Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 12

Capítulo 5: Fifth Score

Parte 2: Shoji Karako

El  mundo  de  la  competencia  fue  implacable.  La división 3-dan era el infierno en la tierra.

“…… Tal y como lo recuerdo”

Dijo un hombre al entrar en la Arena Exclusiva de la Sub Liga por primera vez en unos buenos diez años y ver todos los tableros perfectamente alineados con los miembros de la Sub Liga sentados a su lado.

Sólo una cosa había cambiado: los pitidos analógicos de los relojes de ajedrez habían desaparecido. Los cronómetros digitales habían tomado su lugar. Esta nueva tecnología incluso contaría los segundos para ellos.

Esta habitación todavía apareció en sus sueños.

El hombre estaría jugando Shogi. Un miembro de la Sub Liga estaría a su lado, su voz tensa mientras cuenta los segundos con un cronómetro a su alcance.

El hombre estaba ganando, su victoria casi asegurada.

La formación era la misma que la única oportunidad que tenía el hombre de ascender fuera de la Sub Liga por su propio poder. Vio este momento en sus sueños mucho más a menudo que la partida que lo condenó a la jubilación. Tenía este Shogi ganado, y aun así de alguna manera se las arregló para perder.

Sólo entonces, una vez que terminó, lo vio.

En el turno antes de que se rindiera ……… Un camino de cinco movimientos hacia la victoria.

El hombre siempre estaba llorando cuando despertó de ese sueño. Esta mañana no fue diferente.

“Pero la partida de hoy no está aquí”

Dejando la arena exclusiva 3-dan, Shoji Karako pasó por el baño y entró en una pequeña habitación al final del pasillo.

Como se habían hecho arreglos para que su partida fuera transmitida en vivo, se preparó una habitación separada para la ocasión.

“Ginsa no Ma”

Una joven de cabello plateado le esperaba dentro. Con su sonrisa de payaso, Shoji le saludó.

“Tiempo sin verte, Ginko-chan”

Shoji caminó alrededor de ella para sentarse en el asiento superior y alcanzó la caja de piezas.

Ginko Sora, sin embargo, dijo con fuego en sus ojos: “¿Podemos usar estas piezas?”

“¿Oh-ho?”

── Vaya…Alguien está al límite.

Él retuvo el impulso de comentar y alineó las piezas en su lugar. Iniciar una conversación ahora seguramente funcionaría en su contra al calmar los nervios de ella.

La presión que vino junto con el control de su propio destino en el día final de la división 3-dan también dejó a los jugadores abiertos a una amplia gama de tácticas fuera del tablero.

Shoji había experimentado esa presión de primera mano, pero todo era nuevo para Ginko.

── ¿Qué mejor ventaja hay que tener?

La partida que había comenzado con Shoji en la ofensiva se transformó en un enfrentamiento entre las estrategias de Furibisha e Ibisha.

“¿Oh? ¿Este es un Hayagakoi (Castillo de Velocidad)? ¿Eso es lo que el software desenterró? Has estado estudiando muy duro”

“…….”

Shoji lo vio como nada más como un Funagakoi (Castillo  de  Bote)  de  un  pobre  hombre,  pero  fue efectivo. Sin embargo, por mucho que lo pensara, se negó a admitir que poner al Ou sobre una almohada de oro era una estrategia viable.

── No lo entiendo! ¡Ni un poquito!

Todo su agarre interno no pudo hacer nada sobre el hecho de que las formaciones se estaban volviendo contra él.

Aunque el sentido del juego de Ginko era incluso más efectivo que su Hayagakoi.

── Es buena…No puedo creer que sea la misma chica frágil Ginko Sora 2-dan de mi día de examen.

Los brotes repentinos como este eran comunes para los jugadores jóvenes en su adolescencia, y por lo tanto necesitaban ser monitoreados de cerca. De lo contrario, podían atravesar una pared inesperadamente y pasar de largo. Además de eso, Shoji podía decir que sus debilidades habían sido minuciosamente analizadas.

