Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 13

Capítulo 3: Pijama Divina

Parte 5

# Perspectiva de Core 50

A pesar de haber sido expulsado de la facción del Rey Demonio, Core 564 el Baphomet era lo suficientemente fuerte como para participar en el Torneo del Infierno. En circunstancias típicas, no había duda de que Core 50 lo habría derrotado fácilmente sin problemas, pero simplemente no había predicho un ataque sorpresa tan insondable. Fue una estrategia tan extraña que Core 50 se encontró incrédulo. ¿Guardar el Core 564 y luego sacarlo? ¿Con la persona que tiraba habiendo olvidado la trampa por completo? Core 50 sabía con certeza que Keima había estado planeando algo. Lo sabía, pero después de leer su mente… o más bien, ser engañado para que leyera la mente, Core 50 había estado completamente convencido de que no había ningún plan después de todo.

“¡Bwaha! ¡Ahahahaha! ¡Excelente! ¡Excelente, Keima! ¡Eres la tercera persona en burlarme y superarme tan a fondo!”

La primera persona fue Core 6, el Gran Rey Demonio de la facción del Rey Demonio. Usaría Detachment y Still Water Serenity para borrar completamente su conciencia activa, luego derrotaría a Core 50 a través del poder puro. Esa fue la razón por la que Core 50 sirvió a Core 6 a pesar de que ambos eran del primer lote.

La segunda persona era Chaos, Core 4. Era incluso peor que Keima cuando se trataba de sorprender y pensar fuera de la caja. Leer su mente no tenía sentido, o más bien, era algo que uno debía evitar a toda costa. Serías consumido por su caos y perderías la cordura. El hecho de que ella fuera increíblemente poderosa además de eso la convirtió en una oponente aún más formidable.

Y así, Keima fue el tercero. A diferencia de los dos primeros, se podía leer su mente. No tenía ningún poder impresionante del que hablar. Y, sin embargo, podía usar los recursos disponibles para él en su máximo potencial, sin dudar en llevar a los aliados a su lado e involucrarse incluso él mismo en sus propios planes, lo que lo llevó con éxito a asestar dos golpes en Core 50.

“¡Pero no habrá un tercero!”

Fue entonces cuando Core 50 finalmente abrió su habilidad de duplicación. Anteriormente, pensó que no necesitaría ponerse tan serio, pero eso había cambiado. Ahora reconoció a Keima como un enemigo real, en lugar de un mero retador al que derrotar y posiblemente entrenar. Core 50 ofreció una oración de agradecimiento a Padre en agradecimiento por la alegría de haber conocido a un enemigo real. Ya no bajaría la guardia. Se tensó, listo para que Keima viniera en cualquier momento.

Y pasaron varias horas, así.

“… ¡¿Por qué no viene Keima?! ¡La necesidad de luchar está subiendo por mis venas!”

Derrotar a los retadores que vinieron a continuación llevó mucho tiempo, quizás debido a que Keima los alentó. Todos eran lo suficientemente fuertes como para llegar a la gran final del Torneo de luchadores o para participar en la primera ronda del Torneo del infierno. Eso los convertiría en los luchadores más fuertes de la ciudad de Core 50, pero… Eso fue todo. No representaban ninguna amenaza si los enfrentaba de frente y usaba su duplicación correctamente.

“¡Ah…! ¿Es este el “blueballing” del que habló Ishidaka el héroe? ¡Ngggh!

¡Qué increíble frustración siento! ¡No me gusta esto en absoluto!” declaró, y justo cuando se le estaba acabando la paciencia, el flujo de retadores finalmente se detuvo.

“¿Hrm? Seguramente no los derroté a todos… No, todavía está Keima y su grupo”.

En efecto. Keima y su grupo todavía estaban sanos: la princesa (Aidy), el héroe esclavo (Wataru), el cachorro (Niku), los desterrados (Core 564), etc. Quizás ahora era finalmente su momento.

“Disculpas por la espera, Lord 50. Es solo ahora que finalmente llega nuestro turno. Ahora, ¿bailamos? Escolta al buen hombre, Sebas”.

“Como desee, Milady.”

