Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: El Viento de la Espada Llama

Parte 3

—¡Oye, Alto Novato! ¿Qué crees que estás hacien—? Solo que ella no pudo terminar su pensamiento.

—¡Lady Valletta! ¡Ellos tienen refuerzos!

—¡!

Ante el repentino grito de uno de los asesinos, ella se giró para ver a una gata que corría hacia ella desde uno de los otros túneles. Y ella tampoco era la única, había tres más en cada uno de los caminos restantes, y todos ellos venían directamente hacia ella.

¿Quién demonios son ellos?

Ella se congeló.

—….

Desde detrás de Aki, su sudor volando mientras se lanzaba por el túnel, era el mayor enjambre de monstruos que Valletta había visto.

Mientras que su atención se había centrado en Finn, los otros miembros de su grupo habían estado corriendo a través de los pasajes circundantes, atrayendo a tantos monstruos como pudieron. Los cuatro lideraban su propio desfile masivo.

Valletta y toda su tripulación se quedaron boquiabiertos por el shock—un acontecimiento que no escapó de Raúl, y se levantó de un salto antes de lanzar la bolsa en su mano en dirección a Valletta.

—¡¿Que–?! ¡Ese olor…! ¡¡Ugh!!

Era el “polvo mágico” que habían recogido en Meren.

El polvo que en realidad era una mezcla molida de piedras mágicas que Njror había usado para atraer a las violas al mar. El polvo de cristal que ahora cubre sus cuerpos animaría a los monstruos araña a embestir directamente contra Valletta y sus asesinos.

—¡…!

La comprensión horrorizada apareció en los ojos de Valletta cuando Aki aumentó su ritmo, sus tres compañeros intentaron contener las lágrimas y la multitud de monstruos se lanzó contra ellos desde todas las direcciones.

El plan decisivo de Raúl…

…no era otra cosa que un desfile de proporciones de vida o muerte.

—¡Cuidado, Raúl!

En un instante, Aki saltó hacia los asesinos antes de saltar sobre sus cabezas.

Y, tal como estaba previsto, los monstruos que embestían detrás de ella se fijaron en su nueva presa, espolvoreada en polvo de piedra mágica de pies a cabeza—

—¡¡¡Ti-tienes que estar bromeandoooooooooooooooooooo!!!!!

La fiesta infernal había comenzado.

Cuando el grito de Valletta se rompió en el aire, la horda de arañas se lanzó. Fue como una avalancha cuando los compañeros de Aki siguieron su ejemplo y pasaron sus propios desfiles, llevando a la multitud de monstruos directamente a la intersección.

—¡¡Capitán!!; Raúl gritó mientras se dirigía hacia Finn, agarrándolo en sus brazos mientras la sangre y otros jugos de monstruos comenzaban a llover.

El cristal engañador de monstruos ya no hacía nada. No frente al polvo ahora cubriendo sus cuerpos. La horda de arañas de agua no veía nada más que carne fresca cuando asediaban a los asesinos, los colmillos rasgaban, rasgaban y llenaban el túnel con gritos de agonía. Los asesinos se defendieron desesperadamente, girando en todas direcciones en un intento de frustrar sus ataques cuando una oleada tras otra de las bestias se movía para matar.

Había sido un regalo de Loki.

Un tipo de elemento “por si acaso” si se encontraban en problemas dentro de la fortaleza del enemigo, y una forma de incitar al caos entre humanos y monstruos por igual.

—¡¡Demonios!!

Ni siquiera un aventurero de primer nivel como Valletta podría durar mucho contra la enorme masa de monstruos que la atacaban ahora, un gran error de cálculo, considerando que había estado ridiculizando a los mismos aventureros solo unos momentos antes.

Valletta y sus fuerzas habían olvidado una cosa importante:

Este era un Calabozo. Y en el calabozo, los monstruos hicieron las reglas.

No había absolutos cuando se trataba del laberinto, y las vargs seguían llegando.

Como si quisiera alentar al pandemónium implacable de la batalla, Aki se lanzó bruscamente a Valletta.

—¡¿?!

Valletta apenas tuvo tiempo de reaccionar, aun retorciéndose desesperadamente mientras su espada y sus garras mordían en la piel de los monstruos. Y Aki aprovechó al máximo su difícil situación, con su espada volando mientras corría hacia los demonios con la “llave”.

—¡¡No te metas conmigoooooooo!! Pero Valletta seguía siendo un nivel 5.

Y usando su fuerza de nivel 5, fue capaz de arrojar a los monstruos entrantes, volviendo su atención al agresor entrante.

—¡¡Ngh!!

Aki se mantuvo en calma hasta el final, incluso cuando los ataques de Valletta la bombardearon.

Siguiendo cada golpe poderoso con un golpe de su espada, ella se dio la vuelta con la gracia de un gato. Luego, después de esquivar el siguiente contraataque, lanzó un golpe directo a las vértebras en el cuello de Valletta.

—¡¿Gngh?!

Los ojos de Valletta se abrieron de golpe cuando la enviaron al suelo. Raúl estaba justo detrás de ella.

—¡¡!!

