Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 11

Capítulo 3: Vida Cotidiana Pacífica

Parte 2

Luego hice lentes de contacto rojos y azules con vidrio de colores, lo que resultó en una apariencia similar a las gafas 3-D de la vieja escuela.

“Perfecto. Eso es bastante distintivo.”

Al probármelo, pensé que el resultado final se veía bastante bien.

Luego hice una máscara estilo mascarada para cubrir la mitad superior de mi cara, asegurándome de que la cicatriz de la mejilla todavía fuera visible debajo.

De esta manera, en lugar de mostrar toda la cara desde el primer momento, solo permitir vislumbres debajo de la máscara ya daría la impresión de que yo era alguien más que Satou. Entonces la gente ya estaría imaginando una cara diferente cuando la vieran.

Sin embargo, cuando miré el resultado en el espejo, sentí algo.

“Tiene un aspecto bastante diferente al de la gente de esta nación, ¿no?” Preguntó Lelillil.

“Sí, está basado en alguien de mi tierra natal.” Fruncí el ceño, tratando de averiguar la causa de la extrañeza.

“¿Quizás necesito más altura y hombros más anchos?”

Yo era bastante delgado para ser hombre, así que mi cuerpo no encajaba con el rostro de un actor extranjero.

Bueno, unas hombreras y unos zapatos de plataforma de al menos quince centímetros deberían cubrir eso.

Con eso, me decidí por el estilo predeterminado de Kuro.

Cuando me disfracé de Kuro, pensé que modelaría mi voz y mi personalidad como la de un asesino que el actor en cuestión había interpretado. Si recuerdo bien, era un personaje brusco y arrogante.

Eso fue un poco más básico de lo que pretendía, pero siempre podría obtener algunos consejos de la experta cosplayer Arisa.

Al revisar mi registro, descubrí que había adquirido algunas habilidades y títulos nuevos.

> Habilidad adquirida: “Mascarada”

 > Título adquirido: Hombre Misterioso

 > Título adquirido: Maestro del Disfraz

 Parecía un poco tarde para la habilidad “Mascarada”, pero hacer las máscaras debe haber sido lo que cumplió con los requisitos.

Independientemente, probablemente sería útil, así que puse la máxima cantidad de puntos de habilidad y lo activé de inmediato.

“Ahora, Lelillil.”

Una vez que terminé de vestirme como Kuro, decidí ver cómo estaban las víctimas de quemaduras, ya que por eso había venido a la Mansión Ivy.

“En seguida, mi lord.  Despierta Kakusei.”

Lelillil rompió el hechizo de Magia Hogareña y las chicas se despertaron de inmediato.

“¿D-Donde estamos?”

“¿Qué pasó?”

“Hubo… un incendio… ¿no?”

Las chicas se palmearon la cara y miraron debajo de la ropa, revisando su piel en busca de quemaduras.

Solo la pelirroja Neru y la belleza de cabello plateado Tifaleeza permanecieron inmóviles, mirando inexpresivamente al techo sin molestarse en revisar sus cuerpos, ya que para empezar habían tenido serias quemaduras.

Sus ojos parecían vidriosos, como si hubieran renunciado a la vida.

“¿Puedo ver?”

Finalmente, Tifaleeza se movió lentamente y puso una mano sobre su ojo derecho. La luz lentamente comenzó a regresar a su rostro.

“¿Que está pasando?”

“Ve por ti misma.”

Coloqué un espejo de mano frente a ellas. Parecieron reacias por un momento, luego sus ojos se abrieron al ver sus reflejos.

Una vez que se habían acariciado el cabello y la cara, rápidamente tiraron a un lado las mantas que las cubrían y se quitaron la ropa.

Hermoso. 

Aunque estaba acostumbrado a ver la belleza incomparable conocida como Lulu, estaba cautivado por su piel desnuda inmaculada.

Mi corazón ya le pertenecía a la Señorita Aaze en el Bosque Bolenan, pero si esto hubiera sido antes de conocerla, y Tifaleeza fuera un poco mayor, podría haberme enamorado de ella en un segundo.

“¿Tifa?”

Neru miró a Tifaleeza en estado de shock, así que le di otro espejo.

“¡D-D-D-De ninguna manera! ¡¿Me estás diciendo que esas quemaduras tuyas se curaron?!” La joven pelirroja, Neru, habló sorprendentemente como un matón callejero.

