Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: El Viento de la Espada Llama

Parte 2

 

 

—…ul.

Pero justo como estos pensamientos se habían alzado en su mente.

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Justo cuando estaba a punto de agachar la cabeza en derrota, una pequeña y diminuta voz llegó a su oído.

—…Ra…ul…

Desde el hobbit, más cercano a la muerte que cualquiera de ellos. El atractivo casi inaudible Finn le pinchó la oreja.

—¡Ngh!

Los ojos de Raúl se abrieron de golpe con un sobresalto.

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En la tumba claustrofóbica que se convertiría en su lugar de descanso final, su capitán le había proporcionado la luz que necesitaba para ver el camino. Con el corazón casi latiendo de su pecho, Raúl sintió que la fuerza regresaba a sus puños.

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¡¡No podemos rendirnos… no sin una pelea!!

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Con un proverbial golpe de sus manos fuertemente apretadas, envió a su corazón desesperado a navegar en la oscuridad.

¿Cómo puedo sentarme aquí y no hacer nada?

¿A quién le había confiado Finn la seguridad del equipo? ¿Quién era Aki que siempre había estado allí para apoyar?

En este momento, el mayor temor de Raúl era traicionar la confianza en los ojos borrosos de Finn. ¿Cómo podía abandonar su deber y llevar a la ruina a su equipo el cual su capitán había contado con él para proteger?

¡Necesitas reponerte, Raúl Nord…!

De eso se trataba ser parte del equipo. De eso se trataba ser el líder. Buscando el valor de uno a través de la pura adversidad.

¿Entonces para que ha pasado tantos días siguiendo a sus líderes gloriosos si no fuera por este día? ¿Entonces para que le habían dado su conocimiento y guía si no fuera por este día?

—Todo lo había llevado a este mismo momento.

Sí, eso era lo que él tenía que decirse. De eso era de lo que él tenía que convencerse.

¡Ponte una careta si es necesario, Raúl! Tú eres el lobo. Tú eres el lobo. Ahora…¡¡Aúlla!!

Apretando los dientes, él lanzó sus inhibiciones al viento.

——¡¡Nooooosotros podemos hacer esto, gente!!

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Era un graznido apasionado y agudo.

El timbre cómico era tan impropio para su situación que la cola de Aki dio un salto de la impresión, y el resto del grupo lo miró con la boca abierta.

—¡Ahora… ahora es el momento de la acción! ¡Tenemos que mantener la calma y—! ¡Y evaluar cuidadosamente la situación…!

La lengua le temblaba, los hombros le temblaban, los puños le temblaban, él grito.

Él era una vista lamentable que se hizo aún más cuando dio él el 110 por ciento… y cuando Aki y el resto de sus compañeros simplemente lo miraron con los ojos vidriosos, ellos finalmente dejaron escapar un suspiro en grupo.

—… ¿Eh? ¿Q-que sucede, chicos? ¡¿Para qué era eso…?!

—… ¿De algún modo? Verte así realmente me calmó; Explicó Aki, su incredulidad se convirtió

en una sonrisa.

—¡Sí! Quiero decir, eres la persona menos confiable de la historia, así que nos damos cuenta de que tenemos que arreglar nuestros problemas; Dijo alguien más mientras la risa y las sonrisas secas recorrían el grupo.

Las sombras de angustia y desesperación que habían atormentado sus rostros habían desaparecido.


Todo gracias a uno de los pocos méritos de Raúl.

Ellos sabían que tenían que ser hombres, tenían que apoyarse mutuamente, porque Raúl era un desastre sin esperanza.

De alguna manera, aunque a través de un método muy diferente al de Finn, Raúl había logrado levantar el ánimo del equipo de una manera que solo él podía. Era un talento que ni siquiera los grandes de primer nivel poseían—ni Finn, ni Riveria, ni Gareth, ni Aiz. No, sólo él.

Y ver las sonrisas volver a las caras de sus compañeros fue suficiente para calmar su propia ansiedad, también.

——¡Esto es una aventura, después de todo! Y él no se detuvo allí.

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—¡Tenemos que dar todo lo que tenemos! ¡Preparen sus espadas y hagámoslo! ¡Así es como se prueba el temple de los verdaderos aventureros! —¡El capitán diría lo mismo!

Raúl podría haber sido alguien ordinario, pero no era tonto.

Él había acumulado una gran experiencia, quemando en su memoria las espaldas de las elites de la familia mientras estudiaba cada uno de sus movimientos e indicaciones. Y mientras hacía su discurso ahora, los corazones de sus compañeros se agitaron en respuesta, y sus cabezas asintieron con resolución.

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La luz había vuelto a sus ojos. Eran la Familia Loki una vez más.

Incluso Finn, mirándolos desde lejos, curvó sus labios ensangrentados hacia arriba con una sonrisa leve, sus ojos se arrugaron.

