Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 1: Orario Ahora

Parte 3

Sin embargo.

—¡No hemos encontrado ni una maldita cosa!; El grito de exasperación de Tiona hizo eco en la Calle Daedalus por la noche mientras agitaba las manos con consternación. —No importa descubrir el escondite del enemigo ¡Estamos demasiado ocupadas perdiéndonos desesperadamente! ¿Qué se supone que hagamos ahora, Tione, eh? ¡Mira lo oscuro que esta!

—¿¡Podrías callarte por un segundo!? Esto… esto no se suponía que sucediera ¿De acuerdo? Esto no era… se suponía que…

Cuando las dos hermanas se quejaron, el resto del grupo se inclinó con cansancio a lo largo de las paredes cercanas, cerca de sus núcleos. La excepción fue Aiz, que actualmente se estaba sintiendo nerviosa.

Ya era la mitad de la noche. La luz del sol había desaparecido hacía mucho tiempo. Al final resultó que, el nombre “Calabozo en la Superficie” no era exagerado, dado que sus torcidas calles habían diezmado completamente el ingenuo plan de ataque de Tione. Cuanto más ignoraba su grupo a las guías Ariadna, más profundo terminaban, encontrando repetidamente callejones sin salida o dando vueltas en círculos por los mismos pasillos.

—Pensé que lo entendía… pero la Calle Daedalus es realmente dura…; murmuró Lefiya, sintiéndose más que agotada, y Aiz no pudo evitar asentir.

Incluso cuando intentaron adherirse exactamente a una de las carreteras de Daedalus, pronto encontraron que se dividía en innumerables caminos más pequeños, casi como una red enrevesada. La cantidad de escaleras y colinas que habían subido y bajado hacían sentir como si estuvieran atrapados en una espiral sin fin. Extraños edificios se elevaban sobre ellos a cada lado, como un conjunto de caras de acantilados opuestas conectadas con una red de piedras entrecruzadas tan intrincadas como los pasajes de abajo. La vista de todo ese ladrillo ennegrecido en las carreteras tejidas fue suficiente para hacer girar sus cabezas, pareciendo más una ilusión óptica que un lugar real. Leene, la sanadora y miembro de apoyo de su grupo, había hecho un intento heroico de trazar un mapa de los caminos mientras caminaban, pero a mitad de camino ella simplemente se rindió, lágrimas frustradas brotaban de sus ojos mientras exclamaba—“¡Esto es imposible!”

La Calle Daedalus había sido descrita a menudo como una ventana a la mente depravada de un loco excéntrico. Cada vez más, ellas empezaban a ver por qué. Incluso Aiz, sintiéndose como en casa mientras estaba en los sinuosos pasillos del Calabozo, estaba teniendo problemas para mantener la cabeza erguida en este laberinto residencial.

—Entonces, um… ¿Qué debemos hacer…? Tal vez, podríamos… ¿Regresar a la plaza?

—¡De ninguna manera! Tengo que al menos traer algo de vuelta. ¿¡Qué pensará el capitán de mí si fracaso!?

—¡Podríamos estar aquí por días y aún no encontraríamos nada!

Aiz hizo una sugerencia tentativa, pero Tione insistió mientras su hermana intentaba objetar con cansancio. Con la opinión del grupo dividida, ellas estaban en un callejón sin salida.

—¡Lefiya!

—¿Eh…? ¡Oh, señorita Filvis!

Una elfo solitaria saltó desde un tejado cercano. Lefiya la vio cuando los otros aventureros de primer nivel se prepararon para un ataque. Sin embargo, bajaron la guardia al darse cuenta de que la recién llegada era una conocida de Lefiya.

Su pelo negro azabache se deslizó por sus ojos carmesí cuando la elfo aterrizó y bajo sus ropas de batalla blancas como la nieve. Gracias a su ropa y comportamiento, Filvis de la Familia Dionysus fue la imagen de una doncella de santuario.

