Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 11

Capítulo Extra: El Día Que Todos Los Dragones Lloraron

Parte 1

El océano se extendía hasta donde el ojo podía ver.

En lo profundo de la brillante extensión de azul había una isla solitaria. No había ni siquiera un arrecife poco profundo en un radio de cien kilómetros: estaba verdaderamente aislada del resto del mundo. Una mujer solitaria estaba de pie en la cima de una saliente rocosa que sobresalía del extremo sur de la isla. Llevaba un kimono azul y tenía el cabello hasta los hombros del mismo color. Parecía tener unos cuarenta años y se comportaba con la elegancia de una mujer de la nobleza. Miraba fervientemente hacia el sur, con las manos juntas al pecho en su oración.

“Princesa…” murmuró la mujer.

Era Venri Colt, y su familia había servido a Tio durante generaciones. Había sido la nodriza de Tio y había cuidado de ella después de la muerte de sus padres.

Desde que Tio se había ido de viaje, su rutina diaria era visitar ese lugar y rezar por la seguridad de Tio. Cuando Tio afirmó que algo extraño estaba ocurriendo en el continente y se ofreció a investigar, Venri no intentó detenerla. Aunque la amaba como a su propia hija, también tenía una fe absoluta en su fuerza. Aún así, no podía evitar preocuparse. Y mientras miraba al horizonte, un mensajero corrió hacia ella.

“¡Venri-dono! ¡Cartus-dono sintió el maná de la princesa dirigiéndose hacia aquí! Ella viene…”

Antes de que el mensajero terminara, Venri se transformó y alzó el vuelo. Corrió hacia el sur lo más rápido posible, sus escamas azules brillaban con la luz del mediodía. Abrió los ojos lo más ampliamente posible y desesperadamente buscó en el horizonte una mancha negra.

Sólo después de haber recorrido unos cien kilómetros recordó que el trabajo de Cartus era el de observador, lo que le permitía ver a través de inmensas distancias.

Puede que me haya precipitado un poco…

…pero justo cuando pensaba eso, vio algo.

“¿P-Princesa?”

Venri nunca podría confundir ese brillo distintivo del maná color obsidiana de Tio. Pero para su sorpresa, no fue una mancha negra lo que vio a la distancia. En su lugar, vio un tornado negro como un torbellino. El tornado estaba perfectamente horizontal y se estrechaba en la parte delantera. Todavía estaba a unos pocos kilómetros, pero se acercaba a una velocidad vertiginosa.

Venri había pasado más tiempo con Tio que nadie, así que podía decir con certeza que la princesa se movía más rápido que nunca. Ni siquiera el dragón de la tormenta, el dragón más rápido de la aldea, podía alcanzar esa velocidad.

“¿Hm? ¿Eres tú, Venri?”

“¡S-sí, Princesa! ¡Gracias al cielo que has regresado a sal…¿vo?”

Lágrimas brotaron de los ojos de Venri cuando vio a su hija sustituta por primera vez en meses. Sin embargo, esas lágrimas se desvanecieron en el momento en que Tio disipó el tornado y Venri vio cómo era ella.

“P-Princesa, ¿por qué te ves como…?”

“No temas. Simplemente adapté mi forma para ser más aerodinámica para viajar”.

Venri no podía creer lo que estaba escuchando. La transformación de un hombre-dragón se establecía desde el momento de su nacimiento. Por supuesto, esa forma crecía como ellos, pero se suponía que su forma era inmutable. Y aún así, la Tio frente a Venri se veía mucho más elegante y delgada que la forma que Venri recordaba, y cada una de las escamas de Tio tenía vetas de negro más claro corriendo a través de ellas.

“Lo explicaré más tarde. Mis disculpas, Venri, pero tengo bastante prisa. ¿Estarías dispuesta a compartir algo de tu maná conmigo? Me costó mucha práctica perfeccionar esta forma mientras volaba, y gasté más maná de lo previsto”, dijo Tio con voz demacrada.

Venri recuperó el sentido y se apresuró a dar todo lo que pudo de su maná.

“Gracias. Ven, Venri, cancela tu transformación y súbete a mi espalda”.

“¿Qué? ¡Nunca podría hacer algo tan presuntuoso!”

“¡Argh, ahora no es el momento para la decencia, Venri! Como tu princesa, te ordeno que me montes!”

“Urgh… ¿Cómo podré enfrentar a mis antepasados después de esto? ¡Una sirvienta nunca debe montar a su maestro!”

