Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 10

Capítulo 3: La Melancolía de un Héroe, La Angustia de la Princesa de la Espada

Parte 1

—Lord Ikelos, no tenemos tiempo para ir y venir aquí. Solo contesta nuestras preguntas; Exigió Finn, cara a cara con el dios.

La ubicación era una casa abandonada y descuidada. La puesta de sol roja era visible a través de un agujero en la pared, iluminando los escombros en el suelo. Era de noche, inmediatamente después de la batalla con los monstruos armados.

El minotauro negro y todos los demás monstruos lograron escapar usando tácticas inteligentes. la Familia Loki se ocupaba de la limpieza—reparar la calle destruida, vigilar a los monstruos, ayudar y guiar a los residentes.

El vouivre había sido asesinado a manos de los aventureros. Las cenizas de su cadáver habían sido encontradas en un camino secreto subterráneo. Una investigación más detallada estaba en curso.

Mientras los miembros de la familia realizaban sus deberes, Finn tenía a Loki con él mientras interrogaba a una de las personas de interés relacionadas con el incidente.

—Tú dices eso, pero ustedes ya saben sobre Knossos, ¿verdad? Eso significa que no tengo mucho de qué hablar; El dios se echó a reír, lo que hizo eco a través de la casa en ruinas.

Tenía el pelo azul marino, piel oscura y vestía principalmente ropa negra. Su rostro estaba bien proporcionado—un claro indicador de que era un dios—con una sonrisa insincera y superficial grabada en él. Era la sonrisa de un dios hedonista, efímero, destructivo y terco.

Era Ikelos, el dios patrón de la Familia Ikelos, capturado en la red que Finn le había pedido a Gareth que creara.

—Cuando la gente del Gremio llegue aquí, van a arrestarte. Una vez que lo hagan, ya no podremos torcerte el brazo, así que tosa lo que queremos ahora.

—No me mires, Loki. ¿Y torcerme el brazo? Nunca te habría imaginado que actuaras de esa manera.

Cuando Loki lo fulminó con la mirada, Ikelos respondió juguetonamente, encaramado en un pedazo de escombros de aspecto incómodo. Él miró a Finn, que estaba sentado en una silla de aspecto antiguo frente a él.

—¿Tienes una llave de Knossos?

—No. Vamos, lo juro. Después de lo de Ishtar, The Evils se lo llevaron cuando salimos.

Como testigo clave de este evento, el gremio se llevaría a Ikelos sin duda. Y sería tratado— mandándolo de vuelta al cielo o desterrado de la ciudad por la eternidad. De cualquier manera, si la Familia Loki deja pasar esta oportunidad, no lo volverían a ver.

Finn tenía la intención de obtener información de él antes de entregarlo al Gremio.

—¿Cuál es el tamaño de los remanentes de The Evils? ¿Cuántas familias hay?

—Ni idea. Solo las probabilidades y los extremos que Thanatos logró atraer a sí mismo. Yo solo los estaba usando para tener un lugar donde dormir, así que no tenía mucho interés en

ellos. Fue solo de pasada. Pero si estás pensando en ellos en términos de familias, entonces es realmente solo la gente de Thanatos.

—”Enyo” … ¿Conoces a un dios con ese nombre?

—Oh, ¿el destructor de la ciudad? No recuerdo a ningún dios con un nombre tan estúpido; Respondió Ikelos a Finn y Loki.

Sus respuestas fueron a lo largo de las líneas de no sé. Aparentemente se divirtió al vigilar a su propia familia—haciéndoles realizar actuaciones interesantes—y no estaba en absoluto conectado con el complot para destruir a Orario. Por lo menos, Loki podría responder por el hecho de que no estaba mintiendo.

—¿Por qué te uniste a The Evils?; Loki escupió.

—Simplemente no tiene mas opciones; respondió con una sonrisa descarada.

La Familia Ikelos encabezó los planes para pasar de contrabando a Meren como una forma de financiar la construcción de Knossos. Cuando se le preguntó por qué estaban contrabandeando monstruos, su respuesta fue que se vendían por un alto precio a los aristócratas interesados en los monstruos.

Terminaron con información sobre cosas que ya sabían, e hicieron progresos insignificantes en las partes que no sabían. Pero sí aprendieron el origen de ese extraño laberinto hecho por el hombre.

