Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 15

Capítulo 4: Cuartos de Final III

Parte 2

“Cuartos de final de Lindvolus, combate 3, ¡comienza!”

***

“¡Muy bien! ¡Aquí vamos! ¡¿Qué?! ¡Ah-ta-ta-ta-ta!”

En cuanto la voz automatizada anunció el inicio del combate, Lenaty se lanzó hacia ella, pero Saya desplegó inmediatamente su cañón Gatling Lux tipo 35, Granvaleria, y disparó una rápida descarga de balas.

A continuación, desplegó su unidad vernier -reconstruida a partir de piezas de su blaster teledirigido de tipo 41 Lux, Waldenholt Mark II-. El anterior combate de Saya contra Violet Weinberg había provocado daños considerables en sus Lux, y aunque había podido reparar la Granvaleria cambiando su cañón, la Waldenholt había quedado casi completamente destruida, por lo que no había podido restaurarla a tiempo. Por ello, había separado la unidad de vernier para poder utilizarla de forma independiente.

“¡Aieeeee! ¡Ay! No es justo!”

Lenaty hizo todo lo posible por repeler el bombardeo con su enorme Lux ajustable de tipo glauco, el Youdemra, pero no pudo seguir el ritmo del asalto a cuatro mil disparos por minuto. Se lanzó a diestra y siniestra tratando de esquivar la embestida, pero con Saya siguiéndola con la Granvaleria, no pudo liberarse.

Al mismo tiempo, Saya utilizó la unidad vernier para deslizarse hacia atrás por el escenario y poner algo de distancia entre ella y su oponente.

Sin embargo, aunque el ataque parecía haber frenado con éxito a Lenaty, no había causado muchos daños visibles. Mirando con atención, Saya vio que su oponente parecía estar rodeada de una sutil luz, lo que había provocado que sus balas rebotaran en ella.

Sabía que esto no sería fácil por lo que le hizo a Rimcy. Necesitaré el módulo S para atravesar esa armadura.

Por lo que Camilla le había contado, Lenaty se alimentaba de varios núcleos de urm- manadita que funcionaban en paralelo. Era un concepto ingenioso, que no se basaba en las habilidades especiales de cada pieza individual de urm-manadita, sino que convertía su energía en potencia bruta para maximizar sus especificaciones.

Por supuesto, la buena voluntad de Camilla no se extendía a proporcionar datos directos sobre la oponente de Saya, pero estaba claro que el poder ofensivo y defensivo de Lenaty, junto con su movilidad, eran incomparables. Fuerza bruta, armadura pesada y gran agilidad: el diseño de Lenaty era el epítome del axioma Lo simple es lo mejor.

Además, su potencia estaba multiplexada mediante el método de transición LOBOS (LTM). Saya no necesitó que Camilla se lo dijera, ya que podía averiguarlo por sí misma a primera vista. Al fin y al cabo, era justo decir que el método era originalmente obra de Saya y su padre. Sin embargo, en el caso de Lenaty, la técnica se utilizaba para canalizar ese poder explosivo en una capa defensiva, lo que le daba una protección casi impenetrable y la capacidad de luchar con las manos vacías.

Sin embargo, se supone que es imposible controlar la urm-manadita con el método LOBOS. Aunque los núcleos sean irregulares, Ernesta sigue realizando un milagro tras otro…

Sin embargo, a Saya le costaba creer que la tecnología fuera tan infalible como la utilizada en Ardy. Al fin y al cabo, a ella le habría bastado con utilizar el LTM tal y como se suponía que debía aplicarse. El diseño de Lenaty corría el riesgo de sobrecargar sus núcleos de urm-manadita, pudiendo incluso provocar una cascada explosiva.

En ese caso, Saya tenía tres estrategias a su disposición.

La primera era llevar el combate a una conclusión rápida antes de que su oponente pudiera emplear el LTM. Sin embargo, eso no era muy realista si Lenaty podía iniciar el proceso a voluntad.

