, podría ver un poco más. Sí, así es, deberíamos hacerlo.

“Incluso si no podemos ir al agua, al menos podríamos jugar en la playa, ¿verdad?”

“¿La playa?”

“Hay algo llamado arena en el océano. En la orilla del agua, esa arena se extiende bastante lejos”, expliqué.

“¿Y qué parte de eso se supone que es divertida?” preguntó Eris.

“En la playa, puedes echarte agua y…”

“Rudeus, tienes esa mirada rara en tu cara otra vez.”

“Ugh.” Aparentemente, mis expresiones cambiaban demasiado fácilmente con mis emociones.

Mientras trataba de limpiar la mirada lasciva de mi cara, Eris volteó sus ojos hacia el océano y sonrió.

“¡Pero suena interesante! ¡Hagámoslo después!” Ella felizmente se puso en marcha y se elevó por el aire, regresando a la lagartija. Fue un salto increíble. Sólo el sonido de su despegue me hizo saltar, fue como un golpeteo bajo. Ella realmente había tonificado sus piernas y la parte inferior del cuerpo. Ahora mismo eso realmente complementaba su complexión, pero me imagino que en el futuro se volverá aún más fornida y musculosa, y eso me preocupó un poco.

***

Una vez que nos decidimos por nuestra posada y abordamos nuestro lagarto, nos dirigimos directamente al Gremio de Aventureros. Una diversa multitud de aventureros clamaba alrededor del Gremio de Aventureros del Puerto Eólico. No era una visión desconocida, pero parecía que había un número considerable de humanos presentes esta vez. Una vez que cruzara al Continente Millis, sus números seguramente aumentarían exponencialmente.

Había una mirada incierta en la cara de Ruijerd cuando fui a ver el tablón de anuncios, como siempre lo hacía.

“Pensé que íbamos a cruzar el mar inmediatamente.”

“Sólo estoy mirando. Escuché que puedes tener mejores ingresos en el Continente Millis”.

Podrías tener mejores ingresos en el Continente Millis porque la moneda era diferente. La moneda del Continente Millis se dividió en seis tipos: el dólar rey, el dólar general, las monedas de oro, las monedas de plata, las grandes monedas de cobre y las monedas de cobre. Comparando esto con la moneda más barata del continente demoníaco, que era la moneda de piedra:

1 dólar de rey = 50.000 monedas de piedra 1 dólar general = 10.000 monedas de piedra

1 moneda de oro = 5.000 monedas de piedra

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1 moneda de plata = 1.000 monedas de piedra

1 moneda de cobre grande = 100 monedas de piedra 1 moneda de cobre pequeña = 10 monedas de piedra

Una misión de categoría B en el Continente de los Demonios te hizo ganar entre cinco y diez monedas de hierro chatarra. Eso se convirtió en 150-200 monedas de piedra. Si las misiones de Millis Continente B valieran, supongamos, cinco grandes monedas de cobre, serían 1.500 monedas de piedra. Eso era diez veces más. Estábamos ganando más dinero en el continente Millis.

Dicho esto, si tuviéramos tiempo para matar antes de que nuestra nave estuviera lista, entonces probablemente tomaríamos uno de los trabajos aquí. En general, eso significaba misiones de rango B. No sólo eran peligrosas las misiones de rango A y S, sino que la mayoría de ellas tardaron más de una semana en completarse. Si queríamos un ingreso diario consistente, entonces los trabajos de rango B eran nuestra mejor opción. También era la razón por la que no tenía previsto elevar nuestro grupo al rango S, porque significaría que ya no podríamos aceptar misiones de rango B.

De hecho, como grupo de rango A, de todos modos podrías llevar a cabo misiones de rango S, así que al principio cuestioné la necesidad de tener un rango S en el sistema de clasificación del grupo en absoluto. Cuando le pregunté a uno de los miembros del gremio, me dijeron que había beneficios especiales si subías al rango S. No me entrometí más, pero adiviné que significaba conseguir mayores descuentos por alojamiento, que se les asignaran trabajos de mejor calidad en los gremios, o la seguridad de que harían la vista gorda ante el comportamiento ilegal de algunos de los miembros de un grupo. Algo por el estilo.

