Youjo Senki (NL)

Volumen 4

Capítulo 1: Una Misión De Reconocimiento De Largo Alcance

Parte 2

Como tal, lo máximo que realmente puede esperar es que sus tropas le sigan la corriente… Probablemente debería estar agradecida de que todo lo que surgiera fuese una mirada inquisitiva

De cualquier manera, si supiera que así es como iban a terminar las cosas, debería haber seguido jugando con ese ejército colonial anacrónico en el desierto abierto.

En cierto sentido, era como querer dominar la fuerza de defensa colonial de los Países Bajos con cazas Zero.

En septiembre pasado, me llené de temor cuando vi toda esa arena, pero en comparación con el frente todo fangoso, ¡hurra por el desierto!

La Mayor Tanya von Degurechaff es una veterana… No está lo suficientemente verde como para encontrar un romance en la guerra. Para alguien con experiencia, es preferible ayudar a un poderoso aliado a aplastar a un enemigo débil.

No puede entender el atractivo de volar voluntariamente hacia un frente peligroso donde los enemigos tenaces esperan y auspician que el campo de batalla experimente bombardeos con la posibilidad de cadáveres. Como es apropiado para un soldado, Tanya desea fervientemente la paz. Si es posible, incluso le gustaría tener un empleo de inteligencia, no violento mientras está a salvo en la retaguardia.

Y es por eso.

Me estoy repitiendo, pero cuando le dijeron a Tanya que su servicio en el sur del continente estaba llegando a su fin en menos de seis meses, se emocionó. Ella saltó de alegría cuando le dijeron a su unidad de magos que regresaría a casa para una rotación de asignación periódica.

La espléndida gestión del Estado Mayor la había conmovido y descubrió un nuevo respeto por la impresionante comprensión del General von Zettour de los sentimientos de las tropas.

Lo único desafortunado fue que tuvo que separarse del General von Romel a pesar del hecho de que finalmente, finalmente, parecían estar saliendo adelante.

“de Lugo dormirá más fácilmente cuando te vayas.”

“Ah, sí, nuestro querido amigo… estaré esperando la noticia de que le ha quitado la almohada.”

Era un jefe tan ideal que cuando ella fue a informar que se iba, intercambiaron bromas. Tanya hubiera dudado en bromear si fuera el General von Zettour; es raro encontrar un jefe que puedas tratar con ese tipo de cosas. Tener un oficial superior que realmente entendiera lo que quería, otorgarle sus derechos y dejar las cosas a su discreción… eso fue lo que realmente hizo que sus esfuerzos valieran la pena.

Cuanto más lo piensa, más se le recuerda… lo verdaderamente fácil que lo tuvo en el frente sur.

En ese continente, su comandante era brillante, su fuerza era casi igual a la del enemigo y los soldados imperiales tenían una mejor disciplina. Lo mejor de todo, el enemigo contra el que lucharon era un perro golpeado que ya había sufrido una gran derrota. Una pérdida importante haría a un soldado más frágil de lo que algunos podrían suponer, razón por la cual la fuerza real del enemigo era inferior a su valor nominal.

Los corderos dirigidos por un león pueden eventualmente transformarse en lobos… pero si los corderos fueran derrotados antes de que el león los llevara a alguna parte, su reentrenamiento no iría muy bien.

Aparte de los problemas logísticos de estar en el desierto, el acceso principal de agua entre ellos, algunos incluso podrían haber considerado cómodo el campo de batalla. ¿Atacar a los enemigos según sea necesario, acumular condecoraciones e incluso ahorrar tiempo para entrenar a las tropas? Era difícil pensar en una situación más ideal.

La única razón por la que Tanya abandonó felizmente el sur del continente fue porque creía firmemente que se dirigía hacia el prometedor futuro del servicio en retaguardia.

Volvería a descansar en el Imperio, buscaría un puesto… Habían pasado sólo unas pocas horas desde que despegó, fantaseando con todas las cosas que quería hacer.

Era su ingenua creencia de que la unidad lo tomaría con calma durante un mes mientras el Imperio reorganizaba sus fuerzas. Esperaba disfrutar de la primavera en el Imperio hasta al menos abril.

En el peor de los casos, pensó que obtendría todo lo que pudiera de la temporada guarnecida en una antigua base del Ejército Republicano. Si eso sucediera, sería debido a una guerra falsa1 con la Mancomunidad… sólo posicionamiento y nada de movimientos.

1 Cuando dos ejércitos están oficialmente en guerra y se miran uno al otro a través de la frontera. Un ejemplo típico es la forma en que Alemania y los aliados, Gran Bretaña y Francia, se enfrentaron al comienzo de la Segunda Guerra Mundial con prácticamente ninguna guerra terrestre. En los peores casos, los países olvidan que están en guerra entre ellos. ¡Incluso hubo un largo conflicto llamado la Guerra de los Trescientos Treinta y Cinco Años durante el cual no se disparó ni un solo tiro!