── Sabía que tenía talento. Siempre lo supe. Por eso Shoji había sido cauteloso con Ginko.

¿Cuál fue su razón para atacar su mente aún inmadura con tácticas fuera de lo común: evitar que aprovechara todo su potencial. Apuntar a las debilidades del oponente no era cobarde en ningún sentido, sino la forma en que funcionaba el mundo de la competencia.

“… Tal como lo recuerdo.”

Shoji se sentó a peinar su mente para una estrategia que cambiaría las cosas mientras respiraba en la división 3-dan del día final.

El mundo de la competencia es duro. La división 3- dan es el infierno en la tierra.

Shoji había pensado así durante sus días en la Sub Liga, y todavía creía que era así en mayor medida que nadie en el mundo Shogi.

Sin embargo, había aprendido que el verdadero infierno en la tierra existía fuera de los muros de la arena.

── Sé muy bien que los trabajos fáciles no existen.

Los miembros de la Sub Liga podían ganar dinero trabajando como registradores de partidas o dando lecciones. Jugar al Shogi podría   aportar   unos cuantos miles de yenes, o decenas de miles de yenes a la vez.

Sin embargo, trabajar en el mundo real le mostró lo difícil que era ganar 10.000 yenes. Shoji perdió la cuenta del número de veces que lloró viendo a los jugadores profesionales en la  televisión, comparando sus manos suaves como la seda con el papel de lija cicatrizado en el que se había convertido.

Trabajar junto a personas que conocían el mundo del Shogi era una tortura. No había escapatoria de los recuerdos de su tiempo en la Sub Liga, no importaba lo desesperadamente que quisiera una. Ese sueño siempre le seguiría.

Por muy doloroso que fuera, era sólo el segundo peor ambiente de trabajo.

El más doloroso fue… Uno en el que la gente muere.

Ahí fue donde Shoji fue empleado como conserje pocas semanas después de su retiro de la Sub Liga.

El Shogi resultó ser extremadamente popular en la instalación donde trabajaba. Los superiores pueden haber pensado que eso lo convertiría en una gran oportunidad después de ver su currículum, pero resultó ser nada más que una molestia.

Shoji se negó rotundamente a tocar las piezas del Shogi. Sus compañeros de trabajo e incluso su supervisor le invitaron incontables veces, pero él le dio la espalda a los que jugaban al juego.

Lo que lo trajo de vuelta al deporte del Shogi fueron los niños.

── Los niños no saben de la Sub Liga, y mucho menos de mí.

Para los niños que habían pasado mucho tiempo en el centro, el hecho de que Shoji viniera de visita era como un soplo de aire fresco durante su monótona rutina diaria. Una vez que finalmente cedía a jugar una partida, otro niño se acercaba para poner a prueba sus habilidades contra él.

Shoji encontró tiempo entre sus deberes de limpieza para jugar con tantos niños como pudo… Fue para sacarlos de su caso en primer lugar, pero realmente empezó a disfrutar viéndolos crecer después de un tiempo.

Sin embargo, esos maravillosos días no iban a durar.

──Porque los niños que vivían en ese centro estaban luchando contra enfermedades terminales.

Podía soportar cualquier carga mientras fuera suya. Incluso matar a quien era como persona no le había llevado mucho tiempo acostumbrarse.

Pero para estos niños amigables que se le acercaban todo el tiempo, pidiéndole que les enseñara Shogi…Morir y a desaparecer al día siguiente ¿Cómo  puede alguien  soportar condiciones tan exorbitantes?

Shoji aprendió a sonreír, como un payaso, siempre que jugaba al Shogi con los niños. Los despedía con la misma sonrisa cuando terminaban.

Un día, Shoji oyó decir a los médicos del centro que incluso los pocos niños que recibieron el alta sólo salieron del hospital para pasar sus últimos días en la comodidad de sus propias casas.

