Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 6

Capítulo 4: Hermana & Hermana Anochecer & Amanecer Sombra & Luz

Parte 5

Ni siquiera podía recordar por qué estaban allí, lo que se suponía que estaban haciendo, simplemente disfrutaba de su lucha.

Hasta que—

—““¡¿Guwaaah?!””

Prácticamente sincronizadas, sus puños se encontraron con la mejilla de la otra.

Por un solo instante, ellas se quedaron congeladas, como estatuas, luego finalmente, sus piernas cedieron debajo de ellas y se desplomaron en el suelo. Los mechones de malezas que crecían desde el piso del almacén amortiguaron su descenso.

—Otro empate…; Tiona suspiró.

—Sí…

—Todavía estoy a la cabeza, entonces, jejeje.

—¡Ya quisieras! Has perdido muchas más veces que yo. Yo estoy claramente a la cabeza.

—Nuh-uh.

—¡Uh-huh!

—¡Nuh-uh!

—¡Uh-huh!

Las chicas extendieron sus brazos y piernas en el suelo como dos estrellas de mar gemelas, sus disputas se convirtieron en risas. Eran como niños, sus voces hacían eco en las paredes de ese edificio olvidado hace mucho tiempo.

—¿Por qué estábamos haciendo eso?

—¿A quién le importa? No importa ahora.

Tione podía decir sin mirar siquiera que su hermana todavía estaba riendo. Prácticamente podía ver la suave sonrisa que sin duda se había formado en su rostro.

El cielo sobre ellas era brillante. Su ardiente color carmesí brillaba a través de los agujeros en el techo, iluminando sus caras en fuego.

Cuando Tione entrecerró los ojos ante toda esa belleza más allá de las paredes del almacén, su mente viajó a otro momento, a otro lugar, donde habían tenido otra conversación como esta.

Sí, había estado de regreso en Telskyura, cuando su ira hacia Tiona había llegado a un punto de ruptura como lo había hecho ahora.

El favor de Tiona con Kali había llamado la atención de muchas de las otras amazonas. El de ellas había sido un mundo en el que no valía la pena sobresalir de la multitud, y algunas de sus compañeras habían ideado un ataque sorpresa por celos, o tal vez ira. Y de alguna manera u otra, había llegado a Tione para ponerle fin.

Tiona y su risa escandalosa habían sido una molestia para Tione en ese entonces, constantemente reprimiendo sus nervios. Hubo ocasiones en que incluso ella había insultado a la otra chica y su capacidad para conversar con Kali como si no fuera nada. ¡Cómo se atreve a actuar con la diosa que las mantuvo atrapadas en este lugar horrible! Era natural que alguien como Tiona volviera loca a Tione.

Y sin embargo, aún, la otra chica era su familia. Ella era el único vínculo que Tione tenía en el frío e insensible mundo de la arena. La única persona a la que siempre podía recurrir. Y así, ella la había protegido sin siquiera tener que pensar en ello.

Ella había emboscado al grupo de amazonas que habían estado planeando su ataque en el pasillo una noche, y las eliminó a todas. Algunas de las mujeres se clasificaron incluso más alta que ella, lo que llevó a un intercambio vitriólico de abuso verbal seguido de una batalla de vida o muerte.

Para cuando regresó a su habitación de piedra, con su ropa toda rasgada, Tiona estaba profundamente dormida, roncando entre sus montones de libros. Esto solo había irritado a Tione aún más, y ella le había dado una patada en el medio de su cara dormida. La pelea resultante había durado hasta la mañana.

—¿Por qué estábamos peleando…?

—…Yo lo olvide.

Se murmuraron la una a la otra, gastaron su energía y se extendieron como una estrella de mar. El sol de la mañana los había iluminado desde la celosía de su pequeña ventana.

Fue en ese momento, mientras Tiona se había reído en medio de esa suave luz, que Tione se había dado cuenta de lo insustituible que era la otra chica en su vida. No es que alguna vez se lo dijera a la cara.

