Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 8

Capítulo 6: El Lyre-Poros

Parte 2

“Deberíamos poder hablar ahora”, dijo Saya, que finalmente se detuvo al lado de una calle oscura. Pondrían una distancia considerable entre ellos y el cuartel general.

Todavía estaban en el área administrativa, pero había pocos edificios con luces encendidas. Siendo la hora que era, las calles estaban prácticamente desiertas.

Aun así, Saya se aseguró de revisar cuidadosamente sus alrededores antes de girarse hacia él.

“Ayato, aquí”, susurró, sacando un objeto envuelto en un pañuelo del bolsillo de su pecho.

“¿Qué pasa?”

Era sorprendentemente ligero. Tan pronto como puso su mano alrededor de ella, una descarga como una corriente eléctrica atravesó su cuerpo.

Desplegó lentamente el pañuelo y recobró el aliento.

“Los encontré ahí abajo”, escuchó a Saya decir como si estuviera muy lejos.

Las lentes estaban rotas y la montura torcida, pero no había duda de que estas gafas habían pertenecido a su hermana mayor, Haruka Amagiri.

“No quería decírselo al comandante. Dijo que no podían retirar nada”.

“Ah, cierto…”

Sin embargo, basándose en cómo había actuado, probablemente había adivinado que Saya había tomado algo.

Pero aun así…

“…Gracias, Saya”, susurró.

“No te preocupes por eso”, contestó con una tímida sonrisa.

***

Era la cuarta ronda de los Gryps.

“¡Haah!”

El joven con el pelo recogido en una cola provocó la erupción de un pequeño cráter en el centro del escenario cuando su golpe con la mano abierta le falló a Ayato por sólo una fracción de pulgada.

Pudo haber esquivado ese golpe, pero en una fracción de segundo, una chica de baja estatura con el pelo trenzado atacó por la derecha con el codo. Golpeó al Ser Veresta con una mano para intentar bloquearla, pero llegó demasiado tarde.

“¡Ngh…!”

Concentró su prana en su abdomen para disminuir los efectos del golpe, agarrándola por el brazo y lanzándola por el escenario.

El movimiento fue la parte inicial de una de las técnicas de agarre del estilo Amagiri Shinmei, pero el hombre con la cola lanzó otro ataque al mismo tiempo. Ayato se vio obligado a interrumpir la técnica antes de poder terminar, dejando que la chica aterrizara a cierta distancia.

Estos dos siempre mantuvieron a Ayato a distancia, atacando de la nada con movimientos mínimos. Golpear en aquellas áreas donde su usuario era más débil en las maniobras era una de las formas más comunes de contrarrestar el Ser Veresta, pero tal estrategia requería un consumado de alto grado de habilidad.

“Jie Long no es sólo discípulo de los Ban’yuuu Tenra”, se jactaba con una determinación inquebrantable.

El equipo Taotie estaba formado por miembros representativos de varias escuelas de artes marciales independientes de los Ban’yuuu Tenra, y aunque no había ningún Page Ones entre ellos, todos estaban entre los veinte mejores de Jie Long.

Dicho esto, Ayato ya sabía qué esperar, y sólo se había encontrado acorralado así debido a las habilidades del líder del equipo Taotie, un joven con unos ojos inquietantemente grandes.

“¡Eso es!”, dijo una voz detrás de él con una carcajada. “¡Y los dantes de Jie Long no son todos daoshi!”

Ayato casi podía sentir la sed de sangre que emanaba por detrás, y rápidamente saltó fuera del camino.

En ese instante, la boca abierta de una bestia terrible atravesó el área donde había estado parado: sus mandíbulas se cerraron como una trampa para osos gigantes. Se disipó casi inmediatamente, pero debido a que su usuario era capaz de invocarlo sin previo aviso, y porque incluso sus sentidos shiki eran de poca ayuda para detectarlo, Ayato fue incapaz de concentrarse completamente en las dos personas que tenía ante él.

Apenas tocó el suelo, el joven con la cola y la chica corrieron hacia él, y entonces la cabeza de la bestia comenzó a emerger de nuevo a sus pies. Sus penetrantes colmillos le habían estado esperando incluso antes de que pudiera intentar esquivar. Sus otros dos oponentes, plenamente conscientes de su error, fluyeron hacia sus siguientes movimientos.

El líder del equipo no era tan versátil como el daoshi de Jie Long y probablemente se especializó en esta habilidad única. Esa fue la única explicación en la que Ayato pudo pensar para explicar cómo fue capaz de usarla tan rápidamente.

Ayato, tratando de esquivar el ataque de tres puntas, perdió el equilibrio, golpeando su cabeza una y otra vez mientras rodaba por el suelo.