Estaba imaginando con optimismo lo que esencialmente equivalía a vacaciones pagas.

… Sí, “imaginando”.

Lamentablemente, los soldados no tienen mucha libertad, y, de hecho, el número de libertades que tienen es inversamente proporcional a sus muchas obligaciones.

Si pudiera suministrar mi trabajo libremente en el mercado, cambiaría de trabajo en un instante. Si existieran compañías militares privadas, consideraría seriamente unirme a una. No, probablemente debería comenzar la mía. La realidad es tan dura que Tanya se pierde en fantasías escapistas por un momento.

Antes de darse cuenta, se había visto obligada a esta misión secreta para cruzar la frontera que la patria compartía con la Federación.

No hace falta decir que esto rompe todo tipo de leyes de guerra… Aunque técnicamente, la Federación no ha ratificado muchas de ellas, por lo que el área gris legal es un pequeño consuelo.

En cualquier caso, Tanya no puede cuestionar la validez de la misión. A menos que algo sin duda viole la ley, ¿cómo podría un soldado resistir abiertamente las órdenes? Ella sabe muy bien que, si el Estado Mayor había dado una orden, su trabajo era cumplirla obedientemente.

Pero, aun así, no es justo.

Dicho esto, en este punto, Tanya arroja sus suspiros y quejas para reconfirmar la situación en la que se encuentra y asegurarse de que realmente no tiene opciones.

Una operación contra la Federación…

Si fallamos, lo mejor que podemos esperar es una comunicación cálida y humana (léase: “tortura”) con los comunistas.

Nos estamos infiltrando en la Federación, donde tienen una forma de gobierno, incluso los comunistas tienen dificultades de salir adelante con sus vidas intactas.

Si esperamos volver en una pieza, este no es el momento para tomar atajos.

“Capitán Weiss, ¿tiene un momento?”

“¡Sí, Mayor!”

Tanya se decide y llama a su vicecomandante de confianza con una mirada a la hora en su reloj. Por suerte…… No es un momento inoportuno. “Lo siento, pero ¿podría venir aquí?”

El avión de transporte había sido cargado con una montaña de equipo de inserción de baja altitud, armas y municiones, y luego estaba lleno de más magos aéreos de los que cualquiera podría pensar, haciendo que el interior sea terriblemente estrecho.

Estar en una nave de transporte militar significa no poder llamar a un oficial subordinado sin que pueda llamar la atención de algún otro.

Y Tanya tiene que levantar la voz o no se escuchara.

Después de todo, este es un vehículo militar, no un avión de pasajeros… carece incluso de la más mínima consideración para la comodidad del pasajero. Para un avión militar, el motor puede considerarse silencioso, pero sigue siendo un avión militar. A Tanya le molesta hasta el infinito que tenga que gritar para ser escuchada por el zumbido incesante.

La gracia salvadora es que realmente no tiene que preocuparse de que sus subordinados, sin duda escuchando con los oídos agudos, puedan escucharlos.

“¡Teniente Serebryakov! ¡Teniente Grantz! Lo siento, ¡pero por favor revisen el equipo de todos!”

““¡Sí, señora!””

Después de ocupar a Serebryakov y Grantz, Tanya saca un objeto densamente acolchado del maletín a sus pies. Weiss echó un vistazo, por lo que debe haber notado que era un sobre sellado del tipo que usa el Estado Mayor. En respuesta a sus ojos inquisitivos, Tanya asiente y le pide que verifique algo.

“Capitán Weiss, confirme la hora indicada en el sobre. Me gustaría que lo comprobara con su reloj. ¿Coincide con la hora actual?”

“Sí, Mayor. En mi reloj, lo hace.”

“Bien. Mi reloj dice lo mismo. Entonces, en la presencia del comandante y oficial superior del 203vo Batallón de Magos Aéreos, ambos confirmaron la hora correcta… abramos el sobre.” Tanya rasga la misiva y saca varios documentos. Una mirada al resumen es suficiente para decirle que es lo que esperaba.

Ella frunce el ceño, reteniendo sus comentarios por el momento, luego le entrega los papeles a Weiss.

“… Esto…”

Está bien que cuando termine de leer, se le escape un gemido.

“Nos apuraron para que pudiéramos ser arrojados a una misión de reconocimiento para explorar las fuerzas de la Federación. Si lo que dice esto es cierto, no es de extrañar que los superiores quieran hacer lo que sea necesario para verificar la situación.”

“Sí, Mayor. Ahora entiendo. Dado este contexto, veo por qué las órdenes que hemos recibido hasta ahora han sido tan extrañas.”