“Haaah, si es posible lo consideraría una recompensa.”

“Uh, ¿Princesa? ¿Qué acaba de decir? ¿Y por qué de repente ha empezado a respirar con dificultad?” Preguntó Venri mientras cancelaba su transformación y se subía a la espalda de Tio.

Tio no se molestó en responder y en su lugar envolvió a Venri en una barrera de viento.

“¡Vamos a partir! ¡Convertiré el placer de ser pisada en la fuerza para volar más rápido!”

“¿¡Eh!? Princesa, ¿qué demonios estás…? ¡Waaaah, estás yendo demasiado rapidoooo!”

Tio se adelantó, creando el mismo tornado negro que tenía antes. Se movía tan rápido que ni siquiera su barrera de viento pudo proteger completamente a Venri de la resistencia del aire.

En menos de diez minutos, Tio llegó a la isla.

“¡Bienvenida a casa, Tio-sama!”

“¡Es un alivio saber que estás a salvo!”

“Princesa, ¿cuál fue la forma que tomó antes?”

“¡Hey, abran paso a la princesa! Debe estar cansada de su largo viaje. ¡Déjala descansar!”

Los dragones de la aldea se reunieron en la costa, emocionados y confundidos por el repentino regreso de Tio.

Tio canceló su transformación y se dirigió a la multitud diciendo: “¡Gracias por venir a darme la bienvenida! ¡He regresado al fin!”

La sonrisa de Tio estaba teñida de cansancio, y Venri le prestó un hombro en el que apoyarse.

“Princesa, prepararé su dormitorio de inmediato. Ven, volvamos a la mansión para que puedas descansar.”

Tio sacudió la cabeza ante Venri al oír esas palabras.

“No, me temo que no hay tiempo para eso. Tengo noticias urgentes. Venri, ¿dónde está mi abuelo?”

” Estoy aquí.”

Un regio dragón de cabello escarlata se abrió paso entre la multitud y se acercó a Tio. Era el abuelo de Tio y el jefe del pueblo, Adul Klarus. Aunque el reino de los dragones había caído hace siglos, todos lo trataban como a un rey, por lo que en el momento en que dio un paso al frente, el murmullo de la multitud se calmó.

Tio, tambaleándose un poco, hizo un gesto con la mano para que Venri se alejara e hizo lo posible por mantenerse derecho.

Adul respiró con dificultad cuando vio la mirada en los ojos de Tio.

“Abuelo… No, Jefe.”

“Tio…”

Los dos se miraron en silencio durante unos segundos. Todos los demás dragones esperaban con la respiración contenida las siguientes palabras. El único sonido era el de las olas chocando con la costa, y la hierba crujiendo en el viento.

Finalmente, Tio abrió la boca y dijo con una voz cargada de emoción:

“Ha llegado el momento”.

“¡Ah!” Adul respiró entrecortadamente mientras sus ojos se abrían de par en par. Aunque sabían que estaban siendo irrespetuosos, los otros dragones empezaron a murmurar entre ellos otra vez.

Adul respiró profundamente y observó a Tio con sus ojos rasgados y dramáticos. Había decidido valorarla no como su abuelo, sino como el hombre que llevaba el destino de la raza de los dragones sobre sus hombros. La mirada severa de sus ojos parecía mucho más imponente de lo que Tio recordaba.

Por un momento pensé que podría haber cambiado porque ese maldito dios le hizo algo… pero ahora veo que no es más que una señal de su crecimiento.

Después de confirmar que Tio estaba libre de la influencia de Ehit, Adul sonrió.

“¿Oyeron eso, gente? Reúnan al resto de los aldeanos en la plaza central. ¡Tio tiene un mensaje para nosotros que decidirá el futuro de nuestra raza!”

Los dragones se callaron de nuevo cuando la realización los invadió. Haciendo lo mejor para contener su emoción, comenzaron a migrar a la plaza central.

“Tio, come algo antes de hablar con los demás. Sería un mal momento dar tu informe mientras estás exhausta.”

“Supongo que sí. Hay muchas cosas que debo contar a todos, así que un pequeño descanso me vendría bien.”

Adul le sonrió amablemente a Tio, regresando al rol de abuelo en vez de jefe de la aldea. Luego puso suavemente una mano sobre el hombro de Tio y dijo, “Debes haber conocido gente verdaderamente espléndida en tu viaje. Te pareces más a Orna que nunca.”

