Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Orario Ahora

Parte 2

Calle Daedalus era un extenso barrio residencial ubicado en el sureste de Orario.

Aunque puede haber sido residencial, su composición arquitectónica bordeaba lo obtuso. Las escaleras corrían a lo largo de los edificios de varios pisos que se levantaban de la piedra en todas las formas y tamaños, y la gran cantidad de callejones o calles laterales era suficiente para confundir incluso a los más dotados en dirección. Fue llamado el “Calabozo en la Superficie” y por una buena razón—un giro equivocado fue suficiente para perderse para siempre en los caminos laberínticos del vecindario, y no solo para aquellos que no están acostumbrados a sus giros y vueltas. Incluso aquellos que habían vivido allí durante mucho tiempo tenían que tener cuidado para no perder su camino.

Se había construido cerca de mil años antes—casi inmediatamente después de que los dioses hubieran descendido de los cielos, aparentemente—en lo que se conoció como la Era Divina. Un monumento a los artesanos del pasado de Orario, fue creado por el reconocido artesano (y su homónimo) Daedalus.

—Este lugar siempre me sorprende…

—Si uno se perdiera aquí, dudo mucho que puedan encontrar su camino de regreso…

El sol acababa de comenzar su ascenso desde el horizonte oriental cuando la Familia Loki comenzó su viaje a la Calle Daedalus.

Tan pronto como entraron en el laberinto, Tiona murmuró su impresión, observando las vistas que la rodeaban, y Lefiya hizo eco de ese sentimiento. Mientras Aiz escuchaba sus comentarios, se encontró mentalmente asintiendo con la cabeza.

Si era posible ignorar los signos de la vida moderna—la ropa colgada en líneas, los viejos absortos en sus juegos de ajedrez a lo largo de la carretera—era fácil confundir el área con un conjunto de ruinas antiguas.

—Como comenté en la mansión, existe una gran posibilidad de que nuestra presa escocesa esté aquí mismo en esta misma calle. Todo lo que tenemos que hacer es encontrarlo. Sé que va a ser un dolor, pero… ¡Vamos a hacerlo!

Loki exclamó exuberantemente desde el frente del grupo, haciendo todo lo posible para evitar nombrar al objetivo de su búsqueda— una segunda entrada al Calabozo. Detrás de ella se encontraban las mujeres de su familia, incluida Aiz, y nadie más. Finn y el resto de los hombres de la Familia Loki estaban en una misión propia.

—Encontrarlo, claro. ¿Pero cómo? ¡Todo lo que tenemos es esta foto!

—Preguntando a los lugareños ¿Tal vez? Después de eso, no hay mucho más que podamos hacer sino buscar en cada rincón y grieta.

Mientras sostenía el boceto del hombre al que se dirigían, Tione soltó un gemido cansado ante la respuesta de Loki.

Es probable que no haya un aventurero en todo Orario que asuma una tarea como esta— buscar en la Calle Daedalus una persona que pueda o no estar allí, sin importar cuánto dinero haya involucrado.

—La Princesa de la Espada… la Amazona Slasher… Jormungand… y es esa… ¿¡Nueve infiernos!? ¡Qué diablos!

—Lai, ¿Qué sucede? ¡Deja de empujar!

—Son tan bonitas… y tan geniales, también.

La aparición de la familia más famosa en Orario fue suficiente para atraer la mirada atónita de los lugareños, observando desde una corta distancia. Aiz dirigió una suave sonrisa hacia un trío de niños, humanos, caballeros y semi-elfos, que la miraban con ojos particularmente estrellados cuando pasaban por delante.

No vengo aquí muy a menudo… pensó, con sus ojos dorados escaneando el perímetro. La moda del área era muy diferente de lo que los residentes de las Calles Principales usualmente preferían. Más tenue.

Muchos de los más desfavorecidos de la ciudad hicieron de la Calle Daedalus su hogar. De hecho, ya ni las familias ni los aventureros más oprimidos frecuentaban sus calles, mientras que más y más se estaba convirtiendo en un lugar de anidación de pícaros y ladrones. Aunque esta falta de orden público no era obvia al mirar a los lugareños, aún requería atención. El área ciertamente fue un lugar perfecto para esconder una segunda entrada al Calabozo, junto con otros planes de intenciones infames.

