Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 5

Capítulo 5: Fifth Score

Parte 4: Tablero de fantasía

Mi tiempo de espera se había ido antes de que lo supiera.

“Cincuenta segundos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete …”

“¡¡¡Khg!!!”

Presionado por la cuenta regresiva del registrador de partidas, tome una ficha del tablero y la coloque.

El Meijin fue todo acerca de su búsqueda del conocimiento de la teoría del Shogi durante la partida que terminó en un Empate de Repetición, pero cambió de rumbo por completo. Ahora, él está jugando para ganar.

No estás pensando en ello ¿eh? ¡Sí claro! ¡Estás corriendo por eso …!

Y, lo verdaderamente aterrador.

El Meijin es más fuerte cuando está fuera de tiempo.

Se ha transformado en un tipo de jugador de movimiento rápido de mirada rápida durante ese descanso de treinta minutos.

¡No hay manera de que esta sea la misma persona con la que jugué la última vez! ¿Es un dios de verdad?

Mientras tanto, parece que no puedo mover el interruptor.

—¡Hay demasiadas opciones! ¡No puedo concentrarme y termine leyendo cada una a toda velocidad …!!

Comencé la partida a toda velocidad y leí en profundidad en cada secuencia si dejo a mi mente vagar por un segundo. Por eso mi tiempo de espera se hizo humo.

Hace mucho tiempo, ya estoy jugando Shogi de un minuto.

Por otro lado, el Meijin todavía tiene tres minutos, pero juega cada uno de sus movimientos en menos de uno. Está conduciendo una batalla magistral y su tiempo de espera no está disminuyendo en absoluto.

— Esa brecha es enorme Sólo tres minutos.

Pero esos tres minutos le dan el triple de tiempo que tengo  que  leer  hasta  el  final.  En  otras  palabras, ¡puede correr tres veces más rápido que yo una vez que lleguemos a la recta final…!

¡¡Y tengo mis manos llenas intentando mantener el ritmo!!

Mi espíritu casi se rompe cada vez que veo la brecha en la experiencia entre nosotros, pero no tengo tiempo para sentirme mal por mí mismo. Cada segundo que tengo se dedica a leer el tablero.

Estoy más allá de mi límite.

Mi sentido del tiempo se ha ido. Puedo leer a través de secuencias aparentemente infinitas en un abrir y cerrar de ojos, pero se siente como una hora pasa cada momento. Estoy tan cansado que la línea entre mi tablero mental de Shogi y el de la arena se ha desdibujado hasta el punto en el que tengo problemas para diferenciarlos.

Haaa….Eh.

Perdiendo la concentración, levante la vista del tablero por un breve momento para recuperar el aliento.

Ésta persona——

Un tren de pensamientos fuera del Shogi por un segundo, mire al hombre sentado frente a mí en este momento, el Meijin.

— Así que así es como se ve su cara.

Siempre parecía que vivía en otro mundo. En este momento, durante la revancha de la cuarta partida, es la primera vez que lo miro cara a cara.

El rastrojo de sal y pimienta ha crecido en la barbilla de un hombre cansado de mediana edad que interpreta al Shogi hasta altas horas de la noche.

Sus ojos están hundidos bastante profundos y rodeados de bolsas oscuras. Su boca está entreabierta y puedo escuchar gemidos suaves que vienen desde adentro.

Es muy diferente de la juventud y el refinamiento del presidente Tsukimitsu.

Ciertamente no tiene el encantador espíritu libre de Oishi-san.

Por supuesto, él no es un dios. Solo se ve como un tipo corriente.

Viendo al Meijin así

—— Es muy genial.

Esa es mi reacción honesta.

Así como los niños crecen idolatrando a los personajes de anime y videojuegos, él era mi ídolo. Incluso ahora, sentado frente a él, lo admiro más y más con cada movimiento que hace.

Él no nació en circunstancias especiales.

Él no tiene un destino extravagante que cumplir.

Nacido en un nuevo suburbio de la ciudad de Hachioji en Tokio, fue a una escuela pública y creció como un niño normal de la cuadra. Aparte del hecho de que el Shogi era lo único en lo que podía pensar, él era un niño normal. Incluso ahora, viaja en tren hacia la asociación, balanceándose de un lado a otro como todos los demás. Al tener dos hijas, su esposa dijo recientemente en su cuenta de Twitter que juega Pokemon Go con pantalones cortos en la casa.

Una edad promedio. Un padre amable.

