Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 2

Capítulo 5: La Joven Maestra Cumple Diez Años

Parte 2

Ayudar con sus lecciones significaba que yo también estaba aprendiendo a bailar. Para cosas como esta, mejoró más rápido al tener una pareja.

Dicho esto, nunca había bailado un solo día en toda mi vida. Mi experiencia, en el mejor de los casos, se limitó a jugar juegos de baile en la sala de juegos durante la escuela secundaria, así que estaba un poco preocupado.

“Maravilloso. Eres realmente hábil en esto.”

Contrariamente a mis expectativas, ya había dominado algunos de los pasos de principiante. El baile consistía en recordar la rutina y adaptar los movimientos al ritmo. Mi yo anterior puede haber luchado por la falta total de ejercicio, pero mi yo actual estaba bastante en forma. El más simple de los pasos no requería acostumbrarse.

“Hmph.” Eris se enfurruñó cuando Edna me felicitó.

Se había pasado meses trabajando en esto para fracasar, así que, por supuesto, se sintió amargada al verme dominarlo tan fácilmente. Sin embargo, no estaba aprendiendo a bailar. Estaba observando a Eris para averiguar por qué estaba luchando.

Había dos razones para ello. La primera fue que Edna era una profesora terrible. Bueno, no era una profesora terrible exactamente; probablemente era promedio. Era su método de decir: “Hazlo de esta manera”, “Hazlo de esa manera”, y “Sólo memoriza lo que te estoy diciendo”, ese era el problema. Nunca mencionó por qué esas cosas eran necesarias.

La segunda razón fue el fracaso de Eris. Sus pasos eran demasiado rápidos y agudos. Su personalidad y sus movimientos se adaptaban bien al estilo del Dios Espada, pero eran un inconveniente cuando se trataba de bailar. Donde debería haber estado moviendo ligeramente sus pies al ritmo de la música, en vez de eso, maniobró rígidamente su cuerpo a la máxima velocidad, quedando fuera de sincronía con su pareja. Eris tenía su propio ritmo e instintivamente no le gustaba que la interrumpieran. Ella lo mantenía de forma protectora sin importar las circunstancias, para que nadie pudiera interrumpir su flujo. Era una habilidad increíble en el campo de batalla, pero sólo la detuvo en el baile. El baile era para igualar a tu pareja.

Según Edna, esta fue la primera vez que se encontró con un estudiante sin ninguna habilidad para el baile. Sin embargo, ese no fue el caso. Moverse tan rápido significaba que había una agudeza en sus movimientos. En una rutina de baile que requería eso, ella podía bailar maravillosamente.

Así que por eso su estilo de enseñanza no funcionaba. Aunque culpar a Edna no arreglaría los movimientos de Eris. Aún así, había algo que se podía hacer.

Mientras veía a Eris moverse torpemente a través de sus pasos de baile, decidí probar algo.

“Eris, por favor cierra los ojos y trata de balancear tu cuerpo a tu propio ritmo.”

Ella me miró con recelo.

“¿¡Qué estás planeando, hacerme cerrar los ojos!?”

“¿Lord Rudeus…?” La amable sonrisa de Edna vaciló.

Uh, no, ¿esto no es lo que piensas? No estoy tratando de besarla, pensé a la defensiva.

¡Qué grosero de su parte, acusar a un caballero como yo!

 “Voy a usar magia para ayudarte a bailar.”

“¿Qué? ¿Existe un hechizo para eso?”

“No, dije magia. No hay ningún hechizo. Es más bien un fenómeno milagroso”. Ella inclinó la cabeza pero hizo lo que le pedí.

Su baile seguía el mismo ritmo que yo había visto tantas veces durante nuestras lecciones de espada: rápido, detallado, preciso, pero siempre irregular. Sus movimientos eran ilegibles y naturalmente alteraban el ritmo de su oponente. Nunca podría imitarlos, ni aunque quisiera. El ritmo de una egoísta natural.

“Voy a aplaudir ahora. Trata de igualar ese ritmo con tus pasos como si estuvieras esquivando un ataque entrante”. Como dije, empecé a golpear mis manos juntas en un ritmo regular.

Eris igualó el ritmo con movimientos rápidos y precisos. Lo repetí durante un rato, llamándola

a intervalos determinados.

“¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!” Siempre fue justo antes de aplaudir. Eris esperaba un momento y luego reaccionaba tan pronto como escuchaba que mis manos se unían.

“¡Esto es!” Edna alzó la voz con asombro.

Eris había bailado los pasos correctamente. Todavía era un poco rápida, pero al menos seguía el ritmo.

Edna golpeó sus manos con los puños y con una sonrisa inusualmente emocionada, gritó, “¡Lo lograste! ¡Lo lograste, Joven Maestra!”

Eris abrió los ojos, con sonrisas y alegría, y dijo: “¿En serio?”

Continué mi instrucción, esencialmente irrumpiendo con fuerza sobre la procesión.

“Está bien, está bien, mantén los ojos cerrados. Tienes que recordar lo que acabas de hacer”.

“¿Lo recuerdas? Sólo estoy observando las fintas de un oponente y esquivándolas”.

Eso es correcto. Esto fue lo mismo que hicimos durante nuestras lecciones de espada cuando esquivamos los ataques de Ghislaine. Cada vez que hacía una finta gritaba “sí” para que aprendiéramos a esquivar sólo los ataques reales.

Incluso las fintas de Ghislaine estaban llenas de intenciones asesinas. En comparación, era fácil de decir por mi voz cuando estaba fingiendo o no. Por cierto, tuve mejores resultados durante esa lección que Eris. Eris era demasiado ingenua, así que cayó fácilmente en las fintas.

“Eris. Puede usar las cosas que aprende en una lección y en otras. Cuando luches con algo, trata de pensar si has hecho algo similar en alguna de tus otras lecciones”.

“O-okay.” En contraste con su comportamiento habitual, Eris no dijo nada más y asintió con la cabeza, con los ojos aún abiertos.

Parece que el problema fue resuelto.

“No me sorprendería. Después de todo, llevas más de un año dando lecciones de aritmética a la Joven Maestra”, dijo Edna. Parecía completamente impresionada, sus ojos llenos de emoción mientras me miraban.

No debería sorprenderte, ¿eh? Así que ese era el nivel de impotencia asociado con la enseñanza de la aritmética de Eris. Bueno, me resistí bastante. Le debía la mitad del crédito a Ghislaine. No podía dejar que se me subiera a la cabeza.

“Esta fue una experiencia de aprendizaje increíble para mí. Parece que la esgrima y el baile tienen algo en común después de todo”. Edna parecía haber visto algo increíble. Como, Oh, Padre Celestial, he sido testigo de un milagro, o algo así. Totalmente por encima de todo.

“Bueno, hay bailes que usan la espada después de todo. La danza y la esgrima están muy relacionadas”, dije.

“¿Un baile que usa espadas? ¿Existe realmente algo así? preguntó con asombro.

El baile de espadas parecía de conocimiento común para mi nerd interior de la escuela media, pero tal vez no existía en este mundo.

“Sí, pero sólo lo he leído en los libros”, le dije.

“Bueno, entonces, en la literatura que lees… ¿de dónde dice que viene la danza?”

“Bueno, parecía que era de un país desértico.”

“Desierto…. ¿El continente Begaritt entonces?”

“No lo sé. Tan improbable como suena, podría ser que los demonios corran por el continente Demoníaco bailando de esa manera. He oído que tienen muchos clanes pequeños, así que tal vez alguien de allí baila usando espadas”, respondí inseguro.

“Ya veo, así que es esa colección de conocimiento de varias cosas lo que te da tanta sabiduría, Lord Rudeus,” dijo ella, sonriendo amablemente mientras me felicitaba. Parece que se convenció a sí misma del hecho.

“¡Eso es, Rudeus es increíble!” Eris interrumpió orgullosamente, por alguna extraña razón.

Así  es, elogiarme un poco más, pensé.Soy del tipo que se alimenta de halagos.

¡Bwahahahaha!

***

El día de la fiesta de baile.

Eris estaba vestida y sentada como una princesa cuando Sauros rugió para que comenzaran las festividades. Me agaché en un rincón y observé desde allí.

Durante la ceremonia de apertura de la fiesta, Philip y su esposa manejaron hábilmente a los nobles más pobres y menos nobles que se aglomeraban alrededor de la familia. Se comportaron de manera tan impresionante que nadie pudo encontrar una abertura que se les escapara.