La segunda era esperar a que la activara, arrastrarla a una batalla de desgaste y esperar a que se autodestruyera. Sin embargo, no podía estar segura de que ese fuera el resultado. Además, no estaba segura de poder sobrevivir tanto tiempo.

De ahí surgió su tercera estrategia.

“Te aplastaré con fuerza bruta”, entonó Saya, activando el Lux de su espalda.

No ocurrió nada.

Sin embargo, eso fue por su diseño, no un mal funcionamiento.

En ese momento, la Granvaleria, que hasta entonces había rugido mientras desataba su interminable descarga de proyectiles, enmudeció. Era un Lux sin límite de munición, así que probablemente se había sobrecalentado y quemado.

Ahora bien, ¿cómo era eso…?

Su oponente, de pie en medio de una nube de polvo que se levantaba, estaba completamente ileso.

“¡Whoa… Ha-ha! ¡Mira toda esa suciedad!”

“…Así que no funciona.”

Su oponente, al parecer, era aún más robusta de lo que había pensado.

“¿Oh? ¿Se acabó? Argh, eso realmente duele, ¿sabes? Pero ahora me toca a mí”. Lenaty soltó una carcajada alegre y acercó el Youdemra, transformándolo en un enorme cañón y disparando un bombardeo propio.

Saya cambió la Granvaleria por su lanzagranadas Lux de tipo 38, el Helnekraum, y activó el módulo S mientras esquivaba el bombardeo de su oponente.

“Y ahora… ¡Boooom!”

Lenaty soltó alegremente una brillante ráfaga explosiva, pero Saya, ajustando el Módulo S con una mano, lo evitó hábilmente.

“¿Hmm? ¿Qué ha pasado?” Lenaty inclinó la cabeza hacia un lado, evidentemente confundida sobre por qué su ataque no había impactado.

“¿Qué? ¿Es todo lo que tienes?” se burló Saya.

La cara de Lenaty se puso roja. “¡Arrrrgh!”

Contrariamente a su comportamiento caprichoso, Lenaty había predicho con exactitud los movimientos de Saya. Sin embargo, esto no era algo que Saya no pudiera superar. Su experiencia luchando contra especialistas de largo alcance como Rimcy y Violet le daba una gran ventaja en este caso. Después de todo, las increíbles especificaciones de Lenaty no servían de mucho a esa distancia.

Por el momento, al menos.

“¡¿Eh?! ¿Por qué no? ¡Argh! ¡Dime, dime!”

Puede que Lenaty se lamentara de su frustración, pero para ser justos, los proyectiles de Saya tampoco la habían alcanzado. Saya confiaba en su precisión de tiro, pero no podía seguir el ritmo de la velocidad de reacción de su oponente.

“¡Bien! De todos modos, es más divertido así”.

Con eso, Lenaty volvió a cambiar el Youdemra a su forma de glaive, y haciendo fintas a izquierda y derecha, empezó a reducir rápidamente la distancia entre ellos. Su agilidad era asombrosa. Si lograba acercarse, Saya no tendría forma de defenderse.

Afortunadamente, con su unidad vernier totalmente activada, fue capaz de retroceder hasta una distancia segura.

“¡¿Qué?!”

“¡Ngh…!”

Los huesos de Saya crujieron bajo la tensión de una aceleración tan rápida, pero no tuvo más remedio que soportarlo. Era un millón de veces mejor que arriesgarse a un enfrentamiento con su oponente en combate cuerpo a cuerpo.

“¡Guau! ¡Mira lo rápido que la concursante Sasamiya se ha librado de la concursante Lenaty!”

“Esa unidad vernier ciertamente tiene mucho poder. Y está haciendo un buen uso de ella hasta ahora. No tendría muchas posibilidades de ganar con su velocidad habitual, así que es una elección acertada.”

“Ya veo. Lenaty es ciertamente una de las concursantes más rápidas del torneo… ¿Hmm? Pero supongo que cualquiera podría usarlo, ¡no importa lo lento que sea de pies! Es un gran invento”.

