Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 11

Capítulo 4: Preparándose Para La Batalla Decisiva

Parte 2

Hajime y Kaori regresaron a la casa de Oscar, que estaba escondida en la sección más profunda del laberinto. Oscar había cavado un hueco en la roca color gris pizarra para su casa y el jardín de alrededor, y en el momento en que Hajime y Kaori entraron en ese hueco, Myu asomó la cabeza por una de las ventanas del tercer piso de la casa y le sonrió.

“¡Papi, Kaori-onee-chan! ¡Bienvenidos de nuevo!” Myu exclamó mientras corría por las escaleras, fuera de la casa, y saltó a los brazos de Hajime.

“He vuelto, Myu.”

“Hemos vuelto, Myu-chan.”

Hajime y Kaori habían pasado todo el día recogiendo mineral, así que Myu se sentía sola. Aunque ni Hajime ni Kaori habían descansado desde que dejaron el castillo del Señor de los Demonios, la sonrisa tonta de Myu fue suficiente para que su cansancio desapareciera.

Cuando entraron en la casa, el sonido de las zapatillas golpeando el suelo resonó en las paredes. Un momento después, Remia entró en el vestíbulo. Llevaba un delantal sobre su vestido y tenía un cucharón en un brazo.

“Bienvenida a casa, cariño. Y tú también, Kaori-san. Me alegra ver que ambos están a salvo”.

“Gracias”, tartamudeó Hajime.

“¿Perdón? ¿Cariño? Estás haciendo esto a propósito, ¿verdad, Remia-san?”

“¿Te gustaría cenar? ¿Tomarte un baño? ¿o a… tu mujer e hija?”

“¡De acuerdo, definitivamente estás haciendo esto a propósito! ¡Deja de usar esas líneas cliché! Además, ¡no incluyas a tu hija en eso!”

“Oh Dios, Kaori-san. Simplemente le preguntaba si quería pasar un tiempo de calidad en familia con nosotras. Ufufu, ¿qué es lo que te imaginaste?”

“¡Yo… yo no estaba imaginando nada raro! ¡De verdad, lo digo en serio!”

“En ese caso… cariño, ¿preferirías tener a Kaori-san en su lugar?”

“¿Qué? ¿¡Yo!? ¡Deja de molestarme, Remia-san!” Kaori gritó eso y miró a Remia, quien se rió. Parecía que su verdadero objetivo había sido poner nerviosa a Kaori, no a Hajime. A las mujeres mayores como Yue y Remia les encantaba intimidar a Kaori.

Hajime le dio a Kaori una palmadita en el hombro y le dijo: “Mira, dejémoslo así, Remia. No tenemos mucho tiempo, así que me temo que tendré que ir directamente al taller. Por favor, lleva mi comida allí”.

“Ya veo… No has dormido nada, pero supongo que no puedo pedirte que descanses. Si no te esfuerzas al máximo aquí, no sobreviviremos a lo que viene.” Había intentado bromear con Hajime y Kaori para que se relajaran, pero desafortunadamente, no había funcionado. Aunque estaba preocupada por su bienestar, Remia sabía que no había tiempo para descansar.

“Muy bien, te traeré tu comida cuando esté lista. Oh, la princesa también dejó un mensaje para ti. Dijo que las cosas están progresando sin problemas.”

Remia había estado manejando toda la correspondencia mientras Hajime estaba fuera reuniendo materiales. Shizuku ya había logrado convencer a Gahard para que se uniera a la alianza. Y, con la ayuda de la reina, Liliana había convencido a los residentes de la capital del peligro al que se enfrentaban, y luego comenzó a evacuarlos al imperio mientras las tropas del imperio se teletransportaban.

La construcción de la fortaleza también se adelantó a lo previsto.

Supongo que centrarse en conseguir que Nomura y los otros constructores terminaran primero era la decisión correcta.

Hajime había, para disgusto de Liliana y los nobles, asaltado el tesoro real y transmutado todos los artefactos en él en artefactos adecuados para Kentarou y los otros especialistas en magia de la tierra.

Remia también había recibido un mensaje de Verbergen. Parecía que Suzu y Ryutarou habían logrado convencer a Ulfric y a los otros ancianos para que se unieran a la lucha. En cuanto a los Haulia… Bueno, ni siquiera se habían tomado la molestia de intentar convencerlos. Una vez que sus preparativos estuvieran completos, los hombres-bestia viajarían a través del portal a Heiligh.