Si alguien pasara, se enfrentaría al propio Sauros. Rápidamente buscaban formas de escapar una vez que se encontraban en el extremo receptor de su voz en auge y de su manera irracional y unilateral de hablar.

Si se le escaparan, estarían por fin donde deseaban, frente a la propia estrella: Eris. Eris, que no tenía autoridad alguna y no entendía nada de política. Se convirtió en un robot que repetía las palabras: “Por favor, díselo a mi padre”, cada vez que se hablaba de algo.

Algunos trajeron a sus hijos para presentarla; hombres jóvenes y de mediana edad con buena educación. Algunos tenían nuestra edad, pero casi todos eran ruidosos y odiosos. Probablemente habían vivido toda su vida en casa, sin ningún cuidado en el mundo. Era como mirar a mi pasado.

Justo cuando empecé a sentir algún parentesco con ellos, llegó el momento de bailar. Como planeamos desde el principio, asumí mi papel como la primera pareja de baile de

Eris. Era el baile más simple, el más infantil, pero como Eris era la estrella que llevábamos al centro de la sala. Sólo necesitábamos hacer lo que practicábamos.

“¿¡Qué estás haciendo!?”

Cuando la música comenzó a sonar, Eris se puso rígida de nerviosismo. No había forma de que pudiéramos bailar así. Olvídate de eso, ella podría golpearme en el culo y salir corriendo.

Hmm.

Utilicé mi mirada y mis pasos para añadir algunas fintas a nuestra rutina. Cuando lo hice, ella inmediatamente puso sus labios en una mueca.

“¿Para qué es eso?” murmuró de nuevo, pero esta vez sonó menos nerviosa y más como ella misma. Después de eso, me pisó el pie varias veces, pero logramos terminar el baile sin caer.

“Lo hiciste bien, Lord Rudeus”, dijo Edna mientras terminaba. Aparentemente, se dio cuenta de que yo había calmado los nervios de la Joven Maestra incluso desde lejos.

Cuando me preguntó cómo lo hice, simplemente le contesté que hice lo mismo que hicimos en la práctica. Edna tenía una mirada de asombro, pero cuando le dije que era lo mismo que la esgrima, se le escapó una risita.

Había cumplido con mis obligaciones, así que era hora de comer en exceso. Hoy hubo una selección inusualmente grande, incluyendo una especie de pastel de frutas amargas y agridulces, un plato de carne que usaba una cabeza de vaca entera, y una torta bellamente arreglada.

Mientras rellenaba mi cara, vi a Ghislaine, que estaba de guardia. Sus ojos no estaban pidiendo comida, pero sí tenía algo de baba que goteaba de su barbilla.

Afortunadamente, yo era un hombre que sabía leer la conversación. Envolví algo de comida en una servilleta y ordené a una criada que lo llevara a mis aposentos. Los guardias y los sirvientes tendrían un lujoso festín ellos mismos después de esto, escuché, pero nada como la comida que se estaba ofreciendo aquí.

Cuando casi terminé de llevarme la comida, mis ojos se posaron en una linda niña frente a mí.

“Es un placer conocerte”, dijo ella, antes de ofrecerme su nombre. Era hija de uno de los nobles menores. Su nombre era tan largo que no podía recordarlo todo.

“¿No quieres compartir un baile conmigo?”, me preguntó.

Le expliqué que sólo conocía lo básico antes de salir a la pista de baile. Pensé que en realidad bailaba bastante bien. Cuando terminó, vino otra chica, y otra vez me invitaron a bailar.

¿Qué demonios es esto? Soy bastante popular, ¿eh? Vinieron una tras otra, entre ellos una mujer de más de treinta años y una muchacha más joven que yo. Los rechazaba si nuestra diferencia de altura presentaba un problema, pero en general le decía que sí a cualquiera que me lo pidiera.

No era como si fuera un japonés que no pudiera decir que no. Fue sólo que después de decirle a la primera chica que sí, era difícil rechazar el resto. Tal vez tenía un motivo oculto, pero había tantas que no podía recordar sus nombres o rostros, así que me agoté.