Ni siquiera tiene que mirar la cara de Weiss mientras él asiente con la cabeza a su lado para saber de qué color está. Seguramente coincide con su tez enfermiza.

La situación es la definición misma de muy serio.

… Si el análisis del Estado Mayor es correcto, las fuerzas de la Federación se están concentrando a lo largo de la frontera en preparación para una gran ofensiva.

Según los documentos marcados como “quemar después de leer”, varios canarios fronterizos emiten un chirrido de advertencia. Teniendo en cuenta las circunstancias, las posibilidades de que sea una falsa alarma son extremadamente bajas.

Desde que se estableció la Federación, el Imperio ha estado defendiendo meticulosamente la frontera oriental como precaución contra los comunistas. Varios canarios, incluido un gran número de agentes durmientes a largo plazo, están estacionados en la región fronteriza precisamente por esa potencial crisis inminente.

Ni hablar de los miembros del Estado Mayor… todos los oficiales del Ejército Imperial se preocupan día y noche de que los comunistas puedan atacar.

Por eso…… El Grupo del Ejército del Este no se ha movido desde donde están estacionados en la frontera. No se movieron cuando el frente norte se abrió en la lucha contra la Alianza Entente, ni se movieron cuando el ataque furtivo de la República creó el frente del Rhine, y ciertamente no para el frente en Dacia con orientación sur.

Preparado para la posibilidad de pesadilla de quedar atrapado en un ataque de tenazas Republicanas, el Estado Mayor del Ejército Imperial había llevado el intelecto humano a sus límites para vigilar atentamente a sus vecinos orientales… porque creen que el momento más peligroso del Imperio será cuando la Federación los ataque por la espalda.

Eso es obvio.

El Ejército Imperial ya fue golpeado una vez con el ataque furtivo de la República justo después de comprometer el Gran Ejército en el norte.

El Imperio no está a punto de cometer el mismo error nuevamente. Incluso si se lanzan grandes ofensivas en el frente del Rhine, los ejércitos en el este permanecerán en alerta total.

Aun así, las cosas se han vuelto considerablemente más relajadas desde que las principales fuerzas imperiales aniquilaron a las tropas del ejército Republicano.

… No puedo imaginar por qué la Federación se movería ahora con el actual punto muerto.

Pensando lógicamente, los informes podrían ser una falsa alarma.

Pero incluso si deseamos que los movimientos de la Federación no sean más que una broma, cualquiera que lea la sesión informativa se vería obligado instantáneamente a descartar cualquier esperanza transitoria.

El problema es la verificación. Si el Ejército de la Federación se está movilizando, el Imperio necesita saberlo, por lo que el Estado Mayor ha estado tan decidido… incluso si eso significa violar las reglas de la guerra.

“El Estado Mayor nos ordena cruzar la frontera independientemente de las apariencias, lo que significa que el peligro potencial debe superar todos los riesgos.” Tanya continúa con un suspiro.

“Aunque supongo que no tenemos otra opción… Como comandante de este batallón, me disculpo por no poder darles un descanso.”

“Es nuestro deber, Mayor. Dadas las circunstancias… realmente no tenemos otra opción.”

“Entonces supongo que tendremos que sentir pena por nosotros mismos, ¿eh?”

¿Cuántas veces tendré que suspirar? Tanya se queja en su cabeza mientras revisa la situación.

Algunos movimientos sospechosos de la Federación en la frontera oriental.

Eso es todo lo que se necesitó para destruir el relajado estado de ánimo de victoria del Imperio.

En retrospectiva, tiene sentido que no haya detectado ninguna de las vibraciones cómodas que normalmente se esperan de alguien que sirve en la retaguardia del Coronel von Lergen o el Mayor Uger, a pesar de que acababa de regresar de las líneas del frente. Si sus facultades de comunicación no verbal hubiesen funcionado normalmente, se habría preparado instintivamente.

El Estado Mayor debe creer sinceramente que hay signos de una gran ofensiva. En otras palabras, están seguros de que la Federación comenzará una guerra.

Si es así, entonces tal vez el Estado Mayor tenga un grupo de unidades movilizadas como respaldo, y simplemente no lo sabemos.

“Capitán Weiss, ¿qué piensa del análisis del Estado Mayor del este?”

“Honestamente, no estoy convencido. No puedo pensar en una razón por la que la Federación atacaría al Imperio ahora.”

“Yo tampoco, Capitán, pero es precisamente por eso que es tan extraño.”

“¿Huh?”

“No puedo imaginar que el Estado Mayor pasaría por alto algo que ya hemos considerado.”

“Es verdad. Entonces…” Weiss titubea, pero luego asiente, parece satisfecho, y murmura al darse cuenta.

