Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 11

Capítulo 3: Adiós, Hacia Un Nuevo Viaje

Parte 1

La mañana después de que Masato informara a los residentes de la casa de piedra de su decisión de ir a Centostella, Rio y los demás lo acompañaron para ir a discutir las cosas con Lilianna. Allí, explicó sus pensamientos y le pidió permiso a Lilianna para ir a Centostella y ayudar a Takahisa y Aki a pasar una nueva página.

Lilianna no tenía ninguna confianza en su propia capacidad para ayudar a Takahisa y Aki en este momento, así que le dio la bienvenida a Masato con una profunda inclinación de cabeza. Se decidió que Masato se mudaría de las habitaciones de Satsuki a las de Lilianna desde esa noche en adelante.

Saldrían del Reino de Galarc en dos días, y en ese tiempo visitaría las habitaciones de Satsuki a menudo para informar sobre el  estado de Takahisa y Aki. Aparentemente, se habían metido en una gran pelea desde el principio, y actualmente se estaban dando la espalda.

Entonces, finalmente llegó el día de su partida. En el jardín central del castillo de Galarc, Masato y Lilianna intercambiaron despedidas con Rio, Miharu y Satsuki.

“Hasta luego, entonces. Me voy ahora”. “Cuídate, Masato.”

“Tú también, Miharu,” Masato sonrió alegremente.

“No te esfuerces demasiado y no te metas en problemas. Sé que eres quisquilloso con la comida, así que asegúrate de comer comidas equilibradas, ¿de acuerdo?” Miharu se preocupaba tanto como una madre, Masato solo pudo asentir con una sonrisa forzada.

“Si lo sé.”

“Aki y Takahisa también… Cuídalos”.

“Por supuesto. Déjamelo a mí. Estoy en medio de una gran pelea con Takahisa, pero pelearé con él tanto como sea necesario. En lugar de preocuparte por mí, deberías concentrarte en apoyar a Haruto lo mejor que puedas, Miharu”, dijo Masato, mirando a Rio.

“No haré nada que pueda incomodar a Miharu”, se rio Rio.

“Eso no es lo que quise decir…” Masato miró a Miharu y decidió no decir nada que la enojara, cambiando el tema sin problemas. “Oh bien. Cuídate, Haruto. Continuaré practicando mi espada allí también, así que les mostraré mi crecimiento la próxima vez”.

“…Si.” Rio pareció sentir lo que Masato estaba insinuando, mientras asentía con cierta torpeza.

“Tú también cuídate, Satsuki,” dijo Masato.

“Lo hare. Siempre estaré en el castillo, así que tienes que enviarme cartas con regularidad, ¿de acuerdo? Si no recibo ninguna carta, asumiré que algo sucedió y marcharé hacia allí”, dijo Satsuki en broma.

“Ahaha, lo tengo,” asintió Masato a la ligera. A su lado estaba Lilianna, que sonrió.

“Si bien las cartas son importantes, puedo prometer llevar a Sir Masato al Reino de Galarc de forma regular. Nuestro reino está cerrado, pero estoy en deuda con todos y prometo hacer lo mejor que pueda. Entiendo si no desea visitarnos, pero si lo hace, le daré la bienvenida”, dijo con una reverencia respetuosa.

“Ese no es el caso en absoluto. Muéstranos Centostella algún día”.

“Con mucho gusto”, se rio Satsuki, haciendo que Lilianna sonriera a cambio.

Masato se frotó la nariz tímidamente. “… ¿Nos vamos, entonces? Hablar más me hará sentir triste”, le sugirió a Lilianna.

“Claro, si eso es lo que deseas,” Lilianna asintió cálidamente.

“Hehe. Nos vemos a todos, entonces. Realmente no me gustan los estados de ánimo deprimentes, así que vamos a separarnos con una sonrisa, ¿no?” Masato dijo con una sonrisa traviesa.

“También te escribiré muchas cartas. Siéntete libre de escribirme si alguna vez estás preocupado por algo”, dijo Satsuki a la espalda de Masato cuando se fue.