Parte de su cabello se había alzado, como para expresar su sorpresa.

En un personaje de anime (generalmente uno de ingenio lento), lo llamarías ahoge. En cualquier caso, le sentaba alarmantemente bien.

“¡Whoooooooa, tienes que estar bromeando! ¡Mi cuerpo también ha sanado, sabes!” Quitándose la ropa, exclamó en estado de shock mientras miraba su propia piel.

¿Por qué es necesario mostrárselos a todos?

 Mientras Neru desnuda se dispuso a revisar cada centímetro cuadrado de su cuerpo en busca de quemaduras, me di la vuelta y aparté la mirada.

Desafortunadamente, eso puso de nuevo a la vista a la igualmente desnuda Tifaleeza.

Había carne desnuda en todas las direcciones que miraba, así que decidí esperar en el pasillo hasta que se relajaran.

“¡Cálmense ya, maldita sea…! Con su permiso.”

Después de un rato, escuché a Lelillil gritar dentro de la habitación. Ella debe haberse cansado de esperar.

“¿Cuánto tiempo van a hacer esperar a Lord Kuro? ¡Después de que usó todas esas valiosas pociones para curar sus lamentables traseros! Erm, señoritas.”

Afortunadamente, parecía haberse acordado de referirse a mí como Kuro frente a estas jóvenes.

Una vez que Lelillil me llamó, volví a la habitación.

… ¿Eh? 

Por alguna razón, las chicas estaban postradas en el suelo.

“““¡Muchas gracias, Lord Kuro!”””

Bueno, supongo que Lelillil mencionó que las había curado a todas.

“¿Se sienten bien, señoras?”

Todas las chicas levantaron la cabeza y asintieron frenéticamente.

“Su maestro parece haber muerto. Si tienen un lugar al que llaman casa, las llevaré allí.” Ante esto, se miraron la una a la otra, pero no respondieron.

Técnicamente, dado que aquí se consideraba que los esclavos eran propiedad, los parientes más cercanos de su maestro podrían tener derecho a heredarlos, pero después de su estrecho roce con la muerte, dudaba que hubiera algún castigo por liberarlas.

Por supuesto, si alguien se presentara a reclamarlas, simplemente pagaría cuanto pidieran.

“¿Qué pasa?”

Tocando su propia piel y las camas a su alrededor como si buscaran algo, las jóvenes continuaron intercambiando miradas en silencio.

Finalmente, una de ellas se armó de valor para tirarse al suelo y gritar.

“… Tengo la habilidad de ‘Analizar’, señor. Por favor, permítame ser tu esclava… le prometo ser de utilidad.”

“Solo tengo la habilidad ‘Coser’, pero haré lo que quiera. Por favor hágame su esclava.”

“¡Puedo leer y escribir! ¡También puedo hacer matemáticas! Así que, por favor, permítame servirle, maestro.”

Las otras dos chicas hicieron lo mismo y me pidieron que las convirtiera en mis esclavas.

“Todas están desesperados por imponerse a su buena voluntad, mi lord.”

Ante el comentario desdeñoso de Lelillil, entendí su razonamiento.

Simpatizaba con la difícil situación de las chicas y estaría feliz de ayudarlas a recuperarse como plebeyas, pero ciertamente no necesitaba más esclavas.

“““¡P-Por favor, maestro!”””

“No necesito esclavos.”

Ante eso, las tres chicas bajaron la cabeza.

“Ustedes dos no van a suplicar, cachorras… erm, ¿señoritas?”

“Esclava o no, Lord Kuro, lo juro. Le pagare por haberme curado.”

A juzgar por su reacción dramática a la curación de sus quemaduras, mi suposición de que las quemaduras de Neru eran anteriores al incendio reciente debe haber sido correcta.

“Sé que mi cara y cuerpo no es mucho, así que, no si podría satisfacerlo con servicios nocturnos, pero puedo hacer Magia Cotidiana, ¡ya sabes! ¡Juro que voy a ser útil!”

La Magia Cotidiana ciertamente es útil.

 El nivel de Neru era de un solo dígito, lo que significaba que probablemente no tenía mucha capacidad mágica, pero seguramente podría ganarse la vida sin tener que convertirse en esclava de nadie.

