Wortenia Senki (NL)

Volumen 6

Capítulo 2: En Busca de un Nuevo Poder

Parte 2

Al día siguiente, las hermanas Malfist se acercaron a Ryoma mientras descansaba después del desayuno. Ser capaz de enseñarle a Ryoma taumaturgia parecía haberlas puesto de muy buen humor. Ya estaban sonriendo y estaban claramente entusiasmadas, pero también había un poco de sombra que colgaba sobre sus expresiones. Como si algo también les preocupara.

“Maestro Ryoma… Hoy empezaremos a trabajar en ayudarte a aprender taumaturgia. Estás preparado?”

“Sí. Gracias a las dos. Agradezco vuestra ayuda.” Ryoma inclinó la cabeza ante las hermanas.

Cuando se trataba de taumaturgia, por lo menos, Ryoma era su discípulo, y lo vio como natural para tratar a las hermanas con el debido respeto. Sara, sin embargo, miró su comportamiento con duda. Eran esclavas, y él era su amo – el hecho de que él bajó su cabeza antes la dejó desconcertada. Pero al ver a Laura sacudir la cabeza, Sara optó por dejar sus dudas sin decir nada.

Los tres habían trabajado juntos durante casi un año y habían superado muchos desafíos junto a Ryoma. Conocían muy bien su personalidad. Ryoma Mikoshiba nunca fue alguien que fuera arrogante y subestimara a los demás, y se adhirió al decoro y la cortesía. Le vino naturalmente, y lo hizo completamente inconscientemente.

Eso era un problema, dado que estaba en una posición que comandaba esclavos, pero eso era también lo que le ganó la sinceridad de las hermanas Malfist.

“Entonces comencemos. Maestro Ryoma, recuerdas los diferentes tipos de taumatiturgia que te hemos enseñado antes?”

Las hermanas Malfist tenían a Ryoma sentado en el centro de la tienda, con la intención de revisar sus conocimientos sobre el tema.

“Sí. Taumaturgia verbal – el que requiere cantar. Taumaturgia marcial, que no requiere ningún canto, y taumaturgia dotado, que le permite sellar hechizos dentro de objetos para que exhiban ciertos poderes. Correcto?”

Las hermanas ya le habían enseñado un poco sobre la taumaturgia mientras todavía eran aventureros errantes. No le enseñaron cómo usarlo en ese momento porque estaban viajando, lo que no le dio a Ryoma el tiempo libre para aprender.

“Correcto. Y, todos los tipos de taumaturgia consumen prana, la energía vital de uno, para exhibir sus efectos “. Dijo Laura, a lo que Ryoma asintió sin decir una palabra.

Todas estas eran cosas que él ya sabía.

“Prana es un tipo de energía que existe dentro de todos los seres vivos. Como tal, dado que la taumaturgia se alimenta de este poder, cualquiera debería ser capaz de controlar su propio Prana y aprender taumaturgia para utilizarlo”.

“Entonces… es por eso que incluso los niños pueden aprenderlo, verdad?”

Cualquiera podría aprender taumaturgia, independientemente de su sexo o edad.

“Precisamente. A cualquiera se le puede enseñar esto, incluso si diferentes personas adquieren la habilidad a diferentes velocidades. Como muy pronto, tomaría un par de meses aprender los conceptos básicos, y a más tardar podría tomar seis meses. Me refiero a los conceptos básicos de la taumaturgia, pero eso solo puede ponerle la cabeza y los hombros por encima de aquellos que no lo han aprendido en absoluto “.

“Sí, ya te dije esto, pero no espero aprender a usarlo perfectamente en solo un par de meses. En este momento solo quiero tener lo básico. Si eso solo le da a un niño suficiente mano de obra para igualar a varios adultos, después de todo, entonces eso es todo lo que necesito por ahora “.

Ryoma no creía que la utilidad de la taumaturgia se limitara solo a la batalla. Podría hacer que incluso un solo niño sea tan útil como varios adultos en términos de pura capacidad de trabajo. Podrían talar árboles, transportar piedras de canteras y erigir casas. Y podría hacerse útil de muchas maneras durante la vida cotidiana. Ryoma no podía verse a sí mismo nunca permitirse no capitalizar ese poder, incluso si esa forma de pensar se desviaba mucho de la percepción del sentido común de este mundo.

La gente de esta Tierra vio la taumaturgia como un poder único que les otorgó un dios. El nombre de ese dios era Menios, el Dios de la Luz. Él era uno de los seis dioses que se decía que habían creado este mundo, y considerado la principal deidad central. Se dijo que él otorgó el poder de la taumaturgia a la humanidad.

No es una narración poco común.

Ryoma se crió en Japón, un país que en general era bastante secular. Ryoma también había experimentado muchos tipos diferentes de subculturas, lo que le hizo detectar todo tipo de agujeros en este mito.

Muchos sistemas de creencias politeístas en el pasado adoraban a dioses que representaban conceptos individuales, viéndolos como los bloques de construcción de toda la creación. Mientras tanto, poderes sobrenaturales como la hechicería y la magia eran adorados como poderes especiales otorgados por los dioses, o quizás temidos como influencia demoníaca.

En ese sentido, la fe en el dios de la luz emparejaba muchos hilos comunes con las religiones antiguas en la historia del mundo de Ryoma. O, dicho de otra manera, esta narrativa religiosa empleó muchos elementos bien utilizados y familiares.

