Death March kara Hajimaru Isekai Kyusoukyoku (NL)

Volumen 9

Capítulo 3: Ciudad Comercial Sutoandell

Parte 5

“Si sois un hombre de verdad, intentaréis hacer una verdadera fortuna por ahí.”

“Ustedes quieren encontrar un Teardop del Cielo en Ishrallie?”

Los hombres estrellaron sus tanques uno contra el otro y rugieron de risa.

“Oi, no le digas al niño que vaya a Ishrallie. Todo son buscadores y ladrones por ahí.”

“Hay toneladas de piratas en esas aguas, por no hablar del atún bala y el pez monstruo…”

“Sí, me alejaría. Podría ser una historia diferente si fuerais tan fuertes como los Ocho Espadachines de Shiga, pero para el resto de nosotros, no vale la pena el peligro. Sólo los jugadores y tontos con un deseo de muerte se atreven a viajar a ese lugar.

“Todavía es más seguro que la caza de tesoros en las islas Sea dragón, sin embargo, ¿eh?”

“Es cierto que. Ni siquiera los jugadores van allí.”

Mientras me sentaba a buscar en silencio, los hombres que me rodeaban me explicaron todo lo que sabían sobre Ishrallie.

La lágrima del cielo en cuestión era una piedra preciosa particularmente de alta calidad que sólo se podía encontrar en Ishrallie.

Era muy codiciada, especialmente por los nobles bien acomodados que vivían en la capital real del reino de Shiga, que pagarían una fortuna por ello.

Espera, olvídate de eso.

Acabo de oír algo mucho más importante.

“¿Hay atún allí?”

“¿Huh? ¿Te refieres al atún bala? Sí, aparecen de tiempo en tiempo allí.”

El capitán del mar parecía un poco sorprendido por mi entusiasmo repentino.

¡Muy bien! ¡Tenemos que ir allí!

Primero, tendría que hacer un cuchillo que pudiera cortar bien el atún. ¡Lo sé! Haré un cuchillo de atún de oricalco.

“Escuche que los acorazados y barcos de velocidad por igual que van tras las aletas de peces monstruo desaparecen en las profundidades del mar…”

“Como si fueras a traer un acorazado a una zona comercial de todos modos.”

“‘Por supuesto que el Cañón del Dragón de Ishrallie os enviaría en llamas, nave y todo.”

Las aletas de peces monstruo eran un material importante para los motores de potencia, pero tenía siete enormes peces monstruo gigantes en mi almacén, así que no me interesaba eso.

“¿Realmente estás planeando ir a Ishrallie, muchacho?”

“Sí, mi interés sin duda ha sido despertado.”

En el atún, eso es.

“Entonces es mejor que compres un poco de seda. Dudo que podáis pagar la seda de jade, pero escuche que todo tipo de seda se vende allí por varias veces la cantidad que en la vieja capital”.

“Y el vidrio para Lalagi, ¿verdad?”

“Oh, sí, vamos a vender un montón de cristalería allí. Pero a diferencia de la antigua capital, el vidrio transparente se valora más alto allí, al menos, según mi capitán”.

Mientras bebimos juntos, aprendí más de los marineros sobre ventas y comercio.

No necesitaba obtener ganancias, pero terminé escribiendo comprar cristalería y seda en mi lista de tareas pendientes en mi menú de todos modos. No pude resistir el encanto de una frase como hacer un asesinato en el comercio y todas las imágenes emocionantes que trajo a la mente.

Ahora de buen humor, declaré que pagaría por las bebidas de todos como agradecimiento por toda la información, y terminamos bebiendo juntos hasta el amanecer.

Ya había pasado por la tienda de magia para comprar los pergaminos y libros de hechizos que no podía conseguir antes en el día, así que no era gran cosa.

Había algunos establecimientos con damas bonitas, también, pero esos tendrían que esperar.

***

“Así que bebiste hasta la mañana, ¿eh?”