“¡Muy bien! ¡Esto es todo! Primero, derribaremos al Murakumo, y luego… ¿¡Qué!?” El líder del equipo cortó la mitad de la frase cuando sus ojos se abrieron aún más conmocionados.

“…Nuestro turno.” Ayato saltó con una sonrisa.

El líder de grandes ojos había mantenido a Julis y Saya a raya con su habilidad hasta hace un momento, mientras que las dos vanguardias de su equipo lo protegían Kirin y Claudia. El hecho de que hubieran podido hacer esto, aunque no por mucho tiempo, fue un testimonio de sus habilidades y trabajo en equipo.

Sin embargo, tal y como Ayato sospechaba, y de hecho, los atrajo, se habían concentrado demasiado en derribarlo.

Y ahora

“¡Ha!”

“¡Ahora eres mía!”

Kirin y Claudia habían aprovechado esa apertura para derribar a sus oponentes, atravesando limpiamente sus crestas escolares.

“¡Maldita sea…!”

Las dos chicas habían sido superiores en el combate uno a uno a la vanguardia del Equipo Taotie desde el principio, y debido a que no se habían concentrado en ganar, sino simplemente en mantener a sus oponentes en pie, esos oponentes, sin el apoyo de su líder de equipo, habían sido incapaces de defenderse a sí mismos contra el ataque intensificado.

“¡Ahora, Ayato!” Julis gritó mientras usaba su Rect Lux para distraer a la pareja que le atacaba.

“Glühen Rose…” La chica gruñó de disgusto, pero con el Rect Lux de Julis atacando desde todos los ángulos, no tuvo más remedio que dejar ir a Ayato.

“¡Gracias, Julis!”

Ayato aprovechó al máximo la apertura, acortando rápidamente la distancia entre él y el líder del equipo Taotie.

“¡Todavía no ha terminado!” dijo el líder, la enorme cabeza de la bestia manifestándose frente a él, cuando

“…Boom.”

Una explosión de luz pura del Helnekraum de Saya lo envolvió en llamas.

“¡Argh!” El líder gruñó, pero aún así no se iba a rendir.

Aunque más pequeñas que las que había enfrentado hasta ahora, las cabezas de siete bestias más aparecieron todas a la vez alrededor de Ayato.

“Estilo Amagiri Shinmei, Técnica Media – ¡Defilement of the Night!”

Ayato agarró el Ser Veresta con ambas manos, retorciendo su cuerpo mientras corría a través de ellos en un instante.

“¡I-imposible…!” El hombre se quedó boquiabierto, sus ojos saltando.

Pero de un solo golpe, Ayato ya había cortado no sólo las siete cabezas, sino también el emblema de la propia escuela del líder del equipo.

“¡Fin de la batalla! Ganadores: ¡Equipo Enfield!”

Ayato suspiró aliviado mientras el anuncio automatizado sonaba por toda la arena.

***

“Los equipos en el torneo principal están a otro nivel, ¿eh?” Ayato dijo con un suspiro cuando se hundió en el sofá una vez que todos regresaron a su cuarto de preparación después de la entrevista con los ganadores.

Cuando se trataba de la capacidad de combate, no había muchos equipos más fuertes que el Equipo Enfield, pero eso no significaba que pudieran darse el lujo de subestimar a sus oponentes. Después de todo, eran uno de los favoritos, por lo que podían esperar que cualquier equipo al que se enfrentaran hubiera ideado algún tipo de estrategia para contrarrestar su ventaja.

“Esta vez pusimos demasiada presión sobre Ayato”, comentó Claudia. “Deberíamos haber pensado más en sus habilidades en el combate cuerpo a cuerpo. Ese es el fuerte de Jie Long”.

“Bueno, incluso si hubiera sido eliminado, eso habría estado bien siempre y cuando te diera toda la ventaja que necesitabas para ganar.”

Era una batalla de equipo, después de todo.

“Tal vez como último recurso, pero tendríamos problemas si te hicieras daño. Así que si tienes que perder, trata de hacer que se destruya el escudo de tu escuela, no cualquier otra cosa”. El tono de Claudia era ligero, pero no obstante era una petición razonable.

Aunque ganaran, si se lesionara en el proceso, eso sería un problema para el próximo combate. Al Comité Ejecutivo no le gustaba dar victorias por defecto, por lo que a los equipos se les permitía participar, aunque no tuvieran hasta dos de sus miembros, pero era innegable que dichos equipos se encontraban en una desventaja significativa.

“Aun así, ¿no estamos en un nivel relativamente bueno?” preguntó Julis.

“Como mínimo, no tendremos que enfrentarnos al equipo Lancelot hasta la final.” Kirin asintió de acuerdo.

El grupo para el torneo principal había sido sorteado el día anterior. Afortunadamente, entre los treinta y dos equipos que habían llegado tan lejos, el Equipo Lancelot de Gallardworth, todavía el equipo más favorecido para tomar el campeonato, había sido asignado a un bloque diferente.

