Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 11

Capítulo 6: Redada De Saqueadores

Parte 9

Se suponía que era solo un ejemplo, por lo que hacer más era complicado.

Hacer esa espada había sido bastante difícil, así que realmente no tenía la intención de hacer más. Si le gustó tanto, me alegraría dejar que se la quedara.

“Así que es una verdadera Espada de Plata de Ala de Hormiga.”

“Si. Si arruinas la temperatura, se vuelven grises.”

La noble rubia apareció a mi lado, mirando a Sumina con bastante envidia mientras esta última levantaba la espada.

“¿Hubieras preferido una?”

“¡No, no! ¡Estoy encantada con la ropa y el estoque que me diste, Lord Kuro!”

También había planeado darle a ella y a sus amigas nobles equipo como las otras exploradoras, pero dijeron que tenían la intención de renunciar al negocio de ser exploradoras. En cambio, les di armaduras ligeras y estoques de acero para la defensa propia.

Estos favorecían la ostentación sobre la practicidad, por lo que tenían la apariencia poco realista de un escuadrón de damas caballeros.

“Sumina, haré que tú y las otras exploradoras llevaran a los saqueadores al gremio del oeste y recolectar el dinero de la recompensa. Entonces puedes usar ese dinero para encontrar una vivienda en la Ciudad Laberinto hasta que nuevamente puedas vivir por tu cuenta.”

“Lord Kuro, supongo que sería un inconveniente para usted si nos quedáramos aquí… ¿no es así?”

La noble me miró con los ojos agitados, pero respondí sin rodeos.

“Sí lo haría. Tengo mucho trabajo por hacer.”

Las chicas que todavía necesitaban más curación de Lelillil y las que sabían sobre el cultivo se quedarían un poco más, pero planeaba liberar a las demás de inmediato.

“Por supuesto… Después de todo, tú sirves al héroe.”

Eluterina se veía abatida, pero no le sentaría bien al carácter de Kuro consolarla, así que la ignoré y me volví hacia la portadora de bolsos Polina.

“Tengo algo que pedirte.”

“¿Qué es?”

Le pedí a Polina que me ayudara a inventar una historia de portada para que las mujeres recién liberadas no levantaran sospechas.

“¿Por qué no decir que nos estaban refugiando en la aldea oculta de la Gente Azul?” Esta sugerencia no vino de Polina sino de Eluterina, la noble rubia.

“¿La gente azul?”

“Si. ¿No has oído hablar de ellos?”

Según su explicación, este era un apodo para los humanoides de piel azul que se dice que aparecen muy ocasionalmente en aldeas laberínticas dentro del laberinto.

Aparte de la Gente Azul, estaba bastante interesado en ver una de estas aldeas laberínticas, así que decidí que iría a echar un vistazo con mis compañeras cuando tuviéramos la oportunidad.

“Yo también he oído hablar de ellos.”

Tímidamente, Polina compartió la información que tenía.

Según los rumores, algunas personas los encontraron cuando se perdieron en el territorio de los monstruos.

Mientras no los enemistaras, aparentemente eran perfectamente amistosos, pero si atacas a uno, te matarán sin piedad.

Las mujeres eran todas bellezas de todas las formas y tamaños, y se decía que los hombres también eran guapos, con flequillos ondulados como algas.

Incluso hubo rumores de que podrían evaporarse en niebla.

“¿Estás segura de que estas personas azules no son en realidad vampiros?” La noble rubia se apresuró a refutar mi teoría.

“Oh, no, Lord Kuro. Conocí a alguien que estuvo en el Laberinto Chupasangre en el Imperio Saga, y dijo que los vampiros son criaturas bestiales de color negro azulado que no entienden el lenguaje.”

Esta chica está muy bien informada. De alguna manera, me recordó a Nadi, la mujer de la tienda general en la Ciudad Seiryuu.

“Déjame pensar…”

Contemplé su propuesta por un momento.

“… Perfecto. Eso debería funcionar.”

Con eso decidido, dediqué un tiempo a solidificar la historia de portada con Eluterina, Polina y Sumina.

“¡¿Qué diablos está pasando aquí?!”

 “Somos el Club de Fanáticas de Lord Kuro. Lord Kuro está a punto de realizar un milagro, así que siéntese y observe.”

Usando mis hechizos de Clarividencia y Clariaudiencia para asegurarme las cosas estaban listas para que me teletransportara al laberinto, encontré a la hermana mayor Sumina discutiendo con un empleado del gremio.

La había enviado desde la primera sección del estrato superior del laberinto para asegurarme de poder teletransportarme allí, pero tal vez debería haber enviado a alguien que fuera un poco mejor negociando.

Fingiendo no haber escuchado la frase “Club de Fanáticas de Lord Kuro”, comencé a remover las paredes de tierra que mantenían a los saqueadores encarcelados.

Por supuesto, ya había bloqueado todas las salidas con muros gigantes para evitar que se escaparan.

“¡Graaah!”

“¡Déjanos ir!”

Tan pronto como desaparecieron los muros, los saqueadores me atacaron como animales hambrientos.

