Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 4

Capítulo 1: De vacaciones

Parte 4

Por el momento, Mismis se había quedado en el cuartel de las mujeres, mientras que Nene salía a comprar en su lugar. Si esto continuaba por mucho tiempo, la gente empezaría a sospechar algo.

—¡Estoy de acuerdo! —dijo Nene.

— La capital es peligrosa. Parecería más natural que fingiéramos que nos vamos de vacaciones. Creo que deberíamos volver en exactamente sesenta días. Supongo que todo lo que queda es averiguar a dónde vamos… Ummm, ¿opiniones? —preguntó Nene.

—-..¿Quizás a una ciudad neutral? —Sugirió Iska.

—¡De ninguna manera! —gritó Nene.

—Rechazado —advirtió Jhin.

—¿Te escuchas a ti mismo, Iska? —Gritó Mismis.

Su idea fue vilmente rechazada.

—Iska, ¿no has reflexionado sobre lo que pasó? —preguntó Nene.

—Fuiste llevado a la Soberanía Nebulis cuando cierta persona te envenenó en una ciudad neutral.

—Eso fue una experiencia terrible.

—…¡Yo…yo dije que lo sentía! No fue por eso que lo sugerí… ¡Oigan! — Iska agitó sus manos para disipar su desconfianza mientras continuaban mirándolo.

Los tres estaban convencidos de que Iska fue secuestrado por la brutalidad de la Bruja de la Calamidad Helada. Sólo él sabía que Alice no quiso hacer nada de eso.

“¡No es lo que piensas! ¡Yo no quería esto!

¡No quería que esto sucediera en absoluto! ¡Rin lo hizo por su cuenta sin mí! “

Ese no fue el plan de Alice.

Explotó contra su asistente, Rin, para asegurarse de que el incidente no se repitiera, lo cual él sabía. Por eso Iska dejó escapar de su boca la sugerencia de la ciudad neutral.

… Bien. Jhin, Nene y Mismis… todos consideran que las ciudades neutrales son inseguras.

Si Iska intentaba dirigirse a una, seguro que se opondrían, lo que significaba que ya no podría ir a las ciudades neutrales.

En otras palabras, no tendría más oportunidades de encontrarse “accidentalmente” con Alice.

Eso significaba que en realidad tendría que toparse con ella… en algún lugar de este mundo tan extenso o en un campo de batalla distante… Podría llevar años… Aunque ofreciera toda su vida, era una coincidencia que tal vez nunca se realizaría.

…¿Qué estoy haciendo?

…No hay tiempo para eso. Necesito pensar en lo que puedo hacer para salvar a la capitana.

Saldrían de la capital, pero no a una ciudad neutral.

—Podríamos ir a uno de los aliados Imperiales como la Dra. Michaela acaba de sugerir. O a una nación independiente, la cual esté muy lejos.

—¿Qué prefieres, Iska? —preguntó Mismis.

—Lo último. Creo que sería más seguro ir a un lugar que no sea un aliado.

Los  aliados  eran  un  grupo  de  países  que  cooperaban  abiertamente  con  el Ejército Imperial.

No eran lo suficientemente anti-brujas como para declarar la guerra a la Soberanía Nebulis, pero su industria de defensa exportaba una cantidad sustancial de energía al Imperio.

—Creo que sería posible que el cuartel general nos vigilara allí —dijo Iska.

—…Tienes razón.

Suspiró.

La Capitana Mismis se cruzó de brazos, hablando en un tono apagado.

—Deberíamos intentar ir a algún lugar con el menor vínculo posible con el Imperio. Y tiene que ser un lugar lejos de Nebulis. Y un lugar vacacional conocido…

—¡Lo investigaré! —Nene levantó la mano inmediatamente.

— ¡Acabamos de ir a ese casino, así que creo que deberíamos encontrar algún lugar en el sur!

¡Quiero ir a un resort con enormes playas y piscinas! ¿Y usted, Capitana?

—Un lugar donde todos podamos hacer una barbacoa juntos.

—¿Y qué hay de ti, Jhin? —preguntó Nene.

—Nada en particular.

—Está bien. ¿Y tú, Iska?

¿Tenía alguna petición?

Iska miró fijamente al techo durante unos instantes mientras la chica con la cola de caballo lo miraba expectante.

—Tampoco nada de mi parte. Preparémonos para salir tan pronto como sea posible.

Dejarían la capital. Esa era su mayor prioridad.

Esta “utopía mecánica” no era un paraíso para una bruja como Mismis. Y así fue como llegaron al presente.

Iska  continuó  boquiabierto  en  la  sección  de  trajes  de  baño  de  un  centro comercial de la capital.

…Algo está mal. Definitivamente algo es extraño.

…Estábamos tomando esto tan seriamente ayer… ¿Por qué estoy aquí?

¿Por qué estaba mirando trajes de baño en la sección de mujeres? Todas las demás eran mujeres jóvenes. Era extraño que Iska se mezclara entre esta multitud.

¿Era como un lobo escondido entre un rebaño de ovejas? No del todo. En todo caso, Iska era la oveja en medio de una manada de lobos.