“Yo también. Yo era secretaria en el castillo del Condado Lessau. Mis únicas habilidades son ‘Heráldica’ y ‘Orden de Nombres’, por lo que puede que no sean de mucha utilidad, pero con mucho gusto me ocuparé de cualquier archivo y contabilidad. Prometo trabajar tres veces más duro que nadie.”

Tifaleeza sonaba como una adicta al trabajo.

Sin embargo, lo que es más importante… ¿la habilidad

“Orden de Nombres”?

Tiempo perfecto. Ella podría ayudarme con algunas cosas.

“Tifaleeza, ¿verdad? De hecho, tengo un poco de trabajo para ti. Voy a enviar Lelillil a buscarte para que luego te lleve a mi habitación privada.”

“S-Sí, señor.”

Tifaleeza asintió nerviosamente.

“Es la cara, ¿no?” Neru refunfuñó en voz baja.

Sin embargo, estaba fuera de lugar. Mi interés era únicamente que Tifaleeza usara su habilidad de “Orden de Nombres” para poner algunos seudónimos en las cosas.

“Las dejaré, chicas, quedarse aquí un rato. Si no tienen pistas para trabajos, díganle a Lelillil lo que le interesa hacer. Veré qué puedo encontrar para ustedes.”

No le sentaría bien a mi conciencia enviarlas al mundo solo para que terminen vendiéndose, así que no me importó ayudarlas a encontrar un nuevo trabajo.

“Espera un minuto, Lord Kuro, si no le importa.” Neru levantó una mano.

“Tifa y yo somos esclavas criminales. A menos que obtengamos el perdón del rey o algo así, no podemos ser liberadas. Si nos envía lejos, probablemente terminaremos como esclavas en las minas de carbón o locales nocturnos, ya sabes.”

Las lágrimas llenaron los ojos de Neru; Tifaleeza también estaba pálida.

“¿Esclavas criminales? ¿Qué hicieron ustedes, cachorras?” Preguntó Lelillil.

“Terminamos por rechazar a un señor que se puso un poco demasiado hábil, eso es todo.”

“No llamaría ‘demasiado hábil’ a un hombre que irrumpió en los baños, usó drogas para incapacitar a las chicas y las obligaría a hacer cosas que no querían hacer.”

Según las dos, habían rechazado el acoso sexual del Conde Lessau, lo que resultó en que recibieran Marcas de Traición en la espalda y se convirtieran en esclavas.

“Ese bastardo pervertido quemó mi cuerpo y el de Tifa mientras también nos marcaba.” Dijo Neru distante.

La idea de que un señor feudal quemara a las jóvenes solo por rechazar sus avances era horrible.

Si ese fuera el tipo de cosas que sucedieron en el Condado Lessau tendríamos que permanecer lejos.

“Parece que lo han tenido bastante duro…”

Recordé las cicatrices de las quemaduras que habían cubierto el cuerpo de Tifaleeza.

En momentos como este, me avergonzaba no tener el vocabulario para producir mejores palabras de consuelo.

Al darse cuenta de mi mirada, Tifaleeza aclaró con ojos fríos.

“No, ya tenía quemaduras antes de que eso sucediera. Cuando era niña, mi madrastra dijo que no le gustaba la expresión ausente de mi rostro y me quemó.”

Tifaleeza parecía ser una joven muy desafortunada.

“Ya veo. Bueno, espero que a partir de ahora encuentres la felicidad para compensar toda esa desgracia.”

Ahora que la había curado, no le faltarían pretendientes, así que seguramente podría encontrar una persona adecuada para casarse.

“… Gracias.”

Palmeé la cabeza de Tifaleeza suavemente, y luego salí de la habitación.

Tenía la intención de que usara la habilidad “Orden de Nombres” para mí de inmediato, pero no quería ponerla a trabajar justo después de obligarla a recordar su difícil pasado. Podría esperar hasta esa noche.

Por ahora, decidí consultar con un hombre de la ciudad en el centro de la ciudad y ver si podía encontrar a alguien que acogiera a las chicas.

Si lo hicieran, tendría que negociar con ellos para asegurarme de que las jóvenes fueran legalmente liberadas.

“Cuídalas por mí, por favor.” “Sí, Lord Kuro.”

Con eso, fui a la ciudad disfrazado de Kuro.

Ahora, ¿cómo encuentras exactamente un hombre de ciudad? 