Tantas vidas inocentes perdidas a pesar de sus hercúleos esfuerzos por seguir viviendo.

── El verdadero infierno en la tierra es justo ahí.

Incapaz de aguantar, Shoji renunció a ese puesto.

Después de eso, se movió de un lugar a otro mientras evitaba continuamente el Shogi siempre que era posible, hasta que…

Se enteró en las noticias

Una niña al que una vez enseñó a jugar al Shogi no sólo sobrevivió, sino que seguía jugando al Shogi hasta ese día.

── ¡Lo lograste! Mírate, tan alta y fuerte. El saber la verdad cambió a Shoji.

Se consideraba como si estuviera muerto desde que dejó la Sub Liga.

En ese caso, ¿Por qué no nacer de nuevo? Vuelve de las cenizas y haz otro intento.

El nuevo Shoji Karako comenzó a participar en torneos amateurs. Sin embargo, su experiencia en la Sub Liga como 3-dan no le garantizó ninguna victoria  fácil.  Soportando  la  humillación  de  perder contra jugadores amateurs de Shogi una y otra vez, Shoji perfeccionó sus habilidades día a día.

Incluso después de que finalmente ganara su primer torneo amateur, tuvo que presentarse a trabajar a la mañana siguiente, exhausto.

Esos días lo fortalecieron.

Comenzó a prepararse para su oportunidad de volver a la Sub Liga inmediatamente después de su triunfo en el torneo. Las invitaciones para unirse a los eventos del Shogi como invitado especial y jugar contra profesionales empezaron a llegar por correo. Sabía lo extraordinariamente escasas que eran sus posibilidades, pero se sentían astronómicas comparadas con el milagro que ese niña logró.

Y ahora, Shoji Karako había vuelto a este lugar.

Más aún, una segunda oportunidad de ascender bajo su propio poder estaba a su alcance. No iba a desperdiciarla.

“¡Phew…….¡Eres muy fuerte! No puedo hacer nada contra ti, ¿verdad, Ginko-chan?”

Sonriendo, Shoji hizo un gran espectáculo con un largo suspiro.

“Esa magia de software que estás usando es demasiado para mí. ¡Intenté aprenderlo yo mismo, de verdad! Nunca se sintió bien, ¿sabes?”

¿Bajo qué circunstancias los miembros de la Sub Liga que tienen control sobre su propio destino cometen errores?

── Ves, Ginko-chan…Es cuando creen que han ganado.

En realidad, Ginko no estaba tan adelantada. Si tan sólo pudiera evitar que usara esos sentidos mundanos recién despertados, Shoji podría escenificar un regreso. Estaba seguro de ello.

Cual fue el motivo por el que fingió aceptar su destino y se centró únicamente en la defensa en una fase temprana del juego, aunque sólo fuera para desviar la intuición de Ginko por el más mínimo margen. Era una táctica fuera de lo común, simple y llanamente.

── Un poco solapado, seguro. Pero aquellos que intentan escalar montañas no pueden preocuparse por los guijarros bajo sus pies.

Un movimiento, sería suficiente.

Shoji entendió mejor que la mayoría que un corazón tembloroso por la sensación de un trozo entre sus dedos podría muy bien ser lo que le enviara  de vuelta al infierno.

“Que lio. Bueno, Uhm…Supongo que tendré que aguantar hasta que tu corazón se rinda, Ginko-chan”

Ginko le miró a los ojos desde el otro lado del tablero y simplemente dijo:

“Tus palabras ya no pueden afectarme” “¿Oh?”

“Porque…..Sé que no quieres hacer daño”

“¿Daño? Pero por supuesto que no. Siempre juego limpio y honesto…”

Ginko cortó al risueño Shoji para decir: “Este eres tú, ¿no?”

Consciente de que no debía salir en la toma de la cámara, Ginko le mostró una fotografía de un hombre de unos treinta años jugando al Shogi con una joven Ginko en un tablero de plástico.

“Estuviste allí, en el hospital. Jugaste Shogi conmigo y con los otros también”

“¡…………!”

