Rakudai Kishi no Eiyuutan (NL)

Volumen 9

Capítulo 14: Espíritu de Lucha Elevado

Parte 5

¡Demasiado fuerte…!

La de tercer año de la Academia Bukyoku y finalista en el Festival de Espada de las Siete Estrellas del año pasado, Momiji Asagi, quedó impresionada por la destreza física del hombre con el que estaba cruzando las espadas.

Como discípula del dios de la guerra Torajirou Nangou, tenía confianza en su espada.

Sin embargo, esa fue exactamente la razón por la que no pudo evitar comprender la magnitud de la diferencia entre ella y el guerrero que tenía enfrente, Another One Ikki Kurogane.

—¡Ja!

—¡…!

Incontables enfrentamientos después, un golpe particularmente fuerte sonó y Momiji fue enviada volando hacia atrás.

Su visión se volvió borrosa. Allí, al borde del ring, Momiji se cayó y exhaló bruscamente antes de mirar al trío.

Las hermanas Hagure y Jougasaki, que ya habían realizado batallas simuladas con Ikki.

Ikki había pateado a los tres frente a Momiji.

Ni siquiera lo habían arañado.

Si esto continuaba, ella también…

—¡Asagi! ¡Muestra tu determinación!

—¡Enmaku…!

Respondiendo al aliento de Moroboshi, Momiji desplegó un muro de fuego frente a ella.

Por frustrante que parezca, no podía competir con la esgrima.

Ella solo tendría que mostrar su determinación peleando con magia.

Entonces ella cambió. Sin embargo…

—¡Seya!

Su determinación duró poco cuando Ikki atravesó su pared con un solo grito y un corte.

Desde una posición elevada, Ikki había derribado a Intetsu y, por pura fuerza, hizo volar al Enmaku que se acercaba.

Y al mismo tiempo, el espíritu de Mamiji también.

…

Después de despejar a Enmaku, los ojos de Ikki brillaron como una cuchilla húmeda.

La sangre de Momiji se congeló al ver esto.

La cabeza y el pecho, la mente y el cuerpo se cortarían.

Ikki no fue tan tonto como para perder ese momento.

Se cerró al espacio entre ellos ahora que no había obstáculo.

Rápido.

Aunque se había congelado solo por un instante, Momiji perdió la oportunidad de responder.

El choque ahora era inevitable. No, más bien, si hubiera una habilidad que todavía pudiera permitirle evadir, sería el Paso sin Pista que el Maestro Nangou le había enseñado.

Incluso si tratara de entrar en su punto ciego… ¡él ni siquiera tiene uno!

De pie contra Ikki, Momiji se dio cuenta.

El discernimiento de Ikki era como Happou Nirami de su amigo Moroboshi, en el sentido de que podía percibir la totalidad de la arena, sin pasar por alto un solo movimiento del enemigo. Su propio Paso sin Pista no sería lo suficientemente preciso como para superar al dueño de esos ojos. (NT: Happou Nirami ( 八方 睨 み ): Una técnica de observación todo direccional.)

En ese caso… no había nada que hacer sino interceptarlo con su espada.

A pesar del nudo en su estómago, Momiji cubrió su dispositivo, Hibachi, en llamas.

Un golpe sería suficiente.

Si ella lo rozara, las llamas de Hibachi capturarían todo el cuerpo de Ikki como una serpiente.

¿Solo un golpe…?

Sin embargo, solo estuvo ansiosa por un instante.

Había perdido de vista a Ikki Kurogane.

—Maldición.

Momiji se dio cuenta en un instante de que se debía a Paso sin Pista.

—Aku-

Pero en ese punto, ya había terminado.

Ikki había pasado al lado de Momiji y le cortó el torso con su dispositivo en forma ilusoria.

Ese ataque, sin lugar a dudas, había sido una herida fatal, cortando su estómago hasta su columna vertebral, causando que una cantidad apropiada de fuerza se drene de Momiji como una luz roja mágica: Luz de sangre, que se dispersó en el aire.

Un momento después, el cuerpo de Momiji se derrumbó en el suelo.

—¡Ha, ah…!

El cansancio repentino la golpeó cuando recibió una fuerza apropiada para una herida mortal ilusoria.

A pesar de sentir también un dolor ardiente en su abdomen, Momiji de alguna manera logró levantar la cabeza. Entonces…

—¡Gracias!

Ikki inclinó la cabeza profundamente y agradeció a Momiji.

Tal como lo había hecho antes con los otros tres.

—Ajá, de nada… no creo que haya sido muy útil.

—Eso no es…

—¡Bala de perforación de armadura!

—¿Hu…?

Una voz profunda como el rugido de un cañón interrumpió repentinamente su conversación.

Mientras Ikki se enfrentaba a Momiji, un ataque vino directamente detrás de él, apuntando a la parte posterior de su cabeza. Fue el golpe de palma de hierro de Panzer Grizzly Renji Kaga.

Fue un ataque sorpresa inesperado y bárbaro para una batalla simulada.

Momiji estaba petrificado por esto. Sin embargo…

La expresión de Ikki ni siquiera vaciló.