—¡Vamos a poner nuestras cabezas juntas, chicos! ¡Esos bastardos todavía creen que tienen la ventaja, pero nos colocaron en la posición perfecta para contraatacar!

A instancias de Raúl, ellos decidieron trabajar, aprovechando el poco tiempo que tenían disponible para recabar todas las ideas que pudieran.

—Sabemos que correr sin rumbo no nos llevará a ningún lado… Entonces, la solución más rápida sería simplemente robar esa llave.

—Sí, pero tienen mucho más refuerzo que nosotros. No nos estarían persiguiendo en primer lugar si estuvieran preocupados de que pudiéramos llevar a cabo un contraataque. Robar esa cosa no será fácil.

—Es cierto… pero tampoco podemos dejar que sigan empujándonos más lejos en el laberinto. No importa lo que hagamos, tendremos que tratar de superarlos.

Aki escuchó las tres opiniones de sus compañeros antes de hablar ella misma. —Estoy casi segura de que Valletta y sus matones tienen algo que evita que las nuevas especies los ataque.

—¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso?;Habló Raúl esta vez.

—Piénsalo—domadores y criaturas son los únicos que pueden controlar esos monstruos de colores locos, ¿Verdad? Entonces, si estos malvados psicópatas liberaran monstruos por todo su escondite, correrían el riesgo de ser atacados ellos mismos.

Raúl y los demás se quedaron callados por un momento, luego, como en el momento justo, sus rostros se iluminaron al darse cuenta.

—Hasta ahora, todo lo que hemos visto aquí son esas arañas de agua… lo que significa que debe haber alguna forma de evitar que esas cosas ataquen.

—Y también que esas arañas son básicamente un ejército construido específicamente para proteger este lugar…

—Exactamente. Aparte de ese primer encuentro, no hemos visto ninguna de esas violas.

Incluso entonces, las gigantescas criaturas florales habían estado al acecho detrás de esas puertas de orichalcum, lo que significaba que era muy probable que se mantuvieran separadas del resto del laberinto y que se hubieran colocado allí únicamente para usarlas en esa trampa.

—Ahora, si esto es algún tipo de rasgo especial de la nueva especie, un olor, o incluso un elemento, no lo sabemos…; Aki continuó, sus orejas felinas se movían hacia adelante y hacia atrás mientras observaba sus alrededores. —Pero sea lo que sea, esto está haciendo que el enemigo baje la guardia. Entonces, si podemos usar eso a nuestro favor de alguna manera y agitar las cosas…

Era un plan que tenía sentido, por supuesto, y Raúl se encontró inconscientemente con un zumbido de afirmación, y su mano iba hacia la bolsa que llevaba en la cintura en busca de cualquier cosa que pudiera darles una idea.

—…Ah.

El plan se le vino a la cabeza cuando su mano entró en contacto con un determinado artículo, un elemento con el que tenía mucha experiencia en sus expediciones en el Calabozo.

Con el color desapareciendo de su rostro, él lo sacó de su bolsa. Usó varias expresiones hasta que finalmente, después de darse valor, él abrió la boca para transmitir su estrategia.

—¡N-no puedes hablar en serio! ¡No hay forma de que te deje hacer eso, Raúl!

—¡No tenemos tiempo, Aki! ¡Pasamos de sentarnos y hablar tranquilamente de esto! … Creo; respondió él, dándose la vuelta incluso cuando el resto del grupo expresó sus propias objeciones. Él se acercó a la única persona que no había puesto sus propios dos centavos—El hobbit tirado en el suelo.

—Capitán… necesito usarlo un poco; Le dijo, con la cara pálida. Finn se limitó a sonreír.

—¿Dónde estáaaaaaaaaaaaaaaaaaas, Finn, mi vida?

Valletta y el resto de su compañía de asesinos bajaron por uno de los túneles del laberinto. Contaban con un total de diez—lo suficiente como para poder eliminar al pequeño equipo de rescate de Braver de una sola vez.

—Silbido…

Una araña de agua apareció frente a ellos—antes de simplemente pasarlos.

De hecho, ellos cruzaron por muchas de las criaturas de colores brillantes, y todas simplemente ignoraron la forma en que los asesinos se prepararon para la batalla ante las presencias desconocidas y siguieron adelante.

—¡Detente en derrotar a cada monstruo! Mientras tengamos este cristal, esas vargs ni siquiera se acercarán; Se burló Valletta, sacando el pequeño cristal que mantenía atado alrededor de  su cuello. Era tal como lo había planteado Aki— los de The Evils tenían algo que mantenía a raya a la nueva especie de monstruos.

Estos eran una nueva clase de monstruos—vargs.