“Mrrr.”

Cuando regresé al castillo del virrey, ignoré las quejas de Arisa y Mia y le pedí a la criada que enviara a buscar a su comerciante regular.

“¿Vas a pedir algo?”

“Eso también, pero quería ver si podían enviar algunos artículos de los difuntos a sus respectivas familias”.

Para aquellos que estaban relacionados con personas que conocía en la antigua capital o sus criados, tenía los artículos entregados directamente. Envié el resto de las viejas entregas de capital a Tolma; para aquellos que no pudieron ser identificados, envié los artículos a Sara en el Templo de Tenion para donarlos al antiguo museo de la capital.

Los extranjeros visitaban a menudo el museo, por lo que un pariente de los propietarios fallecidos o un investigador podría encontrarlos. Fue mejor que dejarlos pudrirse en mi almacén para siempre.

Mi excusa para tener los bienes era que los adquirí de un amigo comerciante que los compró a los piratas en un mercado negro.

“Usted debe realmente confiar en Sara y Tolma.”

“Se podría decir eso.”

No podían ser más diferentes como personas, pero estaba seguro de que ninguna de ellas haría mal uso de las pertenencias de otra persona. A pesar de su actitud generalmente laxa, Tolma en realidad tenía un sentido muy fuerte del deber.

Para los artículos que pertenecían a personas fallecidas de fuera del Ducado de Ougoch, los mantuve en almacenamiento por ahora, pensando que podía dárselos a alguien de confianza cuando visité la capital real.

Nina, la cónsul competente del Barón Muno, venía a la conferencia del reino, así que también podría darle los objetos para ayudar a la Baronía Muno a formar lazos más fuertes con el resto del mundo.

El mayordomo le preguntó si podía hacer algo más para ayudar, así que le pedí que enviara unas pequeñas barricas de vino de hadas y fruta yellorange seca a los dos capitanes de la noche anterior.

No quería dejar a nadie fuera, así que también envié algunos al vizconde Emerin.

Mientras estaba en ello, le di al personal de la casa algunos dulces horneados simples como agradecimiento.

Ver las expresiones serias de las mujeres hermosas derretirse por el aroma de los pasteles valió la pena el problema.

“¿Ya te vas? ¿Por qué no te quedas un poco más y descansas?”

“Gracias, pero recuperé más que suficiente energía en el baile de anoche.”

El vizconde Emerin parecía decepcionado de que me fuera tan pronto, pero me vio amablemente.

Además de eso, incluso me dio una gran cantidad de seda, seda de jade y vidrio transparente. Evidentemente, uno de los subordinados del barón Jeetbert había estado en la taberna la noche anterior.

El resto del grupo, además de Rei, ya había salido, así que los vasallos del vizconde generosamente llevaron estos suministros al puerto para nosotros.

Rei todavía no había vuelto a su yo habitual, por lo que ella iba conmigo.

También fue una precaución contra otro ataque de Yuuneia.

“Oh, casi lo olvido.”

Me metí en el bolsillo y produje una réplica del adorno para el cabello de Rei.

Había usado mis habilidades de “Falsificación” y “Metalworking” para hacerlo, así que era prácticamente indistinguible de la cosa real, incluso de cerca.

También le había añadido una pequeña función de bonificación, pero eso no era demasiado importante.

“<Rei, hice esto… >”

Tan pronto como vio la llave falsa, la luz salió de sus ojos, y se detuvo en su lugar.

“<…Rei>”

Llamé su nombre, pero no respondió.

Entonces su boca se abrió, su rostro sin expresión.

“<La clave de Lalakie… El controlador que activa el corazón de Lalakie.>”

Habló rápidamente, en el mismo tono que había usado cuando nos encontramos con Yuuneia.

“<La prueba de la realeza que han transmitido las reinas de Lalakie durante generaciones… >”

Cuando terminó, la luz volvió lentamente a sus ojos.

