Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: El Viento de la Espada Llama

Parte 4

—¡¡Gwwwua————aaaaaghhh!!

Las llamas llenaron el túnel cuando los tres únicos conjuros se tragaron por completo los cuerpos de los gusanos. Lo atomizaron todo, formando un mar de fuego rugiente que no dejó nada más que núcleos de piedra mágica a su paso.

—S-señorita Tiona, su—¡Sus manos!

Habiendo escapado de la crisis temporalmente, los tres usuarios mágicos miraron ahora el mango de la espada de Tiona, con los ojos muy abiertos por el horror.

Aunque la hoja de su Urga los había protegido de las toxinas, su mano alrededor de su empuñadura no había tenido tanta suerte, tomando todo el peso del veneno de las vermis. Su piel normalmente de color cobrizo se había vuelto de un intenso tono negro.

—¡No hay problema! ¡Deberían haber visto las cosas con las que me golpearon en Meren—¡Y aún sigo luchando!; Tiona se rió, encogiéndose de hombros con sus miradas llorosas con una referencia a su duelo contra Bache, la Reina Veneno. A pesar del sudor que caía sobre ella, ella todavía llevaba su habitual sonrisa en su rostro.

—…Lo siento. Es un poco difícil… salvar a todos yo sola. El sudor se negó a parar.

Sonriendo vacilante, ella miró a sus tres compañeros de equipo.

Ella no tenía a Tione a su lado. No tenía a Finn ni a Gareth. Ni siquiera Aiz o Lefiya. Demonios, ella incluso habría tomado a Bete en este punto. Solo era ella. Y se estaba dando cuenta rápidamente de que ni siquiera una aventurera de primer nivel como ella podría liberarlos de su situación actual por su cuenta.

Su propia estupidez, su incapacidad para encontrar una solución, estaba empezando a agradarle.

Pero sin siquiera tratar de poner una cara valiente, ella rogó: —Entonces… sí pudieran tal vez…

¿salvarlos por mí…?; Su sonrisa volvió, aunque estaba empapada de sudor.

La vista de ella con tanto dolor fue suficiente para que Elfie y los demás se detuvieran antes de responder en coro:

— “““¡¡Entendido!!”””

—¡De acuerdo entonces! ¡Hagámoslo! ¡Juntemos nuestras cabezas y lo lograremos de alguna manera!

A pesar de que sus brazos y piernas temblaban, el grupo sintió que las sonrisas regresaban a sus caras.

Con la moral volviendo con una venganza, Tiona despegó, guiándolos por el túnel—y hacia una esperanza persistente.

La poderosa maza del asesino vino volando hacia ella.

En el escalofriante silbido de la carne, Cruz y los demás apoyos se pusieron blancos de horror.

—¡¡——-Guagh!!

Pero no fue Tione quien se había destrozado—era la cara gigante del asesino.

El puño de cobre de la Amazona se había conectado con el puente de su nariz, dividiéndolo en dos y convirtiéndolo en una masa blanda. Al ver cómo se desarrollaba la acción, sus compañeros casi se desmayaron allí mismo en el lugar.

—P-pero ¿Por qué…?; La figura gigante gimió, con los mocos y lágrimas cayendo sobre sus dientes delanteros destrozados antes de caer de cabeza al suelo. Su maza, al igual que su cara, había sido destrozada en miles de pequeñas piezas.

El puño castigador de una amazona nunca perdió su marca.

—¡Porque no has hecho nada más que… gemir y gemir…!; Tione flexionó su puño, le faltaban trozos de piel en los nudillos. A su alrededor, nadie se movió, y un pesado silencio se apoderó del pasillo.

Ella acababa de romper la maza del hombre a quemarropa. Con la mirada dirigida hacia abajo, ella de repente levantó la cabeza—llamas asesinas ardían por sus ojos.

—¡¡Y estoy harto de eso!!

En un instante después, la masacre comenzó.