—¿Qué estás haciendo aquí?; Lefiya preguntó.

—Por orden del Señor Dionysus, me han ordenado cooperar con la Familia Loki. Me doy cuenta de que esto puede parecer repentino, pero… ¿me permitirás unirme a ti?

—¡P-Por supuesto que sí! ¡Estaría feliz! ¡Muchas gracias!; Lefiya afirmó con una cálida sonrisa.

Lefiya no fue la única que tuvo una historia con la elfo de pelo oscuro. Aiz había luchado a su lado durante la batalla en la despensa del piso veinticuatro. Los gritos de Tiona debieron haberla llevado a la ubicación del grupo.

—Erm… ¿Señorita Tione? ¿Estaría bien si la señorita Filvis trabajara con nosotras?; Lefiya se volteó hacia Tione esta vez, apenas capaz de contener su alegría.

—Bueno, más manos en la cubierta no podrían doler… ¿Supongo que está bien?; Tione se encogió de hombros, mirando al resto del grupo para recibir su asentimiento de aprobación. Aiz aceptó de inmediato, por supuesto, pero incluso las otras chicas parecían estar bien con esta nueva incorporación.

—¡Ho-ho, eso es genial! ¡Cuanto más, mejor! Filvis ¿Verdad? ¡Soy Tiona! ¡Bienvenida a bordo!; Tiona, toda sonriente, rápidamente aprovechó la oportunidad para presentarse, pero…

—… Filvis Challia.

Fue todo lo que ella recibió a cambio—la calidez anterior que la elfa había dirigido a Lefiya había desaparecido. La respuesta reservada, casi fría, desconcertó a Tione y a las demás. Aiz y Tiona, especialmente, solo pudieron parpadear en silencio.

—Ja-ja…ja-ja-ja…; Lefiya rió incómodamente.

—… Psst. Lefiya ¿Esa elfo es súper socialmente torpe o qué?

—Erm, es más bien, bueno… ella tiene sus razones…

—¡Pobre chica! ¡Ya que somos un grupo, vamos a llevarnos bien!

Después de que Tione la saludó, Lefiya hizo todo lo posible por explicar. Mientras tanto, Tiona gritó con su alegría habitual, pero eso se cortó pronto.

—Es posible que haya dicho que estaríamos cooperando, pero no tengo intención de hacerme amiga de ustedes. Sería impropio que todas ustedes confraternicen con un miembro de otra familia también ¿No? —Replicó Filvis, dándose la vuelta bruscamente.

Su modesta vestimenta, que ocultaba la mayor parte de su piel sorprendentemente blanca, dejó en claro lo preocupada que estaba su gente por su privacidad, y su comportamiento era completamente opuesto al de las amazonas, Tiona y Tione. Aunque su respuesta no fue necesariamente cruel, ciertamente fue contundente hasta el punto de ser hostil.

No hace falta decir que se ganó una gran cantidad de comentarios de los miembros de su nuevo grupo. Esta desconocida, quisquillosa elfo era demasiado difícil de acercarse.

Algo consciente de sí misma, Aiz se maravilló de estar cerca de alguien que aparentemente era incluso peor con las palabras que ella… pero si Lefiya se sentía tan cómoda a su alrededor, no podía ser tan mala ¿Verdad?

—¿Qué están haciendo tú y los demás ahora, Lefiya?; Preguntó Filvis.

—Eh, bueno… estábamos en medio de una especie de investigación, pero justo ahora pensábamos que sería mejor volver a nuestro punto de encuentro y reagruparnos con los demás…; explicó Lefiya, paseando sin descanso entre sus colegas y la otra elfa. Ella sabía muy bien la historia detrás del alias de Filvis, Banshee.

Por el momento, al menos, decidieron regresar. Ella, Filvis, Aiz y el resto del grupo comenzaron a avanzar por la carretera, siguiendo las guías de Ariadna que previamente habían estado ignorando, progresando como un gran grupo. Un extraño silencio se apoderó de ellas—todas eran demasiado conscientes de Filvis, que había caído al lado de Lefiya.