“Ya veo… Parece que todo va mejor de lo planeado.”

“Los discursos de Aiko-san aparentemente ayudaron mucho. El pueblo ama a la Diosa de la Fertilidad. Ella incluso usó los portales para viajar al imperio y Verbergen para dar discursos allí también. Además, ayudó a que el nuevo Papa santificara todo esto como una verdadera cruzada santa.”

“El nuevo Papa es un viejo amigo que la princesa trajo específicamente del medio de la nada, ¿verdad? Bueno, ahora es el líder de la iglesia, así que supongo que tiene sentido que la gente lo escuche. Si está apoyando a Sensei, tiene sentido que nadie dude de ella.”

Liliana tenía un ojo sorprendentemente bueno cuando se trataba de juzgar el carácter de la gente. No sólo eso, sino que también era una líder hábil. Hajime tuvo que admitir que era mucho más competente de lo que él le había dado crédito. Estaba decidida a salvar a su país, y aunque carecía de experiencia, la reina y sus consejeros estaban allí para ayudarla. No había nadie más adecuado para dirigir a la humanidad durante esta crisis que ella.

“¿Qué hay de la gente que envié a las otras naciones?”

“Me temo que no ha habido noticias de ellos. Nada de Tio-san, tampoco.”

“Bueno, no esperaba mucho. Incluso con los artefactos, sólo se puede viajar más rápido.”

Había unos pocos estudiantes, así como varios caballeros, trabajando directamente para Simon, el nuevo Papa, que habían viajado a varias regiones como embajadores oficiales de Heiligh. Todos usaban Skyboards, un nuevo artefacto que Hajime había desarrollado. Como su nombre indicaba, eran tablas de surf que permitían al usuario surfear por el cielo. Envolvían al usuario en una barrera mágica espacial para reducir la resistencia del aire y usaban la magia de la gravedad para emular el vuelo. Su velocidad media de navegación era de unos 200 km/h, aunque aquellos con reservas de maná más grandes podían acelerarlas hasta los 300 km/h. Sin embargo, necesitaban mucho maná para operar, y la gente promedio necesitaba descansos frecuentes cuando los usaban. Aún así, Hajime supuso que todo el mundo debería haber llegado a sus respectivos destinos en este momento. Una vez que lo hicieran, podrían abrir fácilmente un portal de regreso a Heiligh y regresar al instante.

“Gracias por ponerme al día. Y perdón por hacerte cargo de las comunicaciones. Sé que no estás acostumbrada a este tipo de cosas.”

“No tienes nada de que disculparte… En todo caso, estoy feliz de poder ayudar de alguna manera. Te debo tanto… y soy tu esposa”.

“Definitivamente no eres mi esposa.”

“No te preocupes por los detalles.”

“Ese es un gran detalle.”

“Ufufu…”

“Uh, umm, como sea…” Hajime se echó atrás, dándose cuenta de que no tenía medios para romper esa sonrisa de Remia. Tampoco quería discutir delante de Myu y honestamente, Remia parecía estar disfrutando del acto, así que no vio ninguna razón para forzarla a dejarlo.

Bueno, mientras Myu sea parte de mi vida, somos básicamente una familia… Hajime justificó su decisión ante sí mismo, y después pasó por alto a Myu a Remia. Le dio una última palmada en la cabeza antes de ir al taller de Oscar.

El taller era lo suficientemente grande como para que cupiera un campo de fútbol. También tenía un montón de herramientas que facilitaban la transmutación eficiente, lo que lo convertía en el espacio perfecto para un sinergista. Una vez dentro, Hajime sacó una verdadera montaña de materias primas de su Tesoro y dijo: “Ahora bien, veamos cuánto podemos acelerar las cosas. Kaori, necesitaré tu ayuda.”

“¡Claro! ¡Déjamelo todo a mí!”

Hajime transmutó un pilar de cristal gigante en el centro del taller. Kaori dio un círculo al otro lado y los dos se miraron a través del pilar transparente.

Hajime quería al menos aliviar parcialmente la falta de tiempo que tenía, por lo que le pidió a Kaori que le acompañara. Ella era la usuaria más competente de la magia de restauración, que controlaba el tiempo.

“¿Listo? Hagamos esto… ¡[Transmutar]! ”

“¡[Ruptura Chrono]!(Chrono Rupture) ”

Chispas carmesíes y luz violeta pálida se cruzaron en el centro del pilar.