Dentro de la habitación caminaba la orgullosa princesa del Reino de los Demonios: Aidy. Con ella estaba su Maestro, Sebas.

“Yo también he estado esperando mucho tiempo. Parece que fue hace una eternidad desde que dijo que solo necesitábamos un golpe más”.

“Yo también. Finalmente puedo pelear”. Wataru, el héroe esclavo. Niku, el cachorro.

“¡Esta vez, asestaré un golpe a Lord 50 con mi propia espada mágica! ¡Hmph!”

Core 564, torpemente confiado debido a haber asestado un golpe en Core 50.

“Yo también estoy aquiii. No me meteré en el caminooo, así que te agradecería que no me golpeee”.

… Y finalmente, la doncella de Rokuko, princesa del Imperio Laverio. Ella viajaba en un Dai-Frame similar a los que habían usado los artesanos de herramientas mágicas.

“… No parece que vea a Keima contigo”, dijo Core 50, confundido al ver que el hombre que había reconocido como enemigo no estaba allí.

“… K-Keima está en medio de una trama secreta muy importante”, dijo Wataru el Héroe Esclavo con una sonrisa forzada. … Aidy negó con la cabeza. “Wataru, el engaño no significa nada antes de Lord 50. Deberías ser honesto aquí”.

Er, pero Aidy. Esto es un poco… ”

“¡Hah! ¡Mi victoria está asegurada incluso sin ese debilucho aquí!” declaró Core 564.

El debilucho… no estaba aquí. En otras palabras, Core 564 estaba diciendo que Keima no participaría en la pelea.

Fue entonces cuando el cachorro se paró frente a Aidy e inclinó la cabeza hacia Core 50. “Perdónanos, Lord 50. Mi Maestro está postrado en cama con dolor de estómago”.

“¿Qué?” Preguntó Core 50, confundido por lo que había escuchado. Wataru y Core 564 elaboraron.

“Erm, era su comida, Lord 50. Quiero decir, sabía que se había ido a comer unas brochetas de carne mientras aún tenía algo de tiempo aquí, pero pensar que comería carne de basilisco…”

“¡Es su culpa por no resistir a un veneno tan lamentable! Yo también tomé un poco, ¡y estoy tan bien, como puedes ver!”

Core 50 leyó sus mentes. Sin embargo, lo que encontró realmente fue que Keima se entusiasmó tanto por dar un segundo golpe en Core 50 que se comió algunas brochetas y terminó postrado en cama con dolor de estómago. Su grupo había esperado hasta el último segundo para que se recuperara, pero no parecía estar sucediendo.

En breve. Keima, su enemigo largamente esperado, no estuvo presente. Core 50 dejó caer los hombros en una decepción reflexiva… Pero espera.

¿Era eso realmente la verdad?

“¡No me engañaran! ¡El mismo truco no volverá a funcionar conmigo! ¡No hay duda de que todos están mintiendo!”

“No, no, estamos diciendo la verdad. Keima realmente estaba sufriendo mucho. Si puedes leer la mente, también puedes ver imágenes, ¿verdad? Intentaré recordar exactamente cómo era él, dame un segundo”, dijo Wataru, visualizando mentalmente el pasado. Core 50 también rea—

“¡No lo haré! ¡Esto simplemente no es cierto! ¡Keima no está aquí debido a algún complot que intentas ocultarme! ¡No, él está aquí! ¡¿Dentro de que

{Storage} se esconde?!”

En efecto. No había duda de que todos los presentes habían sido engañados como parte de algún complot. Quizás estaba en {Storage} tal como lo había estado Core 564. Si Core 50 leía descuidadamente sus mentes, terminaría engañado por Keima nuevamente de alguna manera.

Fue entonces cuando Neruneh extendió suavemente una espada. Era la misma espada inolvidable que había iniciado esta batalla: la brillante y única espada de oricalco creada por Padre. Todo se estaba haciendo para ganarlo.

“Lord 50, señooor. Si nos vences a todos aquí, este es tuyo”, dijo Neruneh con una sonrisa. Ella estaba diciendo la verdad. Podía saberlo leyendo su mente. Sin embargo, no se podía confiar en ella. Core 50 había caído en una desconfianza frenética de su propia lectura mental.