“¿Cómo…? Veo que eres tan perspicaz como siempre, abuelo.”

“¿P-Princesa? No me digas que tú…”

Ruborizándose ligeramente, Tio se cubrió la cara con la manga. Adul le sonrió juguetonamente, mientras Venri la miraba horrorizada. En ese momento ninguno de ellos se dio cuenta de que la “gente espléndida” que Tio había conocido en su viaje la había influenciado de peores maneras que Ehit.

Mientras Tio comía, los 300 miembros de la aldea de los dragones se reunieron en la plaza central del pueblo. Charlas animadas llenaban la plaza mientras especulaban sobre lo que Tio había descubierto durante su investigación. Otros dragones habían salido antes en misiones de exploración, pero ninguno había regresado con un informe tan importante que todo el pueblo necesitaba escucharlo.

“Hermanos, escuchen bien”, declaró Tio mientras caminaba hacia el estrado elevado en el centro de la plaza. Normalmente, sólo se ocupaba durante los festivales, pero hoy daría su discurso desde él. Adul y Venri subieron unos segundos después y se sentaron a ambos lados de ella.

“El mundo pronto experimentará un cambio trascendental.”

Los dragones fruncieron el ceño con rabia, pensando que Ehit estaba a punto de reiniciar la historia para su propia diversión otra vez. La última vez que lo hizo, el reino de los dragones fue destruido y los pocos dragones supervivientes se vieron obligados a retirarse a esta isla oculta.

Poco sabían que Ehit estaba tramando algo mucho más insidioso.

“Ehit no tiene la intención de reiniciar la civilización como lo ha hecho tantas veces antes. Esta vez, planea eliminar todas las razas mortales y destruir el mundo de Tortus. Una vez que esto se complete, planea moverse a un nuevo mundo y repetir sus atrocidades allí!”

Los dragones parecían visiblemente agitados.

“Las palabras por sí solas no son suficientes para transmitir la gravedad de la situación. Por lo tanto, ¡he grabado una de las batallas en las que luché junto a mis camaradas! ¡Miren con atención y sepan que aún hay esperanza para Tortus!”

La mandíbula de Venri se abrió y Adul entrecerró los ojos mientras Tio sacaba una pequeña tarjeta blanca de su bolsillo. Parecía una Placa de Estado de un color extraño, pero cuando la levantó en el aire…

“Increíble… ¿Qué dem-?”

Adul observó con asombro, al igual que los otros dragones.

La tarjeta proyectaba una visión holográfica en el aire. Empezó con Hajime y los otros enfrentándose a Freid y a los quinientos apóstoles en el borde de los Campos de Nieve de Schnee. Cuando regresó para recuperar los artefactos que había escondido allí, Kaori había usado magia de restauración para recrear eventos pasados, y Hajime había transcrito esa visión en uno de sus artefactos.

Aunque sabían que era sólo una visión, los dragones trgaron saliva nerviosamente, abrumados por el poderío del ejército de Ehit.

“Y pensar que Ehit poseía tantos de esos monstruos sin emociones. Uno solo de ellos era lo suficientemente fuerte para derrotarme.”

“Así que sí luchaste contra uno de ellos en la batalla en la que fingiste tu muerte, abuelo.”

Adul había luchado contra un apóstol una vez antes. Todos pensaban que había muerto luchando, pero en realidad, había fingido su muerte y traído tantos refugiados como pudo al pueblo oculto que había creado en secreto.

“Tio… ¿Quién es este joven?”

“Su nombre es Hajime Nagumo. Es uno de los jóvenes que fue convocado por Ehit desde otro mundo.”

“Ah, así que debe ser el héroe de la leyenda”, murmuró uno de los dragones, y otros asintieron con la cabeza. Sin embargo, Cartus, que estaba sentado en la primera fila y era uno de los ancianos de los dragones, sacudió la cabeza.

“No, él no es el héroe… es el sinergista del grupo del héroe.”

“¿Qué? ¿Hablas en serio, Anciano Cartus?” Los rebeldes gritaron, con su cabello azul índigo suelto detrás de él. Los otros dragones se veían igualmente sorprendidos. Ninguno de ellos creía que este fuerte y peludo muchacho poseía uno de los trabajos más débiles del mundo. ¿Cómo podía un simple sinergista, un trabajo que ni siquiera era útil en combate, parecer tan confiado cuando se enfrentaba a un ejército de apóstoles?