[Ruptura Chrono] era un hechizo de restauración que alargaba el tiempo. Debido a lo entrelazado que estaba con la verdadera naturaleza de la magia de restauración, era uno de los hechizos más difíciles de dominar. De hecho, era imposible que los humanos normales lo adquirieran. De la misma manera que Hajime había superado sus límites y desbloqueado [Trascendencia], Kaori había alcanzado nuevas alturas con la magia de restauración. Lo que intentaban sólo era posible porque ambos eran maestros de sus respectivos campos.

Las chispas carmesíes de Hajime recorrían la longitud del pilar, uniendo el maná violeta de Kaori al cristal. Después de un rato, su cabello comenzó a moverse alrededor de su cabeza más lentamente que de costumbre. Todo en el taller parecía perder su color.

Kaori se dobló y apoyó sus manos en las rodillas, respirando con dificultad.

“Ngh… Hajime-kun.”

“Ya es suficiente, Kaori. Buen trabajo.”

Aunque sólo llevaban unos segundos en el lanzamiento, habían consumido mucho maná.

“Haaah… Haaah… ¿Funcionó?”

“Sí. Por lo que parece, puede estirar el tiempo hasta un factor de diez. Si estuviera solo, habría tenido suerte de hacer que el tiempo se moviera el doble de lento. Gracias. Esto hará las cosas mucho más fáciles.”

“Haaah… Gracias al cielo.”

Hajime sonrió cansadamente. El pilar transparente ahora emanaba una tenue luz carmesí. Kaori se sonrojó ante el elogio y dio un suspiro de alivio.

“Ahora que lo hemos conseguido, probablemente deberíamos darle un nombre… Cámara de Tiempo Hiperbólica suena bien, ¿verdad?”

“No deberías robar nombres así como así. ¿Por qué no lo llamamos Cristal de Hora?”

“Pero eso no suena tan bien…”

“Cielos, ¿a quién le importa lo genial que suena? ¡Vamos, a trabajar! ¡Iré a buscar más mineral para ti!”

“Bien…”

A pesar de sentirse infeliz con el nombre de Kaori, Hajime asintió y activó el Cristal de Hora. Como antes, todo en el taller se volvió un poco menos colorido. Mientras el cristal estaba activo, el tiempo dentro del taller se movía diez veces más lento que el mundo exterior. Una hora dentro de él equivalía a sólo seis minutos fuera.

Myu y Remia entraron de repente en el taller en ese mismo momento.

“¡Papi, te trajimos comida!”

“Oh vaya, se siente bastante extraño aquí.”

Remia llevaba una bandeja llena de sándwiches. Había hecho comida fácil de comer con una mano para no molestar su trabajo. Hajime hizo un gesto a Remia para que esperara un momento, y se retiró a la entrada del taller junto con Kaori y Myu.

“Bueno, Oscar Orcus, es hora de demostrar que te he superado”, declaró con una sonrisa confiada.

En muchos sentidos, Oscar fue el mentor de Hajime. No sólo le había concedido a Hajime la magia de la creación, sino que también había dejado una enorme cantidad de notas de investigación y artefactos. Aunque estaban separados por milenios, Hajime consideraba a Oscar su maestro. Y como cualquier buen estudiante, deseaba superar a su maestro. Después de todo, si Hajime deseaba lograr lo que Oscar y los Liberadores no podían, no tenía más remedio que hacerlo.

“¡[Transmutar]!”

Chispas carmesíes llenaron toda la habitación, haciendo que el taller pareciera tachonado de brillantes rubíes rojos. Los círculos mágicos que Oscar había dibujado empezaron a brillar al activarse, y Hajime grabó otros nuevos en lugares específicos para añadirlos al diseño. Los círculos mágicos salpicaban el techo, las paredes y el suelo. Una vez que los terminó, creó un enorme círculo mágico tridimensional para abarcarlos todos.

Un segundo después, la montaña de mineral comenzó a ondularse.

Hajime había usado [Desíntesis de mineral] (Ore Desynthesis) para refinar los diversos metales que había recogido, luego activó la magia de creación para imbuir a cada uno de la magia apropiada. También había utilizado [Transmutación Acelerada] (Accelerated Transmutation) para acelerar continuamente el proceso. Los lingotes refinados encantados con la magia antigua aparecieron uno tras otro. Y en el momento en que cada uno terminaba, desaparecía porque otro de los círculos mágicos teletransportaba cada lingote a su ubicación designada.

