Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Arrepentimiento Instantáneo: Suponga Que Pasa El Rato En El Trabajo En Su Día Libre Y Se Ve Obligado A Trabajar Gratis

Parte 1

“¡Ahora la recta final! ¡Subiendo por fuera! ¡Parece cerrado para cuatro, tres, siete! ¡La primera carrera del día y ya es una gran sorpresa!”

“¿Seriamente?”

El primer día del fin de semana festivo, Riho estaba de pie junto a la pista de carreras en las afueras de Azami, agarrando su boleto.

“¡¿Seriamente?!” Volvió a mirar el billete.

“Cuatro, tres, siete… Sí, eso es todo. ¡Golpeé triple!” La primera carrera del día, no es un gran evento.

Riho había recordado los números que Lloyd le había dado y había hecho una apuesta por el gusto de hacerlo. La victoria había resultado inesperadamente enorme, pagando más de cien veces lo que había costado.

“¡Argh, Lloyd lo ha vuelto a hacer! ¡Realmente lo tiene! Bueno, supongo que soy yo quien lo tiene. Gracias, caballos, ¡los amo!”

Cerró los ojos, besó el boleto y corrió a cobrarlo.

Con el bolsillo trasero lleno de billetes, sonriendo de oreja a oreja, comenzó a reflexionar sobre la mejor manera de gastar esta ganancia inesperada.

“Hacerlo todo en más carreras sería una tontería. Tengo que pensar en algo mejor. Ya pagué las cuotas del orfanato del mes; tal vez debería darme un capricho para variar”.

¿Mantenimiento en su brazo mecánico? Nah. ¿Una buena comida? Justo cuando su emoción alcanzó un punto álgido, sus ojos se posaron en un anuncio en la pared.

“Hmm… sería bueno hacer algo fuera de lo común… Oooh”.

El cartel a color mostraba un dibujo de una mujer relajándose. Riho se acercó y leyó la letra pequeña. Parecía ser un anuncio de un hotel o resort.

“¿Tienen una fuente termal? Y no está tan lejos de aquí. Podría llegar esta tarde. ¡Eso lo resuelve!”

Nada como una fuente termal para aliviar los huesos cansados. ¿Qué mejor uso para su dinero? Con eso en mente, Riho se subió a un carruaje y le dijo al cochero su destino.

“Buenas. ¡Llévame a este hotel Reiyoukaku!”

Los caballos empezaron a moverse y Riho se reclinó en su asiento, levantando los pies.

“¡He pasado demasiado tiempo con mi señora! Me está poniendo tensa. Ya era hora de que me mimara”.

Felizmente inconsciente de que este gusto conduciría a una tragedia, Riho comenzó a tararear para sí misma.

“No puedo esperar para llegar a esas aguas termales… y tener unas vacaciones agradables y relajantes”.

……Pobre chica.

Mientras tanto, en una habitación de Reiyoukaku, un hombre corpulento estaba inquieto en su asiento.

Su mente estaba en otra parte. Su mirada seguía desviándose. Parecía nervioso, como un culpable que sabe que el detective lo está siguiendo. Su nombre era…

“¡Allan! Siéntate quieto.”

Sí, ese Allan. Incluso después de que su padre, Threonine, lo regañara, todo lo que logró fue un asentimiento rápido y firme.

Después de un largo silencio, se las arregló para gritar: “P-Papá, quiero decir… este es un matrimonio potencial…”

Bastante patético. ¿Qué pasó con toda su confianza? “Tome un poco de agua, señor”, dijo el secretario.

“Gracias. Gulp, gulp… ¡Cough! ¡Hack!”

Allan trató de tomarlo como una bebida deportiva en una estación de hidratación en medio de un maratón antes de toser violentamente.

Frustrado por todo esto, Threonine se cepilló el bigote como un soldado veterano que regaña a un recluta.

“Es comprensible algo de tensión, pero no se preocupe. Esta fue su idea. Tener confianza.”