Un diluvio de emociones recorrió su mente mientras las escenas se desarrollaban en su cabeza.

Aunque la furia y la sed de sangre habían sido sus dos mejores amigas en el duro mundo de la arena, ella también había sentido emociones.

Había algo de nostalgia en esos recuerdos, y ella sintió que sus preocupaciones y reservas comenzaban a desaparecer lentamente.

—Oye, Tione.

El sonido de su propio nombre la sacó de su ensueño. Sentándose, miró hacia Tiona para hacer lo mismo.

—¿Qué vamos a hacer si… Kali nos obliga a pelearnos?; Preguntó su hermana cuando sus miradas se encontraron.

Era de lo que habían escapado todos esos años atrás—una lucha a muerte entre hermanas y la resurrección de los ritos.

—Luchar; Respondió Tione casualmente. —Y te mataría. O al menos lo intentaría. Si no, tú me matarías; Ella ni siquiera se inmutó, transmitiendo las palabras como si fueran simplemente una cuestión de hecho.

La cara de Tiona se volvió solemne. —Sin embargo, no creo que llegues a eso. De ninguna manera.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Debido a Argana y Bache. Argana está demasiado apegada a ti, como Bache está conmigo. Si nos matarán a las dos, entonces… estoy segura de que ellas querrían ser los que lo hagan.

Y era cierto—se habían arriesgado al enfrentarse a la Familia Loki, atacar a Lefiya y las demás e incluso tomar un rehén. Sonaba como algo que haría la Argana asesina de corazón frío de sus recuerdos.

Después de un momento, Tione sacó las grandes pociones que ya había preparado de la bolsa que rodeaba su cintura, lanzando una hacia Tiona. Cuando la otra chica la agarró con la mano, ella misma se tomó una.

—¿Estás bien?

—¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso?; Comenzó Tiona, ya habiendo bebido su poción y ladeando la cabeza hacia un lado con curiosidad. Tomó un momento, pero luego pareció inferir lo que Tione quería decir. Se miró las manos, apretando y aflojando los puños. Finalmente, volvió a mirar a Tione con una inclinación de cabeza.

—¿Que hacemos ahora?

—Nada hasta el anochecer. Descansa, supongo, o haz lo que sea. Tione se encogió de hombros mientras se preparaba para levantarse, pero se encontraba bastante firme en su posición de piernas cruzadas gracias al agarre de Tiona en su brazo.

Ella inmediatamente fulminó con la mirada a la otra chica, quien simplemente respondió con su típica risa.

—Ha pasado tanto tiempo—¿Tal vez podríamos tomar una siesta juntas? ¿Cómo solíamos hacerlo?

—… ¡¿Qué?!

—¡Así podremos ahorrar nuestra energía para esta noche!

Mira quien habla de ahorrar energía, Tione quería responder, pero perdió su oportunidad mientras Tiona seguía hablando.

—¡Solíamos hacerlo todo el tiempo!

—… Sí, pero solo mientras viajábamos. No tienes muchas opciones cuando necesitas dormir afuera ¡Y eres como un calentador humano!

—¡Pero…!; Tiona frunció el ceño.

Las cejas de Tione se alzaron al recordar su frustración. —¿Eres la peor compañera para dormir, sabes? Ni siquiera puedo comenzar a contar la cantidad de veces que me has golpeado en la cara.

—Tú también me has golpeado ¿Sabes?

—¡Sí, en represalia!

Pero incluso cuando las disputas comenzaron de nuevo, no pasó mucho tiempo antes de que Tione decidiera apaciguar a su hermana y descansar a su lado hasta que cayera la noche.

Afortunadamente, ella vio que Tiona encontró un cobertor en un rincón del almacén y felizmente envolvió a las dos dentro de ella.

—Buenas noches.