Hajime tomó personalmente esos lingotes refinados y comenzó a transmutarlos en todo tipo de equipos. En segundos había hecho una espada, un escudo, una lanza, un yelmo, una armadura, algunas balas y algunas otras armas. Rápidamente evaluó cada una para asegurarse de que no había defectos, y luego envió cada tipo de equipo a un círculo mágico diferente.

Una vez hecho esto, los lingotes refinados comenzaron a ser teletransportados a esos círculos mágicos, que luego usaron los modelos de espadas, escudos, etc. para crear duplicados usando los materiales recién recibidos. Además, los duplicados completos se enviaban a otro círculo que abría un portal en el suelo para transportarlos al reino.

“H-Hajime-kun… ¿Acabas de…?” Kaori murmuró distraídamente, mirando el taller con asombro.

“Sí, convertí todo el taller en un enorme artefacto. Ahora es una fábrica de armas automatizada.”

De hecho, todo el proceso no era muy diferente de las fábricas de la Tierra. Mientras hubiera suficientes materiales, las armas originales que servían como planos se mantenían en su lugar, y mientras Hajime siguiera suministrando mana a la fábrica, continuaría refinando, fabricando y teletransportando equipos indefinidamente.

No es de extrañar que Hajime-kun pareciera tan confiado cuando dijo que podía hacer suficientes armas para todos.

El concepto de producción en masa probablemente no había existido en la época de Oscar Orcus. Este era un estilo de transmutación que sólo alguien de una sociedad postindustrial como Hajime podría haber creado. Y lo mejor de todo, el tiempo se movía diez veces más lento dentro de este taller, así que docenas de artefactos atravesaban el portal del reino cada minuto. Hajime no tenía dudas de que Liliana miraba con asombro la creciente pila de artefactos de nivel legendario.

“Puedo dejar esto en paz y seguirá avanzando, así que supongo que puedo permitirme un pequeño descanso. Remia, Myu, perdón por la espera. Comamos ahora.”

“¡E-está bien!”

“Oh, no estoy segura de que existan las palabras adecuadas para expresar mi asombro.”

La reacción de Remia no fue de sorpresa. Hace un segundo, Hajime estaba rodeado de círculos mágicos que brillaban en patrones geométricos, agitando sus manos como un director de orquesta. Parecía un mago de un cuento de hadas, creando maravillas una tras otra con sólo un chasquido de sus dedos. Pero ahora, parecía un chico normal otra vez mientras buscaba un sándwich y murmuraba, “Viejo, me muero de hambre”.

Hajime pasó una hora recargándose, aunque siguió transmutando cosas simples mientras comía. Una vez que consumió suficiente comida para un día, dijo: “Bien, ahora tengo que empezar a hacer los artefactos especiales de Sensei y de todos los demás”. También tengo que hacer algunas de las armas más grandes que derriban grupos enormes. Kaori, ¿puedes conseguirme más mineral?”

“¡Claro! Pero Hajime-kun, asegúrate de descansar bien una vez que hayas terminado. Tenemos mucho tiempo ahora, gracias al Cristal de Hora.”

“Sí, lo sé. Myu, Remia, quiero que permanezcan en contacto con los demás. El tiempo se mueve más lento aquí, así que podría perderme acontecimientos importantes. Avísenme si pasa algo. Estaré demasiado concentrado en el trabajo para notarlo por mi cuenta.”

“¡De acuerdo!”

“Muy bien. ¿Cuándo debería traerte la próxima comida?”

“Dentro de dos horas estará bien.”

“Eso será casi un día entero para ti. ¿Planeas trabajar todo el tiempo?”

Remia miró a Hajime con preocupación, mientras Kaori le sonreía amenazantemente. Él desvió torpemente su mirada y le respondió: “Mira, a todos les va a llevar tiempo acostumbrarse a sus nuevos artefactos. Si no los envío lo antes posible, puede que no sean capaces de aprovecharlos al máximo”.

Tenía razón. Cuanto más rápido Hajime hiciera los artefactos especializados, más competentes serían con ellos.

Kaori y Remia asintieron de mala gana, aunque aún parecían preocupados. Pero antes de que pudieran decir algo más, Hajime empezó a trasmutar.