“…Eso va también para ese equipo loco”, añadió Saya.

Se refería, por supuesto, al Equipo Hellion, cuya brutalidad, al igual que su fuerza, los convirtió en un oponente indeseable.

“Probablemente tendremos que lidiar con el primero, basándonos en lo que pasó en las preliminares, es el Equipo Dragón Amarillo”, dijo Ayato. “Hagun Seikun en particular.”

“Como se esperaba del discípulo principal de los Ban’yuuu Tenra,” estuvo de acuerdo Claudia.

No se ha subestimado el hecho de que la abrumadora actuación de Hagun Seikun en la segunda ronda haya superado con creces todas sus expectativas.

Era difícil saberlo sólo por esa batalla, pero sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo probablemente superaban a las de Ayato y Kirin.

“¿Ayato…?” Preguntó preocupado Kirin. Ella no dudó en adivinar lo que él estaba pensando.

“…No, no nos preocupemos por eso ahora”, dijo, cambiando el tema mientras abría la ventana de aire más grande de la sala de preparación. “Tenemos que empezar a prepararnos para el próximo combate.”

Ciertamente necesitarían una estrategia para tratar con Hagun Seikun, pero por ahora, estarían mejor centrados en el problema en cuestión.

“Parece que ya ha empezado.”

Se giraron en tándem hacia la transmisión en vivo justo cuando cinco figuras familiares uniformadas de blanco entraron en al escenario.

“Desde la puerta este, tenemos la segunda mitad de los Caballeros de Alas de Plata de la Academia Santa Gallardworth, ¡y los subcampeones de los últimos Gryps! Bueno, sus miembros pueden ser completamente diferentes, ¡pero de todos modos! Elliot Forster, el Claíomh Solais, está llevando al equipo Tristan al escenario!”

La oleada de vítores que resonaba por toda la arena pareció fluir en la propia sala de preparación.

“Y ahora, desde la puerta oeste, ¡tenemos uno de los equipos que estuvo entre los ocho primeros durante el último torneo! ¡La famosa banda de rock femenina de la Academia Queenvale, el Equipo Rusalka!”

Otra ola de aplausos, nada menos que la que había saludado al Equipo Tristán, surgió de entre la multitud. En el centro de la pantalla, Miluše y los demás saludaban a las galerías como si estuvieran a punto de abrir una actuación en directo, un marcado contraste con la sombría entrada del Equipo Tristán.

“¿Quién crees que ganará?” preguntó Claudia con su habitual sonrisa misteriosa.

Julis fue la primera en responder. “…iré con el equipo Tristan. Son muy diferentes en fuerza. Rusalka puede tener una coordinación sin igual, pero Miluše es probablemente la única entre ellas que puede seguir el ritmo de Elliot Forster”.

“Estoy de acuerdo. Para ser honesto, dudo que puedan seguirle el ritmo…”

De hecho, basándose en lo que Ayato había visto en los preliminares, la destreza con la espada de Elliot Forster había mejorado dramáticamente desde el año anterior.

Y no sólo su destreza con la espada. Sus habilidades físicas también habían sufrido una transformación completa.

El equipo Rusalka, por otro lado, no parecía haber cambiado mucho desde los últimos Gryps. Por supuesto, era de esperar que hubieran experimentado mejoras graduales, y su coordinación parecía estar más involucrada, pero eso por sí solo era poco probable que fuera suficiente para derribar al Equipo Tristán.

Y cuando se trataba de coordinación, el equipo de Gallardworth, Tristan, siempre se había enorgullecido también de esa área.

“Y luego está Perceforêt. Su habilidad no será fácil de manejar”.

“Es una habilidad muy orientada al trabajo en equipo”, asintió Claudia.

Era una habilidad muy rara, pensó Ayato. Si tuvieran que luchar contra ellos mismos, tendrían dificultades para contrarrestarla.

“¿Qué te parece, Ayato?”

“Hmm…”

Como las condiciones eran las que eran, todo parecía estar a favor del equipo Tristán.

Pero aun así, se encontró incapaz de responder.

Había algo que le molestaba, algo que parecía estar fuera de su vista.

“Creo que será Rusalka.”

La que finalmente habló fue Saya.

“¿Oh? ¿Qué te hace decir eso?” preguntó Julis, de repente interesada.

Saya, sin expresión, agitó la cabeza. “Sólo mi intuición.”

“…ya veo.” Julis se encogió de hombros, pero no dijo nada más.

Después de un momento, Claudia aplaudió como para anunciar el final de la discusión. “Está a punto de comenzar. Ahora, todos, miremos con cuidado. Después de todo, nos enfrentaremos a los ganadores”.