—Será mejor que despiertes más tarde…

Tione apenas pudo contener un suspiro, con la espalda apoyada en uno de los montones de chatarra vieja mientras se preguntaba cómo habían llegado las cosas de esta forma. Sin embargo, el suspiro de pena se convirtió en un suspiro de aceptación cuando Tiona se acurrucó a su lado y apoyó la cabeza en el hombro de la chica mayor. Pronto, ella estaba roncando suavemente, otra fuente de irritación, pero Tione simplemente lo soportó.

Se sentía igual que antes, después de haber dejado Telskyura y haber viajado de un país a otro, de una ciudad a otra.

No tenían más remedio que dormir bajo el cielo frío, sin ningún techo sobre sus cabezas, salvo el ocasional afloramiento rocoso o el alero de un bosque. E incluso en ese entonces, Tiona siempre se había quedado dormida primero.

Tione dejó caer sus párpados.

De alguna manera, ella sabía que las dos estarían soñando el mismo sueño.

***

Nada más que la magnífica extensión de la naturaleza esperaba a las dos hermanas después de su partida de Telskyura.

Océanos, montañas, bosques, valles, colinas, campos interminables de flores y pastos—ellas nunca habían visto nada de eso en esa prisión de piedra de la arena. Era un mundo completamente nuevo para ellas.

Esto les quitó el aliento y se estremecieron con emoción. Nunca podrían haber imaginado que el mundo sería tan vasto. Nunca habían soñado que el cielo pudiera ser tan hermoso.

En ese entonces, esto solo había sido tan amplia como la arena, y ellas habían odiado su propia existencia.

Para Tione, que todavía no sabía cómo se suponía que debía actuar tras dejar Telskyura, contribuyó mucho a restaurar la vida y el color de su corazón furioso y sus ojos tensos, casi como el agua vertida sobre una flor silvestre desecada. Junto con su hermana siempre entusiasta, ella finalmente se encontró, ligeramente capaz de sonreír.

Y cada vez que Tiona veía esto, ella soltaba una amplia sonrisa.

Más allá de simplemente permitirles a las dos salir del país, Kali también se había compadecido de ellas. No solo las había liberado de su contrato, sino que también había dejado sus Estados intactos. Esto significaba que podían forjar nuevos contratos con cualquier otro dios, combinando su antiguo estado con el nuevo. Esta fue también la única razón por la que las dos niñas pudieron sobrevivir durante tanto tiempo en sus viajes, ya que todavía contaban con el mayor poder de sus Estados en los que confiar. Kali lo había explicado como un “regalo de despedida para sus dos adorables hijas”, pero para Tione era demasiado poco, demasiado tarde en comparación con la forma en que las había tratado durante tantos años.

Aunque las dos chicas habían aprendido a superar casi todo a través de ese miserable infierno de arena, su conocimiento se limitaba al combate puro, y aún había mucho que no sabían. El dinero era difícil de conseguir, por supuesto, pero incluso algo tan simple como la interacción humana era una prueba. Tione había perdido de vista la cantidad de veces que Tiona había sido estafada por algún vendedor ambulante. No es que no siempre tomaron represalias y recuperaron el dinero, pero aun así. Desde una perspectiva de supervivencia, los dos sobresalieron, hasta el punto en que “niños salvajes” podría haber sido una frase adecuada para describirlas. Tal como sucedió, Tiona le enseñó a su hermana algo de Koine, al menos lo suficiente como para sobrevivir, por vergonzoso que fuera.

La primera vez que se encontraron con otra “tribu” similar a la suya fue en un pequeño pueblo de pescadores a lo largo del mar—al igual que Meren, en realidad. Aceptar solicitudes para cazar monstruos era la única forma en que podían ganar suficiente dinero para sobrevivir, y así, a pesar de la continua objeción de Tione, las dos decidieron unirse temporalmente a la familia local. Esto fue lo que les permitió actualizar sus Estados y lo que las ayudó a subir hasta el Nivel 3 durante su estancia en la aldea.