—¡Estoy empezando a pensar que este lugar es incluso más un laberinto que el Calabozo en sí!

—Te preguntaría qué quieres decir con eso, pero estoy más interesada en lo que harás a continuación, Loki.

—Supongo que podemos encontrar una especie de lugar de reunión, luego esparcirnos en busca de pistas… ¿Eh?

Loki comenzó a responder a la pregunta de Riveria antes de detenerse repentinamente cuando algo llamó su atención.

Aiz y el resto de las chicas también se detuvieron, siguiendo la mirada de Loki hacia donde una multitud comenzaba a reunirse cerca. En frente de la asamblea, de espaldas a una fuente en medio de la plaza, estaba una anciana diosa.

—¡Saquen sus valis, sucios con las huellas de dedos codiciosos! ¡Alíviense del exceso de cuerpo y alma! ¡Solo cuando realmente no tengan nada se pueden cosechar las bondades de tus dificultades! ¡Sólo entonces podrán ser purificadas sus almas!; Exclamó la diosa. En una mano, sostenía un hueso envuelto en carne fresca y, en la otra, una botella de vino. Partículas de comida y manchas de su bebida decoraban sus arrugados labios.

Mientras extendía los brazos, la multitud de personas vitoreaba exuberante.

—¡Salve, Lady Penia!

—¡Lady Penia! Por favor acepte esta lamentable ofrenda que he acumulado para mis propios deseos egoístas —¡Una humilde ofrenda por su señoría!

Uno tras otro, los demi-humanos apasionados produjeron grandes ofrendas de valis, presentándolas a la diosa. Pronto, una pila considerable se había formado a sus pies, hinchándose hasta que fue suficiente para avergonzar a los músicos y bardos que ganaban su dinero en las calles.

—¿Qué… demonios?; Murmuró Tiona con asombro, expresando los pensamientos que actualmente recorrían por el resto de las cabezas de la Familia Loki. Era una vista extraña para observar.

—¡Tú! ¡Mirándome aturdida desde la calle! Tú, también, te ofrecerás ante mí… ¿Oh? ¿La que veo ahí no es Loki?

—Así que aquí es donde terminaste… ¿Verdad, Penia?; Loki reflexionó, igualmente sorprendida por el estado indecoroso de su compañera deidad.

La diosa anciana, Penia, podría describirse en una sola palabra— escuálida. Vestida con un conjunto de trapos que apenas podían llamarse túnica, su largo cabello blanco colgaba enredado desde la parte superior de su cabeza. Si bien su naturaleza divina mantuvo su piel libre de manchas y suciedad, hizo poco por su dignidad, que no se encontraba en ninguna parte. De hecho, se parecía a una bruja encantadora de los cuentos de hadas de antaño que habían envejecido y caído en tiempos difíciles, o al menos, ese fue el primer pensamiento que se le pasó en la mente de Aiz mientras observaba a la vieja diosa.

—¿Es esta diosa una… amiga tuya, Loki?

—Amiga podría ser una palabra demasiado fuerte para nuestra relación…

Riveria frunció el ceño mientras susurraba en dirección a Loki, incapaz de creer que la persona que estaban examinando pudiera ser una diosa, y Loki respondió algo ambiguamente.

—La conozco… pero no es como si hubiera un dios que no conozco, así que…; Ella comenzó a hablar antes de continuar. —Ella es una especie de broma entre nosotros los dioses. “¡Oh no!

¡Aquí viene la enfermedad de Penia! ¡No dejes que te toque!” Ese tipo de cosas. Pero es cierto que la mayoría de las personas lo rechazan tan pronto como escuchan su nombre. Arriba en el cielo, ella iría a arrebatar todos nuestros ahorros directamente de nuestras narices… Ella es como la pobreza en piernas.

La diosa Penia. Gobernante de la pobreza. Oveja negra de los dioses.

—No hay necesidad de ser grosera ¿Verdad? ¡Especialmente cuando la penuria es lo único que puede limpiar tanto a los humanos como a los dioses! Justo ahora. ¡La única que no me trata como a una vieja tonta balbuceante es Hestia!