“Fácil de decir…”

Allan se había acostumbrado a no tener suerte con las damas, lo que significaba que estaba mal equipado para lidiar con el inesperado concepto de que una chica estuviera realmente interesada. En estas situaciones, entró en una espiral descendente, temiendo desconectar a la chica y perder su única oportunidad de evitar toda una vida solo.

Al final, su solución fue… “Voy a ir a darme un baño”. Una elección desconcertante.

“¿Mm? Bueno, todavía tenemos tiempo, pero ¿por qué?”—Preguntó Threonine, haciendo la pregunta obvia.

“Sentarme aquí preocupándome me está matando. ¡Estoy mejor sudando en la sauna!”

Antes de que Threonine pudiera llamarlo idiota, Allan se dirigió directamente al baño privado de la suite.

“Esa no es razón para… ¡Oye! ¡Vuelve aquí, Allan!”

Al ver a su hijo huir de la escena, Threonine suspiró profundamente.

“Caray. Cualquiera que sea su reputación en Azami, ese chico es tan patético como siempre… pensé que el ejército acababa de elegir a un tipo grande que se vería bien en un cartel”.

Los logros de Allan ciertamente se habían embellecido un poco, pero había hecho todo lo posible para ayudar a la gente, y los resultados de esas acciones fueron reales. Para ser claro.

Sin darse cuenta de esto, Threonine suspiró de nuevo y dirigió al techo una mirada siniestra.

“Tenía razón al no mencionar lo que le ha estado sucediendo aquí… pero tanto por el entrenamiento militar en Azami. Una vez que se solucione este lío, será mejor que haga los arreglos necesarios para que vuelva a casa”.

Luego murmuró, “Ese idiota”, en voz baja y se recostó en su silla.

Allan dando el paso sin precedentes de entrar en una sauna justo antes de conocer a una novia potencial… alteraría significativamente el destino de Lloyd.

Cuando llegó al hotel, Riho gritó: “¡Quédate con el cambio!” al conductor y dejó el carruaje. Sin embargo, había pagado la tarifa exacta, por lo que, naturalmente, no hubo cambios.

Ante ella había hermosas montañas, la luz del sol brillando en un lago artificial y una hilera de tiendas de souvenirs colina abajo claramente abarrotadas, incluso desde esta distancia.

“Magnifico. ¡Realmente se siente como una escapada! Correcto. Primero, una posada… no, ¡un hotel! ”

Como ex-mercenario, la idea de alojamiento de Riho era lo mínimo: un baño común y una cocina compartida para hacer tu propia comida. Nunca se había alojado en un hotel elegante.

Cuando entró en el hotel Reiyoukaku, su pura elegancia la hizo mirar boquiabierta como una turista de mediana edad.

“¡Wow! Esto parece más un teatro… ¿Habrá una ópera más tarde?” Miró asombrada alrededor del vestíbulo opulentamente alfombrado.

“Estaría bien durmiendo en estos sofás… tal vez incluso en este piso”.

Riho se agachó y tocó la alfombra.

“Eso es caro”, murmuró. Ella miró los jarrones y los cuadros.

“Nunca se darán cuenta si me llevo uno de esos a casa”.

Solo en los videojuegos el héroe puede hacer lo que quiera con los jarrones de las personas. Riho, por supuesto, no era ese héroe, sino una chica mala de ojos furtivos con un brazo mecánico intimidante. Inmediatamente estaba atrayendo el tipo de atención equivocado.

Cuando se dio cuenta de esto, rápidamente se dirigió a la recepción para reservar una habitación.

El empleado le lanzó una mirada horrorizada a su brazo, pero rápidamente se cubrió con una sonrisa profesional.

“¡Bienvenido! Por el momento, todas nuestras habitaciones regulares están reservadas. Oh… acabamos de cancelar una de nuestras suites de lujo. ¿Sería eso aceptable?”

“Hmm, ¿tal vez lo haría? Quiero decir, sé que me parezco al tipo que pondrías en una habitación normal, pero definitivamente estoy de humor para derrochar. Tal vez debería… ¿Tengo suficiente?”

Riho fingió estirarse, dándole un vistazo al fajo de billetes en su bolsillo.

“… Le ruego me disculpe”, dijo el empleado, recuperándose rápidamente una vez más y haciendo señas para llamar a un botones.

