Rakudai Kishi no Eiyuutan (NL)

Volumen 9

Capítulo 14: Espíritu de Lucha Elevado

Parte 4

—¡Guhaa! ¡E-Esto es…! ¿Veneno? ¿Asesinato? ¡Mis Twilight Crusaders…! ¡Qué método tan sencillo!

—Ojou-sama está diciendo: ‘¡Esto es tan amargo!’.

—Si amargo no es aceptable, sería mejor no pedir café.

Estaban en un café un poco alejado de la larga fila del lugar.

En los asientos de la terraza, Sara Bloodlily lanzó una mirada asombrada a Rinna Kazamatsuri, que tenía café goteando por las comisuras de sus labios.

La que limpió la boca de Rinna con un pañuelo fue su asistente, Charlotte Cordé.

Junto con las tres chicas en la mesa, había otra persona.

Era un hombre mayor, vestido con un elegante traje.

Era el primer ministro de Japón, presidente de la escuela a la que asistieron las niñas, Bakuga Tsukikage de la Academia Akatsuki.

—Aún así, el Color of Magic de Sara-kun es realmente conveniente. Incluso con tanta gente alrededor, nadie puede vernos. Siempre he querido un poder tan conveniente.

—Incluso sin un poder especial, se puede hacer algo similar.

—¿En serio?

—Ikki lo hizo.

—Eso solo lo hace sentir más imposible…

La cara arrugada de Tsukikage se torció en una sonrisa amarga.

—Lo siento, primer ministro. ¿Podrías pasar la olla de azúcar?

—Sí, toma.

Respondiendo a la solicitud de Charlotte, deslizó la olla de azúcar cerca de su mano hacia Rinna.

Rinna se sonrojó tímidamente ante esto.

—Ah, gracias, Oji-sama…

Mientras expresaba su agradecimiento con un tono sincero, atrajo la olla de azúcar hacia el uso de sus pequeñas manos.

Sin embargo, el movimiento de Rinna se detuvo allí.

Sin siquiera poner azúcar en su café, dejando su mirada en la olla de azúcar en sus manos.

—Lo siento…

En una sola palabra, se disculpó con remordimiento ante Tsukikage.

—¿Porqué te estás disculpando?

—Cada uno de nosotros terminó perdiendo…

—Ah, eso.

Tsukikage entendió la razón de Rinna para disculparse.

Para empezar, la Academia Akatsuki era un grupo de mercenarios reunidos a través de las conexiones de Tsukikage por parte de uno de los Números de la Rebelión, su viejo amigo Kouzou Kazamatsuri, para cortar la conexión entre Japón y aquellos que utilizan el Festival de Arte de la Espada de las Siete Estrellas, la Liga de Caballeros.

Sin embargo, habían sido completamente eliminados por el Peor y la Princesa Carmesí de la Academia Hagun.

Con remordimiento por no poder cumplir con el deber que se les había encomendado, Rinna había dicho eso.

Sin embargo, Tsukikage no había culpado a Rinna.

Puso su mano sobre su cabeza cayendo mientras se disculpaba.

—No se preocupen por eso. Todos lo hicieron bien. Lo entiendo perfectamente.

—Pero…

—Renunciar fácilmente no le corresponde a un político. Si Akatsuki falla, entonces pensaré en una dirección diferente a la que ir… En ese momento, si te necesito, ¿me prestarás tu poder nuevamente?

Mientras acariciaba suavemente la cabeza de Rinna, él le preguntó eso.

Rinna finalmente levantó la cabeza ante esto, y con una sonrisa como flores florecientes asintió.

—¡Sí!

Fue precisamente ‘esa vez’.

—Ella está aquí…

Sara murmuró secamente mientras se concentraba en la línea de personas.

Todos los reunidos en la mesa respondieron a su voz siguiendo su mirada.

Allí, en la densa muchedumbre sin un solo espacio, sin abrirse paso, avanzando tranquilamente entre la multitud con pasos como si caminara por un campo vacío, era una niña.

Mientras su largo cabello blanco puro se balanceaba, se acercó directamente a las cuatro personas que deberían haber estado ocultas por Color of Magic.

Sin embargo, los cuatro no levantaron sospechas hacia eso.

Para ella, era natural.

Que podía verlos incluso cuando deberían haber sido invisibles.

Alguien que pudiera atravesar una multitud sin ninguna dificultad.

