Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 11

Capítulo 4: Preparándose Para La Batalla Decisiva

Parte 3

Una hora más tarde (en tiempo normal).

“Ahhh”, Hajime se quejó suavemente mientras se empapaba en la bañera donde una vez había ascendido a la edad adulta con Yue. Parecía un zombi.

Aún no habían pasado dos horas, y Hajime no había terminado de hacer todos los artefactos que había planeado. Y aún así, allí estaba relajándose.

“¡Papi!” Myu gritó, tambaleándose hacia donde estaba Hajime. Él le sonrió suavemente y como siempre, ella le saltó encima. Él se puso rápidamente de pie para alcanzarla.

“Eh, eso es peligroso, Myu.”

“Hehehehe… Lo siento mucho.”

Era obvio por su tono que Myu no lo sentía en absoluto. Sacudiendo la cabeza, Hajime la bajó lentamente a la bañera para que se acostumbrara a la temperatura. Dio un suspiro de satisfacción y cerró los ojos. Myu se veía absolutamente adorable, y Hajime comenzó a peinar sus dedos a través de su cabello verde esmeralda.

En respuesta, ella sonrió y le dejó divertirse durante unos segundos antes de fruncir el ceño y gritar repentinamente: “¡Espera, no! Papi malo! ¡Todavía no te he perdonado!”

“Dije que lo siento. No quería que te preocuparas.”

“¡Ya no creo en tus disculpas!” Myu gritó mientras hinchaba sus mejillas con indignación y le señalaba. El efecto se arruinó un poco por el hecho de que todavía estaba sentada en el regazo de Hajime.

La razón por la que Hajime se estaba relajando era porque hace unos minutos, Remia había entrado en el taller y lo encontró desplomado en el suelo… en un charco de su propia sangre.

Naturalmente, había gritado cuando lo vio cubierto de cortes y sangrando por todos los poros, así que Myu se precipitó. Cuando vio el estado en el que estaba Hajime, empezó a sollozar.

Remia se había puesto en contacto rápidamente con Kaori, que había vuelto corriendo y había usado la magia de la restauración con Hajime. Sus heridas habían sido casi tan graves como las del castillo del Señor de los Demonios, y había hecho falta toda la considerable destreza curativa de Kaori para traerlo de regreso del borde de la muerte. Cuando Hajime finalmente abrió los ojos de nuevo, Kaori dio un suspiro de alivio. Pero las primeras palabras que salieron de su boca fueron: “¿Funcionó? ¡Sí! Mi carta de triunfo está finalmente completa”.

Obviamente, Kaori, Remia y Myu se habían enojado bastante y le habían dado un largo sermón sobre cómo cuidarse mejor, pero Hajime se había deshecho de ellos, diciendo: “Culpa mía. Pero ahora estoy bien, no se preocupen.” No sólo eso, sino que también había intentado regresar directamente al trabajo, ya que Kaori había tenido la amabilidad de compartir su maná con él.

Eso fue el colmo. Las tres chicas habían perdido la paciencia, arrastraron a Hajime fuera del taller y le obligaron a bañarse y a descansar un poco. Sabían que no se dejaría descansar si se quedaba en el taller.

“¡Es mi trabajo vigilarte! ¡No trabajar en el baño!”

“Mira, ni siquiera yo haría algo tan ineficiente.”

Hajime decía la verdad, pero Myu no parecía convencida. Su última hazaña había dañado su confianza en él.

“¡También te voy a vigilar en el taller!”

“¿En serio?” Hajime murmuró mientras se inclinaba y miraba al techo. No sentía que se había presionado demasiado. En todo caso, había hecho lo que tenía que hacer. Pero como resultado, casi murió y necesitaba que Kaori lo salvara, así que no podía discutir.

Dicho esto, no tenía intención de parar. Si no hacía todo lo posible para que el plan de rescate fuera un éxito, no podría vivir consigo mismo. Iba a poner cada gramo de su ser en esta batalla final. Si era por el bien de recuperar a Yue, ningún precio era demasiado grande. Sin embargo, no estaba seguro de cómo podría explicárselo a Myu de una manera que ella pudiera entender.