Cuando Aiz estaba empezando a lamentar su propia incapacidad para ayudar a pesar de sus mejores intenciones—como Lefiya revoloteaba de esa manera y en una confusión incómoda— sucedió.

—¡Grrrrr, no puedo soportarlo más! ¿¡Podría alguien decir algo!?; La ingenua amazona, notoriamente mala en leer la atmósfera, rompió abruptamente el silencio. —¡Vamos, Leene! Tienes que saber algo de lo que las chicas podemos hablar ¿No? ¡Algo jugoso!

—¿¡Y-Yo!? Yo, erm… ¿quieres decir como… chismes sobre nuestras vidas amorosas o algo así? La cara de la sanadora se sonrojó con un brillante tono rojo.

—¡Sí! ¡Romance, entonces!; Tiona respondió con una mueca de aprobación. Y entonces:

—¡Oye, Filvis! ¿Tienes a alguien que te guste?

—¿¡Bwuh!?; Filvis casi se ahoga. En menos de un instante, su piel blanca como la nieve se puso completamente roja.

Un Oohs y aahs de apoyo surgieron de los otros aventureros en el ataque sorpresa del célebre guerrero de vanguardia de la Familia Loki. Lefiya, en particular, se sorprendió por la reacción extrema de Filvis.

—¿¡No crees que la información es un poco privada para compartirla en la primera reunión, Amazona!?; Filvis dijo.

—¡Ay, vamos! ¡El chisme es el mejor rompehielos del mundo!; Tiona insistió, su sonrisa nunca vaciló.

La vista de su compañero elfo en tal pánico le dio escalofríos a Lefiya.

La señorita Tiona esta… ¡realmente increíble! Aquí he intentado tanto tiempo para lograr lo que ella hizo en cuestión de momentos…

Lefiya se vio obligada a recordar un momento de hace unos dos meses, cuando ella, Filvis y Bete formaron un grupo en su camino hacia la despensa del piso veinticuatro. Sus ojos brillaban con asombro y respeto por la Amazona y su capacidad para romper las paredes de su oponente sin siquiera intentarlo.

—¡Yo… yo también chismearé! Erm… ¡Oh! Podría ser… tu compañero constante ¿¡Lord Dionysus!?

—¡¡Lefiya!!

—¡Guau! Un interés en un dios ¿Eh?

—Aunque no es tan raro ¿verdad? Especialmente en las familias más destacadas.

Lefiya no estaba dispuesta a dejar pasar esta oportunidad, pero su “asistencia” hizo poco más que hacer que la cara de Filvis se volviera aún más roja. Tiona y Tione estaban más o menos inmóviles, pero el daño ya estaba hecho. Pronto, todo el grupo de chicas se unió a la conversación, todas ellas brotando con sus propias historias de besar y contar.

La única que no participó, de hecho, fue Aiz, totalmente insegura de qué hacer dado el tema actual.

—¿¡Qué hay acerca de ustedes!? Si van a preguntarle a alguien ¿¡Al menos ofrezcan algo primero!?; Exigió Filvis.

—¡Estoy tras el capitán!

—¿Yo? Realmente no estoy interesada en todas esas cosas amorosas ¿Sabes? Pero estoy enraizada por un pequeño aventurero, ¡Jejeje!

—¿¡Mencioné que el capitán era mío!?

—En realidad, yo tampoco… tengo a alguien en particular… aunque hay alguien a quien admiro…

—¡¡Estoy reclamado al capitán!!

—¡Oh, cállate ya, Tione!; Tiona finalmente gritó una vez a la otra Amazona que comenzó a sonar como un disco rayado. Mientras tanto, Lefiya solo podía lanzar miradas vacilantes en la dirección de Aiz al revelar la debilidad de su corazón.

