Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 13

Capítulo 3: Capital Real

Parte 3

“La imagen de Lord Yamato que se registró con el Tesoro de Facsímil en el momento de la fundación del reino todavía se conserva en la sala de retratos de la casa de Dux.”

Estaba aún más confundido por la repentina declaración del rey.

Claro, la mención de una herramienta mágica similar a una cámara me llamó la atención, pero no estaba seguro de dónde entraba en juego esta foto del rey ancestral Yamato aquí. ¿Estaba presumiendo?

“¡L-Lord Yamatooooo!”

Después de enjugar las lágrimas con un enorme brazo, el primer ministro se acercó de repente como para abrazarme, así que me deslicé ágilmente fuera de su alcance.

“Cálmate, Dux.”

Afortunadamente, el rey lo detuvo cuando lo intentó por segunda vez.

¿Me llamó “Lord Yamato”?

 ¿Quizás el rostro de mi amiga de la infancia se parecía al del rey ancestral Yamato? Si es así, fue una gran coincidencia.

“Mi nombre es Nanashi. No tengo nada que ver con el rey ancestral.”

“Sí, entiendo.”

A juzgar por la expresión de sus caras, definitivamente no es así. 

Me pareció que estaban convencidos de que Nanashi era una reencarnación del rey ancestral Yamato.

Pero, ¿por qué…? Ohhhh, el cabello.

Como habían mencionado el Rey No Muerto Zen y Hayato el Héroe, las reencarnaciones a menudo nacían con cabello púrpura.

Así que no sería demasiado extraño si el rey asumiera que soy una reencarnación por el color de mi peluca.

Pero seguramente, una reencarnación no tendría la misma cara, y sacar conclusiones basadas únicamente en mi apariencia no parecía apropiado para un rey y un primer ministro…

Bueno,  lo  que  sea.  Sería  un  dolor  de  cabeza  intentar  demostrarlo  cuando  estaban  tan completamente convencidos, así que decidí dejarles pensar lo que quisieran.

Aunque les pedí que no me trataran como el rey ancestral Yamato.

“Entonces, ¿les importa ponernos manos a la obra?”

“Mis más sinceras disculpas, oh gran Rey… erm, Lord Nanashi.” El rey empezó a llamarme “Rey Ancestral” pero se corrigió.

¿Debería comenzar con el asunto de Marqués Kelten o la licencia comercial? Probablemente lo primero.

“En primer lugar, un aliado mío me pidió que limpiara el nombre de un familiar que había sido acusado falsamente.”

“¿Acusado falsamente? Se refieres a…”

El rey se detuvo, pero sonó como si supiera de lo que estaba hablando.

“Sí, el Marqués Kelten está siendo acusado de traición.”

“Así que, de hecho, es una acusación falsa.” El primer ministro asintió.

¿Deberías realmente confiar en mí tan fácilmente solo porque me parezco al rey ancestral?

 “Aquí está la prueba…”

Usé los hechizos Ilusión y Altavoz, vinculados a los sonidos e imágenes que había capturado con Grabador de Sonido y Grabador de Imágenes a través de Salida de Datos, para reproducir las grabaciones para ellos.

Dado que la velocidad de transferencia de datos era demasiado lenta para el video, en su lugar usé imágenes fijas.

“¿E-Es este el legendario tesoro antiguo, el cristal que detiene el tiempo?”

“No, es solo un hechizo.”

También debe haber algún tipo de herramienta mágica relacionada con el video.

“Dux, confío en que puedas encargarte de ellos.”

“Por supuesto, Su Majestad. Serán tratados estrictamente, de acuerdo con la ley.”

Tenía la sensación de que esto significaría algún tipo de violencia, pero no me correspondía discutir con el sistema legal de este lugar, así que decidí dejarlo en sus manos.

Aunque todavía no sabía qué miembro de la realeza había incitado a estos nobles, pensé que el gobierno podría investigar el resto.

No tenía sentido que me entrometiera más.

“Muchas gracias, Lord Nanashi. Ahora no necesito perder a un vasallo preciado.”

“¿Necesitarás esa magia para la prueba?”

“No, no mientras el primer ministro y yo lo hayamos visto de primera mano. No deseo molestarlo más, Lord Nanashi.”

¿Entonces no necesitaban mostrar ninguna prueba a los sospechosos u otros nobles? Me alegré de no tener que hacer ningún trabajo extra, pero, aun así.

“Estoy seguro de que Kelten se sentiría débil en las rodillas si escuchara que fue el rey an… er, Lord Nanashi quien limpió su nombre.”

“Sí, es un ferviente creyente en el rey ancestral.”

“Pero ese no soy yo, ¿recuerdan? El rey ancestral está durmiendo en el Mausoleo del Sueño de Cristal.”

“Ah, pero por supuesto.”

“Casi lo había olvidado.”