Era un monumento a la tenacidad humana, soñado por el gran artesano Daedalus y construido por sus descendientes.

Loki hizo una mueca visible mientras Finn lograba contener su asombro cuando escucharon que Knossos había sido construido en un lapso de mil años para alcanzar su escala actual.

En ese fatídico día cuando Knossos los venció por primera vez, se dieron cuenta de que era extraordinario el momento en que pusieron un pie en el área. Y aparentemente estaba conectado a un engaño profundamente arraigado mucho mayor de lo que habían imaginado.

—Así es como se originó esa guarida de demonios … Entonces, ¿dónde está el cuaderno que fascinó a la familia de Daedalus y los obligo a continuar con esa locura? ¿Hay un plano de Knossos?

—Je-je … Braver, ¿realmente tienes la intención de limpiar ese absurdo laberinto?

—Solo responde la pregunta de Finn, idiota.

—No lo tengo. De Verdad. Dix lo tenía. Pero si ya no hay rastros de su bendición, ya debe estar muerto.

—…

—Quizás alguien lo tomó. O tal vez simplemente cayó en algún lugar de Knossos.

Encontrar un solo cuaderno en medio de ese complicado y misterioso laberinto … Era una perspectiva vertiginosa. Una aguja en un pajar, metafóricamente.

—Pero si se ha quemado en la cabeza de los otros descendientes de Daedalus, podrías encontrarlo si abres sus cráneos; Bromeó Ikelos, ganándose una patada de Loki.

—… Lord Ikelos, última pregunta.

El sol se estaba hundiendo y el sonido de los pasos se hacía cada vez más fuerte fuera de la casa desierta. Adivinando que la gente del Gremio había llegado, Finn entrecerró los ojos azules mientras abordaba el tema.

—Los monstruos armados … ¿Qué son ellos?

—… Heh-heh-heh-heh-heh. ¿Qué quieres decir con eso, Braver? ¿Qué intentas preguntar?

La sonrisa de Ikelos se amplió, y pareció disfrutarlo desde el fondo de su corazón mientras miraba a la cara de Finn.

—¿Tienen emociones? ¿Poseen no solo cognición sino algún tipo

de razonamiento superior? ¿Han formado una especie de comunidad?; Finn continuó sondeando, acercándose al quid de la cuestión.

Eran especulaciones de que un aventurero ordinario—no, que cualquiera que viva en este mundo se reiría. Estaba asignando rasgos de monstruos salvajes que nunca deberían describirlos. Pero eso era exactamente lo que Finn estaba sugiriendo con toda sinceridad y seriedad.

Aiz había sentido que los monstruos también estaban cooperando. A pesar del hecho de que todas eran de especies diferentes, se apoyaban entre sí de una manera comparable a los humanos, luchando para lograr un objetivo que iba más allá de la simple masacre. Específicamente, estaban luchando para ganar tiempo para que el vouivre se escapara.

Finn fue el único que luchó contra ellos en el Distrito Laberinto, los observó en detalle y aún intentó abordar este tema.

—¿Es posible que las personas y los monstruos lleguen a un entendimiento mutuo?

El edificio en ruinas estaba en silencio. Loki observó a Finn en silencio. Ikelos sonrió, sus labios se curvaron en una media luna.

—Ni idea.

—…

—Cuando intenté mantener una conversación o saludar a los monstruos encerrados en las jaulas, no respondieron en absoluto.

Él no estaba mintiendo.

Ciertamente, no estaba mintiendo, pero tampoco estaba siendo honesto.

Era como si estuviera diciendo: ¿Por qué no lo ves por ti mismo? Sus ojos azul marino se estrecharon y miró a Finn con una sonrisa satisfecha. La cara de Finn se volvió inexpresiva y permaneció en silencio por un momento.

—¿La Familia Hestia esta… ¿Bell Cranell está conectada con ellos?; Finn saco estas palabras inconscientemente, haciendo la pregunta antes de darse cuenta.

—¿Quién sabe?; Ikelos se hizo el tonto, tratando engañarles como antes. —¿Tal vez él es amigo de ese vouivre?

***

—¿Acaso esta no es una espada mágica que hiciste?

La boca de Tsubaki se curvó con disgusto. Su visitante era Riveria, la alto elfo de cabello color jade. Ellas estaban en el taller en la sucursal de la Familia Hephaistos en la Calle Principal Noroeste.