Ginko continuó, mirando al súbitamente mudo Shoji Karako con ojos suaves y amables.

“Lo olvidé completamente, pero mi madre se acordó de ti cuando te vio en la televisión. Incluso encontró esta foto en uno de nuestros álbumes”

Toda la ansiedad y el miedo que sentía por Shoji había desaparecido en ese momento. Sabía que había un hombre amable detrás de la máscara de payaso.

“Incluso tenías esta transmisión en vivo para que la gente  supiera  de  inmediato  si  necesitaba  ayuda,

¿verdad? Querías ayudar a la gente que se preocupaba por mí a tenerlo más fácil, ¿no?

…Kiyotaki-sensei, Dr. Akashi, mis padres………”

“Y-Yo no diría que……….” “Gracias por preocuparte por mí”

¿Preocuparme? No. No estaba preocupado.

Quería meterse en la piel de su oponente para hacer lo que fuera necesario para obtener una ventaja, excepto que su boca no formaría esas…Palabras.

“Pero estoy bien. Soy más fuerte, ¿Verdad? Mi Shogi, mi corazón. Todo en mí es más fuerte que en aquel entonces”

Tenía que decir algo. Si no hablaba ahora, entonces…

Sin embargo, las palabras que se le habían escapado de la lengua en racimos hasta este punto no vendrían.

“Lo que dejaste en la Sub Liga de Kansai me hizo una jugadora más fuerte. Cuando mi espíritu de pelea estaba a punto de romperse contra Sota-kun, recordé la frase que tener seis Kin y Gin es una ventaja, pero tener siete te pone en posición de ganar. Yo la conocí como la Teoría de la Mostaza”

“La Teoría de la Mostaza….”

“Un chico tonto que conozco mezcló la mostaza de Karashi con Karako”

Se sonrojó un poco al mencionar al chico estúpido. Entonces…

“Ahora soy fuerte. No soy la pobre chica que solía ser. Así que…”

Ginko le aulló desde el otro lado del tablero, su espíritu de pelea surgiendo a través de sus venas poniendo sus ojos en llamas.

“¡Así que! Deja de hablar y juega como si lo dijeras en serio!! ¡¡Karako!!”

“¡Hah!”

Finalmente, mi lengua congelada se despertó.

¡Haha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha-ha! ¡¡Te lo mostraré, de acuerdo!! ¡¡Te mostraré cómo es realmente estar de pie!!”

Desplegando un Kin en su territorio para reforzar las defensas, Shoji se preparó para una larga guerra de desgaste.

No tenía ninguna posibilidad de ganar. Eso estaba claro.

Sin embargo, siguió jugando. Mientras tuviera tiempo de espera a su disposición, mostraría el verdadero poder de Shoji Karako.

Ginko mostró su temple también, mostró su poder, la fuerza que había obtenido.

“Mira esto. Te haré un Jaque Mate en una secuencia rápida”

En una serie de movimientos propias del Maestro Mundano, Ginko sistemáticamente despojó al Ou de Shoji de todas sus defensas y, como lo había hecho muchas veces en su juventud pero con mucho mejor eficiencia, encontró un camino hacia el Jaque.

Sólo cuando se alejó un poco del Jaque  Mate… Shoji suspiró para sí mismo mientras decía:

“…………Nunca te detuviste, ¿verdad?”

“………… No…….”

Con las mejillas enrojecidas por el calor de la batalla, Ginko se puso la mano en el pecho y respondió:

“No lo hice. Hay alguien que espera que me convierta en profesional, y sólo pensar en él hace que golpee aún más fuerte”.

“¡Hah! Ahhh, sí, voy a perder. ¡No tengo ninguna oportunidad!”

Lanzando un puñado de piezas desde su  puesto para señalar su rendición, Shoji se lamenta.

“¡Las chicas enamoradas son invencibles!”

Con eso, Shoji Karako se río para sí mismo al salir de la habitación.