“Por aquí,” instruyó el botones.

“Cuida tus pasos”.

Dejando escapar una serie de ruidos impresionados, Riho siguió al botones hasta una puerta muy ornamentada.

“Esta será su habitación, señorita Riho”.

“……”

“Las suites de nuestro hotel llevan el nombre de los héroes legendarios que una vez salvaron el mundo. La suite en la parte de atrás es la Suite Sou, y el anexo alberga la Suite Lena—”

“……”

“Y tu habitación se llama Suite Alka, en honor a la sacerdotisa de la salvación”.

“……”

“¿Señorita Riho?”

“¡Er, uh, sí! ¡Muéstrame mi habitación! ”

Todo esto parecía mucho más elegante de lo que había anticipado, y las palabras del botones habían entrado por un oído y salido por el otro. Se apresuró a agarrar la manija para entrar.

Clink.

“Parece que está bloqueado”.

“Señorita Riho, eso es simplemente decoración, no un pomo de puerta”.

Riho se puso un poco roja. Le dio al adorno que había agarrado un buen masaje para cubrirlo.

“¡Bueno, es bueno! ¡Realmente une la vibra!”

Después de un breve intento de sonar como si simplemente lo hubiera estado evaluando, entró.

Sudando un poco por la vergüenza y el estrés, Riho miró alrededor de la habitación.

“¿Mm? Esta no es una habitación… o no solo… una habitación… ”

La entrada tenía una canastilla de rosas que llenaba el aire con su fragancia.

“¿Una habitación para cenar y otra para dormir? Así que este es el dormitorio… ”

La puso de espaldas a la habitación como un invasor operativo. Si hubiera estado usando camuflaje, esta habría sido totalmente una misión sigilosa.

Habiendo limpiado el dormitorio de forma segura, se secó el sudor de la frente y se dejó caer en un sofá cercano, pero era tan ridículamente suave que dejó escapar un suave grito.

“… pensé que me estaba hundiendo en eso…”

Ella había venido aquí para recuperarse, pero hasta ahora, este lugar estaba desgastando su último nervio.

“Hombre, no puedes quitarle la pobreza a una niña…”, se rio entre dientes.

El arte en las paredes y el dosel sobre la cama eran inquietantes y estaba empezando a arrepentirse de haber elegido este lugar.

Luego vio algo en el tocador.

“¿Qué es eso?”

Un objeto trapezoidal con una especie de barra transversal apoyada en la parte superior, arqueada, como una escala, pero en cada extremo había dos cosas redondas con agujeros. La pieza estaba conectada a la pared mediante un cable de algún tipo, como un fusible.

¿Una especie de escultura de vanguardia? Riho lo miró por un largo momento antes de recordar.

“Espera… ¿es un teléfono?”

El misterioso dispositivo era de hecho un teléfono. El  diseño podría haberse mezclado con la decoración de la suite, pero definitivamente era un teléfono.

“Vaya… pensé que solo los altos mandos militares tenían acceso a estos”.

La vanguardia de la civilización, justo ante sus ojos… La curiosidad la superó.

“¿Puedo usarlo? ¿Estoy permitido?”

Basándose    únicamente    en   los   rumores    que   había   oído   sobre    el funcionamiento de estos teléfonos, descolgó el auricular con cautela.

“Um… ¿entonces uso el dial? ¿Qué más haces?”

Miró el soporte, pero no había nada que hacer girar o empujar.

“¿Hunh? No hay nada-”

“Hola, recepción”.

Su búsqueda fue interrumpida por una voz ahogada. Aparentemente, era una línea directa al mostrador de recepción.

Encontrarse abruptamente en medio de una conversación dejó a Riho algo nerviosa.

“Uh, um…”

“¿Cómo puedo ayudarte?”

“Er, bueno… Eso no es…”

No podía decir muy bien que solo había sentido curiosidad por saber cómo funcionan los teléfonos, como un niño travieso. Tenía que hablar para salir de esto.

“¿Hola? ¿Querías llamar o…?”

“¡S-Sí, quise hacerlo! Yo, eh… um… ¡quiero pedir un masaje!”