—¡Iska, por aquí!

Escuchó a Nene llamar desde la parte de atrás de la tienda.

Había asomado la cabeza por la cortina  del vestuario, lo cual estaba bien, excepto que él podía ver una brizna de su pálida piel desde el exterior.

Por supuesto, no llevaba lencería, y mucho menos ropa.

Su delgado torso y su ombligo estaban desnudos para que todos los vieran…

—Nene. ¡Tu ropa!

—Tuve que quitármela. Me estoy probando trajes de baño. Oye, ¿qué te parece esto?

La chica con la cola de caballo abrió la cortina y saltó del vestuario. Llevaba un top rojo que era muy llamativo.

Nene nació con las largas extremidades de una modelo, aunque parecía más una atleta con buena forma física de días de entrenamiento intenso. Su estómago tenso y sus muslos curvados eran suaves como la seda.

—Heh-heh.  ¿Qué  te  parece?  Apuesto  a  que  esto  es  suficiente  para ponerte cachondo, Iska.

—… ¿Cachondo? ¿Dónde aprendiste eso?

Era obvio que Nené había madurado durante el último año o dos. Iska casi miró este cambio por mucho tiempo, pero se las arregló para sacudir la cabeza con un movimiento.

Eso no sería bueno. Esta era la sección de trajes de baño para mujeres. No podía mirar demasiado de cerca a una chica en traje de baño. ¿Qué pensarían las otras clientas?

—… Es lindo, pero ¿no crees que es demasiado atrevido, Nene?

—¿Tú  crees?  Puede  ser  que  sea  demasiado  maduro  para  mí.  Hmm, entonces tal vez voy a elegir este. Pero no quiero descartar este tampoco.

—Nene, es genial que estés eligiendo un traje de baño, pero…

Aunque tenía escrúpulos sobre arrojar agua a su diversión, no podía permitir que se dejara llevar. No iban a ir al centro turístico a divertirse.

—Vamos  a escapar de la capital,  y estoy seguro de que la Capitana Mismis se lo está tomando en serio…

—¿Llamaste?

Alguien le dio un empujón en la espalda.

Iska se dio la vuelta y encontró a la Capitana Mismis sosteniendo una gigantesca bolsa de papel en sus manos.

—… Capitana, ¿qué pasa con esas gafas de sol?

—¿Hmm? Nos vamos de vacaciones, tonto. Si una mujer adulta de verdad va a andar por las playas, las gafas de sol están bien.

Un par de gafas de sol llamativas se posaron en su cara infantil. No le quedaban nada bien.

Tenía un dispositivo para flotar sobre sus hombros y un gran sombrero para el sol en la cabeza. Cada pieza de su traje estaba en conflicto.

—Parece una niña a la que una revista de moda engañó para que llevara las últimas tendencias…

—¡H-hey! —La capitana agarró la bolsa de papel con ambas manos

— Hee-hee, ya elegí mi traje de baño. ¡No puedo esperar para ir a un resort de lujo lejos del Imperio rodeado de nada más que de desierto! ¡Siempre he querido ir!

—…Me alegra ver que se divierte, capitana.

Hasta su piel brillaba. El otro día, estaba pálida, como si estuvieran en el fin del mundo. Pero ahora mismo, sonreía, como si no le importara nada en el mundo.

… Dijo que anoche Nene le mostró el folleto del complejo turístico… y eso fue lo que marcó la diferencia.

¿O sólo estaba haciendo una cara valiente? Iska consideró esta posibilidad hasta que llegaron al centro comercial, pero parecía que realmente se había animado considerablemente.

—Es tu primera vez en el estado independiente de Alsamira, ¿verdad, Iska? —Preguntó la Capitana Mismis, mirando al techo con sus gafas de sol—. Fue creado en un oasis en un enorme desierto al este del Imperio. Escuché que el país entero es básicamente un centro turístico. ¡Puedes nadar en una piscina durante el amanecer! Y por la noche, te acuestas en el desierto y duermes bajo las estrellas. ¡Qué romántico…!

—Y nos vamos esta noche.

—Sí. Jhin hizo una reservación para el autobús. Vamos a transbordar para llegar allí —dijo Mismis.

Salían del territorio imperial desde la capital, y se dirigían por una ciudad neutral e irían a un desierto del lejano oriente. Tardarían más de tres días en viajar allí.

—Dejé que Jhin se encargara de todas las formalidades. ¿Crees que está bien? Al parecer, la solicitud de un permiso especial es más problemática de lo que pensaba —dijo Mismis.

—Jhin estará bien.

Se había quedado en la base imperial mientras Iska escoltaba a Nene y Mismis.

Pero Iska sabía la verdad: Jhin se había ofrecido a asumir esta responsabilidad porque no quería elegir trajes de baño con la capitana.

—…Eso fue injusto, Jhin —Iska se quejó.

—¿Qué pasa, Iska? —preguntó Nene.

—Nada. Deberíamos volver rápido y hacer las maletas.

Iska podía sentir las miradas heladas de las empleadas sobre él mientras daba la vuelta y salía corriendo de allí.