“Ahora bien, Lord 50”, comenzó Aidy. “Parece que Keima ya se ha quedado sin trucos por completo. Lo que comenzará ahora es un duelo honesto y justo entre nuestro partido y usted. Siéntase libre de leer nuestras mentes si lo desea, pero no tendrá sentido. ¿No es así, Sebas? El entrenamiento del cachorro terminó, ¿confío?”

Ella estaba aludiendo al Detachment al estilo del Rey Demonio, sin duda. Era posible que también pudieran usar Still Water Serenity, la forma más avanzada de Detachment.

“Ella puede manejarlo. No bien, pero ella apenas está ahí”. “… No tengo confianza, pero haré lo mejor que pueda”.

“¡Hmph! ¡Puedo usar Detachment también! ¡Todos pueden contar conmigo!” Core 564 incorporado.

Core 50 miró cuidadosamente a los cuatro retadores que tenían diferentes grados de entrenamiento en el estilo del Rey Demonio. En cuanto a Wataru, hubo algunos movimientos al estilo del Rey Demonio en los estilos del Imperio Laverio, pero no había usado ninguno de ellos en el Torneo del Infierno. Aunque era posible que hubiera aprendido Detachment mientras estaba en el Reino de los Demonios.

“Oh no, usaré una estrategia de truco aquí. Keima me lo enseñó, o mejor dicho, me lo obligó. Neruneh usó un poco de hipnosis conmigo para esto, así que… aquí voy”. Wataru preparó su Holy Blade, luego miró a Core 50 y gritó. “… ¡BERSERK, ACTIVAR!”

Así comenzó la pelea. Los ojos de Wataru cambiaron. Core 50 leyó su mente:  “MUEREMUEREMUEREMUEREMUEREMUEREMUERE”,  y  lo

encontró dominado por la única idea de matarlo.

“¡MuereMuereMuereMuere! ¡{Giga Slash}, {Meteor Crush}, {Pure Air Slash}!”

“¡Hipnosis y autosugestión! Ya veo, ¡eso es ciertamente algo que Keima haría!”

Pero era una estrategia más que familiar para Core 50. Había luchado contra más de un retador en el pasado que había centrado sus mentes únicamente en matar a Core 50. Esto se parecía mucho a eso. La pureza del enfoque condujo a un aumento en la velocidad y el poder de ataque, pero tenía la debilidad significativa de conducir a patrones de ataque más simples. Todos los ataques de Wataru, su tajo ultrarrápido, su puñalada aplastadora de meteoritos, su rayo de aire retorcido, eran todos usos de las habilidades en los libros de texto y, por lo tanto, fáciles de manejar para Core 50.

Sin embargo, Core 50 todavía desenvainó sus espadas y no bajó la guardia ni por un segundo. Hasta ahora se había abstenido de utilizar un arma, pero se enfrentaba a las estrategias de Keima, un verdadero enemigo. Los enfrentaría con todas sus fuerzas.

“Oh vaya. ¿Quizás estás pensando en alguien que no está aquí, Lord 50?”

“… Ah. Perdona mi rudeza, princesa”.

Wataru estaba lanzando ataques simples, pero se volvieron más impredecibles cuando dos usuarios de Detachment, Aidy y Sebas, lanzaron sus propios ataques.

“¡Bwahaha! Conseguiré un golpe más en Core 50 y probaré mi— ¡¿nguh?!”

Primero, arrojó a Core 564, que se estaba volviendo molesto. Luego bloqueó los ataques de Aidy y Sebas, lo cual fue más complicado de lo que parecía, ya que ambos eran espadas de doble empuñadura.

“Te entrenaré por primera vez en mucho tiempo, princesa”.

“¡Aha! Ay tío, ¿cuándo dejarás de tratarme como a una niña? Ya soy una buena dama, cerca de la clase de instructor. Sebas y yo seremos más que capaces de darte un golpe.”

“Ser abordado así también es nostálgico”.

