Ryuuou No Oshigoto! (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Third Score

Parte 2: Llama sagrada

“¡Yaichi es tan cruel…! ¡Es horrible … ..! ¡Una basura total …! Fui a verlo porque estaba preocupada, pero él me dijo que yo solo le estorbaba…”

Ginko salió de la casa diciendo: “No volveré”, pero aun así terminó regresando treinta minutos antes de lo que esperaba y llorando.

Ella irrumpió en la habitación y saltó por primera vez en mi regazo, gritando. Todo lo que estaba diciendo se reducía a una cosa: “Vete al infierno, Yaichi”. Es incluso más difícil de ver que Ai.

La Blancanieves de Naniwa no permitiría que nadie más la vea así.

“¡Puede morir por todo lo que me importa! ¡Ese pedazo de basura debería morir …! ¡Lo esperé en la parte inferior de las escaleras, pero nunca me persiguió!”

“Si, si, lo sé. Puedes llorar todo lo que quieras, pero trata de controlarlo, ¿sí? Ai está durmiendo arriba, y no quieres despertarla, ¿verdad?”

“…… Ungh Hnghh ………”

Por supuesto, lo último que querría es que Ai la vea así. Ginko mordió mi falda para mantenerla bajo control.

Ah…Aah. Esta es una de mis faldas favoritas….

Oh bien. Ginko es tan linda como esta, así que lo dejaré pasar.

“Te lo dije, ¿verdad? Que ir esta noche fue una mala idea. Presionarlo ahora fue un mal movimiento de tu parte, Ginko”

Le dije, acariciando suavemente su cabello. Ella es un desastre total ahora, pero a la princesa aún le queda un poco de ira por salir y levanto la cabeza.

“¡No, no lo fue! ¡Yaichi es el malo! ¡¡Él es el que dijo que yo estaba en su camino!!”

Ella grito con todas sus fuerzas, una nueva ola de lágrimas corriendo por sus mejillas. Luego ella volvió a hundir su cara en mi regazo.

Es como si hubiera regresado la niña de cuatro años, cuando llegó por primera vez.

Ginko siempre ha venido así después de pelear con Yaichi a través de los años.

“Keika-san, Yaichi solo—”

“Pero, Yaichi es el que …”

“Yaichi es el malo. Yo no. ¡Ve hacer que se disculpe!”

Ginko me ha pedido que lo haga cientos, quizás miles de veces hasta ahora.

Pero ella realmente no quiere que lo regañe. Quiere que lo ayude a arreglar las cosas.

Esta princesa mimada no puede pedir disculpas por sí misma. Ella entra en pánico cuando los dos comenzaron discutir.

Por lo tanto, siempre llamo a Yaichi una vez que hago que Ginko se calme y diga algo como: Es el trabajo  del  hombre  disculparse  por  este  tipo  de cosas, incluso si tienen razón. No te enfades con Ginko, ¿Si? y convencerlo de que lo haga.

Incluso después de pelear con ella, Yaichi se vería como si nada hubiera pasado y saldría a jugar más Shogi. No le desconcertó en absoluto. Se olvidaría por completo de la discusión después de aproximadamente una hora porque el Shogi era lo único en su mente.

Y Ginko odiaba eso.

¿Qué es más importante? ¿Yo o el Shogi?

Sus labios podrían explotar y esas palabras nunca saldrían de su boca.

Pero eso es exactamente lo que está pasando.

Es un cliché, pero es un ultimátum preciso que las mujeres han estado dando a los hombres desde que se creó el Shogi. Ginko lo ha estado diciendo de todas las maneras en que podía pensar todo este tiempo.

“Pero ¿qué puedo hacer?”

Susurre, acariciando suavemente el cabello plateado de Ginko mientras ella solloza en mi regazo recordando cuando los dos eran solo niños pequeños

Ginko era una niña tan frágil, y Yaichi era la única de su edad que jugaba a Shogi con ella.

El único chico que caminaba a su ritmo.

Siempre con ella, él era el que estaría en el otro lado del tablero con una sonrisa en su rostro. Él era especial para ella.

Aquellos sentimientos que no se conviertan en amor serían la mayor sorpresa.

“Yaichi es el único que cumplirá con todos los deseos de la princesa cuando se trata de Shogi, o incluso las cosas cotidianas”

Cuando Yaichi llegó por primera vez a esta casa, él era solo un hermano pequeño. Ella lo tenía envuelto alrededor de su dedo y siempre estaba cerca.

En algún momento, sin embargo, Yaichi comenzó a tomar la iniciativa. Sus habilidades de Shogi comenzaron a alejarse de las de ella, fueron más allá de las del Maestro y ahora están fuera del alcance de nadie.

Había señales.

Ginko actúa con calma, pero es una montaña rusa emocional cuando se trata del Shogi. Ella grita que no hay mañana después de una derrota y está en la nube cuando gana. El Maestro dice que los niños que lloran se vuelven fuertes, pero todo lo que vi fue una niña que desahogaba todo ese dolor en una gran explosión.

Yaichi era justo lo contrario. Gane o pierda, siempre se veía como si estuviera en una quilla uniforme.

Pero él no dejaría el tablero.

Especialmente cuando perdió, solo se quedaba sentado allí durante horas o días y pensaba en qué se había equivocado.