Pero el problema no era la autenticidad de este mito, sino más bien que era bien conocido y creído en todo el continente occidental. Mucha gente practicó la doctrina de la Iglesia de la Luz en toda esta tierra, confiando en el dogma quizás clásico de que sólo aquellos que creen recibirán la salvación.

Hace varios meses, Ryoma hizo que sus hombres usaran taumaturgia para formar una cabeza de puente a través de las orillas del río Tebas. Solo lo veía como un poder conveniente que desempeñaba el papel de la maquinaria, pero esta idea le parecería impactante, si no blasfema, a la gente de este mundo. Los mercenarios eran una cosa, pero si no hubiera sido por la mayor causa de construir fortificaciones en el campo de batalla, los caballeros podrían haber rechazado rotundamente su orden.

Los mercenarios y plebeyos no se aferraron tanto a la fe, pero para los caballeros, nobles y realeza más privilegiados, este era un problema importante. Crecieron desde la juventud con la creencia de que se les dio el derecho de gobernar sobre los demás, y que el Dios de la Luz les otorgó el poder de la taumaturgia para hacerlo.

Lo percibieron solo como un poder destinado a defenderse, y solo lo usaron en la batalla.

Ryoma sintió que había una clara contradicción en la idea de usar un poder otorgado por Dios solo para la batalla, pero la religión estaba plagada de ideas tan ilógicas. Dicho eso, no tenía intención de cuestionar esas creencias. Lo único que le importaba era si algo podía serle útil. Si algo no fuera útil, simplemente lo ignoraría.

Y habiendo venido de Japón, Ryoma no vio la necesidad de presentar ningún respeto a los dioses de este mundo. Son sólo instrumentos, y la cuestión de si pueden utilizarse o no es mucho más pertinente que la cuestión de su existencia. Esta fue quizás la forma en que el sistema de creencias japonés influyó en la perspectiva de Ryoma.

“Entonces, si has terminado con la conferencia, no deberíamos empezar?” preguntó Ryoma, a la que las hermanas asintieron y caminaron alrededor de él, de pie a su espalda.

“Esto debería servir para el prefacio, sí. Empezaremos. Está seguro de que está listo, Maestro Ryoma?”

“Sí. Adelante.” Ryoma se sentó con las piernas cruzadas, como se le había dicho, y asintió.

Sintió las palmas de las hermanas presionarse contra su espalda.

“””Entonces comenzaremos!”””

En el momento en que los gemelos hicieron esa exclamación, Ryoma sintió algo caliente derramarse sobre su espalda. Se extendió de las manos de las hermanas y poco a poco se arrastró hasta su columna vertebral. Ryoma estaba abrumado por el cosquilleo, casi aterrador sentimiento de algo que se arrastraba por su cuerpo.

“Intenta respirar profundamente por la nariz”, le dijo Laura.

“Y exhala lentamente por la boca… Calma tu corazón e intenta relajar tu cuerpo… Puedes sentir que algo cálido se extiende por tu espalda?”

Ryoma asintió brevemente y cerró los ojos, respetando las palabras de Laura. Dirigió su conciencia hacia la sensación cálida que se extendía desde su espalda, como si tratara de controlar el calor que atraviesa su cuerpo con su propia voluntad.

“Es como si mi cuerpo estuviera en llamas…” Un pequeño susurro salió de sus labios.

Su cara retorcida de dolor, y jadeos laboriosos escaparon de su boca. Cuánto duró todo esto? Varios minutos? Docenas de minutos, quizás? Sea lo que sea, Ryoma lo sintió como una eternidad. Pero el hecho de que incluso la habitual fachada estoica de Ryoma abriera el camino para una expresión de dolor probablemente era testimonio de la agonía de todo eso.

Lo que comenzó como un calor que se extendió desde el centro de las palmas de las hermanas Malfist se había convertido en un calor abrasador que le atravesó la espalda como un incendio forestal.

Ryoma resistió desesperadamente el impulso de gritar por el calor y el dolor. Fue entonces cuando notó el sabor del metal oxidado que llenaba su boca: probablemente apretó los dientes con demasiada fuerza en sus intentos de contener el dolor.

“Ahora estamos enviando prana directamente a tu cuerpo desde nuestras manos, Maestro Ryoma. Aguanta un poco más… Ahora, trata de manipular ese calor”.

Asintiendo a las instrucciones de Sara, Ryoma volvió a concentrarse en su espalda. El prana que se derramaba de sus manos estaba carcomiendo el cuerpo de Ryoma, y solo habían pasado varios minutos. El calor lo recorrió desde la punta de la cabeza hasta los pies.

El sudor que brotaba de su cuerpo hizo que su camisa se aferrase a su piel y formó varios puntos húmedos sobre la manta en la que estaba sentado.

“Cómo te sientes? Si no parece que puedas soportar más el calor, dilo.”

Las dos tenían expresiones que estaban contorsionadas en esfuerzo y dolor. Mientras Ryoma no pudiera controlar su propio prana, las hermanas Malfist tenían que suministrarle continuamente su propio prana. Fue como tratar de llenar un cubo con fugas. Y así fue una carrera contra el tiempo. Qué vendría primero? Se quedarían sin prana las gemelas para abastecerse de él, o Ryoma lograría superar con éxito el primer nivel …?

“Sí… Hace… bastante calor… Pero puedo aguantar más. Sigue adelante.” Ryoma tartamudeó una respuesta.