—Oye, solo los llamo como los veo, eternamente destituidos mendigos… ¿Qué estás haciendo, de todos modos?

—¿No puedes decirlo? ¡Estoy predicando las maravillas de la pobreza a mis adorables niños!; Respondió Penia con una amplia sonrisa.

Aparentemente, todas las personas en la plaza eran sus adoradores, mantenían cada una de sus palabras y respetaban sus enseñanzas. Algunos parecían ser mercaderes de considerable

fortuna, presentando sus generosas donaciones de dinero y bienes extraños. La vista era menos como una familia apropiada completa con dios y seguidores, y más como una nueva religión.

Según Penia, la riqueza no era más que un “corruptor del alma”. Algo que “privaría al cuerpo del trabajo manual”. Lo que, para ser justos, tenía sentido. Era un mensaje común y parecía arraigado en la verdad.

El problema era la propia Penia, predicando estas ideas mientras comía con avidez las carnes frescas hasta que sus mejillas se hincharan. Con todo eso, esto olía a hipocresía, al menos a Aiz y al resto de la Familia Loki. A sus ojos, Penia no era más que una diosa que se aprovechaba de sus niños para disfrutar de una vida indulgente en el reino mortal.

—Parecen una familia y sin embargo… no lo son…

—Sin embargo, no es del todo infrecuente. Dioses que descienden a este mundo en busca de su propia salvación, pidiendo ayuda a sus seguidores en lugar de otorgar sus bendiciones…

—¿Qué estás diciendo, que fueron lavados sus cerebros?

—¡Mira cuánto dinero ha ganado sin tener que levantar un dedo!

Aiz, Lefiya, Tione y Tiona expresaron una mezcla de asombro e incredulidad al darse cuenta de lo que estaba sucediendo en el hogar—un logro, sin duda, considerando que la diosa anciana ni siquiera había formado una verdadera familia.

Sin embargo, no todo fue como parecía, ya que al parecer Penia regaló la mayoría de las ofrendas que recibió de vuelta a los pobres de la calle Daedalus como una especie de bendición, que fue la única razón por la que no fue acusada de ser un fraude fue por sus rondas. La diosa de la pobreza contaba con el apoyo de casi todos los que vivían en los barrios marginales.

—La matriarca de los barrios pobres… parece; Riveria suspiró. Ninguno de ellos había puesto nunca los ojos sobre un dios así. Incluso el alto elfo la encontró un poco demasiado lamentable, sin importar cómo se sintieron Aiz y los demás.

Loki, sin embargo, se inclinó hacia adelante con curiosidad.

—Oye, Penia. Solo por preguntar ¿Cuánto tiempo has estado en este basurero, eh? Un largo tiempo, me parece.

—¿Mucho tiempo? Para mí, no ha sido más que un abrir y cerrar de ojos, pero si le preguntaras a uno de mis niños, supongo que dirían unos siglos más o menos.

—¡Perfecto! Entonces dime ¿Alguna vez has visto a este tipo?

Loki exclamó antes de mostrar el detallado retrato de su misterioso caballero.

Los ojos de Penia cayeron hacia el rostro melancólico del hombre. —… ¿Y qué asunto tienes con ese humano?

—Lo necesito para un poco de aventura es todo. Me pregunté si podría pasar el rato en la calle Daedalus, así que vinimos a rastrearlo; Explicó Loki, evitando los detalles de Penia mientras la vieja diosa estudiaba el retrato.

Finalmente, Penia levantó su mirada hacia Loki y sus seguidores. Entonces ella resopló.

—Nunca lo había visto antes en mi vida. Al menos, no por aquí. E incluso si lo conociera, no entregaría información tan libremente a alguien como tú.

—Entonceeees… si pagáramos ¿Nos ayudarías?

—¡No me hagas reír! ¿Crees que me gusta salir de mi camino por la gente? ¡No quiero tener nada que ver con esto!; Penia resopló, dándole la espalda al grupo. —¡No, no, no lo hare! Mi lugar está justo aquí, con estas bellezas relucientes; Continuó mientras sostenía la mayor parte de las ofrendas de sus seguidores, luego abandonó la plaza.