Cuando el joven se acercó a ella con su daga, las palabras de su mortal enemigo resonaron en su cabeza una vez más.

—… ¿Bueno para nada? Mis hombres son… nada más que… héroes…

El cazador se había convertido en la presa, un resultado derivado de la pura desesperación y una resolución imparable de superar el toque de la muerte. Los “Lacayos” de Nivel 4 de la Familia Loki habían lanzado un ataque combinado que recordaba la obra de Finn y Riveria.

Utilizando la apertura que Aki había creado para él, Raúl lanzó su daga volando.

—¡¡Gngh!!

—¡¿Nnnggaah?!

Su hoja tallada en diagonal sobre su torso superior. Al mismo tiempo, la “llave” se resbaló de su mano.

—¡¡Mierda!!

Antes de que ella tuviera la oportunidad de arrebatarla, desapareció bajo un ruido atronador de patas y garras delgadas de araña. Mientras ella tropezaba hacia adelante con un grito sin voz, Raúl respondió con un grito propio característico de él.

—¡Retiradaaaaaaaa! ¡¡Todos, CORRAN!!

Con su objetivo número uno ido, la Familia Loki había perdido toda razón para quedarse.

Entrando y saliendo entre los asesinos y los monstruos, Raúl se alejó del clamor, se unió a Aki y al resto del grupo en una carrera frenética hacia el túnel por el que había aparecido la Valletta.

—¡Se están escapando! ¡Tras ellos! ¡¡Tras Elloooooooooos!!; Valletta chilló, pero sus asesinos no le prestaron atención. Estaban demasiado ocupados defendiéndose contra el ataque de las arañas, y el grupo de Raúl se les escapó antes de que pudieran responder.

—¡¡Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnn!!

El grito retumbó por el túnel detrás de ellos.

—Raúl ¿Estás bien?

—Está bien es una palabra muy fuerte, pero estoy… reponiéndome.

Mientras escapaban, Aki se puso a caminar al lado de Raúl, que todavía tenía a Finn en sus brazos. Y no era solo Raúl quien se veía peor por el desgaste—Aki, Finn, todos ellos estaban cubiertos de cortes y magulladuras, pero eso no disminuía su velocidad. Lo habían hecho. Finn estaba bien. No es que tuvieran tiempo para celebrar con éxito la finta que le hicieron a su enemigo, ya que rápidamente continuaron por el túnel.

Especialmente cuando Knossos no estaba dispuesto a dejar escapar a los aventureros.

Más abajo en el pasaje frente a ellos se escuchó el sonido de una puerta abriéndose, y de repente, un enorme enjambre de violas se lanzó al túnel.

—¡¿?!

Raúl sintió que se quedaba sin aliento. El momento era demasiado perfecto para ser una coincidencia.

De hecho, este fue el trabajo de nada menos que Barca, que los había estado espiando desde la capa acuosa del pedestal. Aunque neutralizar a Finn y su equipo había sido confiados a Valletta, después de presenciar el esquema de Raúl, Barca no tuvo más remedio que tomar el asunto en sus propias manos.

—Raúl prácticamente podía sentir la desesperación.

El chico herido casi podía oír sus corazones romperse detrás de él.

De una amenaza a otra, el laberinto no había acabado con ellos, su malicia sacó de sus corazones la esperanza que aún les quedaba.

Aunque los vientos de favor actualmente impulsándolos hacia adelante, si perdieran sus gracias ahora, nunca podrían volver a encontrarlos.

—¡¡Grrrrruuuuuuuuuuaaaaaarrrrrrrrrrgggggggggghhhhhhhhhhh!!

El rugido de los oídos sacudió las paredes cuando las bestias masivas vino a embestir.

—¡Toma al capitán!; Gritó Raúl en respuesta, con sus ojos brillaron.

—¡¿Raúl?!

Pero ya le había pasado al hobbit, lanzándose hacia la estampida entrante a una velocidad estimulante. Arrebatando una lanza corta y una daga de uno de sus compañeros, él se lanzó, dejando a Aki en shock detrás de él.

—¡¡Adelante!!

Fue un ataque suicida.

La vista era una con la que sus compañeros estaban muy familiarizados.

Lo habían visto antes—con Finn, con Aiz, con todas las otras élites de primer nivel.

—¡¡Ruuuuaaaaaaaaaaaaggghhh!!

Solo que esta vez fue un nivel 4 de segundo nivel en su lugar.

Con la lanza y la espada brillando, Raúl voló, cortando la masa de tentáculos y partiendo las cabezas de izquierda a derecha.

Pero simplemente eran demasiados, y tan pronto como terminó su primer ataque, los monstruos enviaron sus tentáculos hacia él en masa. La sangre corría ríos por su frente; sus dedos se agrietaron; feos riachuelos de color rojo brillante se derramaban de sus fosas nasales.

Él había llegado a su límite.

Pero ¿Quién había esperado lo contrario?

Él no era un aventurero de primer nivel, después de todo. No era como Finn y los demás.

—¡¡Nnnggh!!

Pero eso no lo detuvo.

