Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 12

Capítulo 4: Fourth Score

Parte 6: A la Batalla

“Voy a salir”

Después de un delicioso desayuno que mi discípula hizo desde cero sólo para mí, tomo todo lo que empaqué anoche y camino hacia la puerta principal.

Como mi kimono y la mayoría de las cosas ya han sido enviadas, todo es sólo un bolso.

El programa de hoy: Reúnete con el personal de la asociación en la estación de Shin-Osaka, toma el tren bala a Tokio y acomódate en el hotel donde se celebra la Partida por el Titulo Teii.

Ai Hinatsuru me sigue a la puerta como un cachorro y repite lo que ha estado diciendo toda la mañana.

“¡He decidido que quiero ir contigo después de todo!”

“Sabes que no puedo dejarte. La escuela tiene que ser lo primero ahora mismo y tú sigues en la escuela primaria, Ai”

El viaje, la inspección y la fiesta de la noche del estreno se hacen en un solo jueves, justo a mitad de la semana.

Es septiembre, lo que significa que las vacaciones de verano han terminado. La partida comenzará el viernes y terminará el sábado, por lo que sería posible que viniera para el análisis del tablero gigante en el segundo día. Es posible, pero las seis horas de ida y vuelta son demasiado para una niña de primaria.

“La segunda partida es en Kobe y la tercera es en Kanazawa, ¿recuerdas? Estuvimos de acuerdo en que Ten-chan trabajaría como analista para la segunda partida y tú estarías allí para hacer la tercera. Todo el mundo estaba contento con eso, ¿verdad?”

“¡Quiero ir a todas las partidas!”

“¡Haha! Eso es un poco codicioso, ¿no crees?”

Aunque la partida por el título teii es un fin de semana, el viaje durará cuatro días, incluyendo el tiempo de viaje antes y después de la partida.

Si va a tomarse tiempo libre de la escuela, tengo que asegurarme de que sea lo menos posible.

Ir a las siete partidas está fuera de discusión. Pensé que Ai entendería…

“Ya hemos hablado de esto. Estabas emocionada por ir a Kanazawa, ¿verdad? ¿Por qué de repente insistes en ir a todas las partidas cuando sabes que no puedes?”

“Porque…Porque necesitas a alguien contigo, Maestro…”

No confía en que yo gane por mi cuenta, ¿eh?

Bueno, parte de eso es mi culpa. Es cierto que habría perdido el título de Ryuo contra el Meijin si Ai no hubiera venido a la cuarta partida.

La había echado del apartamento en ese momento. Incluso Anedeshi se llevó la peor parte de mi crueldad cuando pasó por aquí.

Pero Ai no se dio por vencida conmigo. Me hizo mis comidas favoritas y las dejó en la puerta sin decirme que era ella.

── No puedo dejar que errores patéticos como ese vuelvan a ocurrir.

Por eso he estado actuando alegremente todo el tiempo para tranquilizarla e hice lo mejor para asegurarme de que la partida por el título no saliera en la conversación.

Y sin embargo, ¿Qué ha provocado esto?

“¡No! No te dejaré ir solo, Maestro”

Ai se pone delante de mí y bloquea la puerta con los brazos abiertos. Sus ojos brillan mientras grita a todo pulmón.

Entonces ella da una razón que nunca vi venir.

“……….. Sora-sensei me pidió que cuidara de ti…”

“¡¿HUH?!”

Anedeshi le pidió a Ai que………

“Fue durante el festival, cuando estábamos en la escuela. Pensé que había venido sólo para arruinarlo. Pensé que quería demostrar que podía reunir más gente con sólo aparecer que yo pidiendo la ayuda de todos…”

Bueno, atrajo a una gran multitud y actúa como una niña cuando se trata de Ai Hinatsuru.

Yo también lo pensé, en primer lugar──

“¡Pero no fue por eso que ella vino! Estaba preocupada por ti. Aunque estaba agotada después de las partidas, ella se arregló su cabello y todo eso”

Manos pequeñas agarrando su pecho, Ai me mira con lágrimas en los ojos.

“Yo…Yo nunca podría pedirle lo mismo, no podría dejar que alguien más se quede a tu lado, confiar en que te cuiden, dolería demasiado”……

“…..”

“Pero, Sora-sensei, ella siente lo mismo que yo. Aun así, me pidió que te cuidara……”

Ai entonces grita con lágrimas que se balancean en el borde de sus párpados.

“¡Por eso no puedo decepcionarla! Tengo que hacer lo mejor para que puedas ganar tus partidas, Maestro. ¡Para que Sora-sensei pueda jugar su partida más importante sin tener que preocuparse por ti! ¡Porque si no lo hago, nunca estaré a la altura de ella! Nunca estaré al mismo nivel──”

Hace una pausa por un segundo.

“El mismo nivel que un jugador de Shogi……”

“Ai……”

La he tratado como a una niña todo este tiempo sin decirle nada.

Nada sobre Anedeshi. Nada sobre Ai Yashajin. Nada sobre la partida por el título que está a punto de comenzar.

Tenía en la cabeza que la estaba protegiendo al no preguntarle cómo se siente.

Pero ese tratamiento es exactamente lo que la perjudicó. Hice que se preocupara.

Ai Hinatsuru ya se ha convertido en una gran jugadora de la Liga Femenina.

Puede que todavía esté en la escuela primaria, pero puede sentarse frente a jugadoras como Anedeshi y yo como iguales. Así que──

“Ai. Lo siento, pero no puedo llevarte conmigo”

Es exactamente por eso que estoy eligiendo ir solo. Para no ceder a lo que ella quiere en el campo de batalla.

“Maestro……”

Su cara se retuerce de dolor, Ai intenta decir algo.

Pero  le  tomo  la  mano  antes  de  que  pueda  decir alguna palabra.

Luego  presiono  suavemente  esa  mano  contra  mi corazón.

Mirando  la  sorpresa  en  los  ojos  de  mi  primera discípula, digo:

“Aunque no vengas conmigo, estás aquí, Ai”

“¡……!”

“Vigila de cerca mi Shogi en la mitad del juego. Te verás a ti misma allí, confía en mí”

¿Ahora lo entiende?

¿Fueron suficientes esas palabras para calmar sus miedos? …¿Llenar esa inocente sonrisa suya que regresa con este consuelo?

¿Puede sentirlo? Lo que hay dentro de mí…Nuestro vínculo que nunca cambiará.

Después de varios largos, largos momentos de silencio…

“ Bien”

Dice con una sonrisa como la luz del sol filtrándose a través de las copas de los árboles que crecen en su cara.

Es diferente de la sonrisa de adulto que ha estado haciendo mucho estos días.

Pero no es su inocente e infantil sonrisa, tampoco. Ha crecido mucho desde que llegó a este apartamento por primera vez.

“¡Ten cuidado, Maestro!”

“Volveré en unos días, Ai”

Al final, al ver a mi discípula sonreír de verdad, me puse en marcha.

Hacia el campo de batalla.