“Sí, el Maestro no es un héroe. No es más que un sinergista. Sin embargo, fue capaz de salir de las profundidades del Gran Laberinto de Orcus usando nada más que esas escasas habilidades. Además, derrotó a un apóstol en un duelo de uno contra uno. Como resultado, él es alguien que Ehit considera un irregular.”

“¿Derrotó a un apóstol por sí mismo? Ahora veo por qué Ehit envió una fuerza tan grande para someterlo. Hahaha…” Adul se rió débilmente. Estaba medio aturdido, medio incrédulo. Todos estaban tan ocupados procesando esta bomba que no se dieron cuenta de que Tio acababa de referirse a Hajime como “Maestro”.

Bueno, todos menos Venri. Miró a la princesa, que seguía mirando con gravedad a los otros dragones.

¿Acaba de llamar a ese joven… m-maestro? ¿Estoy escuchando mal las cosas?

“A su lado está la princesa vampiro más fuerte de la historia, Aletia… Aunque ahora se llama Yue”.

“Así que ella sobrevivió…”

“En efecto. Ella fue sellada dentro del abismo. El Maestro la rescató de su prisión.”

“Ya veo… ¿Hm? Tio, ¿acabas de…?”

¡Gracias al cielo que te diste cuenta también, Adul-sama! ¡La princesa está diciendo cosas extrañas, ¿verdad!? ¡Por favor, llegue al fondo de esto!

Venri silenciosamente agitó un puño en el aire, esperando que Adul presionara a Tio.

“Esa chica conejo también es una Irregular. Su nombre es Shea Haulia, y hasta donde puedo decir, es la única mujer bestia viva que posee una cantidad de maná. El joven de cabello castaño detrás de ella es el héroe, pero si me preguntas, Shea es mucho más merecedora del título que él.”

“Hrm, ya veo…” murmuró Adul, ladeando la cabeza. Tio le lanzó una mirada inquisidora, pero él no dijo nada, así que ella continuó hablando orgullosamente de sus otros camaradas, Kaori y Shizuku. Venri miró a Adul decepcionado, pero supuso que debía haber oído mal y no presionó más a Tio.

Airos, Ristas, y los otros jóvenes que estaban románticamente interesados en Tio se lanzaron entre ellos miradas interrogantes.

“¿Es el Maestro algún tipo de apodo para uno de sus camaradas?”, susurró uno de ellos. Ninguno de ellos imaginó que se referiría a un hombre como su verdadero maestro, así que estaban confundidos.

Los dragones continuaron observando y cuando Hajime dijo la línea “masacraré hasta el último hombre, mujer y niño que viva en el imperio de los demonios, sin importar su afiliación”, todos sintieron un escalofrío recorriendo su columna vertebral. Comprendieron la ira de Hajime, ya que ellos también habían experimentado el tener a sus amigos, familia y seres queridos como rehenes por Ehit, pero parecía tan furioso que todos los hombres-dragón le tenían un poco de miedo. Todos ellos excepto Tio, de todas formas.

“Haaah, Haaah, Q-que maravilloso…” Tio respiro con una expresión de éxtasis en su cara.

“¿¡Princesa!?” gritó Venri, incapaz de permanecer en silencio por más tiempo. Nunca había visto a la princesa con este aspecto. Su grito atrajo la atención de Adul y de todos los demás hacia Tio, pero desafortunadamente, ya había vuelto a su ser más seria.

¿¡Cómo es que nadie más ha notado lo extraño que está actuando la princesa!? pensó Venri, golpeando el suelo en señal de frustración.

Desafortunadamente, los eventos que se desarrollaban en la proyección eran demasiado cautivadores, y Venri no pudo encontrar una oportunidad para sacar a relucir el extraño comportamiento de Tio.

Todos los hombres-dragón cerraron sus puños cuando Ehit robó el cuerpo de Yue, y sintieron que sus ojos se llenaban de lágrimas cuando Hajime soltaba su lamento de dolor. Cuando Ehit declaró que destruiría el mundo en tres días, su ira se encendió, y vieron con asombro cómo Tio y los demás luchaban contra Alva, que se había quedado atrás. Luego, se quedaron atónitos y sin palabras cuando Hajime se recuperó y destruyó a Alva y a los apóstoles con sus cadenas de negación de la existencia.

Antes de que se diera cuenta, Venri también estaba involucrada, y ni siquiera se dio cuenta de que Tio llamaba maestro a Hajime varias veces durante la pelea.