“… Ah, ya entiendo.”

Exactamente. Tanya asiente y continúa: “Entonces, si ese es el caso… la certeza del Estado Mayor de que la Federación es una amenaza es lo que está aumentando la sensación de crisis.”

Las fuerzas imperiales no pueden violar la frontera por espectáculo o por simple capricho. Eso equivaldría a entregarle al otro lado un pase libre. El Estado Mayor podría dar excusas sobre un error durante un ejercicio, pero es un hecho que nos están enviando a través de la frontera. Si se convierte en un asunto diplomático, el daño que le ocurriría al Imperio en tiempos de paz sería extraordinario.

Los superiores decidieron aceptar ese riesgo y hacer que nos infiltráramos en la Federación, así que… debe haber una razón.

El Estado Mayor no tomaría una medida tan decisiva basada en inteligencia a medias. En otras palabras, el alto mando considera esto una verificación final, no un reconocimiento vacilante.

Asumen que comenzarán las hostilidades y se preparan para lo peor al mover algunas unidades a su lugar.

“Entonces es guerra.”

“Perdón, Mayor, pero todo esto sigue siendo especulación. Teniendo en cuenta los hechos, es una hipótesis con una alta probabilidad de ser cierta, pero no hay nada que diga definitivamente que la Federación se está uniendo a la guerra. ¡Ni siquiera tiene ninguna razón para hacerlo!”

Como Weiss señala con el ceño fruncido después del soplo de Tanya, el motivo de la participación de la Federación es ciertamente un misterio… No, Tanya y sólo Tanya tiene un indicio de una idea.

“Si la Federación fuese a salir con los puños volando, se habrían coordinado con la República. No puedo pensar en una razón por la que comenzarían algo después de que las principales fuerzas imperiales ya están de vuelta en casa. ¿Podría ser algún tipo de demostración? ¿Una bravata diplomática?”

Tanya sonríe irónicamente ante la sugerencia de Weiss de que es una bravata. Parece que él mismo no lo cree por completo. Ella podría cuestionar la incertidumbre en su rostro, pero en cambio, ya que sabe que su vicecomandante es un hombre de sentido común excepcional, amablemente acepta su opinión.

… ¿Cómo comenzaron las guerras que la humanidad ha experimentado? La respuesta a eso se puede encontrar en cualquier libro de historia. Casi todas las guerras comienzan con la locura inducida por la inercia o alguna otra tontería… fallas de la razón, esencialmente.

“Espere lo peor. Vamos a desplegarnos bajo la suposición de que nos dirigimos al combate.”

“¡¿Mayor?!”

Una voz sofocada con tacto le pide que reconsidere, pero Tanya le suspira y le palmea el hombro antes de continuar. “La misión es obviamente atacar en territorio enemigo. Confirmaremos el comienzo de la guerra y el ataque al mismo tiempo. La intención literal de la patria es el reconocimiento en territorio enemigo, pero dada nuestra posición, la verdadera naturaleza de nuestras órdenes es prepararnos para un ataque. De cualquier manera, si se declara la guerra, se espera que actuemos según nuestro propio criterio. Deberíamos estar listos.” Después de expresar amargamente sus pensamientos, Tanya se da cuenta de que necesitan explicar la situación a sus subordinados y agrega:

“Muy bien, Capitán Weiss, si no tiene objeciones, ¿podría hacerles una introducción a las tropas?”

“¿Yo, señora?”

Por la mirada confusa en su rostro, ella comprende que él no puede entender por qué le está pidiendo que lo haga. Bueno, probablemente sea capaz de pasar por alto los complejos de Tanya, o tal vez podrías decir “su vergüenza”.

… Tengo celos de que pueda proyectar su voz.

“Desafortunadamente, Capitán, no puedo hablar muy alto… Mi voz no llegará a todos en este ruidoso avión.”

La irritante verdad del asunto es que, incluso si ella alza la voz, la potencia se apagaría. Ella ya tuvo que gritar tan alto como le permitieron sus pulmones durante su conversación privada con Weiss.

No, no es que haya algo mal con ella. Incluso un hombre adulto tendría problemas para ser escuchado en la parte trasera del avión, por lo que tiene sentido que un niño sólo le lastime la garganta al intentarlo.

Lamentablemente, Tanya no puede usar una fórmula para amplificar su voz como se sugiere en el manual de combate aéreo, ya que están evitando cualquier actividad mágica. La unidad está en una misión para infiltrarse en territorio enemigo. Usar una fórmula de amplificación de voz sería como lanzar una señal de maná por todas partes. También podría anunciar a la red de advertencia enemiga que han llegado intrusos.

… Al menos tenemos que cruzar la frontera antes de que nos detecten.