Core 50 perfeccionó aún más su enfoque. Él también tenía dos espadas. Su duplicado se defendió del ataque de Wataru mientras detuvo a Niku, quien se había acercado sigilosamente en medio de todos los furiosos ataques.

“El berserker es la luz, y el asesino se esconde en su sombra. Una buena combinación, pero a los dos les falta experiencia. Mi duplicado es suficiente para los dos”.

“¡Ngh!”

“¡MuereMuereMuereMuere! ¡{Charge}! ¡{Charge}! ¡{Charge}!… {¡Omega Break!}”

Wataru lanzó {Charge} tres veces, que fue un hechizo a largo plazo que acumuló maná y lo desató más tarde, y luego balanceó su Holy Blade

mientras tres bolas de maná aparecían en el aire. Debido a su locura e inexperiencia, su swing era torpe para los estándares de Core 50, y lo tiró a un lado con poco esfuerzo. La espada golpeó el suelo y se estrelló contra él con tanta fuerza que enormes trozos de roca volaron en todas direcciones. Core 50 fue minucioso en la destrucción de cada una de esas rocas. No estaba bajando la guardia. Fue un enfoque flojo lo que llevó al primer aterrizaje de impacto.

Naturalmente, también necesitaba lidiar con Aidy y Sebas, sin mencionar el Core 564. En su mayoría irrelevante, no usarían ninguna habilidad sofisticada. Algunas réplicas de la destrucción de Wataru les alcanzaron, pero fue en gran parte un simple duelo entre luchadores al estilo del Rey Demonio.

Y dado que Dungeon Cores ni siquiera necesitaba oxígeno, estaba extremadamente silencioso. Los únicos sonidos que hicieron fueron el choque metálico de las cuchillas.

Aidy estaba prácticamente al nivel de un instructor, mientras que Sebas y Core 564 eran instructores asistentes, pero Core 50 era un verdadero maestro. De hecho, él mismo había inventado el estilo del Rey Demonio junto con el Gran Rey Demonio. Su habilidad fue tan abrumadora como cabría esperar. El último movimiento de Aidy fue {Crimson Road}, pero nunca le permitiría la oportunidad de usarlo, e incluso si lo hiciera, en última instancia equivalía a un ataque de área de efecto orientado hacia adelante con un gran alcance y daño, algo increíblemente fácil para Core. 50 para esquivar, incluso si esperó hasta que la habilidad se activó y el rayo de fuego comenzó a correr hacia él.

“Eres tan fuerte, es casi repugnante”, observó Aidy.

“¿Entonces esa es tu evaluación? Te has vuelto más fuerte, princesa.”

Cuando Core 50 centró todos sus esfuerzos en la evasión y la defensa, ni siquiera tres usuarios del estilo Demon King que lo atacaran a la vez pudieron siquiera acercarse a arañarlo. Ni siquiera una batalla de resistencia sería efectiva contra él, considerando cómo había luchado durante todo un día y no mostraba signos de estar siquiera un poco cansado.

“¡Nghaaah! ¡Ya no puedo contener la respiración!” Core 564 jadeó.

“Comprensible. Las criaturas vivientes están aprisionadas por la necesidad de respirar”, reflexionó Core 50 mientras explotaba la abertura para lanzar

a Core 564 contra una pared. Sebas probablemente también necesitaría respirar pronto.

“¡Buena suerteee, Wataruuuu!”

“¡Nghaaah! ¡MuereMuereMuereMuereMuere! ¡{Grand Bomb}! ¡{Lightning Edge}!  ¡{Charge Release}!  ¡Caen  a  la  tierra  pilares  de  relámpagos, {Lightning Spear}! ¡Ruge hacia la columna de fuego del cielo, {Flame Pillar}! ¡Sal del suelo, {Earth Pillar}! ”

Los vítores de Neruneh enviaron a Wataru a un alboroto aún más intenso, superando sus límites para disparar una tormenta de ataques increíbles. La tierra explotó en cráteres y la electricidad envolvió su Holy Blade. Las bolas de vida {Charge} se desvanecieron, convocando tres enormes pilares del suelo que dispararon ataques mágicos en todas direcciones. Serían problemáticos si se dejaran desatendidos, pensó Core 50 antes de tener que hacer una pausa para tirar a Niku de nuevo. Su cooperación fue realmente excelente. La mejor manera de detener el alboroto de Wataru sería sujetarlo y dejarlo inconsciente, pero a Core 50 no se le permitió… esperar.