Myu le miró fijamente durante unos segundos, luego sonrió y dijo, “¡Papi, cuando Yue-onee- chan vuelva, vamos a bañarnos todos juntos! ¡Quiero que hagas un montón de juguetes de baño!” Ella salpicó en el agua para enfatizar su emoción “No puedo hacer nada para ayudarte, ¡pero puedo pensar en todas las cosas divertidas que haremos más tarde! ¡Así que juguemos mucho cuando Yue-onee-chan regrese!”

“Myu…”

Hajime fue lo suficientemente perspicaz para entender por qué Myu había sacado el tema de repente. Se había preguntado cómo podía explicarse ante ella, pero ella había visto a través de él todo el tiempo.

Aunque no podía ayudar, hacía todo lo posible por encontrar una forma de aliviar las preocupaciones de su amado padre. Y para animar a los demás, primero tenía que actuar alegremente.

Myu era una chica fuerte. Tenía una fe absoluta en que si le contaba a Hajime sus esperanzas para el futuro, él las haría realidad. Y eso significaba que no podía permitirse el lujo de estirar la pata aquí.

Al ver su alegre sonrisa, Hajime se rascó la cabeza, le devolvió la sonrisa y dijo: “Sí. Haremos todo tipo de cosas divertidas una vez que Yue regrese, así que asegúrate de pensar en algunos buenos juegos. También se me ocurrirán muchos juguetes interesantes”.

“Bueno…” Myu respondió, emulando las rarezas del discurso de Yue. Sonaba tan linda que Hajime empezó a acariciarle la cabeza inconscientemente.

La soledad en la que había estado todo este tiempo disminuyó un poco, y Hajime fue capaz de relajarse de verdad por primera vez desde el secuestro de Yue. Pero justo entonces, Remia y Kaori entraron en el baño.

“Vaya, parece que ustedes dos se están divirtiendo. ¿Les importa si nos unimos a ustedes?”

“H-Hajime-kun, espero que no te importe.”

“Me imaginé que esto iba a pasar cuando Myu entró.”

Ambas tenían toallas envueltas, pero esas toallas no cubrían mucho. No es de extrañar que se sonrojaran de vergüenza.

Técnicamente, este no era el cuerpo real de Kaori, pero aún así le daba vergüenza que la vieran desnuda. Las apóstoles normales eran tan artificialmente perfectas que parecían aterradoras, pero ella de alguna manera se veía hermosa.

Sin embargo, no exudaba atractivo sexual como Remia. Ella incluso emitió un quejido silencioso al sumergir los dedos de los pies en el agua, acentuando su encanto. Cualquier otro chico que no fuera Hajime no habría sido capaz de controlarse. Por supuesto, Remia nunca se bañaría con un tipo como ese en primer lugar.

“¿Debería salir?” Preguntó Hajime de forma directa. Aunque no habían pasado ni cinco minutos desde que empezó a bañarse.

Una pizca de preocupación cruzó la expresión de Remia y ella contestó rápidamente: “Si te estamos molestando, nos iremos. Pero siento que no deberías estar solo en este momento. Si estás solo, acabarás teniendo pensamientos deprimentes, ¿no? Sólo pensé que sería más fácil para ti relajarte si todas estuviéramos aquí a tu lado. No se puede superar la pena sólo con la fuerza de voluntad”.

“……”

Hajime no tenía espacio para discutir, ya que Myu sólo intentaba animarle. Además, cuando fue abandonado a su suerte, se esforzó tanto que casi murió de nuevo.

“Necesitas estar con gente que se preocupe por ti cuando te sientas deprimido. Cuando pensé que habías muerto, fue Shizuku-chan quien me ayudó a salir adelante. Sé que no puedo reemplazar a Yue, pero aún así quiero estar ahí para ti. Si no hago al menos esto, entonces Yue se burlará de mí para siempre.”

Sonriendo, Kaori se acercó al lado de Hajime. Sin Shizuku, definitivamente se habría rendido ante la desesperación cuando Hajime cayó al abismo. Así que sabía que Hajime necesitaba a alguien mejor que nadie.

Hajime no podía rechazar la amabilidad de las chicas, y les sonreía cansadamente.

“Gracias. Sinceramente, si no me controlo, será Yue la que burlará de mí para siempre, no tu.”

“No puedo imaginarla burlándose de ti.”