“No hay garantía de que esta casa sea completamente segura. Es posible que Ehit o alguien más tome el control de la gente que conocemos y los envíe aquí para atacarnos.”

Sin embargo, las posibilidades de eso parecían muy escasas. Ehit había llamado a esto su último juego. No veía la destrucción de Tortus como una guerra. A sus ojos, era sólo una forma de evitar el aburrimiento. Debido a eso, Hajime dudaba que se tomara la molestia de encontrar su ubicación y enviar asesinos tras él.

Dicho esto, era mejor prevenir que lamentar. Así que decidió crear el prototipo de una nueva arma que había diseñado. De esa manera, Remia y Myu tendrían algo de protección.

Hajime visualizó la estructura en su mente, y luego proyectó un holograma de esa visualización en el centro del taller. Mientras el holograma se solidificaba, agitó sus manos como un conductor de nuevo, y las chispas carmesí saltaron alrededor de la montaña de mineral.

La montaña se retorcía como un huevo que estaba a punto de eclosionar. Rayos de luz roja salieron del centro, y un par de brazos salieron de él. Alejaron la montaña de mineral sin refinar, revelando una criatura metálica de tres metros de altura con ocho patas. La parte superior de su cuerpo se parecía a un asura, con seis brazos y un rostro demoníaco. Armas mortales sobresalían de su espalda y torso, mientras que sus ojos brillaban de color carmesí, al igual que la gran joya incrustada en su pecho.

“Sigues haciendo locuras una tras otra, ¿eh?”

“¡Woooooow, es tan genial!”

“¿Eh? ¿Crees que esto se ve bien, Myu? Tu madre está un poco asustada…”

Kaori y Remia parecían un poco asustadas, pero los ojos de Myu brillaban de emoción.

Hajime sonrió a Myu, le entregó un pequeño anillo y dijo: “Este golem está hecho principalmente de mineral, pero usa algunas partes de monstruos y es alimentado por un cristal de maná, así que es mitad monstruo. Normalmente lo controlas con una piedra espiritual, pero también puedes darle órdenes verbales, si quieres. Ha sido programado para escuchar a cualquiera que lleve ese anillo”.

El golem era un arma viviente que era una mezcla de monstruo y máquina. Sin embargo, no tenía voluntad propia y no se movía sin órdenes. Hajime lo había creado combinando la magia de la creación con la magia de la metamorfosis. Había tomado la idea del monstruo escorpión con el que él y Yue habían luchado cuando se conocieron. Esa cosa estaba fortalecida por mineral en su caparazón, pero como Hajime era un sinergista, había hecho lo contrario y creado una máquina que había mejorado con partes de monstruos.

“¿Me la estás dando?”

“Sí. Este es tu golem personal, Myu. Nadie más puede usarlo.”

“Mío… y sólo mío… Waaaaaa…”

Myu realmente se parece a Hajime. La idea de un arma especial que sólo ella podía usar le hizo hervir la sangre.

El anillo absorbía el maná de los alrededores, como el equipo que Hajime había hecho para los Haulia. También estaba encantado con la magia de los espíritus para asegurar que una vez que un usuario se registraba, nadie más podía usarlo. Hajime lo dijo en serio cuando dijo que este golem pertenecía únicamente a Myu.

Remia parecía querer decirle a Myu que devolviera el golem a su lugar de origen, pero no encontraba el corazón para hacerlo.

“¡Bueno, Myu, cuento contigo para que vigiles ahora!”

“¡Señor sí señor!” Myu dijo eso y le dio a Hajime un crujiente saludo, lo que hizo que Remia y Kaori estallaran en risa.

Luego se giró hacia ellas con una sonrisa y dijo: “Cuento con ustedes dos también. Voy a necesitar concentrarme, así que a menos que sea una emergencia, no vuelvan hasta que pasen dos horas”.

Ellos asintieron con la cabeza y salieron del taller. Myu los siguió, sentada en el hombro de su nueva mascota, el golem. Una vez que se habían ido, la sonrisa de Hajime se desvaneció, y miró al techo. La soledad y la ira empañaron su expresión.

Después de unos segundos, sacó los pequeños fragmentos de la Piedra Divina que Kaori había sido capaz de encontrar. También sacó todo el mineral que había recogido de su Tesoro escondido.

“Yue…” susurró, su voz llena de demasiadas emociones para poder contarlas.

Un segundo después, un remolino de maná carmesí surgió de él.