“¡Lo haré, gracias!” Masato se volvió y le dio las gracias antes de irse con un gesto. Lilianna lo siguió en diagonal detrás de él, y su asistente Frill lo siguió en silencio a la distancia.

“Ahí va el. Dios, ¿lo viste lucirse? ¿Desde cuándo actuó de manera tan similar a cierta persona?, me pregunto”, dijo Satsuki, mirando el perfil lateral de Rio.

“Quieres decir… ¿Takahisa?” Ese fue el único nombre que le vino a la mente a Rio, pero…

“No, eso no,” negó Satsuki.

“Hehe”. Miharu parecía tener una idea de quién era ese alguien, ya que se reía divertida.

“Bueno, parece que alguien es completamente ajeno, así que, en todo caso, es más como un imitador, supongo”, suspiró Satsuki.

“…?” Rio simplemente ladeó la cabeza en confusión.

***

Después de que Masato se separó de Rio y los demás, caminó hacia adelante sin detenerse. Sabiendo que se sentiría reacio a irse si volvía atrás, decidió caminar hacia adelante en silencio. Lilianna también lo siguió en diagonal en silencio.

“Es usted muy fuerte, Sir Masato”, le dijo cálidamente.

“… ¿Lo soy?” Masato redujo la velocidad e inclinó la cabeza con asombro. “Por lo que puedo ver, sí”.

“¿Cómo es eso?”

“Creo que la capacidad de actuar por el bien de otra persona sin esperar nada a cambio es la encarnación de una mente fuerte. La mayoría de las personas normalmente pensarían tan bien de sí mismas que nunca harían un sacrificio por el bienestar de otra persona. Incluso si esa persona fuera su propia familia”, dijo Lilianna, frunciendo ligeramente el ceño.

“…Haha.” Masato pareció tímido por un momento. “Si vas a decir eso, entonces Haruto es mucho más fuerte que yo. Hizo todo tipo de cosas para ayudarnos sin nada a cambio”.

“De hecho, Sir Amakawa es una persona maravillosa”, asintió Lilianna con una suave sonrisa.

“… ¿Te gustan los hombres como Haruto, princesa Lilianna? ¿Te has enamorado de Haruto?” Masato preguntó con curiosidad. Por lo que Masato sabía, todas las mujeres alrededor de Rio se habían enamorado de él sin excepción. Por eso se preguntaba cómo se le aparecía Rio a Lilianna, ya que ella solo se conoció recientemente y estaba menos familiarizado con él.

Lilianna parpadeó maravillada. “Dios mío, no. No estoy lo suficientemente familiarizado con Sir Amakawa como para sentir tal adoración por él. Incluso si lo hiciera, Sir Amakawa ya tiene tantas mujeres encantadoras a su alrededor, no habría lugar para mí”. Sacudió la cabeza con una carcajada.

“No, no, Miharu y Satsuki son hermosas, pero la princesa Lilianna es igual de hermosa a mis ojos…” dijo Masato en exasperación a la auto-estimación de Lilianna de su propia belleza.

“Bueno, estoy agradecido por los halagos”.

“No, no fue un halago… en todo caso, estás más cerca de mi tipo de mujer ideal”, dijo Masato con timidez.

Después de todo, tanto Miharu como Satsuki son demasiado familiares para mí.

Su imagen como sus guardianes era demasiado fuerte, no podía verlos de otra manera.

Lilianna parpadeó antes de mirar con asombro. “Bueno, supongo que estoy muy feliz y honrada de escuchar eso…”

“Ah, eso no fue un intento de coquetear, ¿no? Por supuesto, me encantaría casarme con una mujer tan maravillosa como tú algún día en el futuro,” añadió Masato apresuradamente. Estaba hablando con una mujer mayor, una princesa, nada menos, a quien no conocía desde hacía mucho tiempo, por lo que su tono era más rígido de lo normal, pero seguía siendo su habitual inocencia.

