Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 13

Capítulo 9: Cuarta Ronda

Parte 2

“Ngh… ¡Aquí!”

Saya desató una descarga simultánea del último barril de su pistola tipo 41 Lux, la Waldenholt Mark II.

Seis líneas de tiro atravesaron el aire, descendiendo sobre su oponente, Curtis Wright, el Ningirsu de Allekant, el Águila de Doble Cabeza, cuando…

“¡Ha-ha-ha-ha-ha-ha! ¡Sigue adelante!” Curtis esquivó las seis explosiones, como si bailara en el aire.

Había sido capaz de seguir a su oponente lo suficientemente bien y había usado el Waldenholt Mark II, el Lux más preciso de su arsenal, para disparar seis cargas sincronizadas, y aún así no fue suficiente.

Deslizándose a través de ese torrente de luz, arremetió contra ella con una velocidad increíble. A sus pies había dos grandes lanzas, o más precisamente, dos espadas brillantes en forma de lanza pertenecientes a la Rect Lux.

En otras palabras, estaba usando esa Rect Lux para volar por el aire.

“Ugh… ¡Ustedes los Allekant y sus molestos artilugios…!” Saya escupió, retrocediendo en un intento de evitar que llegara al vernier de su unidad de espalda.

Sin embargo, no fue lo suficientemente rápida. Curtis pasó rozando, rasgando la sección que cubría su brazo. Su increíble velocidad era demasiado. Saya había desviado la potencia que podía permitirse del vernier a sus mecanismos de control de retroceso y lo había ajustado específicamente para maniobras aéreas de alta velocidad, pero aún así no era suficiente contra el Rect Lux de su oponente.

“¿Artilugios molestos…? ¡Podría decir lo mismo de los suyos, Srta. Sasamiya! Nunca he visto nada en Allekant como los Luxes que usted usa!” Curtis, flotando en el aire, se rió mientras cruzaba los brazos.

Era un estudiante de primer año del Instituto Académico de Allekant, asignado a la clase práctica, con el cabello castaño rebelde y un rostro joven, casi infantil.

Su habilidad para el combate, sin embargo, estaba muy por encima de la norma.

Puede que sólo usara un Rect Lux normal, pero su grado de control sobre él desafiaba toda razón, y los ataques de Saya no podían alcanzar su objetivo.

“Cañón Gatling tipo 35 Lux, Granvaleria”, murmuró, devolviendo el Waldenholt a su soporte en la cintura y activando un gigantesco cañón automático del tamaño de un tronco.

“¡Whoa! ¡Parece que está guardando todavía algo más que el anterior!” exclamó Curtis, cayendo al otro lado del escenario.

En lo que respecta a la velocidad bruta, Hufeng Zhao de Jie Long hizo que su actual oponente fuera fácilmente vencido.

Y en cuanto a la movilidad, Rimcy, con su unidad de vuelo, era innegablemente su superior.

La verdadera razón por la que Saya no podía dar un golpe a Curtis era su gran imprevisibilidad, no podía predecir lo que haría a continuación en un momento dado. Los terminales del Rect Lux a sus pies funcionaban efectivamente como impulsores vernier, permitiéndole acelerar rápidamente y cambiar de dirección en el aire. Pero aún más preocupante, las acciones de su usuario eran simplemente tan caóticas que se quedó sin poder leerlas en absoluto.

Tendré que recurrir a la superioridad numérica, entonces…

Poniendo a su propio Lux bajo su brazo, apuntó directamente hacia él y disparó.

La Granvaleria podía disparar cuatro mil balas por minuto. La descarga que dejó escapar fue prácticamente un huracán.

“¡Yahoo!”

Aún así, ni uno solo de ellos alcanzó su objetivo. Curtis más o menos pasó por encima de su barrera en un amplio arco mientras lo perseguía.

“¡Grrrrrr…!” Saya rechinó los dientes por frustración.

El único medio de ataque de su oponente era anotar un golpe directo con su Rect Lux. No parecía llevar ninguna otra arma. En lo que respecta a Saya, eso era más estupidez que valentía.

Siendo así, hubiera sido lógico intentar atraerlo a una emboscada mientras hacía su ataque, pero para gran frustración de Saya, eso también había resultado ineficaz. Se balanceaba de un lado a otro como una corriente salvaje, a veces subiendo peligrosamente por el aire, y otras cayendo en picado hacia el suelo. Tan pronto como parecía estar saltando hacia arriba, se ponía detrás de ella y bajaba volando desde lo alto.

Pero a pesar de sus limitadas opciones de ataque, continuó variando tanto que Saya quedó completamente asombrada. De hecho, su oponente tenía que ser una especie de genio natural para poder hacer un uso tan eficiente de sus limitaciones.

Lo que significaba, sospechaba, que su talento había sido forjado por Ban’yuu Tenra.

“¡Vamos! ¡Ah-ha-ha-ha-ha!”