Por cada vez que fue golpeado, él tomó represalias y destrozó las piedras mágicas, construyendo pilas de cenizas a su alrededor mientras forzaba un camino abierto para el resto de su grupo.

—¡Detente, Raúl!; Gritó Aki detrás de él.

Pero él no miró hacia atrás, no importa cuántas veces ella gritó y agitó sus armas una y otra y otra vez.

—¡¡Te vas a matar…!!

—¡Esto es lo que haría el capitán!

—¡Tú no eres el capitán!; Gritó ella, tan fuerte que su voz se quebró.

—¡¿Crees que no lo sé?!; La respuesta de Raúl fue de inmediata y poderosa, aturdiéndola en silencio. —Yo… ¡nunca seré como él! ¡Nunca seré como todas las personas que admiramos!

Raúl conocía su lugar demasiado bien.

Estaba indeciso. Una excusa lamentable para un ser humano. Nadie en la familia, ni siquiera sus subalternos, lo consideraron remotamente digno de mención. Podía correr solo, pero nunca se comparaba con Finn, Aiz y los otros primeros niveles.

—No importa lo mucho que lo intente. Nunca seré como ellos. Lo sé muy bien.

Su visión estaba empezando a deformarse. Le tomó un momento darse cuenta de que había lágrimas en sus ojos. Lágrimas de angustia. Su confianza le estaba fallando, robada por la cruel visión de los pocos elegidos antes que él.

Fue inútil. Completa y absolutamente inútil.

—Pero…; Él se limpió la sangre y los mocos de la nariz con el brazo mientras lo retiraba para un golpe con su lanza. —…Seré aún más inútil si… ¡Si dejo de perseguirlos ahora!; Gritó, con las lágrimas amenazando con derramarse de sus ojos mientras los cerraba.

Así como Lefiya tuvo un sueño propio para perseguir…

… él, también, luchó para mantenerse a la par con su propio objetivo.

—¡Idiota…!; Gritó Aki, con algo picándole a los ojos mientras ella sacaba a los enemigos a su izquierda y derecha en un intento de proteger a Raúl de la avalancha de tentáculos.

—¡¡Ruuuuuaaaaarrrggghhh!!

Raúl envió su lanza en espiral hacia la odiosa mandíbula de la viola final.

Con un chasquido crujiente, el mango se partió en dos, pero no antes de que la punta de la lanza destrozara la piedra mágica en lo más profundo de la carne de la criatura. Justo antes de que sus dientes cayeran alrededor de él, el monstruo se desintegró en una pila de cenizas.

—¡Ven! ¡Movamonos! ¡¡No podemos parar ahora!! ; Gritó Raúl, su cuerpo podría derrumbarse en cualquier momento.

—¡S-SIIIII!; Sus compañeros levantaron un rugido triunfante, pisándole los talones mientras abandonaba su lanza rota y desenvainaba una espada larga.

—…Los niños de estos… días…; Finn resopló desde la base de su garganta.

—¿Capitán?; La chica que lo llevaba se dio la vuelta. El capitán hobbit se estaba riendo, débil pero seguramente, desde detrás del resto del grupo.

—Ya eres un… buen aventurero… Raúl.

Aunque su lucha era sin gracia e indecorosa, los aventureros se negarían a sucumbir.

—¡Señorita Tiona!

El diluvio sincrónico de ataques de las vermis venenosas se disparó en el aire. Los ojos de Elfie se cerraron con fuerza ante su horrible final.

—…¿?

Solo que el golpe nunca llegó.

En su lugar, escuchó un vendaval furioso, que se elevó y se extendió por todo el túnel. Muy lentamente, ella abrió los ojos antes de mirar con asombro lo que veía.

—No…¡¡Hoooooooy!!

Tiona estaba manejando su Urga con una mano, girándola como la hoja de un molino de viento.

El ciclón que creó fue tan poderoso, tan rápido, que actuó como un campo de fuerza que envió a la ola entrante de toxina vermis volando en todas direcciones. Aun así, ni una sola gota golpeó a los aventureros detrás de ella.

—¡¡Conjuren algo, chicos!!; Gritó ella.

—¡!

Los usuarios mágicos se quedaron atónitos por un momento, luego asintieron con una afirmación celosa.

En menos de un instante, su conjuro comenzó. Era tan fuerte que ahogaba la competencia cacofónica entre la toxina y el molino de espadas. Mientras las chicas preparaban sus varitas, incluso el chico, herido por estar expuesto al veneno, levantó el brazo y soltó un grito ahogado.

En el momento en que la primera gota de sudor cayó de Tiona, todavía atrapada en su prueba de resistencia con la multitud de gusanos, su magia estaba lista.

—¡¡Señorita Tiona!!

—¡Deja que se mueva! ¡¡¡Aún podemos!!!

En una precisión coordinada que habían practicado una y otra vez durante sus expediciones, Tiona saltó fuera del camino en el momento en que los magos en la línea posterior soltaron su explosión mágica. Las vermis venenosas, viendo desaparecer la línea de defensa, se lanzaron hacia adelante, solo para encontrarse cara a cara con el infierno perfectamente sincronizado