Ambos asintieron exageradamente.

Claramente, digan lo que digan, todavía creían firmemente que yo era el rey ancestral.

Decidí que no tenía sentido continuar corrigiéndolos, ya que obviamente era una causa perdida.

“En cuanto a mi otro orden del día, quiero comenzar a vender productos mágicos en el Reino Shiga, pero necesito una licencia comercial y esas cosas. ¿Podrías hacer algo por ello?”

“Me ocuparé de ello de inmediato.”

El rey estuvo de acuerdo de inmediato.

Escribió unas pocas líneas en un formulario oficial y lo selló con el sello real. Al menos era fácil hacer cosas como esta en una monarquía.

“El papeleo oficial para la licencia comercial tomará unos días más, pero mientras tanto este documento le permitirá realizar negocios sin problemas.”

Con eso, me entregó el papel firmado.

“Gracias.”

Por alguna razón, los dos sonrieron ampliamente cuando les di las gracias.

No estaba seguro de qué pasaba con decir “gracias”, pero probablemente no tenía sentido preocuparme por eso.

“Lord Nanashi, ¿qué tipo de productos esperas vender?”

“Oh, sobre todo herramientas y armaduras mágicas y algunos bienes medicinales. También tengo algunas aeronaves para nuestro producto destacado.”

“¡¿Aeronaves?!”

Di una respuesta amplia a la pregunta del primer ministro, pero el rey exclamó sorprendido por la palabra aeronaves.

“Um, sí. Pensé en vender aeronaves grandes para transporte y pequeñas para uso personal. Aunque aparte de una aeronave de transporte de muestra, todo lo que tengo son algunos motores de potencia aérea, por lo que pasará un tiempo antes de que podamos cumplir con los pedidos.”

Había hecho que las aeronaves de transporte estuvieran a la par con las que viajaban entre la Ciudad Laberinto y la capital real. Su velocidad de crucero y su velocidad máxima eran aproximadamente las mismas, aunque las mías eran aproximadamente un 40 por ciento más grandes. Pensé que sería bueno tener una alta capacidad de carga.

En cuanto a las aeronaves de uso personal, principalmente quería popularizarlas entre los nobles para que no fuera inusual que me vieran viajando libremente por las ciudades como Satou.

“¡¿Uso personal?! ¡Pero las aeronaves son demasiado valiosas para ser utilizadas para divertirse individualmente!”

Eso parece una exageración.

 “Sería conveniente si los señores de otras regiones pudieran viajar hacia y desde la capital real fácilmente, ¿no es así?”

“Ciertamente, pero ¿realmente tiene motores de potencia aérea en tanta cantidad?”

“Sí, más o menos.”

No quería gastar mis aletas gigantes de peces monstruosos, pero había reunido una cantidad considerable de suministros para fabricar motores de potencia aérea durante nuestros viajes por la ruta del azúcar.

Tenía muchas más aletas de atún bala y narvales que del pez monstruo parecido a un tiburón. Prácticamente nadaba en materiales, sin juego de palabras.

El único inconveniente era que los motores de potencia aérea fabricados con las delgadas aletas del atún bala y los narvales no tenían tanta potencia como los fabricados con las gruesas aletas de pez monstruo.

Lo más probable es que sea imposible fabricar motores de potencia aérea con lo primero sin mi alto nivel de habilidad “Elaboración de Herramientas Mágicas”.

Además, solo los peces monstruosos atacaron las ciudades costeras, por lo que el atún y los narvales probablemente no eran ampliamente conocidos como proveedores confiables de materiales para motores de potencia aérea.

“¿Puedo preguntar cuántos es capaz de producir, aproximadamente?” Preguntó el primer ministro, sonando un poco frenético.

“Yo diría que alrededor de cinco de los grandes y veinte de los pequeños.”

Por cierto, se necesitarían unas treinta de las aeronaves pequeñas para igualar la potencia de una de las grandes.

Más importante aún, me preocupaba si me darían permiso o no. Tanto el rey como el primer ministro parecían sumidos en sus pensamientos.

No quisiera vender contrabando.

“Lord Nanashi, lamento mucho decir esto, pero puede que no sea lo mejor para la defensa nacional de nuestro reino que usted venda tantas aeronaves con tanta facilidad…”

“Solo estaba planeando venderlas a los nobles del Reino Shiga, eso de momento. ¿Estoy pidiendo mucho?”

Poner esa voz cursi estaba empezando a dolerme un poco…

“Mmm. B-Bueno, supongo…”

“Preferiría que le dieras prioridad a la familia real.”

El rey sonaba como si estuviera a punto de concederme permiso, pero el primer ministro interrumpió con una condición.

Hace solo unos momentos había estado actuando como un fanático del rey ancestral, pero ahora tenía el rostro de un verdadero político.

“Si va a vender aeronaves, primero negocie con la familia real o el ejército real.”