Momiji lo vio durante ese momento.

—Verdad en absoluto…

Después de completar su declaración hacia Momiji, sin siquiera una pizca de confusión, Ikki movió la mitad de su cuerpo, casi casualmente, y detuvo el golpe de la palma de Kaga con sus propias palmas.

Su cuerpo era casi el doble del tamaño de Ikki.

El golpe de palma del hombre que alardeaba de peso cuatro veces más que el de Ikki, ni siquiera lo movió un poco.

Imposible.

Había un truco para esta hazaña imposible.

Ese truco estaba en los pies de Ikki.

Cuando recibió el golpe, el suelo debajo de los pies de Ikki se hundió notablemente, crujiendo y siendo aplastado.

Al presenciar eso, Kaga entendió en un instante.

Él había redistribuido la fuerza.

Al mover todo su cuerpo y cambiar perfectamente su centro de gravedad, Ikki había recibido el golpe y lo había lanzado al suelo a través de las piernas sin tener que reverberar en su cuerpo.

Como un pararrayos.

Después de recibir el ataque sorpresa, Ikki coincidió con el movimiento del intento de Kaga de retirarse y lo empujó hacia atrás usando el brazo con el que había recibido el golpe.

¡…!

En ese instante en el que movió su peso hacia atrás, se había agregado más fuerza desde el frente.

Con su propio peso tan grande, Kaga estaba inclinado hacia atrás enormemente.

En ese instante, Intetsu corto su túnica.

—¡Gu, nuu!

El gran cuerpo de Kaga se derrumbó en las rodillas y cayó al suelo.

Hacia ese Kaga…

—¡Ah, tú! ¡¿Qué estabas pensando al atacar tan de repente?!

Shizuku gritó enojada.

Después de todo, era algo impensable.

Había lanzado un ataque sorpresa contra un luchador que estaba preparado para luchar ese mismo día, incluso si estaba en forma ilusoria.

Ikki mismo estaba mucho más tranquilo.

—Está bien, Shizuku.

—¡Oh, ¿Onii-sama?!

Entonces, de todas las cosas.

—Kaga-san. Muchas gracias.

Agradeció a Kaga como lo había hecho con Momiji y los demás.

Por un momento, Kaga miró perpleja esta expresión y luego esbozó una amplia sonrisa.

—Gah, ¡jajajaja! Además de no tener puntos débiles, ni siquiera tienes una sola queja sobre un ataque sorpresa, ¿eh? A pesar de que tienes una apariencia femenina si la miras bien… Estar listo para el combate en todo momento. Parece que lo sabes bien.

Los caballeros no eran deportistas.

Por lo tanto, tuvieron que mantener una alta concentración fuera de los partidos también.

Incluso cuando caminan, duermen o comen, siempre deben mantener sus sentidos agudos.

No pueden darse el lujo de ser descuidados.

Si uno se acostumbra a aflojar, seguramente fallarán cuando pase algo importante.

A veces, el flujo de la batalla va hacia el que puede hacer la transición rápidamente.

Hacerlo en pequeños pasos está fuera de discusión.

Eso es tan cierto contra un oponente que fácilmente había abrumado a Ouma, contra quien había sido tan impotente.

Por eso Kaga decidió atacar en el momento en que Ikki estaba preocupado por Momiji.

Sin embargo…

He estado predicando al coro, como mucho.

Para este hombre, era una advertencia inútil.

Al mismo tiempo, Kaga se dio cuenta de eso, llegó a creerlo.

—¡Ganarás! ¡Lo harás!

Kaga golpeó el pecho de Ikki con su puño mientras insistía en esto.

Stella era ciertamente una enemiga formidable. Su poder de ataque no era nada normal.

Sin embargo, Ikki sabía cómo usar y detener la fuerza.

Sus habilidades especiales no deberían ser superadas por su poder de ataque.

Kaga creía esto en base a lo que había presenciado.

Ikki sonrió ante el aliento.

—Entonces, seré tu próximo oponente.

—¡…!

La expresión de Ikki se puso rígida cuando una ola de entumecimiento le atravesó el cuello.

Cuando giró la cabeza, vio a una niña subiendo lentamente al ring con una katana en una vaina negra en sus manos, Raikiri Touka Toudou.

La oponente que Ikki había derrotado en la final del torneo de selección de Hagun.

Aunque su batalla había consistido en un solo golpe, su fuerza era vívida en la memoria de Ikki.

Ella había estado en el top cuatro el año pasado, quedando atrás de Byakuya y Momiji, pero la impresión en la piel de Ikki estaba traicionando ese hecho.

Sin duda, ella era la mejor de las integrantes que Moroboshi había reunido.

Ella era una oponente difícil de enfrentar sin habilidades.

—¿Qué harás? Incluyendo Alicin-kun, has peleado cinco batallas consecutivas. ¿Tomarás un descanso rápido?

—No, no te preocupes por eso.

Su espíritu de lucha se desbordaba.

Ikki se limpió el sudor de las manos y renovó el control sobre Intetsu.

—¡Por favor, no te detengas!

Levantó su espada para apuntar a Touka.