Aquellos que más se beneficiaron de estos beneficios fueron principalmente los aventureros que se sumergieron en los laberintos del calabozo. Nuestro grupo no tenía tales planes. Era peligroso y llevó días terminar una aventura así. Nuestras misiones eran principalmente de rango B, y no teníamos intención de pasar a rango S en un futuro cercano.

Eris, por supuesto, no estaba de acuerdo en ese punto.

Dejando a un lado las digresiones, éramos aventureros interesados principalmente en ganar dinero, así que si ir al Continente Millis era la manera más rápida de hacerlo, abordar un barco inmediatamente era lo mejor para nosotros.

“Por cierto, ¿de dónde salen los barcos?” Le pregunté.

“El puerto, por supuesto.”

“Sí, ¿pero en qué parte del puerto?”

“Pregúntale a alguien”, dijo Ruijerd.

“Sí, señor.”

Me mudé al mostrador. Detrás de ella había una mujer humana. De hecho, la mayoría del personal tendía a ser femenino, y por alguna razón tendía a ser generosamente dotado, probablemente con fines estéticos.

“Me gustaría ir al Continente Millis”, le expliqué.

“¿Sabes qué debo hacer para llegar allí?”

“Por favor, dirija esas preguntas al punto de control.”

“¿Punto de control?”

“Una vez que subas a un barco, estarás más allá de las fronteras de nuestro país.”

En otras palabras, el gremio no tenía jurisdicción sobre los viajes internacionales, por lo que su personal no tenía la responsabilidad de guiarme en esos asuntos. Hm. En ese caso, era hora de ir hacia el puesto de control. Entonces, justo cuando estaba a punto de pedir una explicación más detallada….

“¡Hey, tú!”

Una fuerte voz resonó por toda la habitación. Cuando miré hacia atrás, Eris había golpeado a un hombre. Parecía que nuestra ojiva nuclear se sentía particularmente explosiva hoy.

“¿A quién y dónde crees que estabas tocando?”

“¡Fue un accidente! ¿Quién diablos querría tocar un trasero como el tuyo?”

“¡No me importa si fue un accidente o no! ¡Tu disculpa no lo es!” Eris se había vuelto muy hábil en la lengua demoníaca. Cuanto más mejor se ponía, más frecuentemente se metía en peleas. Claramente no era tan bueno que ella supiera lo que la otra parte estaba diciendo después de todo.

“¡Gahahahaha! ¿Qué es esto, una pelea?”

“¡Vamos, a por ellos!”

“¡Vamos, no dejes que un niño te patee el trasero!”

Las peleas entre los miembros del gremio eran tan comunes que el gremio ni siquiera se molestó en involucrarse. De hecho, parte del personal incluso participó haciendo apuestas.

“¡Te aplastaré bajo mis pies!”

“Lo siento, admito la derrota. Por favor, déjame ir, no me agarres la pierna, ¡agáchate!”

Mientras yo estaba distraído, Eris había tirado al hombre al suelo. Últimamente, se había convertido en una experta en poner a una persona contra la pared. Se rompería sin previo aviso  y  diezmaría  a  su  oponente  con  una  precisión  increíble.  En  el  tiempo  que  pasé preguntándome por qué podría estar enojada, ya tenía el pie presionado firmemente en el punto débil de su oponente. Esos aventureros de rango C no eran rivales para ella.

Siempre que sus peleas llegaban a un cierto punto, Ruijerd siempre intervenía.

“Para”, dijo.

“¡Déjame en paz, no voy a parar!”

“Ya ganaste”, dijo Ruijerd.

“Déjalo ir”.

El mismo espectáculo de siempre. No pude detenerla. Sobre todo porque mi forma de detenerla era abrazarla por detrás, en cuyo momento mi vida estaría en peligro.