Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 5

Capítulo 5: Fifth Score

Parte 5: Pétalos revoloteando

Ai Yashajin miró las estrellas.

Se sentó en el pórtico, sus piernas se balancearon frente al impresionante jardín de su casa con los ojos pegados a las 3 am. Cielo nocturno.

“Señorita. Es bastante tarde, por favor regrese a su habitación”

Akira-san le había pedido diez, posiblemente veinte veces hasta ahora, pero la única respuesta que recibió fue un “Sí …”  desinteresado; Ai nunca se movió del lugar.

Lo único que llamó su atención fue la tablet a su lado, más específicamente el tablero de Shogi que se muestra en la pantalla. La chica se abalanzaría sobre ella para verla más de cerca cada vez que se publicara una actualización.

Luego, inmediatamente volvería su mirada a las estrellas una vez que supiera la situación actual.

¿Cuántas horas ha estado pasando este ciclo? No, no fue solo hoy. Ai había estado haciendo esto durante más de un mes. Desde la noche en que se clasificó para la Liga Femenina, pensó Akira.

—— ¿Existe este nivel de devoción?

Ai había estado esperando todo este tiempo mientras se abría camino a través de los registros de las partidas de Yaichi.

Me uniré a la Liga Femenina…. Así que sé mi Maestro.

Ella estaba esperando el momento adecuado para preguntar.

No había necesidad de esperar. Yaichi ya era su Maestro, así que un poco de papeleo era todo lo que quedaba por hacer.

Pero Ai no pudo mencionarlo.

Porque sabía que Yaichi estaba sufriendo.

A diferencia de Ai Hinatsuru, Ai Yashajin no estaba viviendo con él. Sin embargo, ella había jugado a través de los registros de partidas de Yaichi más que nadie. Una mirada fue todo lo que necesitaba para saber cómo se sentía Yaichi en ese momento. Es por eso que no quería molestar a Yaichi en este momento.

Entonces, ella esperó, perdiendo el tiempo fuera de la vista.

Esperó a que Yaichi jugara con comodidad y facilidad, porque entonces le pediría que se convirtiera en su Maestro.

Y ella seguía esperando.

Ella mantuvo el formulario de registro escondido en su bolsillo en todo momento. Las esquinas desde hacía mucho tiempo que estaban enroscadas, semanas de doblar y desplegar el papel habían pasado factura. No obstante, ella no podía dejar de hacerlo. No hasta que Yaichi derrotara al Meijin.

— Ese tonto afortunado….Nunca lo perdonaré si pierde.

Manteniendo la compañía de su joven Maestro mientras Ai contemplaba el cielo, Akira-san gruñó para sí misma.

Ayumu Kannabe aulló en la transmisión de Nico Live.

“¡Imagínalo! ¡Tú mismo como el Ryou Todopoderoso! ¡Tú, venciendo al dios para estar en la cumbre!”

Esto no fue tanto un análisis como un aplauso.

Poniéndose de pie, Ayumu golpeó su puño contra el gran tablero y siguió gritando.

“¡¡Esa visión se convertirá en tu poder!! ¡Te desafiaré en tu cima! ¡Entonces podemos continuar la interminable batalla del bien contra el mal, como siempre lo hemos hecho!”

Por supuesto, sus vítores nunca llegarían a los oídos de los jugadores.

Hubo algunos miembros de la audiencia que se burlaron de su broma sin sentido y le exigieron que se centrara en el análisis de la partida.

Sin embargo, la gran mayoría de ellos tenía mucho que decir.

『Maldita sea, ¡Está encendido!』

『Sí, KuzuRyou, ¡Lucha fuerte!』

『El príncipe no parece malvado (risas)』

『¡Quiero verlos ir de cabeza a cabeza por un título!』

『Todo el mundo necesita un mejor amigo』

『Se está quebrando…』

『¡¡Intenso!!』

Tanta gente alentaba a Yaichi y Ayumu, que sus comentarios de apoyo casi bloquearon la imagen cuando las letras blancas pasaban.

Los pensamientos de la nación se unieron como un solo Ayumu y continuaron vitoreando a pesar de nunca haber sido escuchados.

“¡¡SIGUE!! Sigue luchando…Mi Eterno Rivalll”

Rina Shakando observó a su querido discípulo buscar a su querido amigo desde la silla del comentarista con una mirada en algún lugar entre el afecto y los celos en sus ojos.