Llegué al centro de la ciudad, al menos, pero probablemente debería haber entrado en esto con un plan más.

“Oye, amigo de cabello blanco, nunca antes te había visto por estos lados. ¿Tienes algún negocio aquí?”

El punk que se me acercó me resultaba familiar.

Era el hombre que había afirmado estar a cargo de las cosas por aquí durante el incidente del incendio.

“Skopi de los Escorpiones de Barro, ¿verdad? Tengo una pregunta para ti.”

“¿Hunh? ¡No te límites a decir mi nombre! ¡Nunca te he conocido, idiota!”

Vaya, eso es correcto. No llevaba este disfraz cuando lo conocí.

Sacando una bolsa de monedas del bolsillo de mi pecho, se la arrojé al hombre.

“Eso es una gran cantidad de cambio… ¿Qué quieres?”

“Necesito información.”

“¿Información?”

“Si. Estoy buscando a alguien.”

Pregunté sobre el antiguo maestro de las chicas, usando los detalles que habían compartido conmigo.

“Lo siento. Ese tipo está muerto.”

“¿Sabes si tenía familia?”

“¿Qué, te debe dinero o algo así?”

“No, al contrario. Le debo una deuda. Si tiene familia, me gustaría pagarles en su lugar.” Seguí esta historia para que no intentara proteger su información.

“Si no me equivoco, él ni siquiera tenía amigos o amantes, mucho menos familia.”

“Ya veo…”

Si no había nadie que heredara a sus antiguos esclavos, entonces mi trabajo aquí estaba hecho. Empecé a darme la vuelta para irme, pero luego Skopi dijo algo que me llamó la atención. “Además, incluso si tuviera familia, nunca mostrarían la cara.”

“¿Qué quieres decir?”

“Porque él fue quien inició el incendio.”

Bueno, eso fue inesperado. 

“¿Pensé que era un comerciante de esclavos?”

“Técnicamente, tenía una tienda general. Pero en realidad, solo era un idiota que solo tenía ojos para el dinero.”

Según Skopi, el Sr. Imbécil había ideado un nuevo plan para hacer dinero: criar limos de aceite en los restos de basura, solo para provocar accidentalmente un incendio con ellos.

La teoría detrás del plan era bastante sólida, pero intentarlo en un centro de la ciudad lleno de edificios fácilmente inflamables mostró algo de falta de previsión.

“Bueno, esto es para su funeral. Y dales el resto a las familias de las otras víctimas del incendio.”

Saqué una bolsa con unas cincuenta monedas de oro de la caja de artículos y se la arrojé a Skopi.

Técnicamente, no había ninguna razón para que yo diera dinero en lugar del Sr. Imbécil, pero me sentí como si le hubiera robado las esclavas, así que le di una cantidad equivalente a su valor.

Debido a que lo estaba haciendo solo para mi propia satisfacción, realmente no tenía la intención de investigar si Skopi realmente distribuyó el dinero como le había pedido.

Mirando dentro de la bolsa, Skopi dejó escapar un silbido bajo.

“Adiós.”

Sin más preámbulos, salí de la zona.

“¡Exploramos muchísimo hoy, sir!”

“¿Y también dibujamosssssssss?”

Mientras cenábamos carne y patatas, Tama, Pochi y Mia me contaron sobre su exploración de la tierra cerca de la casa.

Tama incluso había producido una especie de mapa turístico de la zona.

Su arte había mejorado aún más que antes, fácilmente a la par con un profesional.

“Esto es muy bueno. Buen trabajo, Tama.”

“¿Nee-hee-hee…?”

Ver a Tama recibir una palmada en la cabeza pareció despertar el lado competitivo de Pochi; comenzó a hurgar en el Paquete de Hadas que colgaba de su silla.

“Le compré esto, y esto, y esto, sir.”

Sacó una variedad de bellotas inusuales, piedras bonitas, etc., alineándolas sobre la mesa.

“Pochi, estamos en medio de una comida. Puedes repartir regalos cuando hayamos terminado de comer.”

“… Ayer, sir.” Ante la gentil advertencia de Liza, Pochi volvió a guardar los artículos en su bolso de mala gana.

“La comida es importante, sir.”

“¡Oui, oui!” 

Con sus amados tenedores y cucharas en la mano, Pochi y Tama escarbaron en la comida.