“No, no, no es tan sencillo, Nana. La mayoría de la gente acabaría estrellándose en llamas si lo intentara. La Glühen Rose puede haber usado algo similar, pero es una Strega, así que sus habilidades la ayudan a mantener el control. Y en este caso, equilibrar la insana aceleración de esa unidad vernier montada en la pierna con el control de retroceso del montado en la cintura no parece nada fácil. La tecnología debe estar increíblemente afinada”.

A Saya no le gustaba tener que admitirlo, pero Chitose Sakon tenía ciertamente un buen ojo. Tal vez eso era de esperar de una antigua presidenta del consejo estudiantil de la Academia Allekant.

De hecho, lo único que tenía Saya y en lo que podía confiar plenamente es que era la
mejor entre todas las concursantes restantes del torneo, y en su manejo de sus Luxes. Si bien sus técnicas de diseño, producción y configuración no habían alcanzado el nivel de Allekant, podía estar orgullosa de ser la más competente de todo Asterisk en el uso real de los luxes en el combate.

“¡He-hee! Lena es buena jugando a la pilla-pilla”. Lenaty, sin desanimarse lo más mínimo, la siguió directamente, y su velocidad superó rápidamente incluso el rendimiento máximo del vernier de Saya.

“¡Yahoo! Te tengo…”

“-Ráfaga”.

Sin embargo, volando en línea recta como estaba, Lenaty era un blanco fácil. Saya apretó el gatillo del Helnekraum en el último momento posible, anotando un golpe directo que envolvió a su oponente en una enorme explosión.

“¡Aieeeee!”

Lenaty fue lanzada por los aires por el impacto, pero giró hábilmente antes de realizar un elegante aterrizaje. Para consternación de Saya, no parecía haber sufrido el más mínimo daño.

Maldita sea, ni siquiera equipar el módulo S al Helnekraum fue suficiente.

“¡Yarghhhhh! ¡Lena te odia! ¿Por qué tienes que ser tan mala?” Lenaty la miró fijamente a través del escenario, claramente molesta.

“Saya”, repitió. “Soy Saya Sasamiya”.

“¡Arghhhhh!” Lenaty hizo un puchero de frustración mientras cambiaba la Youdemra a una configuración de lanza.

***

“Saya es toda una buscadora. Está más que a la altura de esa nueva marioneta autónoma, ¿no crees?” preguntó Claudia con una sonrisa relajada. Estaba claramente impresionada.

“…Lo es ahora”, respondió Ayato, sentándose a su lado.

Después de su combate en el Domo Sirius, Ayato había venido a reunirse con Claudia en la sala especial de la Academia Seidoukan en el Domo Procyon para apoyar a su compañero. Originalmente tenía la intención de ir a ver el combate de Sylvia, pero éste comenzó antes de que él pudiera terminar su entrevista de ganador y las demás formalidades. Se quedó sin palabras cuando se enteró de que había sufrido un paro cardíaco, pero afortunadamente la habían reanimado rápidamente y estaba siendo tratada en el hospital. Sin embargo, su preocupación sólo se disipó cuando ella se puso en contacto con él directamente hace poco tiempo.

Pero en cuanto al combate de Saya…

“Oh, querido, no pareces muy confiado”.

“No puedes haberte perdida. Puede que Saya tenga la ventaja ahora mismo, pero no podrá mantener esto durante mucho tiempo”.

“Bueno, ahora… supongo que tienes razón”, respondió Claudia con un breve asentimiento y una sonrisa forzada.

Lenaty era fuerte. En términos de rendimiento bruto, probablemente estaba a la par con el propio Ayato o con Xiaohui o Gigoku, mientras que su defensa era probablemente la mejor de todos los concursantes restantes, superando incluso la del Caballero Negro (aunque técnicamente las habilidades del Caballero Negro le habían permitido resistir incluso los golpes físicos). Y con su armadura potenciada por urm-manadita, Ayato dudaba que incluso el Ser Veresta fuera capaz de atravesarla con facilidad.