“< ¿Estás bien?>”

“<Sí… estoy bien.>”

Hablando de su manera habitual de nuevo, Rei parpadeó un par de veces.

No, tal vez no es del todo habitual. Sus pausas vacilantes no habían cambiado, pero su pronunciación era más fluida que antes.

“< ¿Recuerdas algo?>”, le pregunté, preguntándome si sus recuerdos regresaban.

“<No…>”

Rei negó con la cabeza.

En más interrogatorios, recordó que había estado hablando, pero no podía recordar lo que había dicho.

Ver a Yuuneia de nuevo debe haber trotado sus recuerdos un poco.

No parecía el tipo de cosas que podía apresurar, sin embargo, así que volví al punto principal.

“< Parecía que Yuuneia estaba detrás de tu adorno para el cabello, así que hice uno falso por si ella logra robarlo.>”

Rei tocó el adorno de pelo en forma de llave en su cabeza mientras miraba el de mi mano.

“<Se ve… igual.>”

Sus ojos se ensancharon en sorpresa a medida que los comparaba.

“<Puedes poner el verdadero en esta bolsa y guardarlo alrededor de tu cuello para que no lo pierdas.>”

Le entregué una pequeña bolsa de estilo Fairy Pack, que había hecho con el interior de una bolsa mágica de los bienes rescatados.

A juzgar por la información que acababa de decir sin pensarlo, estaba cada vez más claro que su adorno para el cabello era extremadamente importante para cualquier persona relacionada con Lalakie.

“<Satou… Gracias>”

“<No te preocupes por eso.>”

Le sonreí y le arreglé el adorno falso a su cabello.

El pasador brilló un azul débil por sólo un momento.

Estaba destinado a absorber el exceso de magia que venía de Rei y usarlo para la purificación, lo que debería reducir sus posibilidades de ser atacada por miasma de nuevo.

Puede que no tenga mucho efecto en Yuuneia, pero debería funcionar contra el Rey Esqueleto o el pájaro fantasma Yuuneia llamado Chibi.

Incluso podría comunicarse con ciertas otras herramientas mágicas como un walkie-talkie, pero funcionaría sólo dentro de mil pies y absorbió una gran cantidad de magia, así que tenía esa característica apagada.

Cuando la llevé al puerto y pasé por la multitud de gente, encontré al resto de mis compañeros preparándose para zarpar.

“Amo, toda la carga ha sido cargada a bordo, reporto.”

“Aquí está la lista de inventario, amo.”

El grupo de vanguardia, que se había ido temprano, había traído todas las mercancías entregadas a nuestro almacén temporal a la nave.

“Los regateamos, no te preocupes.”

“También había algunas buenas gangas, así que las compramos como dijiste, maestro”.

“Satou.”

Arisa, Lulú y Mia, que habían ido a pagar a los comerciantes, regresaron de la cámara de comercio.

Mia corrió a través de las multitudes de personas y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.

“Mrrr.”

Al darse cuenta de que estaba sosteniendo la mano de Rei, Mia se hinchó las mejillas y comenzó a frotar su cara contra mi lado.

Parecía ser del tipo celoso.

“Mia.”

Le extendí mi mano libre, y ella la aceptó con un “Mm” y una sonrisa feliz.

No hace falta decir que cuando el resto del grupo nos vio, me vi obligado a turnarme tomarnos de la mano con todo el mundo y dar vueltas arriba y abajo de la cubierta.

Adiós al vizconde Emerin, al barón Jeetbert y a los otros que habían venido a despedirnos, dejamos atrás a Sutoandell.

Se habían ofrecido a enviar cañoneros para escoltarnos a la frontera del vecino Marquisado de Ganika, pero eso parecía inapropiado, así que me negué educadamente.

Aprecié la idea, pero si tuviéramos un guardia con nosotros, entonces difícilmente podríamos usar el modo de vuelo de la nave.