Finalmente, la proyección mostró la conversación de Hajime y los demás después de que se curara, y los dragones finalmente entendieron por qué Tio había vuelto de repente al pueblo.

“Ya veo… Es exactamente como has dicho. Ha llegado el momento”, dijo Adul con solemnidad, y los otros hombres dragón asintieron resueltamente. Se habían estado preparando para este momento durante siglos, así que por supuesto estaban listos. Sabían lo que había que hacer.

“¡Hermanos míos, el momento de levantarse ha llegado finalmente! ¡Sobrevivimos a ese horrible día para poder contraatacar ahora!”

Adul se puso de pie y puso una mano en el hombro de Tio. Los dos asintieron con la cabeza, y luego dio un paso adelante para dirigirse a su pueblo.

“¡Prepárense para la guerra, amigos míos! Esta batalla decidirá el destino de-”

“¡Nhaaah, se shiente increíble! ¡Deme más, Maestro! Sólo un poco más… ¡y podré llegar al clímax como nunca antes!”

“¡Oh, te gusta eso, patética excusa de dragón! ¡Bien, toma un poco más!”

Tio había olvidado apagar su artefacto, así que ahora mostraba lo que había pasado en la habitación de Hajime después.

Conmocionados, todos giraron su mirada hacia la proyección en el cielo.

Tio estaba tendida en el suelo, disfrutando de los sádicos latigazos de Hajime. Hubo un fuerte chasquido cuando Hajime abofeteó el trasero de Tio con su látigo de púas una vez más, y Tio de la proyección gimió en éxtasis. La baba se derramaba de sus labios, y su respiración se quedaba sin aliento. A corta distancia, Shea y Kaori sacudían sus cabezas en señal de desilusión, mientras que Aiko, Yuka y Liliana miraban con desenfrenada curiosidad, con sus caras color rojo remolacha. Para aumentar su eficiencia al máximo, Tio había pedido a Hajime que la castigara y convirtiera ese dolor en mana usando su habilidad de [Conversión del Dolor].

“¡Aquí viene el último, pervertida! ¡Será mejor que lo disfrutes, perra!”

“¡Gracias por todooooo!”

Para el final, Hajime abofeteó el culo de Tio con la palma abierta, y ella tembló de alegría. Luego abrazó tiernamente a Tio y la ayudó a ponerse de pie.

“Muy bien, eso debería ser suficiente. ¿Crees que puedes hacerlo, Tio?”

“Haaah, haaah, e-eso fue increíble. Podría incluso ir al fin del mundo por usted ahora, Maestro,” sonrió Tio contenta mientras ella decía eso, sin prestar atención a lo patética que se veía.

“Ups. Olvidé que también grabé nuestros momentos privados. Mis disculpas a todos.”

Tio había grabado su sesión de nalgadas para que pudiera verla de nuevo más tarde. Era una pervertida de pies a cabeza. Sorprendentemente, sólo parecía ligeramente avergonzada por el hecho de que su familia la había visto ser azotada. Sus compañeros hombres-dragón se giraron lentamente para mirarla.

Un silencio absoluto cayó sobre la plaza. Era el más silencioso que había habido en quinientos años.

Finalmente Ristas, uno de los jóvenes más valientes, gritó, “¿Quién diablos eres?”

Normalmente, un arrebato tan irrespetuoso habría sido severamente castigado, pero nadie lo regañó. Después de todo, todos pensaban lo mismo.

“¡P-princesa, hay algo que debo preguntarle!”

“¿Qu-qué pasa, Venri? Es una expresión bastante alarmante la que estás haciendo.”

“No quiero oír eso de alguien que estaba haciendo una expresión tan… ¡Quiero decir, extasiada mientras la azotaban!”

“¿Acabas de llamar asquerosa a quien sirves? Haaah, haaah…”

“¡Deje de respirar fuertemente! ¡Esto es serio! Dijiste que el nombre de ese chico era Hajime Nagumo, ¿correcto? ¿¡Cuál es tu relación con él!? Lo llamaste maestro, ¿cierto? ¡Cuéntamelo todo!”

Venri no había regañado a Tio desde que era una niña, pero a pesar de su tono enfadado, Tio sólo se hinchó el pecho con orgullo y declaró, “¡Una pregunta maravillosa! Permítame presentarle apropiadamente. Hajime Nagumo es mi único maestro. Yo, Tio Klarus, le he dedicado mi cuerpo y mi corazón!”