Sea como sea, Tione nunca fue capaz de abrirse a los dioses y diosas más erráticas y amantes del placer, ni a los miembros que conformaron sus familias. Y así, se hicieron la promesa mutuamente de que después de un año de varios respaldos y obligaciones laborales (porque había una regla de un año cuando se trataba de pasar a una nueva familia), revocarían sus contratos y dejarían a la familia.

Esta era una tradición que continuaban, sin importar qué países o qué ciudades visitaban. Aunque los dioses y los miembros de la familia podrían suplicar mantener las fuerzas de Tione y de su hermana, Tione nunca escuchó. De hecho, su impertinencia a menudo la hizo enfrentarse a los otros miembros de su familia, y más de una vez terminaron dejando a sus familias en términos no tan buenos.

La única persona que Tione permitiría quedarse a su lado era Tiona.

Ella no reconocía a quienes no eran fuertes, e incluso a aquellos que de alguna manera se ganaron su aceptación no se les permitió acercarse, aparte de su hermana. Tal vez fue su trauma de Telskyura—este rechazo a establecer conexiones con alguien que no sea la hermana que sobrevivió con ella. Ella estaba asustada.

A medida que las dos ganaron vislumbres en estos muchos nuevos mundos, ellas hicieron todo tipo de descubrimientos. Y sin embargo, nunca tuvieron a nadie aparte de ellas mismas.

No fue diferente de su tiempo en Telskyura. Ellas se negaron a abrir sus corazones a nadie más que a sus otras mitades. No importa qué tan lejos viajaran a través de la inmensidad del reino inferior, su mundo nunca se expandió más allá de su existencia dual.

Tione no estaba segura de lo que su cálida hermana sentía al respecto, pero lo que sea que ella haya pensado, Tiona se quedó a su lado. Era casi como si comprendiera de forma innata que Tione era la única a la que podía recurrir.

Tiona nunca soltaría la mano de su hermana, sin importar lo que pasara.

—Nos iremos de nuevo pronto ¿Verdad, Tione?

—Si, lo haremos. ¿Por qué? ¿No quieres?

—Bueno no, pero… es solo que el dios de aquí es muy agradable, y… y también lo es todo el mundo, así que…

Y entonces ella se reía. La misma risa siempre la seguía.

—Pero estar contigo es todo lo que necesito, así que… ¡Está bien!

El alivio que Tione había sentido entonces, junto con la sensación de ser expulsada de su mundo, no podía haber sido solo su imaginación.

Tiona era el sol.

No había nada más deslumbrantemente radiante, ni más frustrantemente insultante que ella. A pesar de la sonrisa idiota que siempre usaba sobre los nervios de Tione, cuanto más la miraba, más flojo se volvía su puño apretado.

Solo acéptalo ya. Ella te salvó

Claro, ellas pelearían por las cosas más estúpidas y triviales, luego comerían juntas como si nada hubiera pasado, pero mientras Tione estaba sentada junto a esa deslumbrante y brillante sonrisa, ella a veces incluso encontraba una sonrisa formándose en su rostro. Esto estaba bien. Mientras ella tuviera su hermana idiota, estaría bien. Como alguien que no sabía nada de formar conexiones con otros, Tione pudo adaptarse a este mundo de dos personas gracias a la hermana que estaba a su lado.

Y así continuó su viaje sin rumbo.

Era una paradoja—dos chicas que no se preocupaban por estar solas viajaban en busca de un lugar al que llamar hogar. Se unieron a una familia tras otra, entrenando y desarrollando los dos recipientes que eran sus cuerpos, dejando atrás a los que se encontraron en el camino, mientras se cuidaban de no sentirse demasiado cómodas en un solo lugar. Esto se prolongó durante bastante tiempo mientras continuaban su búsqueda extraña y sin rumbo por algo que ellas mismas ni siquiera habían buscado.

Pasaron cinco años en este viaje.

Estas dos hermanas decidieron esconderse en un barco y viajar al “Centro del Mundo”—la Ciudad Laberinto, Orario.