Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 9

Capítulo 1: First Score

Parte 3: Una Lápida Que Canta

En la cima de una colina que domina el mar se encuentra una piedra negra.

En este lugar sagrado donde sólo pueden entrar los que tienen permiso, yo… Ai Yashajin, siento la brisa del océano en mi espalda.

“Padre y madre. He llegado a la partida por el título” Le digo a la piedra negra que tengo delante.

Es la lápida de mis padres.

Deberían estar descansando justo debajo de él.

Yo digo que debería ser así porque nunca vi sus restos siendo bajados a la tierra con mis propios ojos.

Todavía era muy joven y no entendía del todo el significado de un funeral, no comprendía del todo que mis padres habían muerto.

Todo lo que sabía era que los tres no volveríamos a sentarnos alrededor de un tablero de Shogi.

Cuando eso finalmente hizo clic, sólo entonces entendí el proceso de lo que había sucedido. Era tristeza pura.

Me senté en un tablero de Shogi yo sola y empecé a jugar a través  de los registros de partidas de mi padre cada día. Cada vez esperaba oír su voz de ellos como si estuviera vivo.

“Padre, estoy usando tus piezas”

Mi maestro, Yaichi, me hizo un juego completo de piezas de Shogi en el taller de Shumai Honinbou como regalo para celebrar que me convertí en jugadora de la Liga Femenina.

Esas piezas fueron grabadas con la letra de mi difunto padre, tomada de los registros de las partidas que él mismo escribió.

Esto fue posible gracias a que el miembro de la Sub Liga Hiuma Kagamizu 3-dan recopiló los registros de las partidas de cuando mi padre aún vivía.

Ahora uso esas piezas para la investigación.

“Es tan fácil leer tus piezas, padre. Mis ojos nunca se cansan, no importa cuánto tiempo juegue. Se me ocurren tantas ideas cuando las uso que es como si me estuvieras observando. Padre, estuviera aquí, movería esta pieza. ¡Sucede todo el tiempo!”

Entonces, empiezo a explicar la partida de ayer tan claramente como puedo.

La Partida de Retadora del Mynavi Women’s Open.

Porque quiero que mi padre sepa sobre el Shogi que jugué.

“Machi Kugui-san fue el mayor oponente que he enfrentado en mi vida. La estrategia de Kakutōfu que usé contra Ryou Tsukiyomizaka no funcionaría en Machi la Atormentadora. Pero, ¿seguro que lo sabías, padre? Conoces la debilidad de mi Kakutōfu. Desafortunadamente, no he encontrado la manera de llegar a arreglarlo. Es lo mismo para mis partidas con Intercambio de Kakus con Perdida  de Movimiento ¡Pero! debería ser capaz de usar los estándares del Intercambio Normal de Kakus que me enseñaste, ¡Esta bien! Además, tengo todas las nuevas variaciones que se me ocurrieron al usar tus piezas, así que——”

Había tanto que decir que pasó una hora antes de que me diera cuenta.

Otra vez no. Esto siempre pasa cuando vengo aquí.

“Madre. Siento haber hablado sólo con mi padre. Había tantas cosas que quería contarle sobre Shogi que no paraba de hablarle……”.

Le hago una reverencia educada en mi mente.

Era tan gentil, amable y hermosa, pero también un poco distante, una mujer que siempre fue una niña en el fondo.

“Siempre     me     lees     esos     libros     ilustrados,

¿recuerdas? Y me di cuenta de que siempre te ponías un poco gruñona cuando papá y yo empezábamos a hablar de Shogi”

Mis padres se conocieron en un club de Shogi en una universidad de Tokio.

Pero honestamente, mi madre nunca fue tan buena jugadora. Creo que fue porque no quería mucho al Shogi.

Nunca tuve la oportunidad de preguntarle cuando estaba bien, pero estoy casi segura de que aprendió a jugar Shogi para poder acercarse a padre. Por eso me rodeó de cosas que se supone que les gustan a las chicas cuando tenían una hija.

Libros ilustrados, ropa bonita, muñecas para jugar a la casita.

Creo que quería que fuera como una de las princesas de los cuentos de hadas.

Pero fue el Shogi el que me interesó.

Atrapada entre padre y madre, fue el Shogi quien me dio una idea de cómo cerrar la brecha.

Hace 10 años…. El mismo año en que yo nací, se creó un título femenino.

La primera jugadora de la Liga Femenina que alguna vez reclamó ese título llevaba joyas por valor de millones de yenes y un vestido precioso cuando se le otorgó su título en la ceremonia. Toda la escena parecía que pertenecía a las páginas de un cuento de hadas.

Ese título era —— Queen.

Leyendo sobre ello en una revista de Shogi cuando era pequeña, les dije a mis padres alto y claro:

“¡Seré una Queen!”

Papá estaba muy contento. Madre parecía tener sentimientos encontrados, pero eventualmente nos reunimos como una familia, sonriendo. Que me concedieran el título de Queen se convirtió en nuestro sueño.

¡Qué irónico!

El título a mi alcance es——

“¿Lo sabías? La gente me llama la Cenicienta de Kobe. Es gracioso, ¿no crees? Yo, una Cenicienta,

¿Te hace feliz, madre?”

Le pregunto a la piedra negra.

Tengo la sensación de que mamá está sonriendo ahora mismo. Justo como lo hizo en ese entonces.

“Pero, todavía no estoy interesada en esos mundos de libros ilustrados. Una princesa conociendo a un príncipe, enamorándose, ese mundo no me importa”

No entiendo cómo alguien llega a amar a otra persona. Todos los demás son mis enemigos.

Ese es el mundo de competencia y me encanta lo cortado y seco que es.

Por eso se me escapa el romance. No tiene sentido aprender sobre ello.

“No es porque estoy en la escuela primaria. Al pasar a la escuela secundaria y preparatoria, no me veo cambiando en absoluto. Lo……siento”

Probablemente me casaré eventualmente para continuar con el linaje familiar.

Ese es mi deber como Yashajin.

Lo haré con la misma determinación que cuando me propongo ganar una partida que tengo por delante. Algún día tendré un marido y luego también un hijo.

Pero no puedo ver cómo se desarrollaría esa casa.

“………… ¿Sería capaz de ser feliz con una familia si estuviera enseñando Shogi?……”

Me pregunto.

Si me preguntaran si el mundo del Shogi es un mundo feliz, creo que respondería que no.

Si me preguntaran si es interesante, diría que sí en poco tiempo.

“Bueno, será mejor que me vaya” Es muy relajante estar aquí.

Tanto que la noche puede caer sin que me dé cuenta.

Eso ha pasado más de una vez en el pasado. Me escabulliría de la mansión y vendría aquí sola. Akira- san y los otros entonces aparecerán, buscándome frenéticamente.

Pero ya no tengo tiempo para eso.

“Lo siento. No volveré hasta dentro de un tiempo. Puede que sea un poco solitario hasta entonces, por favor, perdónenme”

Me levanto e inclino la cabeza hacia abajo. Estoy decidida.

Hasta que no se acabe el título de Queen, no vendré aquí. Sin ese nivel de compromiso, no podré llevar a cabo esta tarea de enormes proporciones.

Vine  aquí  hoy  para  mostrarles  a  mis  padres  lo decidida que estoy.

“La próxima vez que me vean, seré Queen. Nuestro sueño se hará realidad”

Con eso, vuelvo a bajar la colina. Ni una sola vez mirando atrás.

La brisa que me dio un empujón al subir la colina ahora está soplando fuerte contra mí.