Una vez que mi popularidad disminuyó lo suficiente, Philip se me acercó y me explicó: “Eso fue obra de mi padre”. Aparentemente, cuando la gente le preguntó a Sauros quién era el chico que bailaba con Eris al principio, él les dijo con jactancia que yo era un miembro de la familia Greyrat. En otras palabras, todo fue culpa del viejo Sauros.

No es que pueda culparlo. Le habían preguntado por mí: “Ese chico que bailó con la Joven Maestra al principio, hizo un trabajo espléndido para calmar sus nervios. ¿Podría ser uno de sus hijos ilegítimos, Lord Sauros?” Al parecer, eso fue suficiente para que se pusiera de buen humor. Habíamos planeado mantener mi apellido en secreto, pero tal vez era inevitable ya que el alcohol estaba presente en el ambiente. Pero ahora que sabían mi apellido, podían asumir que yo era un miembro de la rama familiar o el hijo de una amante. Yo iba a ser alguien importante en cualquier caso, así que los nobles enviaron a sus hijas y nietas tras de mí.

Le pregunté: “¿No habría tenido más sentido acercarse a mí justo después del primer baile?” Dijo que se fijó en mí envolviendo dulces en servilletas y lo encontró tan entrañable que decidió esperar hasta que terminara. La gente que prestó atención realmente notó cada detalle.

Cuando le pregunté qué debía hacer con las mujeres que se me acercaban, me dijo que me comprometiera con ellas libremente. Parecía que no importaba cómo fueran las cosas en el futuro, él no tenía la intención de que yo me involucrara en la política. O tal vez pensó que sería un beneficio político si yo terminaba con una de esas chicas. No tenía el más mínimo interés en ejercer el poder político, así que para mí, el breve roce de hoy con la fama era como un sueño pasajero.

Pero espera, tal vez si me vuelvo más poderoso, pueda tener todas las chicas lindas que quiero, pensé por un momento.

“Te pido que te abstengas de seguir el ejemplo de Paul y no te acuestes con todas las mujeres que conozcas, no sea que manches el noble nombre de nuestra casa.” Bueno. Philip lo cortó de raíz.

Eris fue la última chica que se me acercó. Su habitual estética vívida y enérgica fue reemplazada por un vestido azul. Su cabello estaba arreglado en un peinado con un adorno floral dentro. Se veía preciosa.

Parecía incluso que estaba exhausta después de asistir a su primera fiesta de baile y de que se le acercaran adultos desconocidos, uno tras otro. Sin embargo, todavía parecía emocionada, quizás porque era la estrella de una fiesta que iba tan bien.

“¿No quieres bailar conmigo?”

Se había disipado la voz fuerte, la postura de piernas anchas y la expresión indomable de la maleducada Eris que yo conocía. Se mantuvo tan elegante como cualquiera de las otras chicas que se me habían acercado.

“Con mucho gusto”.

Tomé su mano y nos dirigimos al pasillo. Mientras nos movíamos hacia el centro de la pista de baile, Eris miró a su alrededor y se rió un poco, todo como Dios manda.

De repente, comenzó a sonar una canción con un ritmo irregular y acelerado, una canción que nunca habíamos practicado antes. Tal vez el músico estaba tratando de tener en cuenta a los invitados.

“Uh, qué…” Ese golpe metafórico fue suficiente para despistar a Eris. Todo porque estaba actuando de forma extraña.

Ella me miró suplicantemente, y yo empecé a insertar fintas al ritmo de la música. Tenía un ritmo irregular, pero se ajustaba mejor al estilo de Eris, aunque sus pasos eran bastante desorganizados. Si Edna lo veía, probablemente se enfadaría o desesperaría.

Le tomé la mano y me moví hacia adentro y hacia afuera, tal como lo hicimos durante la práctica de la espada. Adaptamos nuestros movimientos a la música, pero aún así eran erráticos. Probablemente nos veíamos bastante peculiares para los espectadores.

Eris se estaba divirtiendo. Finalmente se estaba riendo como debería hacerlo una chica de su edad, en lugar de ser malhumorada y hacer pucheros, como solía ser. Ver eso fue suficiente para hacerme sentir que valió la pena asistir a esta fiesta.

Los aplausos estallaron cuando terminó el baile. Sauros vino corriendo, nos subió a los dos a sus hombros, y corrió alrededor del patio riéndose durante todo el camino.

Fue una fiesta agradable.