Riveria colocó cierto objeto en el banco de trabajo entre las dos: un hacha de batalla manchada de sangre con adornos dorados—una espada mágica estilo hacha.

—… ¿Dónde encontraste esto?; Tsubaki respondió lentamente.

—Estoy segura de que has oído hablar del incidente el otro día en la calle Daedalus. Lo recuperamos de allí; Respondió Riveria suavemente.

Ella cerró un ojo, mirando con el otro la cara del maestro herrero que intentaba ocultar su agitación.

—Sé que Gareth tiene un contrato directo contigo, y dijo que sin duda fue una de tus obras.

—Hmm, ya veo … ¿Y qué hay del enano?

—En este momento, está completando un proyecto de construcción de alta prioridad—en el medio y sin poder irse. Por eso vine yo.

Había pasado un día desde que los monstruos armados emergieron del suelo. La ciudad estaba al límite, y los residentes habían estado llamando al Gremio para tener una sesión de  preguntas y respuestas y presentar un plan de respuesta. Los monstruos aún no habían sido detenidos tampoco. La perturbación en Orario estaba en curso.

—Y esta espada mágica es una de las tuyas, ¿correcto?

—Sí … Es de mi herrería. No hay forma de que pueda confundir una de mis propias creaciones. Su nombre es Kaminari-Ikazuchi-Maru. Comencé intentando copiar una impertinente     espada mágica de herrería para superarlo. Para empezar, estudié ese sentido de denominación ininteligible suyo, pero por Dios, ahora me arrepiento de—

—Tsubaki; Riveria la interrumpió suavemente, silenciando al herrero. —Esto fue utilizado por los monstruos armados … por un minotauro negro. Por eso, varios en

nuestra familia resultaron más que un poco heridos. Su tono de voz era vagamente acusatorio.

¿O fue solo la imaginación de Tsubaki escuchándolo de esa manera?

—¿Puedes explicar por qué un monstruo usaría esto?

—… ¿Y sospechas de mí, Riveria?; Tsubaki preguntó nerviosamente, arraigado en el temor de ser sospechosa de asociarse con los monstruos.

—¿De qué hay que sospechar? Simplemente te pregunto si tienes alguna idea de por qué un monstruo sostenía tu espada mágica. Nada más y nada menos; Riveria respondió sin perder el ritmo y sin mostrar ningún rastro de emoción.

Sus ojos de color jade miraban a Tsubaki y ciertamente no parecían acusatorios. Solo buscaban adquirir información. Pero estaba claro que no perdonaría las mentiras.

Con una presencia noble, la fastidiosa alto elfo presionó la pregunta.

—…Gaaaaaaaaaaaaah; Tsubaki dejó escapar un suspiro pesado.

—Se suponía que la transacción debía manejarse con el mayor secreto, pero supongo que no tiene sentido guardarlo si se ha llegado a esto. No me interesa guardar mi silencio y ser una sospechosa por todos ustedes … Y el comprador ya ha fallecido.

—¿…? ¿Qué quieres decir?

— Vendí esta espada mágica a la Familia Ganesha … a Hashana Dorlia.

—¡—!

Riveria no pudo contener su sorpresa.

—¿Hashana? ¿El que fue asesinado en Rivira …?

—Ese chico. En ese momento, mencionó obtener una misión que requería un secreto absoluto. No podía revelarlo a nadie y necesitaba descender solo a los niveles inferiores.

—¿Y vino a encargar una fuerte espada mágica?

—Así es. Si no hubiera retaguardia, tendría que cubrirla él mismo. Y debido a que requería un secreto absoluto, cumplí mi promesa de no revelarlo a nadie. Hasta hoy, al menos.

—Me sorprendió cuando escuché lo que le pasó a Hashana, pero…; Tsubaki agregó con el ceño fruncido.

—Eso es todo lo que sé. Por supuesto, tampoco tengo idea de por qué lo estaba usando un monstruo.

No había mentido en absoluto. Después de observar la cara de Tsubaki, Riveria se cubrió la boca con una mano mientras reflexionaba sobre lo que había escuchado.

Hashana Dorlia había sido enviado a recuperar el feto de orbe de cristal del piso treinta.