“… Ah. Ahora que lo pienso, Core  6 solo prohibió atacar durante el encuentro de exhibición especial. En estos duelos se me permite atacar. Qué descuidado por mi parte olvidar eso”.

“Oh, qué lástima… esperaba disfrutar de nuestro duelo un poco más”.

Core 50 finalmente se dio cuenta de la verdad. En esta pelea, o mejor dicho, en todas las peleas del día, no se le había prohibido atacar. Simplemente necesitaba contenerse para no matarlos.

“¿Era también esta una de las tramas de Keima? Ciertamente me tomó por tonto, entonces”.

El resto de la pelea pasó rápido. Fue una pelea de uno contra cinco, pero la calidad pesó mucho más en la balanza que la cantidad. Core 50 fue sin lugar a dudas la cima del estilo del Rey Demonio, y cuando se movió con seriedad, era seguro decir que su victoria era tan inevitable como el destino.

Core 564 fue aplastado en un instante, y el cuello de Wataru se apretó hasta que cayó inconsciente. Lo mismo se hizo con Niku, dejándolo en manos de Aidy y Sebas, un duelo de dos contra dos con su duplicado en consideración. No tenía ninguna posibilidad de perder.

La pelea terminó con una facilidad lamentable, requiriendo incluso menos esfuerzo que las peleas anteriores.

“Supongo que esto es lo mejor que se puede hacer con un ataque frontal completo”, reflexionó Core 50, relajando sus hombros con satisfacción. El único que quedaba era Neruneh con la hoja de oricalco, pero…

“Aquí tieneees. Es tuyooo”.

… Ella le tendió la espada sin luchar, todavía con una pequeña sonrisa.

“¿De verdad puedo? ¿Verdaderamente?”

“Sí, es verdaaad. Esto ahora es suyooo”.

… Core 50 se mantuvo en guardia y envió su duplicado primero.

Así. Sintió que la hoja era de verdadero oricalco. Hizo que su duplicado lo balanceara. Era ligero como una pluma.

Con eso establecido, Core 50 finalmente tomó la hoja de oricalco en sus propias manos.

“¡Oooh! ¡Qué espléndido destello!”

Core 50 tembló de emoción. En sus manos estaba la hoja de oricalco de mi padre. Sintió un movimiento en su corazón metafórico. Por fin, la espada era suya y solo suya.

“¡He protegido la espada de Padre! ¡Gané! ¡He tenido éxito!”

Levantó el oricalco en el aire. Brillaba, completamente como para bendecir la victoria de Core 50, y…

¡Clink!

Un agujero se abrió en el guantelete que sostenía la espada y, al mismo tiempo, una estaca de piedra se extendió y golpeó el casco de Core 50.

“… ¿Hrm?”

Por un segundo, no entendió lo que había sucedido. El agujero se cerró y la estaca de piedra cayó al suelo. Golpeó el suelo de la mazmorra y rodó con un tintineo. A través del agujero pudo ver el brillo de la empuñadura de la hoja de oricalco. El agujero se cerró como si nada hubiera pasado.

“¿Qué… qué?”

Core 50 miró entre su mano y la espada de oricalco. ¿Qué ha pasado? ¿La estaca de piedra indicaba que había sido golpeado con {Stone Pyre}? Pero, ¿por qué había venido de la hoja de oricalco?

… Y fue entonces cuando Core 50 recordó.

“¡No! P-Podría ser… ¡¿De verdad?!”

Normalmente, Core 50 nunca haría esto. Pero había sido empujado al borde. Se enfrentó a la espada y usó su Ojo Mental.

“¡Oye! Buena pelea. ¡Hombre, me alegro de que haya funcionado!”

“¡¿KEIMAAAAA?! ¡¿Puedes transformarte incluso en oricalco?!”

… El ataque había venido inequívocamente de Keima.