Las chicas se habían reunido alrededor de un único smarthpone debajo de una gran manta. Ninguna durmió mientras seguían la partida de Shogi en tiempo real.

“Wow… Kujyuru-sensei es increíble …!”

Con los ojos brillantes, Mio siguió diciendo “Wow” repetidas veces.

Charlette estaba empezando a desvanecerse un poco, pero se le quitó el sueño de los ojos y preguntó: “¿Ganará…Masta?”

“No sé. Pero, él podrá. Quiero que gane “, respondió Ayano como si rezara en voz baja con la esperanza de que sus padres no se dieran cuenta de que todavía estaban despiertas.

En realidad, sus padres habían sido conscientes de que las niñas estaban despiertas durante horas, pero fingían ser  ajenos. Estaban felices de saber que las niñas habían encontrado algo que las apasione.

Ayano, con las gafas cerradas, se inclinó tan cerca del smartphone que su nariz tocó la pantalla.

“Realmente no entiendo lo que está sucediendo en el tablero, pero parece que las piezas de Kuzuryu- sensei tienen un latido. Como si estuvieran a punto de retroceder … ”

“¿Masta vio nuestra Pwoto? ¿Lo hicimos Fewis?”

“Estoy segura de que lo hicimos! A-Aunque fue un poco embarazoso, me alegro de haber enviado la foto. ¿No es así, Mio …?”

“Ayanon! ¡Cha-chan! ¡¡Me he decidido!”

Gritó Mio tan silenciosamente como pudo bajo las sábanas, sus ojos brillantes se abrieron de par en par.

“Yo… ¡Yo también! ¡Me voy a hacer profesional!”

Innumerables niños soñaron por primera vez con ser un jugador profesional de Shogi esa noche.

A pesar  de la hora  tardía, más y más jugadores profesionales de Shogi entraron en la sala de descanso en el Hinatsuru a medida que avanzaba la noche.

“Bueno, si no es Oishi…¡Sensei! ¡¿Y tu hija también?!”

“¡¿Qué?! ¡¿El Rey, aquí?!”

“¡Es el … ¡Sabaki no Maestro…!”

La sorpresa hizo eco en la habitación.

Mitsuru Oishi era conocido por hacer lo suyo y solo acudía a la asociación para sus propias partidas. Pero aquí estaba en el sitio después de muchas largas horas al volante de su propio coche.

La caja de cigarrillos vacía todavía estaba en su mano después del largo viaje, Mitsuru Oishi anunció el motivo de su visita.

“Pensé que ya era hora de que probara una de estas aguas termales de la costa norte. Las personas en nuestro negocio son bastante particulares sobre el agua”

“P … Perdón …. Nosotros”

Asuka siguió a su padre en silencio hasta la sala de descanso y rápidamente encontró un lugar en la esquina con una gran vista de un tablero de análisis y no apartó la vista de ella. Aunque era una chica muy tímida, nunca se movió del lugar.

Profesionales, miembros de la Liga Femenina y amateurs abandonaron sus hogares uno por uno y se dirigieron al Hinatsuru.

No había manera de saber cuándo terminaría la partida. Muy bien podría haber terminado en el momento en que llegaron.

Aun así, esos hombres y mujeres sentían que tenían que estar allí. Todo para ver una sola partida.

¿Por qué? Porque el Shogi era su vida.

“….. 3:30 a.m., Oishi – Rey llegó a la sala de descanso con su hija Asuka a cuestas. Oishi-san inmediatamente encontró un asiento frente al tablero grande y comenzó a dirigir el análisis. En el lado opuesto está Jin Natagiri 8-dan. Los dos pelearon cabeza a cabeza muchas veces en la División 3-dan de la Sub Liga. Es como ver una escena de ayer en esos días y eso debería hacerlo”

La periodista Mato fotografía la sala y la carga junto con los comentarios de varios jugadores en el blog oficial. Ella lo actualizó lo más  humanamente posible. Ahora no era el momento de preocuparse por los errores. Al priorizar la velocidad y la cantidad por encima de la precisión, Mato-san quería que los lectores se sintieran como si ellos también estuvieran en la sala.

Todo el tiempo creyendo que inmortalizar el momento era su deber como periodista.

Ryou Tsukiyomizaka acababa de comprar una taza de café caliente en una parada de descanso en la carretera.

“……… Maldita sea ………”

Al mismo tiempo que se iba a anunciar la decisión del Empate de Repetición, Ryou salió de su casa de Tokio y saltó en su motocicleta.