“Okey-dokey.”

“¿‘Okey-dokey’? Me avergüenza confesar que no reconozco esta frase. ¿Eso es un rechazo?”

“Oh, lo siento. Significa que estoy de acuerdo.”

Con eso, obtuve permiso para vender aeronaves dentro del reino.

Acepté regalarles una de las cinco aeronaves grandes y recibiría mi licencia comercial y un medallón a cambio.

Esta era la historia oficial, de todos modos, ya que era la Compañía Echigoya la que vendía las aeronaves, no Nanashi el Héroe.

El medallón que planeaban otorgarme era la insignia de un comerciante aprobado por la familia real, por lo que podría usarse en tratos con nobles.

Esta fue una propuesta del primer ministro, a quien le preocupaba que yo no hiciera alarde de los papeles firmados por el propio rey con demasiada facilidad.

Por cierto, dijeron que no podían determinar el valor de la gran aeronave sin verla por sí mismos. Iban al día siguiente a ver la muestra que estaba atracada en el aeropuerto de la capital real.

“Oh, es cierto.”

A este ritmo, Satou todavía no podría usar una aeronave.

“¿C-Cuál podría ser el problema?”

“Oh, um, es solo que… ya vendí algunas pequeñas aeronaves en las islas del sur.” Adopté un tono lo más ligero posible con el nervioso primer ministro.

“S-Siempre que sean solo unas pocos…”

El primer ministro y el rey parecieron consternados por un momento, pero no me regañaron ni nada.

De esta manera, si me veían volando una aeronave como Satou, siempre podría decir que la compré en la ruta del azúcar.

“Dijiste que también estarías vendiendo herramientas mágicas. ¿Qué tipo de herramientas podrían ser?”

“Oh sí. También te daré algunas muestras de eso.”

Les obsequié cinco espadas y lanzas mágicas, luego algunas variedades de pociones mágicas.

Las armas eran de la primera generación de mis creaciones forjadas a mano, del tipo que era fácil de producir en masa. Las espadas eran del mismo modelo que la Espada Mágica Akatsuki, que se había vendido en la subasta clandestina de la antigua capital y que el Vizconde Siemmen le había mostrado al General Erthal.

Las lanzas eran prácticamente de igual calidad que las espadas, excepto que sus mangos estaban hechos de ramas de árboles de montaña.

“¡E-Estas son las espadas con alta eficiencia de poder mágico que han estado circulando recientemente en el Ducado de Ougoch!”

“Ya veo. Así que también hiciste estas espadas, Lord Nanashi.”

Los diseños eran los mismos… el rey y el primer ministro se dieron cuenta de inmediato.

“Sí, últimamente ha habido muchos demonios, así que pensé que serían buenos para proteger el reino y esas cosas, ¿verdad?”

“¡S-Sí! Si pudiéramos equipar a nuestros hábiles caballeros con espadas mágicas tan finas como estas…” El primer ministro hizo una pausa. “… Espera, ¿también estabas planeando vender muchas de estas?”

“Sí.”

Eso si consideras un centenar más o menos cada una como “mucho”.

“¿También quieren que dé prioridad a Su Majestad y al ejército real para estos bienes?”

“¡S-Sí, por favor, si fuera tan amable…!”

El primer ministro inclinó la cabeza en súplica.

“Sí, seguro. Cuando venda al por mayor, primero iré con ustedes. Pero quería convertirlos en uno de los productos destacados de mi empresa, así que ¿está bien si vendemos solo unos pocos al mes allí?”

“M-Muy bien. Como desees, rey an… er, Lord Nanashi.”

Una vez más, el primer ministro casi me llamó “rey ancestral”.

“Sin embargo, no tengo ninguna intención de convertirme en un magnate del comercio. No venderé pistolas mágicas o grandes gólems ni nada de eso, ¿de acuerdo?”

“Pero por supuesto. No iremos en contra de sus deseos, oh gran rey ancestral.”

Lancé ese descargo de responsabilidad para estar seguro, pero por el aspecto de los dos, probablemente estaba bien.

Esa vez me habían llamado “rey ancestral”, pero lo dejé pasar.

“¿Por cuánto debería vender estos?”

“Es probable que necesites unas trescientas monedas de oro cada una para las espadas de mithril… no, tal vez quinientas.”

“De ninguna manera.”

Eso sería un robo a mano armada.

“Pero, Lord Nanashi…”

“La aleación de mithril es solo un recubrimiento; son de bronce por dentro. Yo diría que deberían ser doscientas monedas de oro como máximo.”

“Pero, Lord Nanashi, la Espada Mágica Akatsuki que posee el Ducado de Ougoch…”

Las grandes familias nobles habían estado buscando más de esa espada tan frenéticamente que incluso ofrecieron una recompensa, ofreciendo entre trescientas y quinientas monedas de oro.