“Ufufu. Yue-san te quiere demasiado para eso, Hajime-san.”

Los tres se rieron mientras recordaban a Yue.

“Mrr…” Myu murmuró.

“¿Hm? Parece que Myu se está durmiendo.”

Sus ojos estaban medio cerrados y estaba descansando contra el pecho de Hajime. No había pegado ojo desde que dejaron el castillo del Señor de los Demonios, así que fue increíble que durara tanto tiempo.

“Supongo que debería limpiarla y llevarla a la cama antes de que se quede completamente dormida.”

Hajime no había pasado mucho tiempo en el baño, pero se sentía refrescado de todas formas. Aún pensaba echarse una pequeña siesta en el taller para recuperar fuerzas, pero su agotamiento mental había desaparecido por completo.

Sonriendo, Remia notó que Kaori miraba nerviosamente a Hajime desde la zona de la ducha. Después de unos segundos, de repente se dio cuenta.

“Muy bien entonces. En ese caso, Hajime, ¿por qué no me dejas lavarte el frente mientras lavas a Myu?”

“Puedo lavarme la espalda… Espera, ¿acabas de decir el frente?” Hajime lo dijo en un tono frío y miró a Remia, pero ella sólo le sonrió cálidamente.

“Sí, imagino que a Kaori-san le gustaría lavarte la espalda. ¿No es así, Kaori-san?”

“¿Qué? Remia, ¿qué estás diciendo? ¡No puedes lavar su frente!”

“Vaya, ¿preferirías hacerlo en mi lugar?”

“¿Y-yo? ¿Lavar el frente de Hajime-kun…?” Kaori murmuró esas palabras mientras su mirada se deslizaba hacia cierta parte del cuerpo de Hajime. Poco después, su cara se puso roja como la remolacha.

“Imbéciles. De ninguna manera voy a dejar que me laven.”

“Pero Hajime-san, piensa en todo lo que Kaori-san ha hecho por ti. Ella está trabajando tan duro para conseguirte más materiales, también… ¿No crees que se merece una recompensa?”

“Remia-san… Gracias-”

“Tienes razón, pero yo no soy Tio. Sólo los pervertidos dejarían que alguien más les lavara el pene.”

“Estoy segura de que Kaori-san lo consideraría un honor, aunque…” Remia dijo eso cuando se giró hacia Kaori, que desvió su mirada. A juzgar por la expresión de Kaori, ella estaba de acuerdo con ese sentimiento.

“Kaori… te he juzgado mal.”

“¡Por favor, no me mires con lástima!” Kaori se puso en cuclillas y escondió su cara bajo el agua.

Suspirando, Hajime se levantó y llevó a Myu a la zona de las duchas. Cuando se fue, escuchó a Remia decir, “Kaori-san, he oído de Myu que ‘Kaori-onee-chan es una mujer asertiva.'”

“¿¡Myu-chan dijo eso!?”

“Ahora es el momento de ser asertiva, ¿no es así?”

“B-bueno… Espera, ¿por qué tiene que ser ahora?”

“Muy bien, voy a comprometerme aquí. Las tres podemos lavar el frente de Hajime-san juntas.”

“Supongo que sería menos angustioso si todas… Espera, ¿¡qué!? ¿¡Acabas de decir nosotras tres!? ¿¡Qué demonios planeas hacer que haga Myu-chan, Remia-san!?”

“Oh vaya… Ufufu…”

“¡No puedes reírte de esto!”

Pobre Kaori. A todo el mundo le gusta meterse con ella.

Lo que más miedo da es que, a pesar de sus quejas, a Kaori parecía gustarle que se burlaran de ella. Incluso cuando Yue le hacía bromas, parecía que se estaba divirtiendo.

Supongo que Yue la condicionó a disfrutar de los juegos.

Por supuesto, Hajime nunca le diría eso a la cara. Aún así, se alegraba de que Remia ayudara a Kaori a sobrellevar su soledad de la misma manera que ella le había ayudado a él.

“Cuando Yue vuelva, la vida de Kaori será un infierno, ¿eh?”

“¿Mrr?” Myu gimió y miró aturdida a Hajime mientras le lavaba el cabello.

Parece que tu madre y Yue tienen mucho en común.