Sus puños volaban, sus pies cortaban el aire como cuchillas, ella destrozó a los asesinos; salpicaduras de sangre brotaban de sus bocas con cada golpe que hacía crujir los huesos. Ella trató con ellos exactamente como había tratado con su líder gigante, dejándolos para el conteo en un solo golpe sin posibilidad de despertarse en corto plazo.

Mientras la cadena de gritos desesperados resonaba a su alrededor, los otros asesinos entraron en pánico, sin saber qué hacer.

—¿Que está pasando? ¿¡La magia anti estado ya no funciona?!

—P-pero no hay for—¡¡Aaaarrrrrrrrrrrgggggggggghhhhhhhhhh!!

Pero ni siquiera se les dio tiempo para terminar sus pensamientos cuando Tione los eliminó uno por uno. Ella no se detuvo, y las múltiples maldiciones y la magia anti estado aparentemente no hicieron nada contra su ataque.

Fue un alboroto de proporciones virtualmente sin paralelo.

—Oh, cierto… Su habilidad: Berserker”; dijo Cruz cuando el recuerdo de la habilidad bárbara de Tione se vino a la mente.

Fue una habilidad que se aprovechó de la ira creciente para aumentar considerablemente su fuerza física. Y dada la manera descarada en que los asesinos la habían golpeado con hechizo debilitante tras hechizo debilitante, solo tenía sentido que sus niveles de enojo estarían prácticamente fuera de lo pensado. De hecho, con cada nuevo hechizo de maldición o anti- Estatus, su fuerza en realidad pareció crecer, invirtiendo completamente sus efectos de reducción de estado.

—¡Te voy a destrozar!

La velocidad actual de Tione podría no haber sido comparable a la que era realmente capaz de hacer, pero era lo suficientemente fuerte como para tratar con la multitud de asesinos.

Acercándose a ellos con una presión uniforme, ella desató puño y pie por igual en un ciclón de golpes.

¡Crujido! ¡Chasquido! ¡Ruido fuerte! Los sonidos nauseabundos fueron suficientes para hacer que alguien quisiera taparse los oídos. Incluso Cruz y los demás se encontraron instintivamente doblando los dedos de sus pies con horror ante la escena de violencia desgarradora y gritos incesantes.

—¡Oye! ¿Dónde está esa llave, eh? ¡¡Dámelo o te aplastaré todos los huesos de tu maldito cuerpo!; Ella tiró de uno de los asesinos medio muertos por el cuello. Los cadáveres maltratados yacían apilados a sus pies como montañas elevándose sobre ríos de sangre.

—¡N-No lo tengo…! ¡Yo no soy el que cierra la puerta—!

—¡¡Inútil!!

Sin siquiera dejándolo terminar, ella lo golpeó contra el suelo y provocó un aullido de dolor.

La vista de ella parada allí, con los hombros agitados y los puños empapados en sangre, hizo que Cruz y los demás retrocedieran lentamente.

—Puñado de cerdos… ¡De acuerdo, chicos, si cualquiera de ustedes piensa en matarse, me encargare de arreglarles la cara! ¡¿Lo entienden?!

—¡S-sí, señora!; Gritaron de nuevo, incapaces de moverse a la mirada asesina que se dirigía hacia ellos.

Y así, al igual que su hermana, Tione elevó la moral de sus compañeros a su manera, y se lanzaron a comenzar el viaje a casa.

—… ¡Se-señor Gareth!; La voz de Narfi lo llamó con voz ronca.

Aunque el cuerpo de la joven había sido levemente quemado, ella había sobrevivido a la ola de llamas con vida. Los otros, también, habían escapado con nada más que heridas leves.

Esparcidos en el suelo, ellos miraron hacia arriba para ver la heroica espalda desnuda de un guerrero enano.

Era Gareth, con un escudo gigante preparado, con todo el peso del infierno.

—Que resplandor… ¡Lo pone difícil… a una persona como yo…!; Era claramente un farol, ya que el humo salía de su cuerpo mientras su ropa de combate y su armadura se quemaban bajo las llamas. Aun así, a pesar de todo, la sonrisa intrépida nunca abandonó su rostro.