Creo que debe haber pasado un poco de tiempo después de que él ingresara a la Sub Liga. Probablemente en la época en que estaba en sexto grado.

Yaichi golpeó una pared y obtuvo una B en su récord en la Sub Liga.

Sin importar lo que intentara, simplemente no podía ganar contra jugadores de menor rango sin ese Kyo.

Se sentaba solo y miraba un tablero todo el tiempo en aquellos días.

Mirándolo desde la distancia todo el tiempo, sabía que no estaba durmiendo por la noche y todo el tiempo que pasaba frente a un tablero de Shogi no era saludable. Pero un día, cuando ya no podía soportarlo más, fui a decirle que ya durmiera un poco.

Fue entonces cuando lo vi.

Yaichi, sentado solo en su habitación con su tablero de Shogi, lo estaba mirando y llorando más fuerte de lo que nunca había visto.

No había mucho ruido, solo lágrimas corrían por sus mejillas. Estaba tan concentrado en el tablero que se olvidó de limpiarlas.

Lo vi todo.

Todas las emociones que mantenía embotelladas en su interior salían a llorar.

Así es como lo vi.

A partir de ahí, me di cuenta de que este  chico puede cambiar la agonía de la derrota en fuerza.

Sentí que esa era la primera vez que veía a Yaichi por lo que realmente es, y lo que realmente es su talento.

No fue mucho después que Yaichi despejó el muro y se fortaleció casi de la noche a la mañana.

Por lo que puedo decir, su estado de ánimo ahora está bastante cerca de lo que era entonces. Va contra la pared más alta y gruesa a la que se haya enfrentado y ha vuelto al tablero de juego para reinventarse y poder eliminarlo.

Probablemente por eso Ginko está tan ansiosa.

Yaichi está a punto de despejar otro obstáculo e ir aún más lejos. Ginko tiene miedo de quedarse atrás…

Lo que trae una cosa más.

No por mucho, pero Ginko llegó a esa edad más rápido que Yaichi.

Como lo veo, eso es lo que realmente separa  a estos dos cuando se trata de fuerza.

Yaichi solo tiene al Shogi en su cabeza. Ahora y siempre.

Pero, dentro del corazón de Ginko——.

“…. Todavía es solo un niño, ¿no es así? Él es nuestro Ryou”

Yaichi no lo entiende.

No se da cuenta de cuánto impacto tiene sobre los que lo rodean, de qué tan extraño es su talento, no tiene ni idea. Ginko probablemente le gritaría, llamándolo un imbécil ciego o algo así.

Durante esa primera partida, tengo que admitir que el gran sentido del Meijin fue increíble, pero Yaichi estaba allí con él. Nadie podía mirar ese Shogi y decir: “Kuzuryu jugó a Shogi de mala calidad, sin fundamento y se derrumbó”. Estuve allí en la sala de descanso en Hawái, pero esos dos estaban jugando a un nivel tan alto, todo se me pasó por alto.

Claro, la segunda partida no fue lo mejor, pero casi gana la tercer. Tampoco es que exista una brecha tan grande entre los dos. Yaichi ha perdido tres partidas seguidas, pero está mejorando. Estoy bastante segura de que ganará la próxima partida si todo se desarrolla normalmente.

Sí. Normalmente.

Él simplemente no tiene suficiente experiencia para hacer eso todavía.

Me refiero a que sólo tiene diecisiete años. Tenía dieciséis años cuando tomó el título.

Incluso el Meijin no obtuvo el primero hasta que tuvo diecinueve años.

Y nadie estaba dominando el mundo Shogi en ese entonces como lo está ahora.

A pesar de no haber jugado cara a cara, Yaichi se llevó el primer título cuando tenía dieciséis años, mientras que Meijin tenía el resto del mundo Shogi bajo su control.

Pensándolo lógicamente, eso significa que Yaichi tiene tanto talento como el Meijin, incluso más.

Desafortunadamente, soy la única en el mundo Shogi que puede aceptar ese hecho por lo que es. A los jugadores activos no les gusta la idea de que alguien más joven que ellos podría estar en un nivel superior. Es mucho más fácil para alguien como yo, que conocía desde el principio su límite de talento, ver estas cosas.

Una verdad que solo yo, y nadie más en este mundo, incluido el propio Yaichi, hemos resuelto.

Por eso quiero decirle: “Yaichi-kun, no eres débil”

Eso.

Y una cosa más.

“Te he estado viendo crecer”

También.

“Sé lo duro que has intentado, todas esas lágrimas dolorosas que derramaste, que lloraste frente a tu tablero de Shogi. Sé que nunca te escapas, no importa cuán desesperada sea la situación o cuán fuerte sea el oponente. Lo sé”

Quiero contarle todo eso.

Pero estoy seguro de que ni siquiera me miraría ahora. Incluso si lo hiciera, dudo que tomara en serio lo que tenía que decir.

No me importa lo que cueste. Encontraré una manera de comunicarme con él.

“Oh, lo sé. Sé que siempre estás…Siempre trabajando tan duro como puedes”

Nadie más.

Soy la que necesita decirle.

“Ese es el trabajo de una Onee-san, ¿no?”

Susurré en voz baja, todavía acariciando suavemente la cabeza de Ginko mientras ella solloza en mi regazo.

Y sintiendo el calor acumulándose en la fosa de mi pecho.