—Supongo que es así, entonces… Esperábamos que obtuviéramos al menos un poco de ayuda de los grandes jefes de la zona, incluso si no supieran nada…

—¿Entonces seguiremos adelante por nuestra cuenta como fue planeado?; Preguntó Riveria, a lo que Loki respondió con un suspiro de acuerdo.

Tratando de recuperarse, Loki se volteó hacia el resto del grupo. —¡De acuerdo entonces! Vamos a empezar esta fiesta ¿De acuerdo? Nos separaremos desde aquí, usando esta casilla como nuestro punto de encuentro. Digamos que… dos grupos para comenzar ¿Sí? Teniendo en cuenta lo fácil que es perderse aquí.

—¿Dos grupos? ¿No crees que eso sea un poco extremo?; Intervino Tione.

—¿Recuerdas lo que sucedió en Meren con ese corto dolor en el trasero? No puedes ser demasiado cuidadoso, digo, especialmente si nuestros enemigos conocen este lugar como la palma de su mano.

Cuando Tione interrumpió las órdenes de Loki, la respuesta de la diosa fue suficiente para convencer a todos. No querían una repetición de lo que había sucedido en Meren, después de todo, cuando la Familia Kali había secuestrado a Lefiya.

Con eso decidido, se reorganizaron en dos unidades. Loki y Riveria encabezaron uno, compuesto principalmente por miembros de familias de niveles inferiores. El otro contenía, entre otros, el cuarteto de la Familia Loki: Aiz, Tiona, Tione y Lefiya.

—Pero si simplemente buscamos sin ningún tipo de plan, nos perderemos ¿No? ¿Ahora qué?

—Hee-hee-hee… ¡No te preocupes! sé exactamente qué hacer.

Tiona parecía desanimada mientras miraba a través de la complicada extensión de caminos ante ellos, pero su hermana se volteó hacia ella con una sonrisa, como si tuviera algo bajo la manga.

—Tienen esos guías Ariadne a lo largo de la carretera ¿Verdad? Mientras sigamos esos, no importa cuán perdidos estemos, siempre regresaremos a la salida. Incluso las personas que viven aquí las usan cuando están en un aprieto. O al menos eso es lo que he oído.

Fieles a las palabras de Tione, ellas habían trazado unas líneas rojas en las paredes de la plaza, indicando la dirección de la salida. Lefiya y Tiona inclinaron sus cabezas con curiosidad ante la vista.

—Erm, si bien esto es cierto…

—¿Qué intentas lograr, Tione?

—Bueno, si fuera yo personalmente tratando de desbaratar algún tipo de esquema nefasto aquí, me gustaría asegurarme de que nadie pueda encontrarlo, no solo los aventureros, sino incluso las personas que viven aquí. Así que haría mis propias guías Ariadne… dirigiendo en dirección opuesta a mi base secreta.

Escuchando a su lado, Aiz soltó un “¡Ah!” De realización. —Entonces… si vamos en dirección opuesta a esas guías Ariadne…

—¡Exactamente! ¡Deberíamos terminar justo en la puerta de nuestro enemigo!

—¡Wow!; Gritaron Tiona y Lefiya en coro. Un murmullo ansioso corrió por el resto del grupo, también, ya que se dieron cuenta de que podría haber algún mérito a la sugerencia.

—¡Tengo una buena sensación sobre esto ahora!

—Sí, la teoría fue ciertamente persuasiva…

—¿Qué otra cosa esperabas? ¡Después de todo, el capitán ha dejado la captura de este criminal en tus capaces manos!; Tione se jactó, cruzando los brazos a través de las curvas considerables de su pecho después de que Tiona y Aiz ofrecieron su aprobación.

El deseo de evitar decepcionar al hombre que amaba tan apasionadamente había producido una percepción rara en la Amazona, aunque para Lefiya, al menos, era una evidencia de que el verdadero genio estaba en lo que fuera que Finn le había dicho.

—De todos modos, siempre que no haya objeciones, ¡Sigamos adelante!

Con la plaza y el grupo de Riveria a sus espaldas, el grupo de Aiz partió con una Tione triunfante tomando la delantera mientras se abrían paso en las vueltas y vueltas del laberinto de Daedalus.