Después de agarrar un escudo de uno de los apoyos, convirtió su cuerpo en un baluarte impenetrable, empujando a Narfi y los demás hacia su parte posterior para protegerlos de la enorme oleada de fuego.

—¡¿E-estás bien?! ¡¿Cómo estás aún de pie?

—¡Algún hobbit una vez me dijo que este gran cuerpo era lo único que me había servido, sabes!

—¡¡Eso no responde mi pregunta!!

La facilidad con la que habló no indicaba cuánto tiempo podría seguir soportando las llamas. Y mientras lo observaban, sus ojos se ensancharon aún más, y sus bocas se abrieron.

¿Qué clase de aventurero podría soportar un impacto directo de esas llamas? No necesitaba trucos o esquemas; su cuerpo era simplemente tan fuerte, demasiado fuerte, un escudo de vanguardia. Y con ello los había salvado de la trampa de fuego.

Esto iba más allá de la línea del deber, un hecho que dejó a Narfi y al resto del grupo en un estado de reverencia.

—…¿? ¡¿Se está abriendo la puerta…?!

—¡Señor Gareth! ¡Otra trampa!

Casi como si también estuviera acorralado por el pretensioso del enano, la puerta detrás de ellos se abrió de golpe.

Hubo una explosión, seguida de una segunda pared de llamas. El nuevo conjunto de piedras infernales se encendió con una poderosa explosión, llenando el segundo túnel con una luz cegadora y enviando una oleada de aire abrasador por el pasaje hacia ellos.

—Ah, que impaciente. Me temo que tendré que declinar. Uno es suficiente para mí. ¡Narfi!

¡Toma el escudo, muchacha!

—¿Eh? Yo—¡Entendido, señor!

Mientras observaba a Narfi y los demás moverse en posición, Gareth movió los hombros y se paró justo enfrente de la pared del laberinto. Un momento después, la pared se rompió, con piedras y demás dispersándose para revelar la adamantina debajo. Y fue en ese momento que él golpeó—usando toda la fuerza que le quedaba en el cuerpo—para aplastar el reluciente metal.

—¡¿?!

Una grieta se abrió camino a través de la pared. En un solo golpe del puño del enano, la adamantina se había separado, un acto que hizo que los ojos de Narfi y los demás se abrieran, pero que palidecían en comparación con su próximo movimiento. Ambas manos se curvaron en puños en forma de bola, se lanzó contra la pared, golpeándola miles de veces en una oleada   de golpes.

—¡GuuuuuuuuuuuuuuuuuuuurrrrrrrrrrrooooooooooooooooooooooooooaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaRRRRRRRRRRARARARARARRRRRRRRRRRRRARARARARRRRRRARA  ARARRRRRRARARARARRRRRRARARARARRRRRRA!!

Fue una hazaña de fuerza que llevó al enano a sus raíces. Cada golpe atronador de su puño soltaba una grieta desgarradora, apenas perceptible por la magia, a medida que desgastaba cada vez más la pared de adamantina. La superficie supuestamente indestructible se hizo cada vez más profunda, gimiendo y temblando bajo la rápida presa del enano. Él bien pudo haber estado minando mineral en la forma en que lo estaba haciendo, cortando pieza por pieza del baluarte parecido al hierro hasta que—finalmente—cedió con un estremecimiento.

Una ventana al túnel junto a la suya se abrió ante él.

—Arriba y andando ¡Muevan el trasero y métanse en ese agujero!

Y así lo hicieron, deslizándose en la seguridad del túnel de conexión con apenas más de un segundo libre antes de que la pared de llamas envolviera el paso detrás de ellos.

Fue un ataque apretado, y cuando salieron del otro lado, parecían no estar seguros de sí estaban presenciando la realidad y simplemente se quedaron un momento en un silencio aturdido.

—Se-Señor Gareth, sus manos…; Narfi sollozó.

—¿Oh esto? ¡Una herida nada más! No hay poción rápida que no se solucione de inmediato.

—S-sí, pero…