“Hehe. Estoy segura de que te convertirás en un maravilloso joven caballero en unos pocos años, pero si todavía estoy soltera para entonces, me considerarán una solterona real. Si no te importa casarte con una mujer madura, aceptaré felizmente tu oferta”, dijo Lilianna con una risita divertida. Se sentía como si hubiera ganado un hermano pequeño divertido, lo que la hacía bromear con él a la ligera.

“¡¿H-Huh?! ¡No te burles de mí!” Masato gritó, sonrojándose furiosamente.

“¿Oh? ¿No fuiste tú quien se burló de mí primero?”

“No… Bueno, supongo. ¡Pero no quise decir eso! De todos modos, estamos haciendo que todos esperen, así que apresurémonos a regresar”.

“Por supuesto”, asintió Lilianna, luciendo solo un poco reacia. La idea de la persona esperando delante de ella hizo que quisiera extender su conversación sin preocupaciones un poco más…

Pero ella no pudo hacer eso. No mucho después de dejar Rio y los demás, llegaron a un lugar no muy lejano.

“Hermano. Aki. Gracias por esperar,” dijo Masato al silencioso Takahisa y a Aki de aspecto incómoda. Estaban rodeados por los caballeros de Lilianna: Hilda, Kiara y Alice.

“…”

Ni Takahisa ni Aki dijeron nada. Mientras Aki se veía pálida e incómoda, Takahisa trató de mantener una cara de póquer sobre su claramente mal humor. Después del incidente, Masato se había metido en una gran pelea con él, haciéndolo aún más hosco que antes.

Pero Masato lo vio completamente.

“Estabas mirando, ¿no? ¿Cómo fue ver a Miharu por primera vez en unos días?” preguntó a Takahisa y Aki. De hecho, desde su posición actual, era posible ver el área donde habían estado intercambiando despedidas. Takahisa estaba mirando hacia el otro lado cuando Masato y Lilianna se acercaron, pero no había forma de que no hubiera estado mirando antes.

“…” El rostro hosco de Takahisa se volvió aún más obvio.

“¿Qué? Estoy aquí contigo como querías, querido hermano. ¿No deberías verte un poco más feliz?”

“…”

“¿O estás diciendo que no tiene sentido que Aki y yo estemos aquí sin Miharu?” Masato preguntó provocativamente, sin molestarse en morder sus palabras.

“Tch…” Takahisa miró a Masato con dureza, pero no obstante se mantuvo en silencio.

“Si estabas mirando, ya deberías saberlo. Haruto es el que estará junto a Miharu, no tú. Miharu no estará feliz a menos que esté con Haruto. Tienes que aceptarlo ya, que no eres digno de ella”.

“…” Era como si su hermano pequeño le acabara de decir que había perdido. Y era la verdad, Miharu ciertamente parecía más feliz estando al lado de Rio. Eso lo llevó a una sensación de derrota aún mayor que lo hizo sentirse indefenso y desesperado, pero no podía decir nada en este momento.

“Después de llamar criminal a Haruto una y otra vez, fuiste tú quien terminó cometiendo un crimen. Honestamente, ya no puedo reírme de eso…” Masato se calló, luciendo sombrío.

… Él también es un criminal. Un asesino. Y aún, y aún…

¿Qué era diferente entre él y Haruto? Takahisa miró hacia abajo y apretó los puños.

“Te lo diré tantas veces como necesites escucharlo: no me quedaré contigo por lástima. Vengo para asegurarme de que ustedes dos no sigan este camino tonto. No voy a perdonar a ninguno de ustedes hasta que se disculpen con Miharu y Haruto”, dijo Masato con un bufido y se fue.

“Ahora, por favor, vengan por aquí, Sir Takahisa, Lady Aki,” les dijo Lilianna a los dos, antes de seguir a Masato. Takahisa los vio irse y miró hacia el área donde habían estado intercambiando despedidas hace unos momentos. Aunque no quedaba nadie allí…

… ¿Estás diciendo que me equivoqué?

Había vislumbrado a Miharu sonriendo felizmente junto a Haruto, lo que hizo que su rostro se torciera de frustración. Aki observó la expresión de Takahisa a su lado con una mirada triste.