Aceleró hacia la costa norte como atraída por un tirón magnético.

Pero, al verificar el registro de la partida en dicha parada de descanso, no pudo dar otro paso.

Machi Kugui, que ya estaba en el sitio de la partida, le estaba enviando un flujo constante de mensajes y videoclips, pero ella no leyó ninguno de ellos.

Los mensajes no leídos en LINE también se estaban acumulando, pero ella no podía mirar.

“…… Maldita sea ……………”

Sin embargo, no podía apartar los ojos del registro de la partida por mucho que lo intentara.

Ryou conoció a Yaichi en la final de la Partida por el Título Meijin. Ella estaba en quinto grado y él estaba en tercero cuando jugaron por primera vez.

Yaichi ganó esa partida, pero Ryou sintió que ganaría la siguiente.

Sin embargo, esa siguiente nunca tuvo lugar. Porque Yaichi entró a la Sub Liga.

Ryou ya se había clasificado para la Liga Femenina, pero ella optó por ausentarse de las partidas de la Liga Femenina y se opuso a las objeciones de su Maestra de entrar a la Sub Liga.

Tres años después de que Yaichi ganó el Título de la Escuela Primaria, Ryou Tsukiyomizaka se unió a la Sub Liga con un ranking de 5-kyu como estudiante de secundaria de segundo año.

Un año más tarde, ella abandonó con un 6-kyu.

Fue el primer gran contratiempo que había encontrado, pero Ryou se negó a dejar de caminar por el sendero del Shogi. Reclamar un título femenino le permitiría jugar contra profesionales. Ella perfeccionó sus habilidades, creyendo con todo su corazón que podía ganar si solo se podía establecer una partida regulada. La destrucción total de la discípula de Yaichi le había dejado un sabor muy satisfactorio en la boca.

Pero ahora.

Al verlo jugar contra el Meijin en la cima del mundo del Shogi, Ryou no tuvo más remedio que enfrentar la dura realidad.

— Yo nunca lo alcanzaré “¡Maldita sea…!”

Aplastó un vaso de papel entre sus dedos. El café caliente le quemó la mano, pero ese dolor no era nada comparado con lo que sentía en su corazón.

El café goteaba sobre el asfalto por sus pies, pero las lágrimas calientes que salían de sus ojos golpeaban el suelo de vez en cuando.

“¡¡Maldita sea…!!”

Cada movimiento que hizo aplastó su espíritu en pedazos cada vez más pequeños. Sus lágrimas no mostraron signos de detenerse. Incapaz de dar un solo paso fuera de la parada de descanso, la chica simplemente lloró y dijo “Maldición” en un bucle sin fin.

Un aire extraño había llenado la sala principal.

“Hace veinte años, esto me recuerda mucho a la noche en que se llevó mi último título”.

Junto a su Otoutodeshi, Kousuke Kiyotaki, el presidente Seiichi Tsukimitsu mencionó el día en que el Meijin reclamó los siete títulos de Shogi.

Se había convertido en una leyenda entre las leyendas en el mundo del Shogi. Las palabras de uno de los presentes en ese momento se convirtieron en evangelio. Precisamente por eso los más de mil invitados presentes para ver la partida en el Hinatsuru se quedaron en silencio para no perderse ninguno. Todos se inclinaron hacia delante en el borde de sus asientos esperando que él continuara.

“… Él dejó de ser abierto y honesto acerca de sus verdaderos sentimientos después de esa noche. Sin amigos, sin revelar nada sobre su vida privada, él simplemente daría la misma sonrisa sin importar lo que se le preguntara”

Era cierto, los misteriosos sistemas de cine desaparecieron una vez que tuvo ese séptimo título. El público llegó a la realización y asintió.

Una vez que esas declaraciones tuvieron un mayor impacto cuando se situó en la cima del mundo del Shogi, sus palabras despegaron por sí mismas como si tuvieran alas, aunque él no lo deseaba. Es por eso que se separó del lado administrativo de la Asociación de Shogi y nunca tomó un discípulo propio. Esa libertad no le fue concedida. El único lugar donde él era verdaderamente libre era en el tablero de Shogi.

Desafortunadamente…” dijo Seiichi en un tono de arrepentimiento.

Y nadie se atrevió a interrumpirlo.

“Desafortunadamente, se enfrentó al aislamiento incluso allí porque nunca pudo encontrar a alguien que pudiera comunicarse a su nivel. Se había convertido demasiado fuerte por su cuenta y el Shogi no puede ser jugado por un solo jugador a la vez”

Dicho esto, Seiichi giro su rostro hacia el gran tablero de análisis que sus ojos no podían ver.