Esta vez, giró en círculos por el aire en su Rect Lux mientras esquivaba el continuo
bombardeo de la Granvaleria.

“¡Necesitarás algo mejor que ese tirador de guisantes para derribar a este Rect Lux mío! ¡No subestimes al Shalurgus!”

“¡Eres un hablador…!” Saya murmuró en voz baja.

Era cierto que cada bala individual disparada desde la Granvalería no era particularmente poderosa – la idea era usarla para lanzar una abrumadora andanada – o bien como fuego de supresión. Si no se instalaban múltiples piezas de manadita usando el método de transición LOBOS, si se intentaba aumentar la potencia de salida más allá de lo que se había hecho, el núcleo del Lux inevitablemente se colapsaría.

Para Saya, que siempre había hecho hincapié en las grandes armas y en la enorme potencia de fuego, las palabras de Curtis fueron nada menos que humillantes.

“¡Velocidad, libertad y fuerza! ¡Ese es mi lema!” Curtis exclamó mientras se movía por el aire, las terminales de su Rect Lux dejando cegadores arcos de luz en su camino.

¿¡Aún se está volviendo más rápido…!?

Mezcló balas de vuelo recto con las de arco, pero aún así ninguna logró alcanzarlo.

Y entonces…

“¡Te tengo!”

“¡—!”

Saya saltó hacia adelante para esquivar el siguiente ataque de Curtis, mientras él se balanceaba detrás de ella y se abalanzaba desde arriba. Se las arregló para escapar de la herida, pero él se acercó lo suficiente como para arrancar unos cuantos mechones de pelo, enviándolos a caer suavemente al suelo.

“¿Hu-uh? Qué raro, creí que te había atrapado esa vez… ¡Ah, ya veo! ¡Señorita Sasamiya, usted es tan pequeña que debo haber juzgado mal mi puntería!”

“¿Cómo te atreves? ¡Es imperdonable!”

Una vez más, Saya dio un gran golpe con la Granvalería, pero como temía, no fue suficiente para anotar algún golpe.

“¡Ah-ha-ha-ha-ha! Sabes, pensé muy bien de ti después de ver tu batalla con Rimcy, ¡pero supongo que esa marioneta no debe haber sido todo lo que la gente dice que es!” Curtis rió alegremente mientras saltaba por el aire, su tono de voz, a pesar de sus palabras, aparentemente desprovisto de malicia. “¡Bueno, no es que pensara que tendría algún problema para vencer a Rimcy yo mismo!”

“…¿Oh?”

Con eso, Saya dejó de disparar y bajó la cabeza.

“Ahora bien, ¡quizás es hora de terminar esto!” Tan pronto como Curtis terminó de hablar, las espadas gemelas de su Rect Lux dividido comenzaron a crecer.

Estaba usando las Artes Metereolicas para aumentar su tamaño. Sin duda cualquier intento de defensa resultaría ineficaz.

“¡De acuerdo, entonces, voy a por ti!”

Incrementó su velocidad aún más, arqueando el aire en círculos cada vez más pequeños como un taladro gigante. Un poderoso vórtice de viento envió el cabello de Saya en todas las direcciones posibles.

“¡Imdolgud!”

“…te vas a arrepentir de esto, mocoso.” Completamente compuesta, Saya activó uno de sus nuevos Luxes. “Tipo 42 Lux de pila de explosivos”: Aresbringer.”

Mientras hablaba, un largo y cilíndrico Lux emergió para abarcar todo su brazo derecho.

Este fue uno de sus nuevos Luxes, el arma personalizada definitiva, diseñada específicamente tanto para liberar un tremendo poder a corta distancia como para hacer el máximo uso de sus propias técnicas específicas de lucha.

Había conseguido engañar a Curtis para que se lanzara en picado sobre su Rect Lux, esperando a que estuviera lo suficientemente cerca para atravesarla, antes de apartarse hábilmente y aplastar al Aresbringer contra él con todas sus fuerzas.

“Estilo Amagiri Shinmei, Técnica de la Espada Sasamiya: ¡Detonación de cuatro cuernos!”

“¿¡Qué!?”

Cuando la explosión fue liberada, una ultrapotente explosión de energía de rango ultrasónico engulló las hojas del Rect Lux de Curtis, enviándolo en picada indefenso al suelo.

Su núcleo de manadita destruido, el Rect Lux de Curtis explotó en una brillante explosión, dispersándose por el escenario en minúsculos fragmentos.

“¿Qué… qué… qué… qué…? ¡E-eso fue intenso…!” Después de haber sido arrojado a través del escenario por la explosión, Curtis, sentado en el suelo, se frotó la mano contra la espalda, con los ojos llorosos. “En retrospectiva, creo que hay algo que debería decirte…”

“¿Oh…?”

Mientras Saya bajaba el Aresbringer frente a sus ojos, Curtis le mostraba una sonrisa torpe, levantando sus manos vacías en el aire:

“Yo… lo siento…”