—¿Qué hay de ti, eh, Aki? Tú y Raúl seguramente saldrían mucho.

—De ninguna manera.

—Si tiene que ser alguien en la familia… realmente no puedo pensar en nadie más que en el capitán.

—¿Verdad? ¡Es tan injusto lo lindo y genial que es! ¡Me gustaría darle un gran abrazo si pudiera! *Babear*…

—Tione, poooon ese puño abajo.

No pasó mucho tiempo para que todo el grupo expresara sus propios pensamientos sobre el asunto, y pronto el aire se llenó de la energía distintiva de las charlas de chicas. Incluso mientras continuaban ruidosamente por el camino oscuro, era obvio que el capitán hobbit de la familia tenía la mayoría de los votos.

—¿Qué hay de ti, Leene?

—¿Yo? Erm…

Tiona finalmente se había dirigido a la chica humana que había iniciado la conversación en primer lugar.

La chica con gafas jugó tímidamente con el borde de sus gafas, el pelo trenzado balanceándose. —… El Señor Bete, supongo.

—¿¡En serio!? ¡Tienes que estar bromeando!

—¡Hablando de mal gusto, Leene! ¿Bete? ¿De verdad? El tipo que sigue y sigue sobre cómo “preocuparse por los débiles es una pérdida de tiempo” en la última expedición.

Las hermanas amazonas se resistieron, incapaces de creer lo que escuchaban.

Mientras tanto, Leene prácticamente se acurrucó con vergüenza, con las mejillas en llamas.

—Sí, pero… puede ser bastante galante cuando quiere serlo… y creo que es una buena persona… en el fondo…

—¡Nahhh, de ninguna manera! ¡De ninguna manera!

La expresión de Leene se suavizó mientras hablaba, pero Tiona, que estaba constantemente en malas condiciones con el hombre lobo, expresó sus dudas con fiereza.

Sin embargo, cuando Lefiya y el resto de las chicas sonrieron débilmente, la atención finalmente se dirigió a la única víctima que quedaba—una cierta espadachín de cabello dorado y ojos dorados.

—Bueno, entonces. ¿Qué hay de ti, Aiz?

—… Realmente no.… tengo a nadie…

—¡Ay, vamos! ¡Tienes que tener al menos a alguien! ¡Incluso el más pequeño enamoramiento!; Tiona continuó, instándola a seguir con una sonrisa.

—Yo…; Aiz luchó por encontrar sus palabras, ya que todos en el grupo se concentraron intensamente en la difícil situación de la Princesa de la Espada, Lefiya en particular. La entusiasta conversación originalmente había sido pensada como un método para inducir a Filvis, que ahora estaba completamente agotada, pero ya no podía ser detenida. Su propósito original había sido olvidado durante mucho tiempo, y el tema era simplemente demasiado insoportable para que un grupo de chicas en su mejor momento pudiera resistirse.

***

—¡¡Aaaaaaaachoo!!

Bete dejó escapar un estornudo feroz, llamando la atención de sus compañeros.

—Te has resfriado ¿Verdad, Bete?

—¡Vamos, Finn, como si pudiera! Más bien, es como un vándalo de algún lugar está hablando mal de mí.

—Ya que lo mencionas, también has estado temblando un poco, Capitán.

—Es un poco extraño. Es solo un escalofrío, pero nunca parece terminar.

—Es probable que Tione y su suerte no sea buena otra vez…

Mientras Finn, Bete, Raúl y Gareth conversaban, sus voces resonaban en las paredes del túnel que los rodeaba.

Estaban en las alcantarillas debajo de Orario. Mientras Loki había llevado a las damas de la familia a buscar en la Calle Daedalus, a Finn y al resto de los hombres se les había encomendado la tarea de investigar los pasajes sinuosos que se encontraban debajo de la ciudad.

Entre ellos había diez o más miembros de la familia de nivel inferior, cada uno, incluido Raúl, que llevaba una linterna portátil de piedra mágica.