De hecho, la única razón por la que Saya dominaba el campo de batalla se debía al estilo de lucha sin trucos de Lenaty.

Aparte de cuando entraba en una batalla de procesamiento con otra marioneta autónoma, como había ocurrido en su combate contra Rimcy, el comportamiento de Lenaty era aparentemente completamente aleatorio. Era como si sólo pensara en su siguiente movimiento, sin planearlo de antemano.

Desde el principio del torneo, nada de lo que hacía sugería algún tipo de estrategia. Había superado las eliminatorias utilizando únicamente la fuerza bruta de sus especificaciones superiores, e incluso en su combate con Rimcy, su rendimiento había sido relativamente pobre hasta que abrumó a la otra marioneta con su poder bruto.

Saya, que sin duda se había dado cuenta de ello, se aseguraba de que Lenaty se mantuviera en movimiento para evitar que su oponente aprovechara realmente esas especificaciones. Tenía que agradecer su experiencia y preparación, pero el problema sería la rápida capacidad de aprendizaje de Lenaty.

Las marionetas de Ernesta nunca eran víctimas del mismo truco dos veces. Ese había sido el caso de Ardy y Rimcy y, sin duda, también el de Lenaty. Incluso ahora, estaba claro que se adaptaba continuamente a los patrones de ataque de Saya poco a poco.

“Y todavía no ha revelado todos sus trucos”, observó Ayato.

Sin duda, Saya estaba en guardia contra esa increíble potencia que Lenaty había demostrado al final de su combate con Rimcy, pero Ayato no podía evitar preguntarse si sería capaz de mantenerla a raya.

“Si estás pensando en movimientos ocultos, entonces Saya aún no ha utilizado su nuevo Lux, ¿o sí? Eso… ¡Bah!” Claudia resopló, claramente incapaz de contener su diversión. “Er, lo siento. Para eso está su adorable mochila, ¿no?”

De hecho, al ver el atuendo actual de Saya, Ayato no pudo evitar recordar sus días de
infancia en la escuela primaria. Sin duda, Saya había crecido desde entonces, pero la impresión de inocencia que causaba ahora era demasiado fuerte.

Sin embargo, dejando eso de lado…

“Probablemente tengas razón… Pero no tengo ni idea de lo que es en realidad”.

Por supuesto, Ayato sabía que Saya había preparado un nuevo Lux para el Lindvolus, pero seguía sin saber qué era o cómo funcionaba.

En ese momento, una ventana aérea se abrió de repente junto a la silla de Claudia, y una voz computerizada anunció que tenían visita.

“Querida, me pregunto quién elegiría precisamente ahora para pasarse por aquí…”

Normalmente, era imposible visitar cualquiera de las salas especiales asignadas a las seis escuelas de Asterisk durante un partido sin una cita previa. No sólo sus ocupantes estarían obviamente concentrados en ese encuentro, sino que además era una violación de la etiqueta básica. Tal vez un lugar tan obstinado como Le Wolfe no se preocuparía por esas sutilezas, pero en Seidoukan si… Pero antes de que Ayato pudiera terminar su pensamiento, una cara inesperada apareció en la ventana de aire.

Él y Claudia intercambiaron miradas antes de asentir simultáneamente y abrir la puerta.

“Disculpen.”

“S-siento interrumpir…”

Sus visitantes eran un joven rubio atónito y una chica de cabello verde obviamente aterrada.

“Sí, pasen… ¿Y a qué debo el placer presidenta del consejo estudiantil de Gallardworth?” Preguntó Claudia con una cálida sonrisa mientras iba a saludarlos.

“Me disculpo por irrumpir así. Debería haber llamado con antelación, pero digamos que mi móvil no ha sido capaz de mantener una buena conexión últimamente.”

“…Ya veo”. La sonrisa de Claudia sufrió un cambio de calidad casi imperceptible.

En otras palabras, era un asunto confidencial.

“Bueno, entonces, entra. Hablemos dentro”, dijo ella mientras una enorme ovación se elevaba desde el estadio de abajo.