Los derroté con el hechizo de supresión de humanos Aturdimiento Remoto y el hechizo de supresión de monstruos Aturdimiento Corto.

Los saqueadores de rango superior que eran al menos de nivel 30 o mejorados con el beneficio Cuerpo Demoníaco pudieron resistir al primero, así que los golpeé con el segundo.

Uno de ellos esquivó a los saqueadores que caían y trató de golpearme con una aguja venenosa, pero mis habilidades de “Sentir Peligro” y “Secuestro” me permitieron noquearlo antes de que pudiera hacer nada.

¿Dónde estaba escondiendo esa aguja venenosa?

Primero, usé Drenado de Maná para tomar la magia de los saqueadores para que no pudieran usar ese molesto cuerpo demoníaco. Luego los até con hiedra espinosa que agota la magia que había encontrado en Almacenamiento.

También tenía instrucciones sobre cómo hacer la hiedra espinosa que constriñe a los magos, así que decidí probarla cuando tuviera la oportunidad.

Luego, recogí a los saqueadores con Mano Mágica y me teletransporté al área del gremio en el laberinto, donde Sumina y las demás estaban esperando.

“¡Vaya, ¿de dónde vino?!”

“¡Lord Kuro! ¡Excelente trabajo como siempre!”

El grito de Sumina interrumpió al sorprendido empleado del gremio.

“Lleva a estos saqueadores capturados al gremio. Usted, secretario, necesitamos más gente. Ayúdanos a llevar a estos saqueadores a prisión.”

El empleado pareció dudar de mi altiva orden, pero tan pronto cuando vio a los saqueadores más famosos entre el lote capturado, se volvió muy cooperativo.

“Así que eres responsable de toda esta conmoción, ¿verdad?”

“Maestra del gremio.”

La maestra del gremio apareció al otro lado de la multitud, luciendo aburrida. Sebelkeya no se veía por ningún lado, pero Ushana estaba con ella como siempre.

“Estos son los saqueadores de las bases que viste anoche. Busqué a cualquiera que pudiera haber estado trabajando en el campo, pero no encontré a nadie. Lo más probable es que fueron asesinados por los saqueadores o el cerebro detrás de ellos.”

Usé mi habilidad “Fabricación” para inventar esa historia.

Con el tiempo, la maestra del gremio probablemente oiría hablar de los antiguos cautivos que afirmaban que se habían refugiado en la aldea del Pueblo Azul, pero esas chicas estaban convencidas de que habían estado cultivando trigo gabo y cebada gabo, no tallos de destrucción y malezas de ruina.

Además, parecía ser la única persona con alguna idea de cómo hacer el círculo mágico requerido para cultivar esas plantas de manera efectiva, así que deberían estar bien.

De todos modos, no pensé que la maestra del gremio o los altos mandos del Reino Shiga querrían pinchar el nido de avispas.

Si algo salía mal, siempre podía intervenir y ayudar a las chicas a escapar a algún reino lejano.

Acepté la recompensa de la maestra del gremio, le di el dinero a Sumina y le pedí que alquilara algunas casas.

Como había casi doscientas personas en total, básicamente alquilaron un barrio entero.

“Te dejaré a cargo por ahora. Polina y Eluterina vendrán más tarde.”

“¡S-Sí, Lord Kuro! Puedes contar con nosotras.”

Sumina y la multitud de cuarenta y seis exploradores inflaron el pecho con orgullo. Aun así, no estaba planeando simplemente abandonarlas manejándose por sí mismas.

Les brindaría apoyo durante los próximos meses hasta que pudieran volver a ser independientes.

“Enviaré a un comerciante llamado Echigoya en los próximos días. Si necesitan algo, habla con él.”

Con eso, les di algo de dinero para sus gastos de manutención inmediatos.

Ahora, no tenía el nombre falso “Echigoya”, así que tendría que pedirle a Tifaleeza que me lo diera con “Orden de Nombre”.

“Y puedes vender el equipo de estos saqueadores y usar ese dinero para lo que necesites.”

La armadura probablemente era casi inútil, pero había algunas armas de monstruos que podrían tener un precio decente.

Sin embargo, las armas malditas y las herramientas mágicas eran peligrosas, así que las guardaba.

Durante los próximos días, planeé liberar al resto de las chicas en la Mansión Ivy en pequeños grupos.

Más tarde intenté liberar a las esclavas sin amo, enviarlas a las casas de vecindad y devolver las que tenían amos a sus dueños, pero ese plan terminó fracasando.

Los propietarios no querían pagar la tarifa del buscador por su devolución. Al final, terminaron cediéndome la propiedad de las chicas a mí.

La mayoría de ellas entonces querían quedarse como esclavas de Kuro, pero yo no deseaba que las esclavas fueran usadas como herramientas.

Acepté esto por respeto a sus deseos para poder mantenerlas a salvo por el momento, pero eventualmente, cuando salieran de las casas de vecindad, las liberaría a todas de la esclavitud.

Por ahora, solo observé con satisfacción cómo las ex cautivas vivían felices sus nuevas vidas bajo un cielo azul claro.