¿La espada mágica cruzó el Calabozo de alguna manera antes de llegar a los monstruos armados …? Si la suposición de Finn es correcta, ¿eso significa que los monstruos armados tienen una conexión no solo con el Gremio sino también con la Familia Ganesha?

¿Hashana sabía algo sobre esos monstruos armados? Riveria decidió limitar el alcance de sus reflexiones por el momento.

En cualquier caso, sus sospechas habían sido más o menos respondidas.

Dado que era una espada mágica creada por uno de los maestros herreros de Orario, no era sorprendente que Bete y los demás hubieran sido lastimados por ella.

Después de una cuidadosa deliberación, Riveria volvió a mirar a Tsubaki.

—¿Hay algo más que no me hayas dicho?

—¡Oye, ya para con el interrogatorio! ¡Eso es todo! ¡No sé nada más!

Tsubaki colocó ambas manos sobre sus caderas, hinchando su pecho, enfatizando su voluptuoso pecho cubierto por una tela blanca blanqueada. Era como si ella estuviera  diciendo: Cava todo lo que quieras; No tengo nada que esconder. No importa cuánto te sientas-

— o busques. Su ojo derecho, sin parche, la fulminó con la mirada.

…Puedo ver que no se siente preocupada por nada más. Después de adoptar su pose infantil, Riveria suspiró.

—Muy bien. Perdón por quitarte tu tiempo. En cuanto a esta espada mágica … ¿debería devolvértela?

—Ah … sí, si ha perdido a su usuario, lo tomaré.

Después de entregar la espada mágica, Riveria salió de la habitación y salió de la tienda para informar sus hallazgos a Finn y a los demás desplegados en el Distrito Laberinto.

—…Vaya. Eso fue un poco tenso.

Mientras miraba por la ventana al alto elfo que se alejaba por la calle principal, Tsubaki se sintió agotada.

—Parecía que mi diosa sabía algo sobre esos monstruos … ¿Debería preguntarle sobre ellos?

A fin de cuentas, es bueno que todavía no sé nada, pensó para sí misma mientras se masajeaba el cuello. Si lo hubiera sabido, esos ojos verdes me habrían visto a través de mí tratando de ocultarlo en ese momento.

—………

Lefiya estaba en silencio.

Su estado de ánimo era tan sombrío que los otros miembros de la familia cercanos desviaron la vista, tratando de no abordar el tema.

—…Lefiya. Estamos monitoreando a la Familia Hestia en este momento. Tómalo con calma, por favor.

—Estoy vigilando adecuadamente.

— Er … Eso no es lo que quise decir … Tu estado de ánimo…; el Chienthrope Cruz de Nivel- 4 comenzó a bajar la voz mientras trataba de prepararse para decir algo.

Lefiya ni siquiera lo miró, permaneciendo enfocado únicamente en cierta mansión.

Estaban en el sexto distrito, el barrio suroeste de la ciudad, y dentro de un edificio construido en una parte de ese distrito, ubicado en un bloque lleno de residencias de clase alta en grandes lotes.

la Familia Loki estaba monitoreando la casa de la Familia Hestia, Hearthstone Manor. Esto se debió a que Finn había concluido que Bell y los demás habían estado involucrados en el incidente donde los monstruos armados aparecieron en la superficie.

Informe cualquier movimiento que hagan los seguidores de Hestia, había ordenado el líder hobbit.

El escuadrón de vigilancia dirigido por Cruz había tomado prestado un edificio abandonado en diagonal frente a la mansión para observar sus movimientos. Y Lefiya se había ofrecido personalmente como voluntaria para formar parte de ese escuadrón.

—Oye, Elfie … ¿Qué pasa con Lefiya? Ha estado un poco extraña desde ese incidente, ¿no?

—¡Eso es lo que quiero preguntar, Cruuuuuuz! Soy su compañera de cuarto, ¡pero ella no me lo dirá en absoluto! ¡Lo que significa que no tengo idea de lo que está pasando!

—Solo di eso para empezar …

Haciendo caso omiso de sus bromas idiotas, Lefiya continuó asomándose por las persianas de la ventana. Mientras examinaba sus alrededores, podía ver a otros aventureros escondidos en las esquinas y en otros edificios. No solo la Familia Loki estaba mirando a la

Familia Hestia. Probablemente sospecharon que Bell Cranell sabía algo, al igual que Finn. Pero a Lefiya no podía importarle de una forma u otra.