Su voz resonó por la plaza… y todos los pájaros salieron volando asustados.

“¡Imposible! ¿¡Es esta una especie de broma, princesa!?” gritó Airos, con una mirada suplicante en sus ojos. Entre los que deseaban convertirse en el prometido de Tio, él era el dragón tormenta verde más fuerte, y por lo tanto el principal contendiente por el título. Naturalmente, él fue el más sacudido al escuchar que ella ya había encontrado pareja.

“Esto no es una broma, Airos. Te pido disculpas a ti y a todos los demás que deseaban casarse conmigo, pero ya he encontrado al hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida. Por favor, traten de entenderlo.”

“¿Quieres estar con ese horrible bastardo que te estaba azotando? ¿¡Estás loca!?”

Honestamente, Airos tenía razón. Todo el mundo pensaba que Tio había perdido la cabeza.

Sin embargo, Tio simplemente miró con nostalgia a la distancia y dijo, “Como les dije a todos antes, la única condición para casarse conmigo era ser más fuerte que yo. Sin embargo, en los quinientos años que pasé en este pueblo, ninguno de ustedes fue capaz de arañar mis escamas. Casi había olvidado lo que era el dolor.”

“Puede que sea así, pero-”

“¡Pero el Maestro era diferente! Cuando estaba siendo controlada por ese mocoso desagradable, ¡me golpeó hasta hacerme papilla! ¡Me arrancó las uñas, me desgarró las encías, me disparó en las alas e hizo todo lo posible para explotar mis puntos débiles! No sólo eso, fue capaz de aplastar mis escamas de frente, e incluso fue capaz de soportar la fuerza de mi aliento!”

Aunque Tio estaba alabando a Hajime, nadie estaba impresionado. Su expresión de éxtasis y la forma en que se abrazaba a sí misma mientras hablaba a borbotones de él asustaba tanto a todos que no podían prestar atención a lo que decía.

“Lo mejor de todo es que el Maestro me clavó su gruesa y dura estaca negra en el ano. No se detuvo ni siquiera cuando le pedí misericordia, y al final, mi agujero era un enorme desastre! En verdad, ese fue uno de los momentos decisivos de mi vida. ¡Me da escalofríos sólo de pensarlo, incluso ahora! ¡Oh, Maestro, te quiero tanto!” Gritó de Tio, mirando hacia el sur todo el tiempo.

“¡R-Ristas! ¡Contrólate!”

“¡Oh no, no está respirando! ¡El shock debe haberle provocado un ataque al corazón!”

“¿Airos? Hey, ¿¡Airos!? ¡Vuelve a tus sentidos! No soy la princesa, ¡deja de abrazarme!”

La mitad de los hombres se desmayaron por el shock como Ristas, mientras que la otra mitad perdieron la razón como Airos. Los niños comenzaron a llorar, y las mujeres miraron al cielo con desesperación. La mayoría de los ancianos parecían como si sus almas ya hubieran abandonado sus cuerpos. Los dragones habían sido derrotados, y la guerra ni siquiera había comenzado.

“Adul-sama, la princesa ha perdido la cabeza. Alguien debe haber usado magia negra para cambiarla… ¿Adul-sama?”

Los dragones esperaban que Adul pudiera hacer regresar a Tio, pero parecía completamente insensible.

“¿¡Ha muerto de pie!?”

Los ojos de Adul se habían puesto en blanco en la parte de atrás de su cabeza, y no se movía en absoluto.

“¡Venri-sama, eres nuestra última esperanza!” gritó otro dragón, dirigiéndose a ella.

“Fufu, todo estará bien ahora, Princesa. Estoy aquí para usted.”

Sin embargo, Venri le hablaba a un árbol como si fuera una joven Tio. No sólo había perdido el sentido, sino que sus recuerdos también habían retrocedido.

“¿Qué pasa con todos ustedes? Pensé que estarían felices de saber que finalmente he encontrado un marido…”

“¿¡Cómo se supone que vamos a ser felices por esto!?”, gritaron las mujeres al unísono. Los hombres ya eran una causa perdida, y no reaccionaban en absoluto.

Finalmente, Cartus logró calmar a todos y le dijo a Tio: “Ve a buscar otra cosa que hacer mientras todos se preparan para la batalla”. Estaba completamente desilusionado con Tio ahora y la trataba como si fuera una monstruosidad.

Ella se escabulló, murmurando, “Pensé… que serían capaces de aceptar a mi nueva yo…”