“¿Un masaje?”

“¡Bien, bien! Um, si no ofreces eso, ¡es genial! ¡De verdad! Entonces, eh…¿adiós?”

“Oh, espera-”

Respirando pesadamente, Riho volvió a golpear el auricular en su soporte, el sudor le corría por la cara.

“Estoy tan cansada…”

Sin siquiera secarse el sudor, se derrumbó en la cama.

“La señora de la suite quiere un masaje”, dijo el hombre al otro lado del teléfono, confuso.

“… Probablemente lo habitual: nunca había visto un teléfono antes, nos llamó accidentalmente y no podía admitirlo. Pasa todo el tiempo”, dijo Coba, luciendo molesto. Sus ojos nunca dejaron su cuaderno.

“Pero, bueno… tiene un aspecto un poco peligroso. Ojos estrechos, brazo mecánico extraño… no es del tipo que queremos quejarnos”.

“¿Festejar con ganancias mal habidas? Sí, ese tipo puede ser un problema. No, espera…”

Coba empezó a pensar con furia.

“¿Propietario?”

“Ella podría ser una inspectora de la guía del hotel”.

Los ojos de la recepcionista se agrandaron.

“¡Ah!” gritó. “¿Una cancelación repentina, y luego una chica que parece una mercenaria? Parece el tipo de truco que harían”.

“Un cliente de aspecto rudo mostrando dinero en efectivo, haciendo demandas… definitivamente una buena prueba para un hotel. Pero un masaje… Coba se rascó la cabeza con la pluma estilográfica. “Hmm, qué hacer”, murmuró para sí mismo.

Luego entró Lloyd, vestido con un uniforme de hotel.

“Terminé ese trabajo… ¿Qué pasa?”

“¿Oh, Lloyd? Verás…” Coba lo puso al día.

“Yo me ocuparé de eso”, dijo Lloyd feliz.

“Ella solo necesita un masaje,¿verdad?”

“Er… ¿puedes hacer eso?”

Lloyd se infló orgulloso.

“¡Soy muy bueno en ellos! La jefa de la aldea siempre lo decía”.

Se refería, por supuesto, a Alka, la loli abuela súper pegajosa.

Coba y el resto del personal al alcance del oído se imaginaron a un venerable anciano frotándose el hombro.

La gente empezó a murmurar entre ellos.

“Qué buen chico”.

“Que dulce.”

El incidente con Threonine el día anterior hizo que la reputación de Lloyd se disparara.

“Lo siento, Lloyd. Ya hiciste mucho ayer… El chef estaba encantado con toda la preparación en la cocina, y los baños todavía brillaban incluso cuando el personal los usó”.

“¡Ah-ha-ha, feliz de ayudar! Me ocuparé de esto”.

Y así, Lloyd se dirigió a la suite, felizmente inconsciente de que un amigo lo esperaba…

Coba lo vio irse con una sonrisa, pero otro miembro del personal llegó corriendo.

“¡C-Coba!”

“¿Qué pasa?”

“La entrega de hoy tiene algo que yo… no sé cómo manejar”.

“¿Qué? ¿Qué es?”

“¡Bombas de botella! ¡Varios casos de ellos!”

“¿Eh?” Coba lo miró boquiabierto.

“¿Como en… bebida con un trapo pegado en la parte superior?”

“Si los almacenamos aquí, podría provocar un incendio…”

“No podemos guardar nada que pueda poner en peligro a nuestros huéspedes. Pero si los destruimos y recibimos una queja… ¿Quién los tendría con ellos? Hmm…”

Se golpeó la cabeza y luego tomó una decisión.

“¡Cierto! Póngalos en un vagón para que podamos devolverlos en cualquier momento, y si no escucha nada hoy, envíelos de vuelta”.

El personal asintió y salió corriendo.

“Caray, un problema tras otro… Si Lloyd no estuviera aquí, estaríamos listos”.

Coba suspiró y el personal cercano asintió. La reputación de Lloyd era tan buena que ya había alcanzado su punto máximo del día.

Mientras tanto, en la suite de Riho…