“Ahora ha encontrado a alguien con quien puede ser su verdadero yo. Después de veinte largos años, finalmente…”

Luego, terminó añadiendo una cosa más.

“Estoy un poco celoso de que esa persona no fuera yo”

Hace veinte años. No, tan recientemente como hace diez años, Seiichi nunca habría sacado a la luz esta información. Pero ahora, él admite cómo se sintió ante la multitud con una sonrisa solitaria en sus labios.

Entonces, él trae a su Otoutodeshi a la conversación.

“Lo que me recuerda, hubo un momento en que me pediste que tomara a Yaichi-kun como mi propio discípulo, ¿verdad, Kousuke?”

“Así es…aunque ya habías tirado eso abajo, sin tiempo de espera”

La audiencia se rio entre dientes.

Kousuke siguió hablando, mezclando chistes mientras hablaba.

“Pero, ¿sabes? Yaichi-kun tenía talento. Recuerdo que pensar en eso no es bueno. Él me agradecerá si me levanto con seguridad. Gratitud en el mundo del Shogi es lo que llamamos cuando el discípulo vence al Maestro. Pero eso no es gratitud en absoluto. Perder contra tu discípulo duele como si no lo creerías. Los jugadores solían retirarse a causa de ello en los viejos tiempos. Así que cuando traté de empujarte, seguro que estabas a la altura de tu título como Meijin Eterno. Lo vi a través de mí”

La audiencia rugió de risa.

Una vez que se apagó, Seiichi preguntó en voz baja: “Kousuke. ¿Todavía deseas pasármelo hasta hoy?”

“……….”

Dudó por un momento.

“Aunque no sé si debería estar diciendo esto con la familia de Yaichi-kun aquí, pero …”

Hizo una breve reverencia a la familia de Yaichi, observando la partida con el aliento en la esquina de la sala principal, antes de decir con convicción.

“Es mi hijo. Estoy muy orgulloso de él…. No se lo daré a nadie”

Con lágrimas en los ojos, terminó con palabras tan silenciosas que el micrófono no pudo captarlas.

“Ahora esto es gratitud…Gracias … Yaichi”

Ginko Sora se sentó en la sala de descanso, temblando.

“…………Yaichi …………”

La temperatura de la habitación no era tan fría. De hecho, estaba tan llena de gente que el aire era más bien cálido.

Aun así, Ginko estaba temblando.

Su piel siempre clara y pálida se había desvanecido en un tono blanco puro. Un poco más, y ella podría desaparecer por completo.

Ella tenía sus brazos envueltos alrededor de su pecho, los dedos agarrados a sus hombros y temblaban como si estuvieran encajonados en hielo.

Sus ojos estaban distantes, mirando hacia el techo como si buscara estrellas lejanas en una noche de invierno. Mirando lejos, muy lejos.

“Yaichi … Se fue muy lejos…otra vez …” Murmuró ella sin comprender.

Como lo haría un infante. Como una niña muda.

“…Mentiroso. Yaichi, mentiroso. Te dije que no me dejaras atrás. Dijiste que no lo harías, lo dijiste … ”

“Vas a tener que perseguirlo más duro, Ginko-chan”

Keika-san se colocó detrás de ella, colocó las manos sobre los hombros de la niña y ofreció palabras de aliento mientras pensaba para sí misma —El milagro que Yaichi y el Meijin están haciendo, hace que el mío se sienta falso. Está en una escala diferente.

Este fue equivalente a cuando el juego de Shogi nació en este mundo, un verdadero milagro.

Por eso, si Ginko quisiera perseguirlo, ella necesitaría un milagro aún mayor para alcanzarlo.

Las probabilidades de que eso sucediera eran extremadamente bajas.

Sin embargo.

Con suficiente esfuerzo, seguramente podría hacerlo. Sus sentimientos  ciertamente  lo alcanzarían. Keika-san no tenía ninguna duda en mente.

Mientras que antes pensaba que era intrascendente, ahora podía declararlo con toda la confianza del mundo.

Ella envolvió sus brazos alrededor de su hermana mayor temblando por detrás.

Entonces, Keika-san le susurró suavemente al oído.

“Hagamos nuestro mejor esfuerzo, ¿De acuerdo?”

Sin ningún esfuerzo, en el Shogi o en el amor, queda sin recompensa.