Recolectando cristales de una cierta especie de planta y llevándolos con ellos en todo momento, los asesinos podrían engañar a las arañas haciéndoles creer que eran sus propios hermanos. Esto les permitió vagar por los pasillos del laberinto sin temor a ser atacados.

—Si que está silencioso. ¿Qué están haciendo, hmm? ¿Ocultándose, tal vez? O… ¿Me pregunto si mi enano favorito les susurro alguna estrategia en su lecho de muerte?;ella hizo una expresión arrugada. Sin embargo, cuando vio algo bajo sus pies, se rio. —¡Pfft, ja, ja! ¡Esa  dulce, dulce sangre tuya todavía me mostrará el camino!

Gotas de sangre carmesí salpicaban el suelo, como huellas que la llevaban a su presa herida. Ella se lamió los labios con anticipación.

Y oh, ¡cómo han crecido también! No como esas salpicaduras al azar de antes. ¡Podría estar pidiéndome que venga a matarlo!

Una tras otra, las gotas de color rojo brillante la llamaban. ¿Una trampa, tal vez? Sus labios se curvaron en una sonrisa pícara mientras sus compañeros asesinos exploraban el área con cautela. Ahora habían disminuido el ritmo, preparados para una emboscada, siguiendo el rastro de sangre hasta que los condujo a una gran intersección donde una multitud de túneles diferentes se ramificaban como las hebras de una telaraña.

Aun así, las marcas continuaron hasta la pared más lejana… hasta donde un solitario hobbit permanecía inmóvil.

Era Finn.

No había otra alma a la vista, casi como si hubiera sido dejado atrás.


—¡¡Ja-ja…ja-ja-ja-ja-ja… gya-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja!!

El diminuto tamaño del capitán hobbit lo hacía parecer una vieja muñeca cuyo dueño la había abandonado, un espectáculo que hizo que Valletta se echara a reír a carcajadas.

—¿Te dejaron tus preciosos amigos, Finn? ¿Decidieron que no podían permitirse protegerte?

¡¡Jajaja!! ¡¡Que desorden!!

Finn no respondió, con la leve subida y bajada de su pecho indicando únicamente de que estaba vivo. Valetta entrecerró los ojos cuando entró lentamente a matar.

—De repente, algo vino de su punto ciego.

Un cierto joven saltó de las sombras. Ocultando la respiración, esperó el momento preciso en que Valletta estuviera frente a Finn antes de lanzarse hacia ella con la ferocidad sin explotar de una bestia.

—¡¡!!

Agarrando una palabra corta con ambas manos, Raúl salió volando a Valetta.

——¿Eso es todo?

—¡¿Ngah?!

Pero Valletta esquivó su ataque tan fácilmente como si evadiera a un niño, agarrando su collar mientras él pasaba y golpeaba al suelo.

El impacto fue suficiente para que sus ojos volvieran a su cabeza mientras caía boca arriba al suelo.

—Gngh…gah…

—Olvida mi nivel, ¿lo hiciste, Alto Novato? ¡Como si tu plan a medias funcionara contra un Nivel Cinco!; Valletta rió, escupiendo a Raúl mientras yacía espasmódicamente en el suelo como un pez fuera del agua. La vista era suficiente para hacer que incluso los asesinos normalmente inexpresivos se burlaran.

Valletta resopló. Ella recordó a este pequeño aventurero. —Un verdadero bueno para nada a quien tiene a tu lado, Finn. ¡Casi me hace sentir pena por ti, ja, ja, ja, ja, ja, ja!

La carcajada sonó en sus oídos.

Frente a ella, Finn levantó lentamente la cabeza y sonrió.

Era una pequeña sonrisa, las comisuras de su boca se movían solo un poco, pero de todos modos era una sonrisa.

—¿De qué te ríes…? ¿Finn?

Era la sonrisa exasperante de un héroe, la expresión que había persistido tan tenazmente en su memoria.

Cuando ella comenzó a hervir con una furia apenas contenida, los labios de Finn se separaron.

—… ¿Bueno para nada? Mi grupo está compuesto de… nada más que… héroes…





Valletta soltó otro resoplido. —¿Héroes? ¡No me hagas reír! ¿O eres tan ciego como estúpido-

–?; Ella se sorprendió, solo para que su burla se acortara.

En el centro de su mirada estaba Raúl, todavía extendido en el suelo como una estrella de mar. Las lágrimas se habían reunido en las esquinas de sus ojos cuando soltó un sollozo de reproche a sí mismo casi inaudible.

—Esto no es bueno… no soy bueno… ni siquiera cuando más me necesitaban… Perdóname, capitán… por involucrarte en esto… y lo siento, mamá, pero… ¡Pero aún no estoy listo para morir…!

En lugar de eso, él apretó su agarre alrededor de una pequeña bolsa del tamaño de un puño.

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