—Si bien puede ser cierto que Njrðr conoció a nuestro misterioso caballero aquí debajo de la ciudad… hace casi cinco años ¿No? Probablemente no haya nada más que encontrar; Reflexionó Gareth algo abatido.

—No estoy en desacuerdo contigo; Respondió Finn. —Bete y Loki han hecho su parte en buscar aquí abajo, e incluso las chicas y yo hicimos nuestra propia investigación del lugar cuando Aiz y los demás se vieron atrapados en la debacle de la despensa en el piso veinticuatro. Aunque encontramos algunas violas, no había mucho más.

—Entonces ¿Por qué estamos aquí ahora, ¿eh?

—Porque buscar gente no es lo mismo que buscar monstruos. Además… nos centraremos principalmente en la sección de alcantarillas debajo de la Calle Daedalus, el barrio sureste de la ciudad y sus alrededores. Si al menos podemos limitar el rango de nuestra búsqueda, es posible que podamos encontrar algo.

Finn respondió a las dudas de Bete sin ninguna señal de vacilación en su voz.

Equipado con su larga lanza, el presumido capitán vigiló atentamente a sus alrededores desde su lugar en medio del grupo. Del mismo modo, los demás prepararon sus armas para que un ataque inesperado no los atrapara con la guardia baja. Cuando su percepción y conciencia superiores estaban enfocadas, incluso el más mínimo movimiento fue incapaz de escapar de sus miradas mientras investigaban el complejo sistema de alcantarillado de la ciudad.

Bajaron por el túnel húmedo y avanzaron, con las orejas afiladas hacia el sonido del agua que fluía.

—¡!

—¿Qué pasa, Bete?

El hombre lobo se había detenido bruscamente en el momento en que su pie cruzó el umbral entre el sur y el sureste, la frontera de la Calle Daedalus. Y él no era el único, tampoco—Todas las personas animales presentes estaban respondiendo a un cierto olor en el aire, con sus narices levantadas y olfateando.

—Podía reconocer este hedor en cualquier parte, violas.

Las características de Finn se endurecieron en un instante. Reorganizando rápidamente al resto del grupo, los condujo hacia adelante en una nueva dirección con Bete a la cabeza. Las       botas de metal del hombre lobo apuntaban directamente hacia Viejo Alcantarillado. Pasando a través de la anticuada puerta de hierro de doble oscilación, cruzaron un puente de piedra, los intervalos entre sus pasos resonantes los instaron a apresurarse.

Finalmente…

—… ¿Una escalera escondida?

Estaba en un pequeño pasaje que sobresalía de la vía fluvial principal. La abertura hacia abajo estaba ligeramente entreabierta, casi como si su “tapa” se hubiera deslizado, con el panel de piedra lo suficientemente ancho como para que incluso los cuerpos largos de las violas no hubieran tenido problemas para pasar.

—No encontramos nada la última vez… y ahora esto simplemente aparece. Parece bastante sospechoso, si me preguntas…; Bete murmuró bajo su aliento, y la ansiedad se apoderó del resto del grupo cuando comprendieron las implicaciones.

Fue suficiente para que Finn y Gareth entrecerraran los ojos con desconfianza, pero ordenaron al grupo que bajara las escaleras de todos modos. La fabricación de este nuevo túnel de piedra era considerablemente diferente al de las alcantarillas de arriba, y el olor residual de los monstruos impregnaba el aire que los rodeaba. Sin embargo, continuaron, hasta que encontraron algo.

—¿Una puerta de oro…?; Murmuró Raúl con asombro.

—Ese brillo… ¡Es Orichalcum!; Gareth estaba igualmente asombrado.

La brillante puerta dorada que estaba delante de ellos ahora tenía más de tres metros de altura.

Dentro del brillo plateado impecable, se podía ver el brillo de las piedras preciosas rojas.

Los hombres de la Familia Loki solo podían contemplar la estructura en ascenso con asombro, incapaces de hablar.