Además, al hacerlo, no alertó a una sola persona con la que se cruzó.

Hoy, la persona que habían venido a esperar…

—Ha pasado un tiempo, ¿no? Sara, Rinna, Char. Y también… Tsukikage-sensei.

La espadachín más fuerte del mundo, Twin-Wings Edelweiss.

—Gracias por esperar. Aquí está tu café de mezcla.

—Es para ella.

—Gracias.

Mientras expresaba su gratitud con una sonrisa amistosa, Edelweiss tomó la olla de azúcar para sí misma.

Luego miró a Tsukikage.

—Gracias por venir hoy. Por escuchar mi repentina petición egoísta.

Ella bajó un poco la cabeza.

La razón egoísta que mencionó fue la razón por la que estuvo aquí hoy.

Anoche, Edelweiss se había puesto en contacto con Tsukikage.

Queriendo ver la final del Festival de Espada de las Siete Estrellas.

—Qué inesperado es que te interese la batalla de alguien que es solo un estudiante, Ede.

—Quizás hay alguna relación que no conocemos.

—Fufu, si no recuerdo mal, cuando realizamos la Operación Beowulf en la Academia Hagun, el que se enfrentó a Another One fue Brynhildr.

—¿Be-Beo?

Sara le ofreció un consejo a Edelweiss, quien inclinó la cabeza y puso cara de desconcierto.

—No lo pienses demasiado. Es solo la enfermedad habitual de Rinna.

—Ojou-sama dice: ‘Cuando atacamos la Academia Hagun, ella luchó contra Another One’.

—A-Ah. Entonces eso es lo que era. Sí, es exactamente como ella dice.

Edelweiss lo confirmó mientras sacaba una cucharada de azúcar de la olla.

—Vi las semifinales en la televisión. Me sorprendió ver a Ouma perder de una manera tan unilateral, pero… aún más que eso, ver a Amane en un estado tan indefenso superó mis expectativas.

La infancia de Amane y el vínculo que tenía con Ikki por eso.

Edelweiss lo había sabido.

Debido a eso, la existencia de Amane fue un obstáculo que bloqueó el destino de Ikki.

Eso es lo que ella había pensado. Sin embargo…

—No le hizo caso.

Se había enfrentado a la derrota que Amane le había lanzado y lo aplastó para que todos lo vieran.

—Es un joven increíble… Verdaderamente.

—¿Por eso quieres ver las finales en persona?

Edelweiss asintió a la pregunta de Tsukikage mientras agregaba otra cucharada de azúcar a su café.

—Para la Princesa Carmesí es natural, pero también Another One… Está subiendo a nuestro escenario. Decidí eso cuando vi que tenía la fuerza de voluntad para someterse a un entrenamiento extraordinario y obtener la destreza física necesaria para desafiar el destino que mostró en las semifinales. Por lo tanto… incluso yo no puedo ignorar eso. Otro momento emocionante sucederá pronto. Podría cruzar espadas con él otra vez.

—…

—Más importante… Otra fiesta con los mismos pensamientos que la mía vino aquí hoy para superar la amenaza del futuro, estamos dispuestos a ser audaces.

—¿Eh?

Cuando escuchó esas inquietantes palabras, Tsukikage levantó la mirada de sus manos, que estaban ocupadas sacando una tercera cucharada de azúcar.

Edelweiss estaba mirando a la multitud en lugar de Tsukikage.

Sus ojos brillaron bruscamente.

Siguiendo esa mirada peligrosa, Tsukikage también se dio cuenta.

En la multitud, había un hombre mirándolos astutamente a través de una visera.

—Eso es… ¡Estados Unidos…!

—No es solo él. En este lugar… agentes de varias facciones ya se han reunido.

Las palabras de Edelweiss hicieron que Tsukikage recordara cierta escena en su mente.

Un recuerdo rojo y negro que había visto.

Tokio envuelto en llamas.

El hedor penetrante de la proteína quemada y la grasa humana que se adhirió a la piel…

Con los puños temblando de miedo e ira, Tsukikage le informó a Edelweiss.

—Los asientos de la primera fila han sido preparados.

—Muchas gracias.

Edelweiss le devolvió una leve reverencia y se llevó a la boca el café, al que acababa de agregarle una cuarta cucharada de azúcar.

—Yum.

—Si no puedes manejar el amargo, entonces sería mejor no pedir cosas como el café.