Al mismo tiempo, es un valiente guerrero.

Un hombre que siguió luchando sin aburrirse, perdiendo interés o perdiendo un paso en todo el camino.

Sin un escenario demasiado grande para él, enfrentó las mejores estrategias de sus oponentes sin miedo y ese coraje es lo que lo destinó a la victoria, para convertirse en el mejor jugador en la historia del Shogi.

Al verlo de cerca, mirándolo cara a cara por primera vez, no puedo dejar de mirarlo.

No creo que sea más fuerte que él.

No creo que tenga más talento, o que pueda llegar a ser como él.

Pero, eso está bien para mí.

El Meijin es el Meijin, yo soy yo.

Es por eso que juego al Shogi a mi manera. Mirarlo de reojo en medio de esta batalla mano a mano y solo encontrar algo tan obvio es bastante estúpido, pero no hay nada que pueda hacer al respecto.

“Después de todo, solo la muerte puede arreglarse de forma estúpida …”

Me sonrío a mí mismo, susurrando en voz baja. Entonces, en ese preciso momento.

La mano del Meijin comienza a temblar antes de colocar una pieza en un lugar que nunca vi venir.

“¿¡¡Magia!!?”

Sabía que era un movimiento extraordinario en el momento en que lo vi.

Estas secuencias inesperadas de la bola curva que la gente llama magia han abierto las puertas del infierno en las últimas etapas de los combates del Meijin muchas veces antes, lo que le permite pasar de un mundo a otro cuando quiera. Ese es el talento especial del Meijin.

Es como cuando los niños hacen algo solo por curiosidad, como destruir un castillo de madera que construyeron juntos por un capricho solo para comenzar de nuevo y construir algo nuevo desde el principio.

Estoy en el limbo, y él es un demonio que me ha atrapado en un infierno de enfrentamientos de Shogi que nunca termina.

Maldita sea, ¡El cuatro ojos es brutal! ¿Cómo puede seguir físicamente …?!

El espíritu de lucha de cualquier persona  se rompería ante un movimiento que restablece toda la partida hasta el final del juego.

Pero.

Bien entonces. ¡Hagámoslo!

Lo único que hizo el extraño movimiento del Meijin fue avivar el fuego que ya estaba ardiendo dentro de mí.

Solo hay un arma que puede hacer frente a la magia. Lo tengo.

Apretando la mandíbula tan fuerte, leí todo el camino hasta el límite y golpeé esa pieza en el tablero, ¡a pesar de no leer todo el camino hasta el final!

“Ahí — ¿cómo es eso?”

Con la energía pulsante, agarre una pieza y muevo esa arma tan fuerte como puedo.

El único que tengo en mi arsenal, ser terco y estar dispuesto a embarrarme: El Shogi de Kansai.

Nunca tendrá un nombre que suene tan genial como el de la magia, pero los jugadores de Kansai como yo no van a perder con unas pocas curvas.

Las normas pueden comer tierra. Esta es la muerte súbita de Shogi. No me importa si termino como una matanza, seguiré todo el tiempo que sea necesario. Embarrarse como se necesita. Este terco fuego puede  quemar  mis  entrañas  de  manera  crujiente.

¡Seguiré jugando hasta que mi corazón deje de latir!

“…… Intenso ………”

Abrí el abanico vigorosamente. Mi cerebro está trabajando  tan  rápido  que  se  sobrecalienta  y  se siente como que va a explotar. Tome lo que queda de mi agua y me limpie los labios con el dorso de la mano. La adrenalina pura me ha impedido sangrar la nariz.

El Meijin entrecerró sus ojos ante mi movimiento y aliso su cabello con su mano derecha. Luego, golpeo su espalda baja con esa misma mano y gimió de dolor.

“Cincuenta segundos—”.

Acelerado, el Meijin comienza a dibujar X en el aire. Casi parece que está rezando a un dios de algún tipo.

“…Siete, ocho, nueve—”

Juega en el  último segundo posible con la mano temblando todo el tiempo. No solo su derecha, sino su mano izquierda apretada alrededor de su cuello. Esas manos temblorosas desatan otra ronda de disparos mágicos del infierno sobre el tablero y me arrastran más hacia el purgatorio para profundizar en la tortura conocida como “purgatorio”, que termina con el Shogi de un minuto.

“¡¡Intenso!!”

Sintiendo las llamas de la vida, quemando mi piel, hice otro movimiento obstinado y me adentré en el purgatorio por mi cuenta.

En un tablero de fantasía.